Crculo de Periodistas de Bogot
Uribistas examinan sus caminos para oponerse al nuevo acuerdo
Foto: Archivo particular
El senador Álvaro Uribe habla con representantes del Centro Democrático sobre los próximos pasos tras el anuncio de la firma del nuevo acuerdo de paz.

El Centro Democrático está preparando todo su arsenal para oponerse al nuevo acuerdo suscrito entre el Gobierno y las Farc. Por ahora examina varios caminos para no irse por uno solo.

Si bien todavía no se puede decir cuál va a tomar, congresistas del partido insisten que habrá medidas que implicarán salir a la calle, acudir a estrados judiciales y hacer férrea oposición con la bancada.

 “Haremos valer en derecho todas la prerrogativas y atribuciones que la Constitución nos permite”, dijo el senador Jaime Amín.
 El Centro Democrático oficializó este miércoles que no acepta el acuerdo y que estudiará “acciones de apelación al pueblo en las calles y en los escenarios de la democracia”.

(Le puede interesar: ‘El Congreso no está sustituyendo al pueblo’: Mauricio Lizcano)

“Vamos a evaluar cuál es el mecanismo de refrendación popular que es mejor para el país y nos moveremos hacia eso. No descartamos una Constituyente (…). También recogeremos las firmas correspondientes para traerle al Congreso el mecanismo de refrendación que se elija”, dijo la senadora María del Rosario Guerra.

Por su parte, los senadores Paloma Valencia y Daniel Cabrales pidieron, incluso, la revocatoria del Congreso. Pero, por su naturaleza política, lo único seguro es que el uribismo intentará, a partir de ahora, recuperar el poder en 2018.

El ministro del Interior, Juan Fernando Cristo, dijo: “Finalmente destaparon sus cartas y le confirmaron al país que la paz será utilizada como un mecanismo para hacer política electoral para el 2018”.

POLÍTICA

Tomado de: elespectador.com 
Bogotá y Medellín, rajadas por contaminación
Leyenda / crédito

El Ideam entregó el último informe sobre calidad del aire. Concluyó que la excesiva concentración de material particulado está relacionada con el número de casos por infecciones respiratorias.

Por: Redacción Medio Ambiente

En marzo de este año el Valle de Aburrá, una extensa zona de un poco más de 1.000 kilómetros cuadrados que une a varios municipios de Antioquia, entre los que está Medellín, quedó cubierta por una bruma gris de contaminación.

La situación fue tan grave, que los puntos de monitoreo de calidad del aire registraron 160 microgramos de PM2 (material particulado) que es generado por el esmog, superando tres veces la media nacional (50 microgramos) y seis veces la media internacional recomendada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) (25 microgramos).

Las alarmas se encendieron por la emergencia ambiental y se restringió el uso del carro y la circulación de volquetas en la región, se suspendieron las actividades físicas de los colegios y se recomendó a los deportistas no trotar por las mañanas porque la excesiva concentración de PM2 podría traer serios problemas para la salud. Ese hecho comprobó lo dicho por la Organización Mundial de la Salud (OMS) en 2014, que ubicó a Medellín como la novena ciudad con más polución de América Latina, seguida en Colombia por Bogotá.

 Por su parte, el “Informe de Calidad del Aire 2011-2015”, entregado ayer por el Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales (Ideam), rajó a estas dos ciudades por mala calidad de aire.

Según el documento, para el año 2015, el aire más puro en el país se respiró en estaciones del Cesar, Pasto, Valledupar, Armenia y la localidad de San Cristóbal y de Usaquén, en Bogotá. En contraste, los lugares más contaminados son la estación de Carvajal y La Sevillana, en Bogotá, y el Éxito de San Antonio, en Medellín. Además, en el suroccidente de Bogotá, como la localidad de Kennedy, se presentaron niveles que superaron la norma.

De acuerdo con el director del Ideam, Ómar Franco, estos lugares son los más problemáticos en términos de calidad de aire, porque “tenemos zonas de confluencia industrial y también de transporte que son los detonantes”, dijo. Franco complementó diciendo que las acciones que se tomen de aquí en adelante para menguar este fenómeno están asociadas a que las empresas y los sistemas de transporte en esos sitios piensen en estrategias con la población, “ debe ser un trabajo de todos los días y del mejoramiento de procesos industriales y productivos. Será una labor también que deberán emprender las autoridades departamentales”, sostuvo.

