Crculo de Periodistas de Bogot
Aeronaves de la Fuerza Aérea Colombiana apoyan labores humanitarias en Perú

Aeronaves de la Fuerza Aérea Colombiana apoyarán labores humanitarias en Perú

Las aeronaves realizarán misiones de evacuación de personal y transporte de carga humanitaria.​ 

Bogotá, 20 de marzo de 2017. Aproximadamente 7 horas de vuelo recorrieron los UH60 de la Fuerza Aérea Colombiana que se dirigen desde el Comando Aéreo de Combate No. 5 ubicado en Rionegro, Antioquia, y que hacia las 4 de la tarde arribaron al aeropuerto Capitán Guillermo Concha Ibérico en Piura, Perú.

En total 20 militares llegaron a Perú en los Black Hawk FAC 4136 y FAC 4120 que estarán en Perú por espacio de 5 días, realizado misiones de evacuación de personal y transporte de carga humanitaria.

El apoyo se da ante la emergencia climática presentada en varias regiones del norte del Perú, especialmente en Piura, que a la fecha ha dejado cerca de 250.000 afectados.

De esta manera, las tripulaciones y aeronaves de la Fuerza Aérea Colombiana se suman a la solidaridad de todo el país y de la comunidad internacional, para ayudar a los peruanos que han sido afectados por la emergencia climática del ‘Niño Costero’ en diferentes regiones del Perú.

Tomado de:Eje21

La promesa de la justicia
Por El Espectador

La Jurisdicción Especial para la Paz (JEP), finalmente aprobada la semana que termina, no puede convertirse en un nuevo escenario de guerra política. Los obstáculos para su aprobación fueron una muestra del poder corruptor que tiene la politiquería. Si permitimos que la columna vertebral del posconflicto sucumba ante la fuerza de los intereses personales, no podrá hablarse en Colombia de verdad, justicia y reparación.

El tema de la impunidad ha estado desde el principio en el corazón del proceso de paz con las Farc. Es apenas lógico: no es posible pedirle a Colombia que pase la página y le apueste a la reconciliación sin que medie en esa transición la justicia. No en vano uno de los motivos determinantes en el triunfo del No el año pasado fue la idea de tener una “paz sin impunidad”. En ese debate, entonces, es la JEP la propuesta de solución. Imperfecta, sin duda. Con un grado ineludible de “impunidad”, entendida como ausencia de sanción penal. Pero también con un ambicioso mecanismo de administración de justicia que le hace al país una promesa histórica: construir las narrativas que expliquen la tragedia del conflicto armado en el país, encontrar a los desaparecidos en esta guerra irracional y servir como espacio para que todos los responsables rindan cuentas. Lo claro es que, si fracasa, no puede hablarse de paz.

Por eso fue tan frustrante ver a los congresistas, impulsados por múltiples intereses externos, introducir modificaciones a lo pactado en La Habana. Nos preocupan en especial tres cambios.

Primero, la reducción de la responsabilidad de los civiles involucrados en el conflicto, quienes ahora no tendrán la obligación de ir a la JEP. También preocupa que el enjuiciamiento de los financiadores, que han gozado de la complicidad de las sombras en toda esta historia, se haya limitado a las pruebas de la justicia ordinaria. Es decir, desde antes de empezar les quitaron fuerza a los colmillos de la JEP. La verdad será una gran sacrificada.

Segundo, se le dio gusto a la petición insensata de algunos exmilitares sobre la necesidad de omitir a la Justicia Penal Internacional. Medida por lo demás ineficaz, pues Colombia sigue estando bajo la jurisdicción de la Corte Penal Internacional (CPI). Preocupa, además, que para equilibrar cargas entre militares y guerrilleros se haya eliminado el título de “máximos responsables” a las Farc. El mensaje a las víctimas es que se están limitando las capacidades de la JEP para encontrar a todos los perpetradores de crímenes.

Tercero, ¿por qué se eliminó la obligación de los agentes del Estado condenados de reparar a las víctimas con sus propios bienes, como sí lo harán las Farc? ¿No han cedido ya demasiado las víctimas en este proceso como para que se coarte su reparación?

Pero todos esos detalles, esenciales, no son nada ante el verdadero reto de la conformación de la JEP. La instauración de un mecanismo de justicia de esta magnitud, con presencia en todo el país, presenta muchas dificultades logísticas. ¿Podrá Colombia garantizar que la nueva comisión de búsqueda de desaparecidos sí tendrá todas las herramientas para cumplir su labor? Lo mismo va para la Comisión de Verdad. Que no olviden el pacto que se ha hecho: aceptamos penas inferiores siempre y cuando la verdad sea suficiente para darle luz a la historia oculta del país.

Por lo mismo, preocupan los rumores que indican que los politiqueros de siempre, sedientos de poder, están buscando ser nombrados en la JEP. Eso sería un desastre de magnitudes históricas; otro caso más de la justicia fallándole al país. Quienes han sido nombrados para designar a los funcionarios de la JEP deben declarar su independencia. Su deuda es con el pueblo colombiano y con sus ansias de paz. Necesitamos que los criterios que empleen sean la experticia técnica y, por qué no, el desinterés por la política.

Con los ojos del mundo (CPI incluida) y de la historia posados sobre Colombia, que la JEP sea un tribunal excepcional, intachable, obsesionado con la justicia, consciente de su responsabilidad. Que por favor nos cumplan la promesa de que podemos reinventar este país.

¿Está en desacuerdo con este editorial? Envíe su antieditorial de 500 palabras a [email protected]

Tomado de:El Espectador.com

Zonas veredales: ¿las Farc llegaron para quedarse?

Zonas veredales: ¿las Farc llegaron para quedarse?

| 2017/03/18 23:00

La mayoría de los casi 7.000 guerrilleros concentrados en las zonas veredales no irán a ningún lado luego de dejar las armas. ¿Por qué y qué van a hacer?

