Si ante la investigación de delitos criminales o casos de corrupción se involucra penalmente al periodista que lo investigó, sin duda se configura un caso claro de censura indirecta, toda vez que actúa como “elemento disuasivo” para futuras investigaciones.
En un Estado de derecho, la libertad de expresión resulta trascendental, dado que constituye una de las prerrogativas sin la cual, los principios democráticos se tornan inexistentes. La Corte Suprema de Justicia de la Nación, en el caso “Rodríguez c/google”, afirmó que entre “las libertades que la Constitución consagra, la de prensa es una de las que poseen mayor entidad, al extremo que sin su debido resguardo existiría una democracia desmedrada o puramente nominal”.
El concepto de libertad de expresión se encuentra integrado necesariamente por el secreto profesional del periodista, que es un principio elemental en la función del comunicador. Está consagrado en art. 43 de la Constitución Nacional al expresar que “no se podrá afectar el secreto de las fuentes de información periodística” y en el art.13 de la CADH. Resulta claro que si se otorga el derecho de reservar la fuente, es porque primero tiene el derecho de acceder a ésta y a la información que le haya provisto. El fundamento de tal protección es “el derecho a buscar, recibir y difundir información e ideas de toda índole” (…)“no se puede restringir el derecho de expresión por vías o medios indirectos”.
Por tanto, queda prohibido obligar a los periodistas a entregar apuntes, anotaciones y archivos profesionales o personales. El secreto profesional permite reunir y difundir datos que de otra forma no podrían obtenerse al evitar posibles represalias que podrían derivar del hecho de haber revelado la información. La imposición de revelar la fuente o datos relacionados con ésta implicaría ejercer actos de censura contra el derecho fundamental de libertad de expresión.
En este sentido, la Cámara Federal en el caso“Catán” (se investigaba si hubo sobornos en el Senado de la Nación), declaró la nulidad de una resolución que ordenaba realizar un listado de las llamadas telefónicas entrantes y salientes del teléfono del periodista, en el entendimiento que pudo lograrse el fin, utilizando medios menos restrictivos. En los casos Goodwin vs. Reino Unido y, Ernst y otros contra Bélgica, el Tribunal Europeo de Derechos Humanos, expresó que supone una violación a la libertad de información brindar registros para obtener datos de los periodistas con la finalidad de descubrir sus fuentes o detalles de la información por ella revelada. La Corte Interamericana de Derechos Humanos ha expresado ,en el fallo Kimel, que para establecer responsabilidades a la prensa el derecho penal es el medio más restrictivo y severo. Por ello, su uso como restricción únicamente es legítimo si se limita a los casos de estricta necesidad y es absolutamente proporcionado. Entendiendo la protección penal como la última ratio del sistema.
Asimismo, en la sentencia Bronstein vs. Perú sostuvo que la libertad de expresión no se limita únicamente a la satisfacción de una obligación de respeto, sino que significa para el Estado obligaciones positivas de protecciones y garantías de independencia y de acceso a diversidad de fuentes. Esta obligación pesa no sólo para los poderes políticos, sino también para los jueces.
El 23 de abril es el Día E o Día del Español: el día en que las Naciones Unidas decidió conmemorar nuestra lengua para crear conciencia sobre el uso del español o castellano como lengua oficial en la organización. Se eligió esta fecha —que es también el Día del Libro— porque la ONU la toma como el día en que murió Miguel de Cervantes Saavedra (aunque el Instituto Cervantes marca el 22 de abril de 1616 como fecha de su muerte).
Las efemérides y las conmemoraciones pueden multiplicarse hasta el absurdo, pero tener un día dedicado a pensar en la tercera lengua más hablada en el mundo no es un gesto superfluo. Hace algunas semanas, en el Congreso Internacional de la Lengua Española (CILE) que se celebró en Argentina, quedó claro que el español enfrenta desafíos vitales: la forma en que se enseña, la conquista de la tecnología sobre las formas en que nos comunicamos, los modos en que incorporamos (o no) un lenguaje no sexista y que pueda reflejar una diversidad innegable de identidades de género, la necesidad de consolidar el papel del español para sus hablantes nativos en tiempos en que el inglés ha tomado la delantera para bautizar nuevas realidades globales en entornos como internet o los negocios.
Se estima que en el mundo hoy existen más de 570 millones de personas que hablan español; sin embargo, durante el CILE, José María Álvarez Pallete, presidente ejecutivo de Telefónica, aseguró que en la actualidad hay más máquinas que humanos hablando castellano: casi 700 millones de máquinas.
¿Quién define y redacta ese español que recibimos a través de las redes sociales, de los procesadores de texto, del correo electrónico, de las plataformas que emiten series y películas en continuo? ¿Quién ha dedicado tiempo y recursos a enseñarles una lengua real a las máquinas, a pensar en la formación o los sesgos que tiene el español que hablan y reproducen nuestros dispositivos?
El paso de los siglos no ha transformado uno de los principales desafíos para el español —cómo enseñarlo—, sino que parece haber reproducido la velocidad a la que suceden los cambios y la cantidad de individuos que deben aprenderlo: no solo es hora de nombrar nuevas realidades, también es momento de enseñarles español a las máquinas.