El documento destacó que el año más contaminado fue el 2014, donde se encontró que el 25 % de las estaciones superaron los límites máximos permisibles y en análisis preliminares se halló una relación entre la concentración de material particulado en el aire y el número de casos atendidos por infección respiratoria aguda (IRA). De hecho, Franco confirmó que “los contaminantes más complejos, agresivos y acumulativos que monitoreamos, entre ellos el PM2.5, entran al sistema respiratorio”, dijo.

Tomado de: elespectador.com 

 

Clima en Colombia en la mañana del jueves según el IDEAM

Alianza entre la Universidad de Columbia y la FNPI para la formación de periodistas en América Latina

La Escuela de Periodismo de la Universidad de Columbia y la Fundación Gabriel García Márquez para el Nuevo Periodismo Iberoamericano –FNPI- anuncian una alianza para la formación de periodistas de América Latina y el lanzamiento del Curso de Periodismo de Investigación que tendrá lugar en Cartagena de Indias, Colombia, en marzo de 2017.

El objeto del acuerdo firmado por Steve Coll, decano de la Escuela, y Jaime Abello Banfi, director general de la FNPI, es el “desarrollo de actividades de formación e intercambio para periodistas del continente americano, con el fin de impulsar la excelencia, la innovación y la ética del periodismo, aprovechando la trayectoria y el reconocimiento que las dos instituciones tienen a nivel mundial.” 

El primer curso, que se impartirá en español, durará dos semanas y está diseñado para periodistas de todos los países iberoamericanos que aborden el periodismo investigativo en diferentes plataformas de difusión de noticias. Más información aquí.

En este curso las discusiones y talleres sobre periodismo de datos, investigaciones transfronterizas y alcances legales de las investigaciones serán algunos de los temas que impartirá un grupo de instructores de clase mundial, que incluye profesores de la Universidad de Columbia, maestros de periodismo de la FNPI y periodistas de Iberoamérica. Los talleres incluirán sesiones que explicarán cómo obtener y recolectar información de fuentes externas, así como analizar, visualizar datos, y contar historias digitales en múltiples plataformas. Durante el programa, los periodistas perfeccionarán sus habilidades para la indagación en registros públicos internacionales, la utilización de documentos financieros, técnicas de entrevista, estructuración de historias investigativas, así como el uso de herramientas multimedia. 

 

Las inscripciones al curso ya están abiertas para periodistas en ejercicio y editores de proyectos de investigación. El programa también ofrece beneficios para profesores universitarios que fomentan el periodismo de investigación en sus clases. 

Los directores de este programa son Giannina Segnini y Ernst Sotomayor. Segnini es profesora de la Universidad de Columbia, exeditora de investigaciones del diario La Nación de Costa Rica y ganadora del Reconocimiento a la Excelencia del Premio Gabriel García Márquez de Periodismo de la FNPI en 2013. Ernest R. Sotomayor es decano de estudiantes y director de Iniciativas para América Latina de la Escuela de Periodismo de la Universidad de Columbia. 

 

El programa se lleva a cabo con el apoyo del Toni Stabile Center for Investigative Reporting de la Escuela de Periodismo de la Universidad de Columbia y de la FNPI. La coordinación por parte de la FNPI está a cargo de José Luis Novoa, director del programa Centro de Periodismo de la Fundación.

 

Para más información, contáctenos por favor en las direcciones de:

Ernest R. Sotomayor, Decano de Estudiantes y Director de Iniciativas en América Latina: [email protected]

José Luis Novoa,  Director del Centro de Periodismo, Fundación Gabriel García Márquez para el Nuevo Periodismo Iberoamericano- FNPI: [email protected] 

Para información relacionada con los requisitos y matrícula consulte la página: http://bit.ly/PeriodismoInvestigativoLatAm

Charla pública en Cali: «La ética periodística para la próxima década»

Las agresivas campañas y resultados electorales de este año en el Reino Unido, Colombia y los Estados Unidos plantean desafíos éticos para el periodismo y tienen incidencia directa en la credibilidad, el modelo de negocio y la sostenibilidad de las empresas de medios.

Por razones como esas, la Fundación Gabriel García Márquez para el Nuevo Periodismo Iberoamericano -FNPI- ha organizado una mesa internacional para discutir el futuro de la ética periodística. Esta actividad hace parte del proyecto Ética Segura, que es posible gracias a los grupos SURA y Bancolombia.

El encuentro, abierto al público, tendrá lugar este jueves 24 de noviembre en la Universidad Icesi de Cali a las 10:00 a.m. Contará con la participación de Javier Darío Restrepo, Gumersindo Lafuente y Esther Vargas, con la moderación de Jaime Abello Banfi.

Será una hora para reflexionar y explorar fórmulas que permitan reconectar el periodismo con las preocupaciones de la gente y defender la primacía de los hechos como eje de la información periodística.