Son pequeñas ciudadelas, no campamentos. Al entrar a los sitios que están construyendo las Farc en 26 veredas del país se siente que no serán temporales. Sobre terraplenes de cemento se levantan postes de madera, techos de eternit y habitaciones individuales de 24 metros cuadrados para los guerrilleros, cuya construcción en serie se asemeja a un barrio. Hay aulas, tanques de agua, plantas de energía, sanitarios y duchas móviles. Todo ello en medio de la selva, como en Putumayo, en la cima de las montañas, como en Miravalle, Caquetá, o en medio de la llanura, como en Charras en el Guaviare.

Cada una de estas ciudadelas ha recibido una inversión cercana a los 5.000 millones de pesos. En algunos casos ha sido necesario construir carreteras y reforzar puentes solo para transportar los materiales. Es un costo insignificante si se tiene en cuenta que se trata de terminar una guerra de medio siglo. Las construcciones están a medio camino, pero ya puede decirse que tienen vocación de permanencia. Es decir, a finales de mayo, cuando termine la dejación de armas, y las Farc se conviertan en partido político, la inmensa mayoría de los excombatientes permanecerá allí por varias razones.

La primera es que, según cálculos del gobierno, un 20 por ciento de los guerrilleros no tienen familias que los acojan luego del armisticio, dado que llevan demasiado tiempo en armas y han roto sus vínculos con el mundo exterior. Es decir, no tienen a dónde ir. La segunda, que según las propias Farc el grado de analfabetismo dentro de sus filas alcanza el 80 por ciento. Un grupo de universidades ha ofrecido apoyo a la reincorporación con un programa que podría permitirles validar primaria y bachillerato en algo más de un año. Esa es una medida mínima del lapso que muchos de ellos tendrían que permanecer concentrados. Al mismo tiempo, tendrían que aprender algunos oficios que les preparen para una vida productiva.

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La tercera es que los combatientes de las Farc se reincorporarán a la vida civil colectivamente, bajo esquemas de cooperativas de trabajo asociado, y en forma muy ligada a los territorios donde otrora hicieron la guerra. Esto es algo nuevo en Colombia, donde los excombatientes, sean de las guerrillas o de las AUC, han terminado en una ruta individual de reintegración a la sociedad y el concepto que ha primado es el de la “salida” del territorio. Esto último no ocurrirá con las Farc.

Una cuarta razón para la continuidad de estos campamentos es que muchos, no se sabe aún cuantos, de quienes deben pasar por la justicia especial de paz, tendrían que esperar sus sentencias en ellos, entre otras cosas, por razones de seguridad.

Jean Arnault, jefe de la misión política de la ONU, dijo en entrevista reciente que nadie debería poner el grito en el cielo si las Farc se quedan en estos campamentos unos meses más. Meses que pueden ser realmente dos o tres años. Esa es la temporalidad que revela la infraestructura de las instalaciones. La teja, la madera, el terraplén. Ya un grupo de generales en retiro alzó la voz para señalar que esto sería un riesgo de seguridad nacional y evocaron de nuevo el ‘coco’ de las repúblicas independientes que originaron, de alguna manera, esta guerra.

Pero esa figura no tiene lugar hoy en día. Una vez las Farc dejen las armas, lo que ocurrirá a finales de mayo, desaparecerán las zonas veredales y la fuerza pública podrá ejercer su labor sin limitación en todas ellas. Los excombatientes de las Farc serán como los demás campesinos de la región. Ni más, ni menos. Y el verdadero problema de seguridad nacional sería expulsarlos a una sociedad sin estar preparados a vivir en ella.

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Sin embargo, los militares hacen eco de un temor que han expresado algunos sectores en estas mismas regiones. Muchos de estos campamentos están en zonas en las que en los próximos años se pondrán en marcha los 16 Programas de Desarrollo Rural con Enfoque Territorial, que deben atraer una gran inversión social. Estas zonas coinciden con las 16 circunscripciones especiales para la Cámara de Representantes pactadas en La Habana, y que si bien no son para las Farc ni para su partido, si lo son para las organizaciones y movimientos sociales locales, muchos de los cuales son de influencia fariana.

Al mismo tiempo la dinámica de la reincorporación de las Farc, que seguramente también conllevará inversiones y aportes tanto del gobierno como de la cooperación internacional y el sector privado, genera un contexto político favorable para su movimiento político. Esa coincidencia más que una gabela es un incentivo construido en La Habana para que una guerrilla antigua y terca pasara de las armas a los votos.

Quedarse en estas zonas es efectivamente el plan de las Farc. Pero no es un plan bajo la mesa, sino un propósito que ellas defienden abiertamente. Como lo dijo Benkos, uno de los líderes de las Farc en Vigía del Fuerte, en los límites de Chocó y Antioquia: “Vamos a quedarnos porque somos de aquí y aquí haremos política”. El propósito justamente es hacer coincidir la dinámica del desarrollo rural, del trabajo político y la reincorporación, con miras a construir su partido en estas regiones.

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Como muchas iniciativas nuevas, esto genera temores y resistencias. Hay quienes temen que esto haga que las Farc mantengan influencia y poder en la región. Pero ese no es un problema, sino por el contrario, una solución. Las Farc dejan las armas, no su vocación de poder. Ahora, todo depende de cómo lo hagan. Que demuestren que así como transitan a la legalidad también lo harán hacia una cultura democrática. Que abandonen los métodos coercitivos usados durante décadas para constreñir la vida comunitaria. Ese es el reto que tiene su dirigencia, y el propio Estado.