La inteligencia artificial
Los programas de aprendizaje automático, los algoritmos, los procesadores de texto, los nuevos delitos… casi todos se escriben —o se acuñaron— en inglés (cuyo día también se conmemora hoy, pues se recuerda la muerte de William Shakespeare, que sucedió el 23 de abril de 1616 según el calendario juliano). El inglés va a la vanguardia en la formación del lenguaje tecnológico y la creación de términos en la era digital, y recién esta edición del CILE —la octava— ha reconocido que el español ha sido lento para buscar y proponer alternativas.
Durante el congreso hubo un momento revelador sobre el modo en que se definen hoy las reglas del juego: algunos participantes aprovecharon el encuentro para reclamarles a los españoles y a su academia que la película Roma, de Alfonso Cuarón, haya sido subtitulada en español peninsular. Pero la decisión de incluir esa variante de subtítulos no fue de la RAE o del gobierno, sino de Netflix. Son las grandes corporaciones tecnológicas (Google, Amazon, Netflix, Facebook, Microsoft) las que están decidiendo actualmente qué español hablamos en nuestra vida digital… y también en la vida en general.
¿Qué palabras marca como incorrectas tu celular cuando escribes un mensaje de texto? ¿Apple sabe que a partir de 2010 el prefijo “ex” se escribe unido a “director”? ¿Qué dice tu autocorrector? El experto informático Chema Alonso —jefe de Datos de Telefónica— habló de una investigación elocuente: de las 93.000 palabras que están en el Diccionario de la lengua española, dijo, Word no reconoce 7500 y Google desconoce 8700 (información relevante para quienes preguntan al buscador cómo escribir tal o cual palabra).
Si no enseñamos a nuestros dispositivos a hablar y escribir español —el que sí hablamos—, seguiremos perpetuando sesgos y estereotipos que la inteligencia artificial solo reproduce: si en el traductor de Google, de inglés a español, escribes “the nurse”, la propuesta en castellano será “la enfermera”, a pesar de que en inglés no hay ninguna marca de género que indique que la traducción debe hacerse a un sustantivo en femenino. Ahora, si traduces “the doctor”, la propuesta en castellano es un sustantivo en masculino.
En un intento por despertar a las academias de su letargo, Álvarez Pallete propuso que algún representante de la inteligencia artificial ocupe un sillón en la academia (que Mario Tascón, presidente de la Fundación del Español Urgente, sugirió que fuera nombrado con la arroba —@—); a ver si así comenzamos a incidir en el español de las tecnologías.
Ya es hora, amigues
A pesar de que cada vez se usan más los desdoblamientos (“ciudadanos y ciudadanas”); del empleo inclusivo de “@”, “x”, “e”; de que hay una conciencia creciente del sexismo lingüístico, los organizadores del Congreso Internacional de la Lengua no consideraron que fuera necesario abordar este asunto a profundidad. No hubo siquiera un pánel específico para exponer, con argumentos, el rechazo a lo que se ha dado por llamar “lenguaje inclusivo” (aunque, como bien apuntó la escritora argentina Luisa Valenzuela, este nombre es un calco del inglés).
Fue casi al final del congreso, en una mesa destinada a la discusión de la “Corrección política y lenguaje”, que cuatro de los cinco ponentes decidieron hablar de los eufemismos, y solo el escritor mexicano Jorge Volpi habló de la desigualdad entre hombres y mujeres perpetuada por la lengua, así como de la necesidad de reconocer esa discriminación para corregirla o limitarla.
Las respuestas de buena parte de los académicos y de escritores van siempre en la misma línea: que dónde quedaría la economía del lenguaje, que los usos de “x”, “@” y “e” afean (¿según qué parámetros?) la lengua, que el masculino genérico es inclusivo y suficiente. Es momento de que las academias, de que quienes estudian y se dedican a la lengua, de que todos los hispanohablantes nos tomemos en serio este asunto: estas alternativas se están usando, cada vez con más frecuencia y en más espacios, es necesario que las conozcamos, que las estudiemos y encontremos una forma efectiva de usarlas… o no.
Al final, somos los hispanohablantes quienes decidimos cómo se escribe o se habla, pero al seguir ignorando realidades se corre el riesgo de reafirmar una idea común: que las academias están muy lejos de los hablantes y del español que se habla.
Un amor traicionero
El español es la segunda lengua más hablada en redes sociales y la tercera más usada en internet. Adriana Valdés, directora de la Academia Chilena de la Lengua, usa #HayCastellano en Twitter para señalar la siutiquería de las personas que ven un poder mágico en las palabras en inglés [una persona siútica es la que “presume de fina y elegante, o que procura imitar en sus costumbres o modales a las clases más elevadas de la sociedad].
Si los hispanohablantes no nos hacemos conscientes de las enormes posibilidades de nuestra lengua, es poco probable que logremos que en la tecnología, los negocios y la cultura se reflejen los matices del mundo que sucede en español.
No se trata de rechazar otros idiomas, sino de recordar que el nuestro posee una riqueza infinita y maleable, capaz de definir aquello que nos parece más refinado decir en inglés o francés (¿algún día nos sentiremos así con el chino?). Se trata de entender que solo hace falta buscar alternativas en castellano, aunque eso exija pensar y reflexionar, investigar y, a veces, ser creativos. Porque en eso consiste mantener viva una lengua.