Invitados

Javier Darío Restrepo es periodista colombiano, experto en ética periodística, catedrático de la Universidad de Los Andes y conferencista en temas de comunicación social. Ha sido columnista en El Tiempo, El Espectador, El Colombiano y El Heraldo. Es autor de 22 libros. Ha ganado dos veces el Premio Nacional de Periodismo Simón Bolívar y obtuvo en 2014 el reconocimiento a la Excelencia periodística del Premio Gabriel García Márquez de Periodismo. 

Gumersindo Lafuente es codirector de la Fundación por Causa, dedicada a la investigación social y el periodismo. Es asesor del cambio digital de La Prensa de Panamá. También colabora con eldiario.es, de España, y forma parte del consejo de redacción de la revista Cuadernos de Periodistas de la Asociación de la Prensa de Madrid. Fue responsable del último cambio digital de El País, que se convirtió en el periódico online líder en castellano. Fue director de elmundo.es de 2000 a 2006, cuando su plataforma se convirtió en la más vista en habla hispana. Lafuente creó en 2007 Soitu, el único medio español incluido en la colección permanente del Newseum de Washington.

Esther Vargas es una periodista peruana con un máster en periodismo digital e investigadora en nuevos medios. Actualmente es Editora de Audiencias de Perú21. Ha capacitado sobre herramientas digitales, nuevos medios y redes sociales a diarios y organizaciones de Latinoamérica. Es directora de la web Clases de Periodismo y del medio Sin Etiquetas, emprendimiento Lgbti para América Latina. Es docente en diversas universidades de la región.

Jaime Abello Banfi ha sido por 20 años director general y cofundador de la FNPI, en cuya creación y gestión trabajó desde el primer día. Antes de vincularse a la Fundación fue director-gerente de Telecaribe, canal público de televisión regional del Caribe colombiano. Es egresado de la Facultad de Derecho de la Pontificia Universidad Javeriana de Bogotá, pero ha dedicado su vida profesional al periodismo, la comunicación y la cultura.

Tomado de: fnpi.org
Abiertas las inscripciones al curso de Periodismo de Investigación para América Latina

Fecha del curso: del 6 al 17 de marzo de 2017

Ubicación: Cartagena de Indias, Colombia

Cierre de inscripciones: 6 de febrero de 2017

La Escuela de Posgrado de Periodismo de la Universidad de Columbia de Nueva York convoca al Curso de Periodismo de Investigación para América Latina, con la colaboración de la Fundación Gabriel García Márquez para el Nuevo Periodismo Iberoamericano –FNPI- de Cartagena de Indias, Colombia.

Descripción

Se invita a periodistas de los países iberoamericanos a participar en este programa de periodismo de investigación que se impartirá en idioma español en la ciudad de Cartagena, Colombia, del 6 al 17 de marzo de 2017. Este innovador curso está diseñado para periodistas que trabajen en cualquiera de las plataformas de difusión de noticias: digital, escrita, audio o televisión. 

El programa abordará desde los aspectos básicos de la concepción de un proyecto de investigación -como la construcción de una hipótesis de trabajo y las técnicas para emprender el proceso estructurado para la realización de una investigación- hasta cómo administrar y ejecutar el proyecto en su fase final y divulgación pública.

El curso se enfocará especialmente en cómo investigar la corrupción transfronteriza.

Profesores de la Escuela de Periodismo de Columbia en Nueva York, maestros de periodismo de la Fundación Gabriel García Márquez para el Nuevo Periodismo Iberoamericano -FNPI- y periodistas expertos de Iberoamérica conducirán una serie de discusiones y talleres sobre periodismo de datos, investigaciones transfronterizas, cómo seguir internacionalmente el rastro del dinero y los alcances legales de las investigaciones. 

Los interesados en participar deben presentar una propuesta de investigación que deseen desarrollar durante el curso y que puedan publicar después de finalizado el programa. Los instructores asistirán a los periodistas en la formulación y el desarrollo de las ideas. Los talleres incluirán sesiones sobre cómo obtener y recolectar información de fuentes externas, cómo obtener, analizar y visualizar datos, y cómo contar historias digitales en múltiples plataformas.

Durante el programa los participantes aprenderán a escudriñar en registros públicos en todo el mundo, a entender y utilizar documentos financieros, técnicas de entrevista, cómo estructurar una historia investigativa y cómo utilizar recursos multimedia para contar historias. INSCRIPCIONES AQUÍ.

