2 Octubre 2019.
Por: Jairo Ruiz Clavijo, Socio CPB.
Una constante de la actividad periodística es nuestra relación con el poder y esta circunstancia, que podría llevar a definir el Periodismo como la divulgación de las acciones de los poderosos, ha sido poco estudiada y analizada, salvo desde el punto de vista ético.
Es evidente la necesidad de estudiar el poder en sí mismo para conocer los elementos que lo componen y las herramientas de que se vale para dominar desde una pequeña comunidad hasta el mundo entero.
El coronel Pedro Baños ha dedicado su vida al estudio del poder: Ha sido Jefe de Contra-inteligencia y Seguridad del Ejército Europeo, profesor de estrategias y relaciones internacionales en cursos del Estado Mayor y Jefe de la unidad de Análisis Geopolítico del Ministerio de Defensa Español así como consultor en geoestrategias del Mercado Común Europeo.
Durante 25 años este coronel ha dictado conferencias en todos los continentes. El año pasado estuvo en el Hay Festival de Medellín y como resultado de estos estudios y experiencias escribió dos libros: “Así se domina el mundo” y “El dominio mundial” los cuales han sido “best seller” mundial y -en nuestro concepto- materia de estudio de varias facultades para muchas carreras profesionales, entre ellas las de Periodismo.
El mundo – dice Pedro Baños- se parece al patio de recreo de un colegio: hay niños y niñas que controlan a su pequeño círculo de compañeros, ya porque son más fuertes, saben más, son más ricos, pertenecen a mejores familias o tienen influencia con el profesor.
Exactamente lo mismo ocurre a escala mundial donde hay países poderosos por sus ejércitos, poderío económico, actividad diplomática, servicios de inteligencia, disponibilidad de recursos naturales, extensión territorial o población, a las que hay que agregar potencialidades intangibles en las que se incluyen la historia, la religión, la ideología y la lengua de cada nación así como la lealtad la confianza y el patriotismo.
A los anteriores factores de poder, que existen desde el comienzo de la historia, se agregan el conocimiento y la tecnología, y las comunicaciones estratégicas.
En este patio de recreo que es el planeta, los países se relacionan entre sí a través de tratados, organizaciones política o económicas, programas y demás asuntos que se denominan política internacional la cual se realiza a través de las embajadas y el cuerpo diplomático.
No hay nada más hipócrita y cruel que la diplomacia: Cada país formula sus propias políticas y reglas en beneficio de sus ciudadanos, sin importar los intereses o conveniencias de ningún otro país. Y mientras más poderosos son, más impulsan sus intereses.
En la esfera internacional coexisten potencias con distinto grado de capacidad de influencia en las decisiones mundiales y se puede considerar que hay dos tipos básicos de países: los dominadores y los dominados. Los países dominados, como alumnos en el patio del colegio, buscan agruparse y cobijarse bajo el paraguas de una potencia superior que, al menos teóricamente, les garantice su seguridad e inmunidad.
La lucha por el poder muchas veces se disfraza como un enfrentamiento entre el bien y el mal, entre la democracia y la dictadura, la defensa de la Soberanía o de la tradición las costumbres y la religión.
Aunque los tiempos cambian, la tecnología evoluciona y los gobernantes van y vienen, hay unos principios políticos inmutables que rigen la política internacional y que no han cambiado con el paso del tiempo y son estos:
El estado es un ser vivo que como tal necesita alimentarse para sobrevivir y crecer. El geógrafo alemán Friedrich Ratzel hizo esta analogía “Sobre las leyes de la expansión espacial de los Estados.
En esta obra el fundador de la Geografía Humana enumeró siete leyes que entendía como universales:
1) El crecimiento espacial de los Estados está relacionado con el desarrollo de su cultura.
2) Su expansión va en paralelo a su potencia económica, comercial e ideológica.
3) Los Estados se expenden incorporando o asimilando entidades políticas de menos importancia.
4) La frontera es un órgano vivo
5) La lógica principal del proceso de expansión es absorber territorios más ricos.
6) El Estado se extiende por la presencia en su periferia de una civilización inferior a la suya.
7) La tendencia general de asimilar o absorber a los más débiles invita a multiplicar las apropiaciones de territorios en un movimiento que se auto-alimenta.
Estos postulados continúan vigentes y -como ser vivo- el Estado debe atender a sus necesidades vitales y asistenciales en dos frentes diferentes aunque íntimamente relacionados: Las necesidades básicas de la población, sobre todo centradas en la alimentación, y las de la Industria que necesitará materias primas y recursos energéticos.
El poder, en las naciones como en las personas, proviene del dinero; en todos los casos la economía manda al decir de Napoleón: “La guerra se hace con tres cosas: dinero, dinero y dinero”.
El dinero influye en la geopolítica: Hitler llegó al poder gracias al magnate anglo-holandés Henry Deterding Director general del grupo Royal Dutch/Shell y enemigo acérrimo del régimen bolchevique ruso porque este se había apropiado de las explotaciones de la Shell en Bakú (Azerbaiyán) y la Texaco suministró a Franco todo el petróleo que necesitaba para llegar al poder y como recompensa no solo cobro la deuda contraída por más de seis millones de dólares de la época, sino que obtuvo el monopolio de la venta de petróleo en España. El magnate petrolero Torkild “Cap” Rieber justificó esta acción con el argumento de que era preciso copar el mercado para impedir que en el futuro entrará petróleo ruso a España.