Para 2060 se calcula que el segundo país con más hispanohablantes será Estados Unidos, precedido por México, en donde ahora habitan poco más de 120 millones de personas que hablan español.
Tal vez es momento de que dejemos de educarnos como personas dominadas por un castellano estático y monolítico y empecemos a conocerlo a fondo: sus virtudes, sus limitaciones, sus áreas de oportunidad. Solo así seremos menos solemnes y estridentes con los cambios en nuestra la lengua y dejaremos de escandalizarnos porque “le quitaron” la tilde a “solo”.
Más de 21 millones de alumnos estudiaban español como lengua extranjera en 2018, según el Instituto Cervantes. CreditRitchie B Tongo/EPA vía Shutterstock
Un amor conservador
La forma en que aprendemos sobre la lengua marca nuestra relación con el español. La educación básica que recibimos se enfoca en la enseñanza de las normas ortográficas y gramaticales para que los hispanohablantes, básicamente, hablemos el mismo idioma.
Pero esa educación deja de lado el cambio constante al que cualquier lengua está sometida: a pesar de que repetimos como un mantra que la lengua cambia, que es dinámica, que está viva, cada vez que se proponen cambios a las normas, que surgen nuevas palabras, que hay nuevos conceptos y realidades que nombrar, nuestra flexibilidad desaparece (y todos aquellos que no dudan un segundo en usar coach en vez de decir, “asesor”, “guía” o “entrenador” parecen ponerse de acuerdo para salir a gritar “¡Herejía!”).
Si desde que aprendemos las “reglas del juego” entendiéramos que estas pueden ser modificadas por el uso o que habrá que estar preparados para los cambios, sabríamos que es necesario mantener una relación constante y de conocimiento continuo de lo que creíamos que solo debíamos estudiar de los 6 a los 12 años. El aprendizaje de la lengua es, en esencia, un juego que no se acaba nunca.
En la presentación del Glosario de términos gramaticales (que se publicará a finales de este año en Salamanca, España), el académico Ignacio Bosque dijo que “nuestro mayor reto es que los estudiantes vean a la lengua como propia: hay que conseguir que vean a las subordinadas sustantivas como suyas”.
¿Alguien que recuerde qué son las subordinadas sustantivas? Bueno, pues eso.
Después de renunciar con justa causa el 16 de junio de 2019 porque el Diario El Nuevo Siglo, a pesar de tener cáncer no pagaban mi salud, me descontaron durante 12 años pensión y salud pero nunca le consignaron a Colpensiones y Compensar, no han consignado mis cesantías en el Fondo Nacional del Ahorro y mi salario decreció entre otros atentados laborales, me salió la empresa que dirige Juan Gabriel Uribe, con una liquidación que no cumple las normas.
Como el abogado de la empresa manifestó en los medios de comunicación que efectivamente el periódico respondería, el pasado 24 de agosto me hicieron una liquidación con el salario que gané desde enero de 2012, es decir, un millón ciento cincuenta mil pesos. En la liquidación indican que me dan un bono de 20 millones porque fui buen trabajador, como si fuera una limosna.
No señor director y dueño, no quiero ningún bono, sino que me paguen lo que me deben y punto.
Si le interesa el tema en el archivo adjunto está la carta de renuncia con 140 soportes o pruebas, la respuesta del mi apoderado donde indica que no cumplen la ley en la liquidación.
Más información
Alejandro Isaacs Giraldo
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«Nuestro principal reto, que es un deber más que un reto, es precisamente seguir haciendo periodismo. Buen periodismo. Un periodismo de calidad que esté al servicio, ante todo, de la verdad. Un periodismo de compromiso, cercano a los ciudadanos. Un periodismo que siga cumpliendo aquel viejo contrato con el lector, que consistía en que lee nuestro periódico a cambio de la certeza de que no le vamos a engañar», según recoge Heraldo.
Fernando de Yarza López-Madrazo, presidente de Henneo y de la Asociación Mundial de Periódicos y de Editores de Noticias (WAN-IFRA, según las siglas en inglés) participó este miércoles en el Foro Adea. Y lo hizo abordando un tema sobre el que se viene debatiendo desde hace años, ‘Los retos de las empresas periodísticas en el siglo XXI’. De Yarza, quinta generación de la familia editora de Heraldo y presidente de la prensa mundial, cargo que acaba de estrenar y que le obligará a visitar en los próximos dos años casi un centenar de países, hizo hincapié en que no desmayará en «promocionar algo en lo que mi familia lleva más de un siglo implicada, la defensa de la libertad de prensa o, lo que es lo mismo, la defensa de la libertad de las personas y de los valores democráticos».
Previamente a su intervención, Salvador Arenere, presidente de la Asociación de Directivos y Ejecutivos de Aragón, ADEA, trazó un panorama de la desaceleración económica en la que Europa empieza a estar sumida, y que los ejecutivos de ADEA detectaron ya a finales de 2018. Crisis que llega a unos medios de comunicación que ya padecen otra desde hace años. «Las crisis aparecen por sorpresa -subrayó Fernando de Yarza- pero siempre emiten señales de aviso, aunque casi nadie las sepa interpretar. Ahora, los medios estamos viviendo la mayor en la historia de este oficio. Nunca antes habíamos encontrado tantas dificultades para que podamos ejercer con independencia una profesión cuyo único fin es servir a la sociedad, contándole lo que pasa, con rectitud».