El gobierno ha entendido paulatinamente que muchos guerrilleros se quedarán a vivir por un tiempo en estas ciudadelas. Y eso requiere de una planeación. Finalizadas las zonas veredales transitorias, tendrá que crearse alguna figura propia del posconflicto para darles una temporalidad relativa. En el gobierno hay quienes creen que esto tendría que ser bajo inspección de la misión de la ONU y con un enfoque netamente de reconciliación. Eso no tendría por qué ser amenazante, y, en cambio, si podría favorecer una reincorporación más pausada y sólida para los 7.000 guerrilleros que hoy ven su futuro como apenas una nebulosa.

¡Primero los peatones!

Dom, 03/19/2017 – 08:25

Esa debería ser la consigna en la calle: ¡Primero los peatones!

POR:

Cuando los Boy Scouts forman y los más pequeños están entre ellos, hacen un círculo concéntrico donde ubican en la mitad a los lobatos, los miembros de la manada que tienen entre 7 y 11 años de edad. Este bello ritual significa que los más grandes protegen a los más pequeños, a los más vulnerables y hacen un escudo para ellos.

La calle debería ser igual con los peatones, los más vulnerables en la vía. Junto con los ciclistas son quienes practican mejor la movilidad sostenible porque se mueven en modos de transporte no motorizados (a pie y en bicicleta). Su movilidad representa cero emisiones al aire de material particulado como producto de la combustión, es decir no contaminan el aire. Pero también son los que más sufren cuando son atropellados por un vehículo motorizado.

Adicionalmente, en regiones como las que componen Bogotá y los municipios de Bojacá, Cajicá, Chía, Cota, La Calera, Facatativá, Funza, Gachancipá, Madrid, Mosquera, Sibaté, Soacha, Sopó, Tabio, Tenjo, Tocancipá y Zipaquirá, los viajes a pie representan 32% (5,5 millones) del total de viajes diarios (17,2 millones), de acuerdo con la Encuesta de Movilidad 2015 de Bogotá. Los viajes en bicicleta representan, por su parte, 5% (846.727) del total en la región.

En municipios como Fusagasugá, por ejemplo, los viajes a pie representan 50% del total de viajes diarios (122.398), en tanto que los viajes en bicicleta son 1,3% (1.649) del total, de acuerdo con información de la Encuesta de Movilidad municipal 2011.

Contar con mayorías de habitantes que se mueven a pie o en bicicleta debería ser un indicador de ajuste de las infraestructuras y de los planes de seguridad vial en las ciudades y municipios; sin embargo, en Colombia y gran parte de países de América del Sur y Central, las calles están hechas más para los vehículos a motor que para los peatones y ciclistas, teniendo vocaciones pedestres. Y los planes de seguridad vial son, en general, precarios.

En Colombia la Ley 1083 de 2006 da “prelación a la movilización en modos alternativos de transporte, entendiendo por estos el desplazamiento peatonal, en bicicleta o en otros medios no contaminantes, así como los sistemas de transporte público que funcionen con combustibles limpios”, y obliga a los municipios a formular y adoptar planes de movilidad acordes con ello, incluyendo sus planes de ordenamiento territorial.

Para ello, los planes de movilidad deberán identificar los sistemas de circulación peatonal y los sistemas de ciclorrutas, además de los sistemas de transporte público que también son utilizados por los peatones para desplazamientos largos.

La Ley 1083 ordena también “diseñar una red peatonal y de ciclo rutas que complemente el sistema de transporte y articule las zonas de producción, los equipamientos urbanos, las zonas de recreación y las zonas residenciales de la ciudad propuestas en el Plan de Ordenamiento Territorial”.

Indica que también se deberán crear zonas sin tráfico vehicular a las que solo se pueda acceder a pie, en bicicleta o en otros medios no contaminantes.  Y surge una pregunta.

¿Qué de todo esto hay en ciudades y municipios de Colombia?

Es muy importante que las autoridades municipales socialicen, den a conocer e informen sobre los planes de movilidad a la ciudadanía. De esta manera se fortalecerá el vínculo autoridades-ciudadanos para generar solidaridad con dichos planes, validarlos, desarrollarlos y mejorarlos en permanente contacto con las necesidades de movilidad de los habitantes de ciudades y municipios, la industria, el comercio y de sectores como Salud, Educación, Hábitat y Bienestar Social, entre otros.

Crear ciudades para la gente, donde los peatones puedan transitar sin miedo a ser atropellados por un vehículo, donde los niños y las niñas puedan jugar, ir al colegio, caminar y montar en bicicleta sin el riesgo de morir o ver afectada su salud, es una de las principales tareas que tienen los alcaldes y sus oficinas de planeación y de tránsito municipales. Esta responsabilidad es también de los niveles de gobierno departamentales y nacional.

Solo en 2015 murieron en Colombia 507 niños y niñas víctimas de siniestros viales y 1.406 personas de más de 60 años. En cuanto al rol en la vía, 1.829 de las personas fallecidas eran peatones y 321 eran ciclistas. El total de personas fallecidas en Colombia en 2015 por siniestralidad vial fue de 6.884, el más alto de los últimos 10 años.

Pensar y materializar ciudades para los peatones reta la imaginación y la capacidad de ejecución de los gobiernos y de los ciudadanos. Responder a ese reto es lograr que, como los lobatos, los peatones anden, caminen, corran, gocen y disfruten de la movilidad seguros en municipios y ciudades. Es generar escudos, infraestructuras, conciencia ciudadana para protegerlos. También tienen derecho a la vía y a andenes y calzadas acordes con su condición de peatones, incluyendo a las personas con movilidad reducida.

Tomado de:Revista Enfoque.com.co

CNP SE PRONUNCIA SOBRE DESVINCULACIÓN DE 11 PERIODISTAS DE EL HERALDO
Foto: sala de redacción de El Heraldo

El CPB, como institución gremial que defiende el derecho al trabajo, comparte el siguiente comunicado.