El petróleo sigue siendo la causa de los actuales enfrentamientos entre las potencias en el Medio Oriente y Venezuela, país que también posee una de las más grandes reservas del mundo de coltán, mineral estratégico para la industria electrónica y cuya comercialización y procedencia las potencias que lo utilizan mantienen en secreto.
Todos los grandes conflictos de la historia han tenido causales económicas, sea por la búsqueda de materias primas o de mercados para sus productos: El sociólogo Gastón Bouthoul afirma que Alemania tuvo que acudir a la guerra de 1914 como consecuencia de la costosa lucha sostenida contra las otras potencias industriales exportadoras, la infame guerra del opio (1839-1842) la hizo Gran Bretaña en nombre de la libertad de comercio.
Estados Unidos, primer país del continente en independizarse, firmó un pacto secreto con España comprometiéndose a no apoyar la independencia de sus colonias a cambio de que no apoyara a Inglaterra. Pero una vez logró suficiente desarrollo económico, declaró la guerra a España para apropiarse de Cuba y del mercado del continente tanto para la obtención de materias primas como para la comercialización de su pujante desarrollo.
Antes de la Segunda Guerra Mundial, Estados Unidos y Gran bretaña representaban el poder mundial del dinero. Hitler trató de crear una Alemania independiente del capitalismo prestamista y comenzó a rehusar los préstamos extranjeros y basar su producción en el marco y no en las reservas de oro. Además, la floreciente industria alemana necesitaba mercados para sus productos y materias primas para sus fábricas, dos aspectos que dominaban los aliados y que no estaban dispuestos a ceder.
El investigador, Pedro Baños, considera que en estos momentos se están dando similares condiciones entre China y Los Estados Unidos pues este último país quiere invadir el mundo con sus productos y requiere de materias primas que están en países africanos y latinoamericanos bajo la influencia norteamericana por lo cual considera que tarde o temprano estas dos potencias llegarán a un enfrentamiento bélico.
¿Y quien domina la economía mundial?
Según un informe publicado el 24 de mayo de 2016 en la página web de Investopedia, las cinco familias más ricas del mundo son:
Los Rothschild, establecidos desde el Siglo XVIII en las principales ciudades europeas cuya fortuna actualmente calcula en dos billones de dólares, es decir 2.000.000.000.000.
- La casa Saud de Arabia Saudí cuya fortuna se estima en 1.4 billones
- La familia estadounidense Walton, dueña de los almacenes Walmart, poseedora de unos 152.000 millones de dólares y el mayor empleador privado del mundo con más de 2.2 millones de empleados.
- La familia Koch, también estadounidense con 89.000 millones de dólares, y
- La familia Mars, también norteamericana con 80.000 millones dueña de la mayor fábrica de dulces.
La lista Forbes 2019, por su parte, suministra esta lista de los cinco hombres más ricos del planeta:
- Jeff Bezos, 54 años, con 124.700 millones.
- Bill Gates, 63 años, con 93.500 millones
- Warren Buffet, 88 años, con 84.000 millones
- Bernard Arnault (y familia) 69 años, 68.400 millones, francés
- Carlos Slim (y familia) 78 años, con 57.900 millones, mexicano.
Como puede observarse la familia Rothschild supera las demás fortunas y su alejamiento de los medios de comunicación no permite tener certeza sobre su evidente poder económico y su capacidad de influencia en todos los sentidos que, se dice, interviene en decisiones claves de alcance mundial.
El mercado mundial de granos, cereales y leguminosas está controlado por cuatro grandes corporaciones:
- ADM, estadounidense
- Bunge, de origen brasileño pero con sede en Estados Unidos
- Carguil, estadounidense, y
- Dreyfus, de origen francés, asentada en Holanda.
Estas Corporaciones conocidas como las ABCD directamente o a través de empresas subsidiarias tienen la capacidad de establecer a escala mundial los precios del arroz, maíz, trigo o soya y en este terreno alimentario tres estadounidenses: Monsanto, Dupont, y Dow, con la alemana Bayer, la suiza Syngenta y la china ChemChina controlan el sector de las semillas, pesticidas, insecticidas, los productos químicos y alimentos transgénicos.
Bayer, con la adquisición de Monsanto hace pocas semanas, controla la industria farmacéutica.
En términos generales, estas son las potencias económicas más importantes del mundo que manejan los destinos de todos y cada uno de los habitantes del planeta y cuyos intereses crean extrañas alianzas pues no hay aliados eternos sino intereses permanentes, pues las alianzas siempre son efímeras y cada quien solo debe confiar en sus propias fuerzas.
¿Cómo y de qué instrumentos se valen estas naciones y grandes multinacionales para conservar, ejercer y aumentar su poder?
Hay estrategias inmortales como son la intimidación, el cerco y contracerco, la “patada a la escalera” y acciones para empobrecer y debilitar al vecino, simular y disimular, el breaking point, fomentar la división, la dominación directa, retorcer la ley para reforzar al enemigo y las armas de comunicación masivas.
¿cómo se utilizan estas estrategias y en qué consisten? será el tema de un próximo artículo.