El presidente de Henneo salpicó su intervención con datos ilustrativos, como que la publicidad convencional en prensa escrita ha caído más del 70% entre 2007 y 2018, o que en el mismo periodo la difusión ha pasado de cuatro millones de ejemplares diarios a solo 1,6 millones. «Y este declive no ha terminado -subrayó-. La gran revolución digital no solo ha dinamitado el modelo de negocio tradicional de los medios y los cauces por los que se transmitía la información, sino que está modificando de manera profunda los comportamientos y hábitos sociales y de consumo en todo el planeta. Y los medios de comunicación, ante este vendaval tecnológico, o nos adaptamos o morimos. En eso estamos».
«Esta revolución digital, que no ha terminado ni mucho menos, nos impone una obligación inexcusable: saber aprovecharla para practicar un mejor periodismo -subrayó De Yarza-. No es una apocalipsis, es una oportunidad. Tenemos que seguir mejorando nuestros contenidos».
De Yarza, que se felicitó del hecho que Zaragoza vaya a acoger el año que viene el Congreso Mundial de WAN-IFRA, concluyó su intervención asegurando que Henneo «no es ni quiere ser neutral en la defensa de los intereses de Aragón, ni de nuestra monarquía parlamentaria, ni de los servicios públicos de calidad, en especial de Sanidad y Educación, ni frente a la violencia terrorista y a la producida en entornos familiares. Y por encima de todo, no queremos ser neutrales en la defensa de la unidad de España, una nación diversa, plural y solidaria».
Llegó el turno de preguntas, y Fernando de Yarza López-Madrazo tuvo la oportunidad de mostrarse optimista («al final encontraremos un modelo que haga compatible el periodismo de calidad con un beneficio empresarial razonable»), clamó contra las ‘fake news’ y volvió a poner el acento en la calidad y formación de los periodistas como cimiento de un buen periodismo y de la necesaria higiene democrática. «Un buen periodista, hoy, debe manejar bien las nuevas tecnologías. Pero no se debe dejar llevar por la tiranía de los clics. Aunque su criterio debe prevalecer, también tiene que conocer bien a sus lectores».
A la sesión del Foro ADEA, celebrada en el Hotel Hiberus de Zaragoza, han asistido más de 200 personas, representantes del mundo empresarial, social, político y de medios de comunicación aragoneses.
Históricamente las capitales latinoamericanas han estado lejos de ser los mejores vivideros del planeta, a los ojos de inversionistas, expatriados y turistas, por la suma de factores que afectan la calidad de vida de sus habitantes y los escasos avances institucionales que en ellas se dan para asumir retos que propicien el desarrollo de entornos más estables, amables y seguros. Aunque algunas conservan cierto atractivo por el crecimiento de su infraestructura, calidad de clima y relativa estabilidad política, son más las que incrementan su deterioro por la acumulación y falta de respuestas a sus problemas socioeconómicos y de seguridad.
En el más reciente estudio de The Economist Intelligence Unit, ninguna ciudad de la región, como ha sido natural, se encuentra clasificada en el Top Ten de las más habitables del mundo, pero una de estas, Caracas, figura como la décima en el Top Ten de las menos habitables, que encabeza Damasco (Siria), la peor de todas, una urbe que no llega a reunir las condiciones mínimas para entrar en la medición, como consecuencia de la desgarradora guerra que ha devastado parte de su territorio.
Caracas, igual a lo que sucede con casi todas las ciudades venezolanas, registra niveles precarios de avance en las categorías establecidas por la firma investigadora para declarar la habitabilidad, entre ellas estabilidad institucional, infraestructura, medio ambiente, cultura, educación y salud. Sus condiciones actuales se asemejan a las de ciertas urbes asiáticas y africanas, como Dhaka (Bangladesh), Karachi (Pakistán), Trípoli (Libia) o Lagos (Nigeria), donde residir, o simplemente viajar, puede resultar una verdadera pesadilla.
Para The Economist, las diez ciudades más habitables por su inmejorable condición de vida y, en consecuencia, las más atractivas y menos riesgosas para cualquier turista, están concentradas en cinco países: Austria, Australia, Japón, Canadá y Dinamarca. Son estas, en su orden, Viena, Melbourne, Sídney, Osaka, Calgary, Vancouver, Toronto, Tokio, Copenhague y Adelaida. Cada una cuenta con favorables índices de seguridad, adecuada infraestructura vial y ferroviaria, calidad ambiental y apuestas culturales exitosas. Son metrópolis modernas, de alto desarrollo, en las que la educación es obligatoria y de gran nivel, el sistema de salud pública está financiado, la corrupción es casi inexistente y están lideradas por gobiernos democráticos y eficientes.