El Colegio Nacional de Periodistas, CNP- COLOMBIA, rechaza la forma en que fueron desvinculados del diario El Heraldo, medio informativo de Barranquilla 6 colegas, dos de los cuales han sido galardonados a lo largo de su carrera por su profesionalismo y responsabilidad en su labor, como el caso de José Granados Fernández quien obtuvo premio nacional Simón Bolívar y otras distinciones, como un galardón en el Concurso Semana-Argos en la categoría «Proceso regional y democracia».
Igualmente la colega Laura Pulido Patrón quien también en noviembre de 2015 se hizo acreedora junto Granados al importante premio Semana-Argos en la categoría «Proceso regional y democracia», recibieron la carta de despido lo mismo que German Corcho Troches, Jimmy Cuadro Rojano, Cristian Mercado Duque y Diego Forero.
En solidaridad con el acontecimiento los comunicadores Sara Hernández Campo, Jorge Cantillo Barrios y William Cano Moreno, César García Garzón, renunciaron a sus cargos por lo que el número de retirados del medio escrito se elevó a 11, lo que de una u otra forma afecta tanto a los periodistas como a sus familias.
Lo acontecido, nos deja entrever que la crisis en Colombia con este episodio en cuanto a la labor periodística está siendo pisoteada cada vez más, especialmente cuando los colegas buscan por todos los medios obtener, mejores salarios, prestaciones sociales, para lograr eficientes condiciones y calidad de vida tanto para ellos como para sus familias y como respuesta a sus peticiones, por muy mínimas que sean, como en este caso; sostener un auxilio adquirido para un derecho a una cena cuando se labore hasta altas horas de la noche, reciban como resultado su retiro del medio.
El Colegio Nacional de Periodistas, CNP- COLOMBIA, observa con preocupación cómo cada día en los distintos medios de comunicación de las diferentes regiones del país, se vulnera el trabajo físico, esfuerzo mental y capacidad de periodistas y comunicadores que cumplen con el sagrado deber de informar, como es la misión escogida para llevar a nuestra sociedad mensajes claros y precisos del día a día.
Es deber del Colegio Nacional de Periodistas, CNP- COLOMBIA en su lucha por mantener una unidad a nivel gremial en el país, defender los derechos de sus afiliados o no, quienes tienen la importante misión de cumplir con el sagrado deber de informar a la comunidad e iniciar las investigaciones del caso, para que no se siga atropellando la labor del llamado cuarto poder en Colombia.
Santiago de Cali, marzo 18 de 2017
EMIL DE HOYOS MEJÍA FARID BARBOSA
Presidente CNP COLOMBIA Secretario General
Concepción informativa: Wilber Fabregas
Faby Oñoro: Falta otra decena de nombres que en menos de 2 años salimos despedidos o por renuncias, incluyo el mío. Tal vez se me se me pasen algunos. Karen Chamie, Manolo Ortega, Melissa Zuleta, María Teresa Gutierrez, Katheryn Meléndez, Angie Peña, Ámbar García, Lina Robles, Catalina Rojano, Diana Polo, Álvaro Pión, Fabian Cardenas. Pasaron dos jefes de redacción y una editora de contenido web.

 Tomado de:CNP

 

Jóvenes colombianos pueden ir a China para diseñar las ciudades del futuro

Julián Núñez es uno de los dos beneficiarios del programa que realizan su práctica de grado en Huawei.Óscar Pérez – El Espectador

SE HAN BENEFICIADO 2.600 ESTUDIANTES ALREDEDOR DEL MUNDO
Tecnología
Por Mateo Guerrero Guerrero

Un programa liderado por Huawei y el Ministerio de las TIC abrió su convocatoria para llevar a estudiantes universitarios a capacitarse en su casa matriz en este país asiático.

Según el Banco Interamericano de Desarrollo, Latinoamérica ocupa el segundo lugar en el listado de regiones más urbanizadas del planeta. La misma organización estima que en 2050, el 87 % de la población latinoamericana vivirá en ciudades. La tecnología es fundamental para hacer frente a los retos que implica concentrar tanta población en un solo lugar.

Con esto en mente, Huawei, en conjunto con el Ministerio de las TIC, abrió la convocatoria para su programa Seeds for Future, una iniciativa que le permitirá a un grupo de estudiantes de carreras relacionadas con tecnología viajar a China para recibir herramientas y desarrollar sus proyectos en temas como ciudades inteligentes.

Aunque este año es el primero en el que la convocatoria está enfocada en pensar las ciudades del futuro, a la fecha 46 estudiantes colombianos se han beneficiado con esta iniciativa que busca brindar capacitación en tecnologías de vanguardia y ofrece la oportunidad de realizar un intercambio cultural en Pekín antes de empezar la capacitación técnica en la casa matriz de Huawei en Shenzhen, al suroriente de la República Popular China.

Julián Núñez tiene la fecha clara. El 19 de junio de 2015, después de haber volado por cerca de 23 horas, interrumpidas únicamente por una breve escala en el aeropuerto de Fráncfort, bajó del avión para enfrentarse al calor abrazador del verano en Pekín. Junto con él, que entonces cursaba el octavo semestre de ingeniería de telecomunicaciones en la Universidad de Antioquia, viajaron otros 13 estudiantes colombianos.

El programa duró dos semanas, en la primera de las cuales los estudiantes pasaron por una rápida inmersión en la cultura china, que incluyó visitas guiadas a los principales atractivos turísticos de Pekín y un curso intensivo de mandarían en la Universidad de Lengua y Cultura de la ciudad. Al finalizar la semana, los jóvenes tomaron un vuelo hasta Shenzhen, donde continuaron su capacitación.