Dirigido por

Será dirigido por Ernest R. Sotomayor, decano de Asuntos Estudiantiles y director de Iniciativas para América Latina de la Escuela de Periodismo de la Universidad de Columbia, y por la profesora Giannina Segnini, directora del programa de periodismo de datos en Columbia y ganadora del Reconocimiento a la Excelencia del Premio Gabriel García Márquez de Periodismo de la FNPI en 2013.

Dirigido a

Pueden postularse periodistas en ejercicio, editores de proyectos de investigación y profesores universitarios que fomentan el periodismo de investigación en sus clases. Los contenidos del curso no solo impulsarán el emprendimiento de investigaciones a largo plazo, sino también las historias periodísticas diarias. Serán relevantes para la cobertura de cualquier tema, en cualquier área de la redacción, en cualquier tipo de medio de comunicación.

Requisitos

-Dominio oral y escrito del idioma español.

-Ser periodista en ejercicio y proporcionar muestras de su trabajo (en cualquier plataforma: digital, escrita, radio o televisión). 

-Contar con suficiente experiencia en la práctica del periodismo, incluyendo, pero no limitándose, al periodismo de investigación.

-Se recomienda a los participantes contar con un nivel de formación avanzada en el uso de Excel y/o programas de administración de bases de datos.

Nota: Los participantes serán responsables de obtener los documentos requeridos para el viaje, cubrir sus costos de transporte y alojamiento en Cartagena, contar con seguros médicos o de viajes, y asumir todos los demás costos asociados a su participación en el programa. Los solicitantes deben comprobar que se les permitirá su ingreso a Colombia en caso de que se les exija visa.

Solicitud y registro

Todos los solicitantes deben enviar al correo [email protected] la siguiente documentación:

-Una copia de su CV

-Por lo menos cuatro enlaces a sus mejores trabajos.

-Un breve ensayo sobre por qué desean tomar el curso y qué desean obtener del programa.

-Una carta de apoyo del director o supervisor de la organización donde trabajan. Si el solicitante es periodista independiente, la carta de apoyo debe ser del editor responsable de un medio en el que hayan publicado recientemente.

Todas las solicitudes deberán ser enviadas por correo electrónico  con el asunto «LATAM Periodismo Investigativo».

Costos

$3,500 USD (con 10% de descuento para exalumnos de la Escuela de Periodismo de la Universidad de Columbia). Esta tarifa de matrícula incluye el entrenamiento en periodismo de investigación, materiales, refrigerios y varios almuerzos. Todos los demás gastos, incluyendo viajes, alojamiento, transporte local y la cena, así como los gastos durante el fin de semana, serán responsabilidad de los participantes. El pago total debe ser recibido el 15 de febrero de 2017, o la inscripción será cancelada. No se ofrecen becas, así que los solicitantes deben buscar fuentes de financiamiento de forma independiente.

Cupo

Se aceptará un máximo de 20 participantes.

Sede

El curso se impartirá en la Casa de la Fundación Surtigas en Cartagena, en virtud del convenio existente con la FNPI. Lea más sobre esta alianza.

 

Tenga en cuenta

La Universidad de Columbia como entidad organizadora se reserva el derecho de cancelar  o reprogramar el curso, con base en las cifras de matrícula. En caso de cancelación o postergación, el departamento de programas profesionales ofrecerá un reembolso por el curso. En todos los demás casos, las ventas son finales y no se ofrecerán reembolsos, créditos o intercambios. No hay excepciones a esta regla.

 

Más información

Envíe sus preguntas a [email protected]

Tomado de: fnpi.org 
Opinión: Trump apenas comienza

 


Dos semanas han pasado desde la histórica victoria electoral de Donald Trump. Algo queda claro: quienes pensaron que no sería tan malo, se equivocan, opina Michael Knigge.


Uno puede molestarse porque Donald Trump, que ya firma oficialmente como presidente electo, siga echando pestes a través de Twitter sobre los medios, manifestantes y artistas que critican a su persona, su política o, las más de las veces, a ambas.

Uno puede molestarse porque el presidente electo Trump también a través de Twitter sugiera a otro país, Reino Unido, qué embajador debe enviar a Estados Unidos, en referencia a Nigel Farage, el arquitecto del brexit.

Uno puede molestarse porque el presidente electo Trump se libre de tres pleitos judiciales por fraude contra la universidad que lleva su nombre, a cambio de 25 millones de dólares, mientras docenas de otros procesos en los cuales está involucrado siguen su curso.

Y uno puede molestarse porque el presidente electo Trump siga ocultando su declaración fiscal, y porque la anunciada división entre sus intereses empresariales, traspasando el poder de sus empresas a su familia, suene más que dudosa en el mejor de los casos.