En el escalafón de las 20 con mejor desempeño y garantía de viaje, ocho se encuentran en el norte europeo. Los referentes estadounidenses, como Honolulu, Washington Pittsburgh, Atlanta, y Seattle, se ubican entre las posiciones 20 a 40 del listado. Nueva York clasifica en el puesto 58, y las latinoamericanas se sitúan en las escalas media y baja de la tabla.
En el índice de habitabilidad Global 2018, Buenos Aires, Santiago y Montevideo ocuparon los primeros lugares entre las latinoamericanas, 62, 63 y 67, respectivamente. En contraste, Bogotá se ubicó en la casilla 108 de la medición, superando solamente a Ciudad de México, Ciudad de Guatemala y Caracas.
Una radiografía semejante de la capital colombiana se mostró en el tradicional análisis de la investigadora Mercer sobre calidad de vida en 231 ciudades del mundo, divulgado hace un par de meses, en el que se la relegó a la posición 128, con estándares semejantes a los de Manaos, Estambul y Bangkok. Bogotá apenas aventajó a Ciudad de México, Santo Domingo, La Paz, La Habana, Caracas y cinco capitales centroamericanas en aspectos como medios de transporte, problemáticas sociales, bienes de consumo, acceso a la educación y salud.
Bogotá es la ciudad más visitada de Colombia y aunque es indudable que en los últimos años ha venido alzando el vuelo para convertirse en una interesante opción para viajeros e inversores, son muchas las causas objetivas que deben superarse para transformarla no solo en inmejorable vividero, sino en un atractivo turístico de primer orden. Los últimos alcaldes han manejado la ciudad a punta de bandazos, con arrogancia, promesas incumplidas, frecuentes desaciertos y la repetición de viejas prácticas, que van desde la corrupción de Moreno, hasta el caudillismo de Petro y el trancón de intereses que congestiona a Peñalosa.
El interrogante a resolver es si los jóvenes candidatos que hoy aspiran la Alcaldía están a la altura de impulsar transformaciones que permitan construir una mejor ciudad para que, poco a poco, pueda ir saliendo de los sótanos de las tablas de medición de habitabilidad y calidad de vida en que la ubican las investigadoras internacionales o si, por el contrario —como sus antecesores—, seguirán flotando sin rumbo fijo, 2.600 metros más cerca de las estrellas.
Posdata. Un factor importante en el escalafón de habitabilidad se relaciona con la seguridad personal, soporte de la estabilidad interna en cualquier ciudad del mundo. En el estudio de Mercer, Bogotá se situó en la posición 187, por debajo de Luanda (Angola), Tel Aviv y Managua.
CÓRDOBA, Argentina. Wyleex, una plataforma de bajo costo para sistemas de suscripción digital en medios de cualquier tamaño, anunció el lanzamiento de sus operaciones en América latina. Está ya en uso en dos medios y en plena implementación en otros dos.
El proyecto (wyleex.com), que nació a partir de la experiencia de un medio de comunicación argentino, apunta a maximizar las conversiones de suscriptores de una manera simple, segura y efectiva.
“Wyleex es una herramienta creada para consolidar el crecimiento de las empresas periodísticas con cada suscripción”, explica Mauricio Rucci, CEO de la plataforma.
Se trata de una herramienta flexible, que permite implementar modelos distintos y por etapas, en función de cada modelo de negocio. Desde el acceso por registro (login-wall) hasta sistemas medidos de pago por contenido (metered paywall), muros de pago más estrictos (hard paywall), estrategias combinadas (freemium) y membresías.
La solución fue diseñada para administrar suscripciones a partir de un modelo de bajo costo y rápida implementación en cualquier sitio web. Cuenta con paneles de métricas en tiempo real, habilita pagos recurrentes, códigos de promoción, gestión de ofertas, clubes de beneficios y canales seguros para las transacciones.
El desarrollo fue realizado en 2018 por el diario La Voz del Interior (Córdoba, Argentina) y evolucionó hasta convertirse en una solución útil para otros medios que también lo adoptaron, como La Gaceta (Tucumán, Argentina) y El Deber (Santa Cruz, Bolivia). Un tercer medio argentino avanza en la implementación.
“Con Wyleex, logramos consolidar una base de más de 20 mil suscriptores en La Voz en el primer año. Esa experiencia exitosa nos animó a evolucionar la plataforma para ponerla a disposición de otros medios de cualquier tamaño”, dijo Rucci.
La plataforma se conecta a los gateways de pago estándares de mercados locales o regionales y acepta virtualmente todos los medios de pago disponibles, utiliza SSL y cumple con normas PCI para tarjetas de crédito.
El sistema de métricas actualiza las ventas en tiempo real, distinguiendo por tipo de oferta o por medio de pago. Asimismo, se integra con sistemas de analítica como Google Analytics y Cxense para configurar embudos de conversión, y ofrece tableros para desplegar en pantallas de la Redacción y de diferentes equipos y áreas de la empresa.
A través de API, es posible verificar el estado y la información de una suscripción en el momento que el usuario navega el sitio web. Los usuarios pueden acceder a sus datos en todo momento, modificar planes y cambiar tarjetas de crédito, entre otras acciones.
La respuesta a tu pregunta puede ser diferente si al exponer que «no existiera la Luna» te refieres a que no hubiera existido nunca, es decir, que no se hubiera formado, o a que de repente desapareciera.