En el caso del grupo que viajó con Julián, la misión asignada por los tutores fue configurar una red móvil. “Las clases eran en inglés y nos dieron todos los equipos y el software necesarios para armar la red. Como no todos estaban familiarizados con el tema, por las noches nos reuníamos en una de nuestras habitaciones. Allí, quienes teníamos un poco más de experiencia discutíamos y tratábamos de explicarles a los otros lo que habíamos aprendido en la mañana”.

En esta experiencia participaron estudiantes de Barranquilla, Cali, Popayán, Bucaramanga y Bogotá que en el momento cursaban los últimos semestres de carreras como ingeniería electrónica, de telecomunicaciones y de sistemas.

Desde su creación en 2008 como una iniciativa de responsabilidad empresarial, Seeds for Future ha beneficiado a 2.600 estudiantes de 96 países. De ese modo profundiza la posibilidad de realizar un intercambio cultural porque, como le pasó a Julián, además del grupo de colombianos que venían de distintas regiones del país, el programa le permitió encontrarse con estudiantes de otros países, como Ecuador, Pakistán y Benín.

Un año después de su experiencia en China, Julián lleva un poco más de un mes viviendo en Bogotá, donde realiza su pasantía en Huawei. Planea volver a Medellín para graduarse al final de este semestre. “En este momento trabajo en servicio técnico, específicamente en el área de transmisión por fibra óptica. Estoy involucrado en un proyecto que busca ampliar la cobertura de una empresa de telefonía móvil, algo que tiene mucho que ver con lo que aprendí en China. Me siento muy afortunado de poder aplicarlo acá”.

Xiong Yihui, presidente de Huawei en Colombia, dice: “Alrededor del mundo, los gobiernos gastan cada vez más en tecnologías de la información, no sólo porque ven en ellas un motor de desarrollo económico sino porque, al hacerlo, vuelven más sencilla y eficiente la tarea de gobernar. Para que esos beneficios se empiecen a ver hay que hacer grandes esfuerzos para capacitar a los jóvenes”.

Entre los requisitos para participar en Seeds for Future, que incluyen haber cursado al menos hasta el sexto semestre de una carrera relacionada con las tecnologías de la información, dominar el inglés y ser mayor de edad y menor de 25 años, este año se pide a los interesados presentar un anteproyecto con soluciones urbanas mediante tecnología.

Para el gerente de la multinacional, “la tecnología es la clave de las ciudades del futuro porque puede jugar un papel central cuando se trata de resolver problemas como el tráfico o la seguridad. Allí es donde debemos enfocar la atención de los nuevos talentos si queremos mejorar la productividad del país y la imagen de nuestras ciudades en el mundo”.

 Tomado de: El Espectador.com

‘Los niños que hoy aman la ciencia serán los transformadores del futuro’, afirma Director de Colciencias
Bogotá , viernes, 17 de marzo de 2017
Foto: @Colciencias – SIG
César Ocampo, durante su visita a EL HERALDO.// Charlie Cordero

César Ocampo, nuevo director de Colciencias, conoció de primera mano las experiencias de los niños y los jóvenes que construyen el futuro de la ciencia y la tecnología en el país.

En la Universidad Tecnológica de Bolívar, Cartagena, el director de Colciencias, César Ocampo, tuvo la oportunidad este viernes de conocer de primera mano las experiencias de los niños y los jóvenes que construyen el futuro de la ciencia y la tecnología en el país.

Ocampo participó en el conversatorio “Experiencias de Ciencia Ondas – Bolívar”, en la que niños, jóvenes y docentes del programa “Programa Ondas” compartieron sus historias relacionadas con la ciencia y la tecnología.

‘Con pasión y dedicación niños que hoy aman la ciencia serán los transformadores del futuro’, manifestó Ocampo durante su intervención en el conversatorio.

Varios grupos de investigación expusieron sus proyectos y explicaron cómo desde la ciencia, la tecnología y la información se puede transformar la sociedad y suplir las necesidades de la región.

El programa Ondas de Colciencias lleva 16 años fomentando una cultura de la ciencia, la tecnología y la innovación en niños, niñas y jóvenes de todo el país.

Dicha iniciativa se desarrolla por medio de una estructura descentralizada en la que instituciones de educación superior, centros de investigación, y fundaciones coordinan la implementación en cada departamento.

Ellas organizan la convocatoria, selección de proyectos y el proceso de asesoría a los grupos a través de profesionales especializados.

Tomado de:

(fin/lhb/bco/con información de Colciencias)

Girasoles y trampas

Por: Mauricio García Villegas

En 2010, año de campaña presidencial, el candidato Antanas Mockus diseñó su propuesta política a partir de ideas simples como estas: “no todo se vale” y “la vida y los recursos públicos son sagrados”. Con algo tan elemental como eso, que más parecen consignas para fundar un colegio que para gobernar un país, Mockus casi llega a ser presidente.

Pues bien, hoy, siete años después, y en medio del escándalo de Odebrecht, nos enteramos de que los adversarios de Mockus hicieron trampa: violaron los topes impuestos para el ingreso de dineros a su campaña, lo hicieron a través de una persona jurídica extranjera que era contratista del Estado (Odebrecht) y contrataron a un tercero (en Panamá) para que prestara algunos servicios en la campaña (afiches y encuestas), todo lo cual es una sucesión de ilegalidades.

Antanas Mockus estaba en lo cierto cuando denunciaba la cultura de la trampa en el mundo de la política. No sólo eso: él mismo fue víctima de lo que denunciaba. Es triste que la trampa tenga tanto peso en la política colombiana, pero es todavía más triste que la víctima de la trampa sea justamente alguien que, con girasoles y lápices en la mano, funda su propuesta en no hacer trampa. Es como engañar al maestro, al sabio o a la madre.

También aflige ver cómo algunos políticos convencionales, los mismos que han urdido la trampa durante años y que acompañaron a Santos en aquel 2010, salgan ahora a marchar contra la corrupción. Vivimos en una sociedad en donde el discurso de la virtud es tan rentable que los corruptos son los primeros en apropiarse de él. Hacen lo de Napoleón cuando decía: “Yo sé cuándo es necesario quitarme la piel de león para ponerme la del cordero”.