Todo esto puede y debe molestar. Estos indicadores señalan que el candidato Trump no se diferencia en lo esencial del presidente electo Trump. Solo quedaría esperar que el cambio se produzca en el momento que se mude a la Casa Blanca.

Michael Knigge, periodista de DW.Michael Knigge, periodista de DW.

Hechos concretos

Pero tal esperanza es engañosa, pues Trump no solo ha repartido cizaña por Twitter. También ha dejado hechos en claro. Y estos hechos contienen un mensaje: el presidente electo está dispuesto a llevar a los hechos aquello que anunció en campaña.

Así, declaró a través de un video que entre sus primeras acciones como presidente estará la salida de Estados Unidos del Tratado de Libre Comercio Transpacífico (TTP). Eso ya lo dijo desde su campaña. Además, Trump dijo  que anulará las regulaciones energéticas que obstaculizaban el llamado fracking y la producción local de carbón.

Con ambas iniciativas, Trump da un giro brusco en dos aspectos políticos centrales de la presidencia de Obama. Si éste impulsó el libre comercio y la protección al medio ambiente, Trump se orienta hacia el proteccionismo y la explotación tradicional de energía, en perjuicio del medio ambiente.

Giro hacia la derecha

Esto no debería sorprender, pues desde mucho antes de la campaña él dio a conocer su posición sobre ambos temas, que para él están vinculados. Ya hace cuatro años había dicho que el concepto del calentamiento global había sido inventado por China, con el fin de debilitar a la industria estadounidense. Así queda claro que con Donald Trump, Estados Unidos no querrá ni podrá cumplir con las metas ambientales acordadas en París. Las decisiones sobre su equipo de trabajo son, por lo menos, tan preocupantes como estos giros en cuanto al libre comercio y el medio ambiente.

Como su principal asesor nombró a Steve Brannon, antiguo jefe del portal derechista Breitbart. Para comprender la dimensión de esta medida, cabe recordar que este hombre, que será el estratega y asesor más influyente del próximo presidente estadounidense, se calificó en una reciente entrevista como «un nacionalista”. Apenas el pasado verano, Brannon se jactaba de haber convertido a Breitbart en una plataforma del movimiento supremacista alt-right.

No es el único nombramiento preocupante por parte de Trump. Michael Flynn, exjefe de los servicios secretos militares, será el máximo asesor del presidente en materia de seguridad. Flynn causó indignación a principios de año cuando afirmó por Twitter que «el miedo a los musulmanes es racional.” También llamó la atención su clara simpatía por el cada vez más autócrata presidente turco, Erdogan, así como por haber pronunciado un discurso el año pasado en una aparición generosamente remunerada, que incluyó una foto con el presidente Putin, en Moscú.

Naturalmente, Trump no podrá llevar a cabo todas y cada una de sus promesas electorales, ni llenar su gabinete con personalidades cuestionables. Pero a dos semanas de la elección esta claro que el próximo presidente pretende llevar a los hechos sus anuncios de campaña. Los medios y la opinión pública harían bien en tomarlo, ahora sí, en serio desde un principio.

Tomado de: DW

Isla de San Andrés, paralizada entre miércoles y jueves por huracán Otto
/ Foto: Archivo
NACIONAL 22 NOV 2016 – 10:07 PM

Entre las peticiones hechas por las autoridades para proteger a las personas se encuentran: el cierre de las playas a partir de las 3:00 pm y la petición a los turistas para que permanezcan en los lugares donde están alojados.

El avance del huracán Otto, catalogado así este martes, ha prendido las alertas de las autoridades, que han prolongado el cierre de las operaciones aéreas en la isla de San Andrés entre la 1:00 pm de este miércoles y las 7:00 am del próximo jueves. Además, se ha pedido a las empresas que trabajen hasta el mediodía de mañana para que las personas se puedan refugiar.
 
Originalmente la suspensión de los vuelos desde y hacia el archipiélago de San Andrés y Providencia estaba prevista para la noche del miércoles, pero su evolución lo llevó a ser catalogado como huracán tipo 1. Ante este panorama, el Ministerio de Transporte anunció el nuevo horario. 
 
Para vigilar la evolución del huracán, el  ministro de Transporte, Jorge Eduardo Rojas Giraldo, en compañía de los directivos de la Aerocivil, el Ideam, la Fuerza Aérea Colombiana, la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres y representantes de las aerolíneas, se declararon en observación permanente
 
El Ministerio de Comercio, en cabeza de María Claudia Lacouture, también emitió una serie de recomendaciones para las personas que se encuentren en la isla, tanto habitantes como turistas. Entre estas se encuentran: la limitación de vehículos motorizados y del uso de escenarios deportivos, el cierre de las playas a partir de las 3:00 pm y la petición a los turistas para que permanezcan en los lugares donde están alojados.