Si la Luna desapareciera por cualquier motivo, ocurrirían muchas cosas: la primera es obvia, no tendríamos luz lunar, así que las noches serían siempre oscuras. Y eso influiría tanto sobre el comportamiento animal como sobre los vegetales, porque los seres vivos en la Tierra, incluidos los humanos, están adaptados a los ciclos del Sol y de la Luna. También dejaría de haber eclipses porque desaparecería el objeto que eclipsa.
Pero quizá lo más importante es que no habría mareas. O más exactamente, habría mareas pero serían mucho más pequeñas porque solo estarían las mareas provocadas por el Sol (mareas solares) y desaparecerían las provocadas por la Luna, que son las más importantes. Esto causaría importantes efectos. Lo primero es que el agua de los océanos tendría muy poco movimiento, lo que influiría sobre todos los seres vivos que viven en ellos, porque las mareas hacen que se limpie el fondo del mar; el movimiento de marea realiza una especie de drenaje del fondo marino. Además, ahora tenemos una Tierra deformada, el agua está deformada, no es una esfera perfecta, y si le quitas la Luna, cambiaría el nivel de los océanos provocando un cambio climático. Muchos seres vivos no serían capaces de adaptarse tan rápidamente a esos cambios y desaparecerían. Hay que tener en cuenta que el cambio en las mareas sería automático si desapareciera la Luna.
Otro cambio sería el que afectaría al eje de rotación de la Tierra. Este eje de rotación se mantiene fijo, en parte, por la Luna. El plano en el que están el Sol y los planetas se llama eclíptica, y la Tierra no gira exactamente perpendicular a la eclíptica sino que lo hace en un ángulo de 23 grados. Esa inclinación es casi constante, y lo es porque la Tierra también tiene otro movimiento además del de rotación que es el de precesión. Este movimiento podemos compararlo con el de una peonza en la que el eje de rotación describe un pequeño círculo mientras la peonza gira. En la precesión terrestre el eje de la Tierra tarda unos 26.000 años en describir este círculo. Siguiendo con el ejemplo de la peonza, el eje de rotación es más estable cuanto más deprisa gira. El movimiento de precesión de la Tierra se produce por la atracción gravitatoria que ejercen sobre ella el Sol y la Luna. Si la Luna no existiese, la precesión sería más lenta y el eje de rotación sería más inestable. La Tierra podría cabecear un poco y en vez de una inclinación de 23 grados podría llegar a 40 grados o al caso extremo de Urano, cuya inclinación es de 90 grados, lo que hace que gire tumbado. En Urano hay una mitad del planeta (un polo) que está siempre soleada y otra mitad que está siempre en sombra. Si eso ocurriera en la Tierra, el cambio climático sería todavía más dramático que el que produciría solo la desaparición de las mareas. Y todo eso ocurriría en una escala de tiempo no demasiado grande.
La Tierra, vista desde la Luna. NASA
Vamos ahora al segundo supuesto, el de que nunca hubiera existido la Luna. Si fuera así, el día no duraría 24 horas. La Tierra se formó hace 4.600 millones de años y la Luna unos 100 millones de años más tarde. Nuestro satélite se formó porque había otro cuerpo que giraba con la Tierra, chocó contra ella y se desgajó un trozo. Entonces la Tierra no era rígida como es ahora, no era exactamente líquida pero sí fluida. En ese tiempo el día duraba unas seis horas porque el planeta giraba mucho más rápido. Con la formación de la Luna llegaron las mareas que crean fricciones que van frenando al planeta y hacen que el día sea cada vez más largo hasta lo que tenemos ahora, aproximadamente 24 horas. De hecho, el día todavía se sigue alargando aunque muy poco, 1,5 milésimas de segundo por siglo. Si la Tierra girase más rápido, los vientos serían mucho más violentos, igual que lo serían las corrientes oceánicas. Es decir, el clima sería muy diferente del que conocemos y eso seguramente habría dificultado la aparición de la vida porque una de las cosas que ayuda a la evolución química es que las condiciones cambien pero no muy deprisa, y así puedan formarse compuestos químicos cada vez más complejos. No podemos concluir que no habría vida, pero habría sido más difícil que esta apareciera en la Tierra sin la Luna.
La noticia parecía volver realidad un guión de Hollywood.
Las autoridades rusas confirmaron este martes que se había registrado una explosión y un incendio en un laboratorio donde se almacenan, entre otras cosas, virus tan letales como el del ébola.
El Centro Nacional de Investigación de Virología y Biotecnología, conocido en la era soviética como Instituto Vector, había sufrido daños menores en uno de sus edificios, ubicados en la localidad de Novosibirsk, en la región de Siberia, según informó la agencia estatal rusa Ria-Novosti.
Sin embargo – y esa era la razón del comunicado-, quedaba claro que la explosión, causada por un cilindro de gas, había ocurrido en una «zona donde no se encontraba material biológico almacenado».
«Los voceros del Centro de Investigación han enfatizado que este incidente no representa ninguna amenaza biológica ni de ningún orden para la población en general», señaló la agencia.