Mockus tenía razón cuando proponía acabar con la trampa, respetar a los demás y defender lo público. Sin esas reglas elementales nada funciona bien; ni el sistema político, ni la empresa, ni la paz, ni el desarrollo económico. La honestidad básica y el respeto por los demás (no hablo de la bondad, ni de la ejemplaridad, ni de grandes virtudes) son como una precondición para que exista confianza entre la gente, y la confianza, ya se sabe, es la base para hacer proyectos colectivos como los que se necesitan para que un país avance.

Mockus tenía razón en algo más: para enfrentar con éxito la cultura de la trampa hay que movilizar a la ciudadanía, a los jóvenes y a la gente que está por fuera de las redes clientelistas y partidistas del sistema político. Mientras la ciudadanía no se organice, no salga a votar y no presione a los gobernantes para que rindan cuentas, seguirá siendo una víctima de los políticos tradicionales y nada cambiará realmente.

¿Qué habría pasado en 2010 si la campaña del candidato Santos no hubiese permitido el ingreso de dineros ilegales, ni hubiese emprendido toda una operación sucia de maledicencia y mezquindad contra Mockus? No lo sé. Quizá Santos habría ganado de todos modos, como lo reconoció con nobleza el mismo Mockus, el jueves pasado; o quizá no. Eso ahora no importa. Lo que sí creo es que este país tiene una deuda de gratitud con Mockus, no sólo por haber trazado el camino que algún día nos puede sacar de este atolladero, sino también por haber sido siempre fiel, hasta el final de su vida política, a sus principios.

Por todo eso se me ocurre que también él merecía los honores que tuvo Santos: no sólo la Presidencia, sino también un premio Nobel, así fuera un premio Nobel simbólico, de esos que le gustan a él.

Tomado de:El Espectador.com

‘Habemus papam’

Convenza usted a los corruptos de que si no temen a las leyes terrenales, al menos sí a las de Dios.

18 de marzo 2017 , 12:00 a.m.

Por fin se anunció la visitadel papa Francisco, ‘me acabo de enterar’. Lo necesitamos urgente. Por la situación que vivimos podría ser una especie de venida del Salvador, como en tiempos de Jesús. Es que Colombia requiere un exorcismo nacional. Urge de ese exorcismis et supplicationibus, porque la corruptionem nos come vivus.

Suplicatium, soberano del Vaticano, dadnos la mano, venid más temprano, porque la corruptionem a todo nivel nos carcomem. Es un supplicium. Podemos llevar a un corruptus in fraganti al parque Simón Bolívar de Bogotá, lleno de políticos de todos los partidos y muchos del común –que también es común que roben–, y si el pontífice grita: “el que esté libre de pecado que tire la primera piedra”, queda el parque solo. Qué piedra.

Necesitamos que venga ya, y si es posible se reúna con los representantes de las grandes campañas políticas y les diga: “La verdad os hará libres”. Con todos, los de Santos y Uribe, que antes comulgaban en la misma misa, porque aquí todos aparecen en el afiche. A las dos campañas se les metió el diablo disfrazado de Odebrecht, la brasileña que montó la corrupção mais grande do mundo.

«Por el olor los conoceréis. Porque un corrupto huele feo, así se eche loción fina con plata sucia».

Y es justo y necesario reconocerle al presidente Santos, que pide que se investigue, que no prescriba y que se llegue hasta las últimas consecuencias. Otros deben seguir el ejemplo, en vez de ‘negare’.

Papa Francisco: ¿no puede adelantar a Colombia una página en su agenda? Usted es uno de los líderes del mundo más respetados, por encima de presidentes; es la persona con mayor credibilidad y, con el poder de Dios, pueda ser que logre alejar de este país el demonio de la corrupción, contra el que usted ha luchado.

Recuerdo que dijo que este se metió hasta en el Vaticano, donde hay Poncios Pilatos. Habló usted de que “es un proceso de muerte… que se ha vuelto habitual en la sociedad… que es un mal más grande que el pecado, y más que ser perdonado, debe ser curado”. Pero ¿con qué lo curaremos? Aquí también hay muchos Pilatos. Y muchos pelotas, que volvemos a votar por los mismos.

En septiembre, santo papa, por fortuna, la guerrilla habrá entregado las armas, la paloma de la paz volará sobre Colombia; ojalá usted pueda decirles a los tercos del Eln: mi paz os dejo, mi paz os doy, no mires los petardos, sino la fe de la Iglesia. Tal vez el grande Nairo Quintana ya sea campeón del Tour de Francia. Tal vez estemos clasificados al Mundial de Rusia. Tal vez haya menos hectáreas de coca. Pero habrá ya campañas políticas, y los corruptos afilarán garras.

Necesitamos cuanto antes que venga y recalque sobre el pecado que es robarse la plata de la gente, porque los sobornos políticos luego encarecen las obras, o no se hacen y no hay presupuesto para lo social, ni para la salud, y mueren niños de hambre. En el 2016 más de 100 pequeños murieron por desnutrición mientras algunos engordaron con los refrigerios. Más que perdonarlos, se necesita castigarlos.

Como aquí, santo padre, se alzan con el santo y la limosna, se requiere que usted convenza a los corruptos de que si no temen a las leyes terrenales, al menos sí a las de Dios. Sugiero que para ellos se vuelva al antiguo cilicio, como símbolo de penitencia. Casi todo político debería llevar esa camisa áspera, a veces de piel de camello. Así al menos, por el olor, los conoceréis. Porque un corrupto huele feo, así se eche loción fina con plata sucia.