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Tomado de: elespectador.com 
El clima en Colombia, durante la mañana del miércoles,según el Ideam.

La era de los ‘dignotarios’

Vladdo

Hace años el gran líder del No proponía un proceso de paz basado en todo lo que él y sus seguidores rechazan ahora del acuerdo con las Farc.

Los ‘noístas’ insisten en aplazar, postergar, retrasar, demorar, ralentizar, enredar, dilatar, retardar, diferir, demorar, prorrogar, posponer el cierre y la consiguiente implementación del nuevo acuerdo de paz; así el país siga sumido en la incertidumbre.

Es increíble que Álvaro Uribe y los demás ‘digNOtarios’ –encabezados por Marta Lucía Ramírez, Alejandro Ordóñez y Pacho Santos– quieran hoy hacer gala de tesón, altruismo, abnegación y otros preceptos que nunca exhibieron en oscuros episodios de nuestra historia reciente y que protagonizaba ¡qué casualidad! ese mismo expresidente que mutó en senador.

Estos dignotarios olvidan que hace diez años este gran líder político –o espiritual, vaya uno a saber– planteaba un proceso de paz basado en todo lo que ellos rechazan ahora del acuerdo entre Juan Manuel Santos y las Farc. ¿Dónde estaban estos ilustres personajes pataleando, protestando, organizando marchas, haciendo denuncias internacionales para que el mundo conociera las arbitrarias propuestas de Uribe?

Yo no recuerdo que los dignotarios modelo 2016 se hubieran indignado en 2006 por la falta de pedagogía del gobierno de la seguridad democrática, que nunca dio a conocer los términos de lo que se negociaba con los grupos paramilitares en Santa Fe de Ralito; esa zona de distensión en la cual no había ni dios ni ley. O, bueno, ley sí: la de ‘don Berna’, sin cuyo consentimiento no se movía una hoja en aquel territorio.

Tampoco nos consultaron a ver si teníamos alguna objeción –y cuando digo “nos” me refiero a esa sociedad civil cuya vocería los noístas han usurpado– acerca del desarrollo de las negociaciones con las Auc.

Antes de firmar unos acuerdos de paz tan trascendentales el hoy líder de los noístas no se tomó la molestia de convocar a nadie: ni a los militares retirados, ni a los jerarcas de las iglesias, ni a las comunidades LGBTI, ni mucho menos a las víctimas. Y ni hablar de los líderes de la oposición, de los periodistas independientes o de los magistrados de las altas cortes; nada de eso. Todo lo contrario: a estos, en vez de consultarlos, les interceptaba las comunicaciones o les hacía seguimientos ilegales. Y mientras tanto, ¿en qué andaban nuestros flamantes dignotarios?

A pesar de que el acuerdo con los ‘paras’ se firmó de manera casi clandestina –sin darle a nadie la oportunidad de modificar, revisar ni siquiera leer una sola línea del documento–, en ese caso los noístas no se atrevieron a tildar de castrochavistas a Luis Carlos Restrepo ni a Sabas Pretelt; ni de dictador a Álvaro Uribe. Lejos de ellos semejante herejía.

Para completar, si la memoria no me falla, esos honorables dignotarios jamás exigieron una refrendación de los acuerdos con los ‘paras’… ¿Dónde dejaron entonces el celo, la pulcritud y la vehemencia con que reclaman un nuevo plebiscito? ¿No dizque la voz del pueblo es la voz de Dios? ¿O es que en aquella ocasión con la voz de Uribe era suficiente?

En cambio, ahora los dignotarios se niegan a que este trámite se haga en el Congreso, aduciendo que esta institución es impopular y carece de legitimidad; a pesar de los 14 millones de votos que hubo en las legislativas de 2014. ¡Háganme el favor!

Eso sí, en otra época aplaudían a rabiar cuando su gran mentor, o mentidor, acudía a aquel Congreso de mayoría uribista a cambiar un articulito de la Constitución o a pedirles a los parlamentarios amigos de las Auc que le aprobaran sus proyecticos, antes de que los metieran a la cárcel…

No nos crean tan pendejos.

Colofón. Hay que ser muy morbosos y ruines para tratar de convertir en noticia las preferencias sexuales de la hija de un cantante, por muy famoso que sea. ¡Vaya horrible forma de maltrato!