Pero la noticia ya estaba dando la vuelta por redes sociales (en Twitter, el hashtag #bioweapons era tendencia) por una simple razón: este laboratorio es uno de los dos lugares en el mundo donde se encuentra una muestra del virus que causa la viruela, una de las enfermedades más letales en la historia de la humanidad.
En el siglo XX, la viruela causó la muerte de casi 300 millones de personas alrededor del planeta.
Sin embargo, fue erradicada hacia 1980, una época en la que el mundo estaba dominado por dos potencias: EE.UU. y la Unión Soviética.
Una muestra quedó en territorio ruso, mientras la otra la conserva el los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades de EE.UU., el CDC, en Atlanta.
«Este edificio fue utilizado dentro del programa de defensa contra armas biológicas en la era soviética y ahora se dedica a la investigación de enfermedades como la hepatitis e y el ébola«, confirmó Ria-Novosti.
Pero, ¿cómo quedaron esas dos muestras del virus de la viruela en dichos laboratorios durante de la guerra fría?
Viruela mortal
La viruela es un viejo conocido de la humanidad: se sabe que causó la muerte del faraón Ramsés V hace más de 3.000 años y la del zar ruso Pedro II en 1730.
También fue la causante de la muerte de millones de personas más.
La enfermedad, causada por el Variola virus y conocida por el sarpullido que produce en la piel, fue llamada «el monstruo moteado» (speckled monster) por Edward Jenner, el científico británico que logró crear la primera vacuna efectiva contra el padecimiento en el siglo XVIII.
Pero, a pesar de que existía una vacuna eficaz desarrollada hacía más de 200 años, en el siglo XX el virus seguía arrasando con poblaciones enteras debido al crecimiento demográfico y el aumento de las migraciones.
De acuerdo a la periodista de la BBC Colette Flight, «la velocidad de contagio y la altda tasa de mortandad de la viruela la hacían casi incontrolable cuando ocurría algún brote».
Por esa razón, a mediados de la década de 1950, con una pandemia global en ciernes, el viceministro de salud de la Unión Soviética, Viktor Zhdanov, propuso cambiar la estrategia: darle una mirada global al asunto.
Derechos de autor de la imagenGETTY IMAGES Image captionLa viruela se erradicó en 1980.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) le hizo caso e inició un proceso que fue liderado esta vez por un estadounidense: el epidemiólogo Donald Henderson.
A partir de 1967, y de la mano de una agresiva campaña de vacunación alrededor del mundo, el virus fue borrado del planeta: el último caso conocido fue el de un joven en Somalia en octubre de 1977.
El 8 de mayo de 1980 la OMS declaró la erradicación total de la viruela.
Pero lo cierto es que dos muestras vivas habían sobrevivido.
Laboratorio Vector
Con el fin de combatir la enfermedad en caso de que ocurriera otro brote, la OMS decidió guardar dos muestras en los únicos laboratorios que tenían el nivel suficiente de seguridad para albergar semejante virus: los CDC de Atlanta, en el corazón de EE.UU., y el laboratorio del Instituto Vector, en la Siberia rusa.
Lo curioso de este último laboratorio es que hacía parte de la infraestructura creada por la Unión Soviética con el ánimo de defenderse de un posible ataque biológico.
De acuerdo a los registros del libro «Riesgo biológico: la verdadera historia del mayor programa encubierto de armas biológicas en el mundo», del científico ruso Ken Alibek, aunque la Unión Soviética firmó en 1972 un acuerdo para no producir armas biológicas, continuó investigando el tema porque «temía que Estados Unidos no cumpliera con lo pactado».
Según Alibek -quien trabajó en dicho programa de defensa-, la Unión Soviética utilizó el laboratorio del Insituto Vector, debido a sus altos niveles de seguridad, como una de las instalaciones donde llevó adelante estas investigaciones.
GETTY IMAGES Image captionSe teme que ocurra un accidente en un laboratorio y que el virus se propague.
Lo cierto es que, con el final de la guerra fría, varios organismos – entre ellos, grupos de investigación de la OMS- comenzaron a solicitar la destrucción total de las muestras para evitar una nueva epidemia, pero sobre todo para que no llegaran a las manos de agentes internacionales que pudieran convertirlas en armas biológicas.
Los atentados del 11 de septiembre de 2001 y los ataques con ántrax que ocurrieron días después llevaron a varios científicos de Estados Unidos, India, Rusia y Japón a solicitar que no se eliminaran las muestras, según investigó el periodista británico Steve Connor, del diario The Independent.
«Estos científicos creen que el desarrollo de nuevas vacunas efectivas se debe hacer en muestras vivas del virus. Y no se sabe si los llamados terroristas tienen una muestra, por lo que la destrucción de las muestras podría ayudarlos a concretar sus planes de ataque», escribió Connor en 2002.
Desde entonces, la existencia de las muestras se rodeó de controversia.
Hasta ahora, las dos posiciones contrapuestas se mantienen: están quienes piensan que es mejor destruir los virus de una vez y para siempre para evitar ataques biológicos, y quienes prefieren mantener las muestras para desarrollar nuevas vacunas si hiciera falta.
De hecho, el año pasado, la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés) aprobó un medicamento para combatir el virus.