En fin, aunque no llegue ya el Papa, corruptos a todo nivel, no se roben la papa de los pobres. Es pecado, es delito, es vergüenza para sus familias. Feliz puente a los millones de honestos, que disfrutan así sea con poco.

LUIS NOÉ OCHOA
[email protected]

Tomado de:El Tiempo.com

¿Para dónde vamos?

En su empeño de acumular riqueza, muchos sacrifican honor, dignidad y decencia. Y su libertad.

18 de marzo 2017 , 12:00 a.m.

Peor, imposible. La corrupción, un cáncer que solo daba en los bajos fondos, se globalizó e infectó todos los estratos de la sociedad. Es ‘modus vivendi’ de ciertos contratistas y ciertos políticos cuyo afán es enriquecerse, tener más billete, más propiedades y más poder. La codicia rompe el saco, dice un refrán. No hay barreras morales ni éticas que la contengan. Y los corruptibles ya no se corrompen por cualquier chichigüita. Hoy, la cosa es en grande. Investigadores gringos descubrieron que Odebrecht, una firma brasileña dedicada a corromper, ha extendido sus tentáculos por todo el continente.

En Colombia, esa megacorruptora encontró terreno abonado. Dos ejemplos muestran hasta dónde llegaron tanto la audacia de los corruptores como la ambición de los corruptibles: un viceministro, o un segundo de a bordo del Ministerio de Transporte de un gobierno que se precia de impoluto, le exigió a la tramposa Odebrecht ¡6,5 millones de dólares!, unos 195.000 millones de pesos, para adjudicarle el tramo de una carretera. Y un exsenador, o antiguo padre de la patria, convertido en calanchín de la tramposa firma, le exigió por sus ‘servicios’ 4,6 millones de dólares, o unos 138.000 millones de pesos.

Frente a esa cruda realidad, los ciudadanos del montón no sabemos a quién creerle, ni qué camino coger. Todo, alrededor, está contaminado. A las cárceles llegan, día tras día, encopetados ciudadanos de cuello blanco, acusados de delitos varios que ellos en principio no reconocen. Pero, acosados por los hechos y ante posible rebaja de pena, terminan confesando sus delitos, como también sus compinches. Porque en esas altas esferas hay asociaciones para delinquir.

Esa codicia, en servidores públicos y congresistas, es doblemente condenable porque se lleva de calle patrimonio del pueblo.

Es desmedido el afán de enriquecimiento y son desmedidas también la audacia, la ambición, la desvergüenza. En su empeño de acumular riqueza, muchos sacrifican honor, dignidad y decencia. Y su libertad, tantas veces. Esa codicia, en servidores públicos y congresistas, es doblemente condenable porque se lleva de calle patrimonio del pueblo. Teniendo en cuenta tanto desastre, los ciudadanos debemos tener “ojos abiertos y oídos despiertos”, como decía un publicista, para saber por quién votar en las próximas elecciones. Es urgente analizar las hojas de vida de los que aspiran a gobernar, o a ser congresistas, para que no nos metan gato por liebre.

Así las cosas, y a pesar de las trampas, las desilusiones y los desengaños, hay una luz en el camino: el exgeneral Óscar Naranjo, nuevo vicepresidente de la República. Con una hoja de vida al servicio del país, le mete el hombro al Gobierno en un momento crítico. Porque, aparte del lío porque el gerente dejó entrar dinero de Odebrecht a las campañas de J. M. Santos, los enemigos que piden que Santos renuncie son también enemigos del acuerdo de paz. Y en ese campo siguen sembrando cizaña. Con miedos y mentiras, han conseguido que mucho colombiano no entienda ni aprecie lo que significa para el país y para todos que 7.000 guerrilleros de las Farc se hayan desmovilizado y estén a un paso de entregar sus armas a Naciones Unidas, para jamás volver a disparar.

Pero ahí está el vicepresidente Óscar Naranjo. En entrevista a Semana, dijo que impulsará los acuerdos para asegurar que la paz sea irreversible. Que invertirá su credibilidad en construir un país que proscriba la violencia para siempre. Que la responsabilidad de los líderes políticos es asegurar la participación ciudadana no a base de miedo y rabia, sino basada en la confianza y en la esperanza de tener un país mejor.

LUCY NIETO DE SAMPER
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Tomado de:El Tiempo.com

Así funciona el cerebro de un mentiroso
Así funciona el cerebro de un mentiroso Foto: 123RF
| 2016/10/29 00:00
Un estudio hecho en Gran Bretaña reveló que quienes se acostumbran a mentir pierden sensibilidad en la amígdala, zona cerebral encargada de controlar las emociones básicas.

Una mentira es como una bola de nieve: cuanto más rueda, más crece. Según un estudio hecho por expertos de la Universidad College de Londres, esto ocurre porque el cerebro del mentiroso pierde sensibilidad a medida que repite los actos de deshonestidad. Por eso muchas personas mienten compulsivamente e incluso se vuelven expertas en encubrir el engaño.

Así lo comprobaron los investigadores tras poner a prueba a 80 adultos y observar que cuando mintieron se modificó la actividad de la amígdala, región del cerebro encargada de controlar las emociones básicas. Observaron que las neuronas en esta área disminuyen cuando aumenta la frecuencia de las mentiras. Por eso, quienes se acostumbran a mentir por una pequeñez son mucho más propensos a repetirlo en asuntos más delicados. El trabajo fue publicado en la revista Nature Neuroscience.

Tomado de:Semana.com

«La mentira es la verdad del mentiroso»: conclusión del presentador de un programa de salud mental de la DW.com, de Alemania, en español. (Sábado 18 de marzo,2017, 11:00 am.)

«Las grandes masas sucumbirán más fácilmente a una gran mentira que a una pequeña»: Adolfo Hitler.

«Una mentira repetida mil veces se convierte en una verdad»: Joseph Goebbels.