@VLADDO

Tomado de:El Tiempo.com

 

* * * *

 
Hora de decisión
Alfonso Gómez Méndez
La legitimidad del Congreso para refrendar los acuerdos no puede estar en discusión con el argumento de que para esa elección los votos son ilegítimos. El Congreso no es nombrado por decreto, sino elegido por los ciudadanos.

5:31 p.m. | 22 de noviembre de 2016

Las dificultades que en el último mes ha afrontado el proceso de paz han dejado al descubierto, de un lado, el rechazo en amplios sectores de la opinión hacia muchas de las acciones de la guerrilla y, de otro, la inconveniencia de haber acudido a un mecanismo jurídicamente innecesario como el plebiscito para concretar una negociación con un grupo armado.

Así parece haberlo entendido el Gobierno al descartar su utilización para “refrendar” el nuevo acuerdo concertado después de escuchar a muchos representantes de los ciudadanos que votaron negativamente. La Corte Constitucional, en la decisión sobre el plebiscito, había dejado en claro, de una parte, que aquel no producía efectos jurídicos sino políticos, y, de otra, que el Presidente nunca pierde su atribución constitucional indelegable para negociar acuerdos de paz, como responsable político del mantenimiento del orden público.

En todos los procesos anteriores habían intervenido las tres ramas del poder. El Ejecutivo negociaba los acuerdos. El Legislativo se pronunciaba sobre las leyes de amnistía e indulto y otras dictadas para implementarlos, y el judicial, vía Corte Constitucional, o Suprema, o Consejo de Estado, estudiaba su conformidad con la Carta Política.

Es al mismo llano a donde finalmente va a llegar el Gobierno, como los sugerimos varias veces en esta columna, si no quiere correr el riesgo de empantanamiento definitivo del proceso.

Quienes se oponen a esta fórmula argumentan que se está desconociendo la voluntad popular y que el parlamento no es un órgano legítimo para refrendar negociaciones de paz. El Congreso no es nombrado por decreto, sino elegido por los ciudadanos. El censo electoral, y la base misma de los electores, es igual, bien sea para elegir legisladores, presidentes de la República o aprobar constituyentes, plebiscitos o referendos.

Es inadmisible el argumento que se adujo en 1991 para que un cuerpo elegido por tres millones de personas revocara un Congreso elegido por ocho millones, en el sentido de que los primeros eran “votos de opinión” y los segundos, “votos clientelistas”.

Es más, en la Constituyente, por ejemplo, al lado de las nuevas fuerzas surgidas de los acuerdos con el M-19 fueron elegidos muchos políticos tradicionales, incluyendo viejos congresistas, exministros, exgobernadores y hasta expresidentes de la República.

¿Dónde está, entonces, la diferencia? En el último plebiscito entre partidarios del Sí y del No, se llegó a una cifra ligeramente inferior a los 13 millones, mientras que para la elección del actual Congreso, en marzo del 2014, la votación fue superior a los 14 millones.

¿De qué lado está la legitimidad? ¿Hay votantes de primera y de segunda categoría en el sistema electoral colombiano?

La validez de la teoría del “constituyente primario”, que se expresa en votaciones como la de las constituyentes, referendos o plebiscitos, se desdibuja en situaciones políticas como la nuestra con márgenes de abstención cercanos al 65 por ciento.

De otro lado, y como lo mencionó en su entrevista dominical el negociador Humberto de la Calle, es posible que se reviva el acto legislativo que le da amplias facultades al Presidente para desarrollar los acuerdos. Lo irónico es que la Corte tendría que enmendarle la plana al Gobierno, que, sin razón y de manera inconstitucional, en el último debate del llamado fast track lo asoció a la aprobación plebiscitaria. Quienes desde la oposición demandaron ese artículo de la reforma, sin proponérselo le dan ahora un salvavidas al proceso.

En efecto, el artículo 374 de la Constitución dice que esta se puede reformar por el Congreso, por referendo o por constituyente. Lo que no puede hacerse es combinar los sistemas de reforma, como inconstitucionalmente se hizo a última hora.

La legitimidad del Congreso para refrendar los acuerdos no puede estar en discusión con el argumento de que para esa elección los votos son ilegítimos. Y con el auxilio de la demanda de la oposición, el camino para implementar los acuerdos estaría despejado.

