Subirse al avión

5 Junio 2019.

La conectividad aérea regional es pieza clave para promover el desarrollo económico y social de ciudades que despegan en su crecimiento —algunas apartadas de los grandes centros de influencia— y que hoy en día desempeñan un estratégico papel dinamizador en sus territorios. Aunque en esta última década varias de ellas se han venido incorporando a la agenda nacional, es largo el trayecto por volar para cubrir la extensa red de localidades que aún carecen de alternativas apropiadas de transporte para jalonar su progreso.

La meta programada por el Gobierno para 2030 es transportar 100 millones de pasajeros, y según el Consejo Internacional de Aeropuertos (ACI) Colombia es la cuarta nación en el mundo con mayor proyección de crecimiento del sector aéreo para los próximos 20 años, por debajo de Vietnam, India e Irán. Las expectativas resultan interesantes, pero adquirirían valoración social si dentro del progresivo mercado se integrara a las regiones parcial o totalmente marginadas, en aras de distribuir equidad y construir un país mejor.

La mayor parte de las ciudades intermedias registran bajo cubrimiento, con pocas opciones en materia de competencia y rutas, debido a problemas de disponibilidad de equipos y deficiencias en la infraestructura aeroportuaria, pero también por los altos costos de la operación y de los precios de los pasajes, que siguen siendo camisa de fuerza para usuarios y aerolíneas.

Dentro de esa lenta tarea de incentivar el crecimiento del tráfico hacia estos destinos, EasyFly se ha convertido en la aerolínea comercial con mayor conectividad en el país, y poco a poco, a lo largo de una década, consolida liderazgo en la aviación regional, gracias a la aplicación de un modelo de negocios que le ha resultado funcional. De 171.000 pasajeros movilizados en 2008, pasó a un 1’826.000 el año pasado, con una imparable tendencia al alza y presencia en el 72% de los departamentos. Comportamiento semejante se refleja en términos de ventas, con un crecimiento sostenido del 26% anual.

La aerolínea se la juega por la conectividad en zonas con dificultades de transporte, donde el viaje en avión se vuelve un medio indispensable ante el despertar de las economías locales y la necesidad que este servicio empieza a generar entre sus habitantes, obligados a enfrentar el cotidiano desafío de aventurarse por la enmarañada topografía nacional a través de una compleja y congestionada red vial.

El modelo de negocios es elemental. Aviones de alta tecnología, apropiados para trayectos medianos, rutas directas entre ciudades intermedias, precios de pasajes competitivos y agilidad en los trámites de embarque y desembarque. El combo se traduce en reducción de costos para ambas partes, solución de problemas de espacio y tiempo de movilización, y facilidad para el acceso de bienes y servicios a las comunidades.

Ciudades como Quibdó, Manizales, Pereira, Armenia, Montería, Apartadó, Tolú, Ibagué, Neiva, Valledupar o Barrancabermeja, a las que llega EasyFly, les prenden motores a sus economías, y el espaldarazo aéreo, con la prestación de un servicio especializado que atiende con prontitud y rapidez las necesidades de sus habitantes, les mejora su conectividad.

Sin embargo, otras tantas, como Mompox y Bahía Solano, dos excelentes destinos turísticos que tienen un alto mercado potencial, siguen sumidas en el aislamiento aéreo, y no por culpa de las empresas de aviación, sino de la autoridad aeronáutica que ha sido incapaz de solucionar sus limitaciones aeroportuarias, reflejadas en problemas de infraestructura física y de condiciones de pista, y en restricciones de seguridad aérea.

Estimular la presencia del transporte aéreo en ciudades intermedias, eliminando las escalas no benéficas, debería ser prioridad, a fin de abrir nuevos nichos de mercado, promover la competitividad, democratizar y mejorar el servicio, disminuir la carga económica de los usuarios y facilitarles a los jóvenes polos económicos el camino al desarrollo.

Con la irrupción de nuevas aerolíneas regionales que visibilicen la mayor parte del país, Colombia podría convertirse en verdadero referente para el turismo y el comercio. El modelo de negocios de EasyFly, aerolínea que atraviesa por un exitoso proceso de expansión gracias a la incorporación de 13 modernas aeronaves ATR 42 y ATR 72, demuestra que, además de alas, se requiere decisión para volar hacia esas pujantes ciudades que quieren montarse en la era del avión, el vehículo que les habrá de subir la categoría… para que dejen de ser intermedias.

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