Cómo explicarle a una niñera la tarifa nueva de Transmilenio

Publicado en: Despacio

Como le pasó a muchos hoy, Marcela no sabe por qué subieron la tarifa de Transmilenio. Ella hace el desayuno y la comida en mi casa y cuida a mis hijos durante parte del día. Vive más allá del 20 de Julio, cerca del Parque Entrenubes. Su viaje en Transmilenio es a veces de dos horas por trayecto y prefiere salir de su casa a las 4am porque si sale más tarde dice que el viaje es insoportable. Ella fue una de las que me pidió esta mañana una explicación de la nueva tarifa de Transmilenio.

Les voy a hacer la vida fácil y concluyo de una vez: no supe cómo explicarle. Yo llevo trece años dedicado a pensar en transporte y tratar de resolver cosas de ese sector, y a pesar de que intenté explicarlo de varias formas no lo logré. La explicación real que le habría podido dar es la siguiente (inspiro profundo para tomar aire):

La tarifa de Transmilenio se define a partir de una tarifa técnica y una tarifa de usuario, la última es lo que usted paga pero la primera es la que está constituida por todos los costos que implica operar el sistema. Hay una fórmula en principio inviolable que determina que, cuando la tarifa técnica está por encima de la tarifa del usuario durante un tiempo determinado, es necesario subir la tarifa de usuario para solventar el déficit. El único que puede decir que no se va a subir la tarifa es el Sr Alcalde, en cuyo caso tiene que decidir de dónde va a sacar la plata para cubrir el déficit entre la tarifa técnica y la tarifa de usuario. Esto debe salir del presupuesto de la ciudad, y así nos guste o no va a tener que reducir el gasto en otro sector que también lo necesitaría – salud, educación u otro-. Una opción muy buena de resolver ese problema es generar un nuevo recaudo para cubrir ese déficit (de estacionamientos, de cobro por congestión) y hacer una destinación específica como la que se hace con la sobretasa de la gasolina para pagar las vías y la infraestructura de transporte masivo. Pero como el Concejo de la ciudad no ha aprobado ninguno de esos cobros las tres o cuatro veces que se les ha presentado (dicen que no porque no tenemos buen transporte público), las alcaldías desde tiempos de Samuel Moreno han tenido que sacar plata de otras partes para poder cubrir ese déficit. Hoy en día, el déficit es tan grande que es ya muy difícil mantener el subsidio y el Distrito ha decidido subir la tarifa de sistema de transporte público para dejar de incrementar el déficit. Y lo ha hecho más de una vez por la misma razón, y porque decide que no debe seguir sacando plata de otros sectores (ni ha podido generar nuevos cobros a los modos contaminantes) sino que el único remedio que ve es subir la tarifa. Súmele a eso, Marcela, que los contratos de operación de transmi de la primera fase se pudieron haber renovado en la época de Samuel Moreno, y nuevamente hubo una oportunidad en la época de Petro, pero no lo hicieron (Petro dejó los prepliegos publicados la última semana de su mandato pero llegaron más de cuatrocientas cartas de observaciones a una infinidad de cosas). La nueva licitación de Fase 1 de transmi permitiría redefinir la distribución de la tarifa entre operadores y distrito y, hasta cierto punto, reducir ese déficit del que tanto he hablado. Pero eso no es todo: agréguele, también, que la operación del SITP hace que la ciudad necesita encontrar una manera de cubrir costos de operación de muchas rutas que no llevan casi pasajeros (las “rutas malas”) con el recaudo que se recoge en las rutas donde van repletos de pasajeros (las “rutas buenas”), y eso inevitablemente inclina la balanza hacia la necesidad de cubrir la tarifa con un subsidio (y sacar la plata de algún lado del presupuesto de la ciudad) o subir el valor de la tarifa. Ah, al final del 2015 el Distrito ya sabía que tenía que subir la tarifa de Transmi (eso es cuento viejo) pero decidieron no hacerlo todavía. ¿Me pasa la sal, porfa?

Lo que digo arriba es mi interpretación de las cosas según lo que sé, seguramente habrá precisiones y opiniones (fundamentadas en datos, en memes, noticias o en lo que dijo la persona en la que uds más confíen en Twitter). Pero no pude explicarle a Marcela nada de eso, mucho menos sin pedirle un par de horas de su tiempo, un tablero y varias sesiones de preguntas y respuestas. Ella es una ciudadana de a pie… o mejor: una ciudadana de a bus. Y los ciudadanos de a bus no son los que se quedan a preguntar si el recaudo de estacionamientos sería suficiente para cubrir ese déficit (no, ni de riesgos es suficiente, por si acaso) sino que quieren saber por qué no van a tener la misma plata para el arriendo y por qué van a pagar más por el mismo servicio (salir a las 4am porque más tarde es muy lleno). No quieren conocer la teoría del transporte público, el modelo de negocio del primer BRT “golestandar” del mundo ni cómo mejoraron el modelo financiero en los sistemas subsiguientes. Tampoco se preguntará si, a la postre, la sociedad está mejor con un subsidio sacado de presupuesto general para transporte en lugar de educación o salud. Ellos se preguntan por qué les están cobrando más por la misma cosa, y cómo es posible que una moto sea tan barata y Transmilenio tan caro.

Al final de cuentas, lo que sí es perfectamente claro es que hay una gran diferencia entre la forma como uno u otro alcalde toma decisiones de política pública y lo que esto significa para la ciudad. Bueno o malo, Bogotá ha visto por lo menos cinco maneras de tomar decisiones de política pública ante problemas fundamentales de la ciudad, y las consecuencias de esas decisiones. No va a ser mi tarea hacer el podio de alcaldes para decir cuál tomó una decisión mejor que otro. Ustedes ya están grandecitos para tomar esa decisión.

Tomado de:El Tiempo.com