Alfonso Gómez Méndez

Tomado de:El Tiempo.com

Congreso vs Plebiscito

Editorial

Noviembre 23, 2016 – 12:10 AM

Ha descartado el Gobierno cualquier mecanismo de participación popular para la refrendación del acuerdo de paz, a firmarse mañana en el Teatro Colón. De tal modo dejó de lado la legitimidad democrática aducida por la Corte Constitucional en su sentencia sobre el plebiscito especial y optó por la vía de decir que el Congreso es una corporación refrendataria. Pero el Parlamento, como se sabe, está exclusivamente instituido para hacer las leyes, reformar la Constitución y ejercer el control político. Tiene otras atribuciones básicamente electorales y judiciales, pero en ningún caso posee facultades refrendatarias de ninguna especie.

En Colombia, según ya lo dijimos en editorial anterior, la soberanía reside exclusivamente en el pueblo y la ejerce de forma directa o por medio de sus representantes.

El conducto escogido hace tiempo por el Gobierno para refrendar el Acuerdo de Cartagena fue el de la soberanía directa a través de un plebiscito que sufrió todo tipo de malabarismos jurídicos. El resultado de la consulta presidencial fue negativo y con ello el pueblo obligó a que se escuchara el núcleo de las solicitudes de los voceros del No. Si bien una votación  de tal tipo obligaba a dar por cerrado el caso, un inciso de la sentencia de la Corte Constitucional, en su numeral 144, permitía decir que el triunfo del No abría campo para una renegociación y lograr “otro” acuerdo. Es decir, no un ajuste del anterior, sino uno diferente en sus características más determinantes.

Según lo dicho por el Gobierno, a su más alto nivel, no solo se cerró sorpresivamente el acuerdo, con ciertas aclaraciones, sino que además desestimó cualquier refrendación popular que desde luego venía predeterminada por el hecho de que la voluntad popular solo puede ser modificada por ella misma.

Pero ni siquiera vistas las cifras el Congreso, nuevo órgano supuestamente refrendatario, tiene la representación ni la capacidad de sobreponerse a los resultados del plebiscito.

En efecto, el plebiscito obtuvo un total de votos válidos de 12.808.858, mientras que el Senado, en circunscripción nacional, obtuvo solo 11.672.251 votos válidos. A lo último, además, hay que descontar 746.659 votos en blanco, que obviamente no tienen representación, por lo cual la votación cierta de los partidos en el Senado es de 10.925.592. Inclusive, para ser más exactos a estos habría que restarles los votos de los partidos que no alcanzaron el umbral, entre ellos los 326.942 del MIRA que no obtuvieron representación. Esto quiere decir, llanamente, que la representatividad de los partidos en el Senado se reduce aún más. Sumando los votos de los ocho partidos con representación en la Cámara alta se llega sólo a 10.598.000 votos. Es decir, que el plebiscito tiene 2.210.000 votos válidos más que la representación en esa corporación legislativa.

Caso similar ocurre en la Cámara de Representantes,  en donde se dieron 11.715.956 votos válidos, de los cuales hay que restar 824.956 en blanco, para una cifra aproximada de 10.891.000, sin descontar los votos que no obtuvieron el cuociente reglamentario. Rubros, en ambas cámaras, en todo caso similares.

Incluso siendo mayor la abstención electoral en el plebiscito que en la elección de Congreso, la votación del primero fue bastante más alta. Y esto sin contar que algún sector de los ciudadanos tomó la vía de la abstención activa el pasado 2 de octubre.

De otra parte, es evidente que hay un desbalance de legitimidad democrática en la presunta refrendación del acuerdo de paz vía Congreso, toda vez que mientras que el No representó en el plebiscito un poco más del 50% de los votos, en el Congreso el único partido que representa a esta opción tiene apenas el 20% de las curules, mientras que la coalición de partidos que defendieron el Sí, y que perdieron en las urnas con alrededor del 49% de los votos, tiene el 80% de los escaños. Lo cual quiere decir que buena parte de los parlamentarios no están representando el dictamen popular de sus propios electores.

Y, como si fuera poco, desde el punto de vista institucional se pretende que con una simple proposición, la menor de las acciones del Congreso,  se produzca la refrendación que suplante el voto directo del pueblo. Con ello, a su vez, dejando de lado el resultado del plebiscito, que es uno de los más altos mecanismos de participación ciudadana.

Visto esto quedaría a la orden del día la excepción de inconstitucionalidad ante los máximos operadores judiciales. De hecho la misma sentencia de la Corte Constitucional SU132/13, señala que “… esta herramienta se usa con el fin de proteger, en un caso concreto y con efecto inter-partes, los derechos fundamentales que se vean en riesgo por la aplicación de una norma de inferior jerarquía y que, de forma clara y evidente, contraría las normas contenidas dentro de la Constitución Política”.

Tomado de:El Nuevo Siglo.com