¿La razón? Precaución. Las autoridades estadounidenses temen que la viruela pueda utilizarse como arma biológica y quieren estar preparadas.
Si hoy el mundo despertara con un nuevo brote de influenza como el del 2009 podría extenderse por el planeta en menos de 36 horas y terminaría con la vida de hasta 80 millones de personas, además de arrasar con el 5 por ciento de la economía global.
Ese escenario de características catastróficas es presentado en el informe ‘Preparación mundial para las emergencias sanitarias’, de la Junta de Monitoreo de Preparación Global (GPMB, por sus siglas en inglés), órgano independiente creado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y el Banco Mundial para evaluar y hacer recomendaciones a los líderes mundiales de cara a los riesgos biológicos que se manifiestan como epidemias y pandemias.
De acuerdo con este informe, la mayoría de los países del mundo presentan fragilidades severas para enfrentar una pandemia hoy, empujadas, entre otras, por los desastres que deja el cambio climático, el crecimiento de la población, el aumento de las migraciones, la globalización de las comunicaciones y el transporte que al no gestionarse en el marco de sus riesgos se convierten en favorecedores para la propagación de muchas enfermedades transmitidas de persona a persona.
“Los brotes han ido en aumento en las últimas décadas y el espectro de una emergencia sanitaria mundial se vislumbra peligrosamente en el horizonte. Si es cierto el dicho de que el pasado es el prólogo del futuro, nos enfrentamos a la amenaza muy real de una pandemia fulminante, sumamente mortífera, provocada por un patógeno respiratorio. Una pandemia mundial de esa escala sería una catástrofe y desencadenaría caos, inestabilidad e inseguridad generalizadas. El mundo no está preparado”, adelanta el informe.
Bajo esta condición caen enfermedades como la misma influenza, que ya desde el 2009, bajo su denominación de AH1N1 ya amenazó al mundo y llegó a causar hasta 575.000 muertos en todo el mundo, según un reporte de The Lancet Infectious Diseases.
Y en esa misma fila de espera que amenaza el mundo están el virus del ébola, que ya abandonó el continente africano y amenaza con instalarse, como hace menos de un lustro, en Europa y Estados Unidos; así como el virus del SARS, que a nivel individual son cada vez más difíciles de manejar.
La epidemia actual de ébola en el Congo ha dejado ya 2.085 fallecidos en 3.113 casos, además de 942 personas que han logrado superarla. Foto: REUTERS.
Gro Brundtland, ex primera ministra de Noruega y exdirectora general de la OMS, afirma que no se trata de escenarios fantasiosos, sino amenazas reales, dado que un patógeno de rápido movimiento tiene el potencial de afectar sin distingos a decenas de millones de personas antes de encontrar una herramienta para controlarlo.
Estas medidas, agrega el informe, están basadas en la austeridad, el control del gasto y las medidas mínimas que dejan de lado la verdadera potencialidad de estos flagelos.
De ahí que el documento que acaba de ser revelado hace un llamado para que todos los gobiernos tomen en serio este tema y orienten una financiación más sólida, a nivel nacional e internacional, que vayan más allá de controlar un brote.
El reporte también clama para que se fortalezcan los mecanismos de coordinación entre gobiernos y así responder rápidamente a una emergencia bajo la definición de planes que se sostengan.
Lo que más preocupa es que según el propio Tedros Ghebreyesus, director general de la OMS, todas las acciones deben partir de una solidaridad bien entendida, bajo la premisa de que las enfermedades más graves como el ébola, el cólera y el sarampión generalmente ocurren en lugares con los sistemas de salud más débiles. Y por eso insta a todos los líderes y agencias internacionales a asumir la responsabilidad que todo esto conlleva, actuar de manera preventiva y “arreglar el techo antes de que llueva”.
Es urgente, por tanto, crear un plan de acción totalmente costeado y financiado con fuentes de recursos internacionales que intervengan para cerrar las brechas en los países más pobres y vulnerables. Darle la espalda esta situación es abrir la puerta para una amenaza mundial, remata el documento.
Siete medidas urgentes, según el informe:
Los jefes de gobierno deben comprometerse e invertir.
Los países y las organizaciones regionales deben dar ejemplo.
Todos los países deben construir sistemas sólidos.
Los países, los donantes y las instituciones multilaterales deben prepararse para lo peor.
Las instituciones de financiación deben vincular la preparación con la planificación de los riesgos económicos.
Las entidades que financian la asistencia para el desarrollo deben generar incentivos e incrementar la financiación para la preparación.
Las Naciones Unidas deben fortalecer los mecanismos de coordinación.
Durante dos años, la National Sleep Foundation analizó los estudios más citados sobre el sueño y esto es lo que recomienda en cada etapa de la vida para descansar bien.
Todos saben que dormir es importante, pero pocos se toman la molestia de descansar las horas recomendadas. El ritmo de la vida moderna, las nuevas tecnologías, los estimulantes como el café y las bebidas energéticas, los despertadores y las luces externas, son algunas de las razones que interfieren con el ciclo natural del ritmo circadiano.
Dormir es tan importante como llevar una buena alimentación pues un mal descanso tiene consecuencias negativas para el cuerpo y el cerebro, además de que promueve el desarrollo de ciertas enfermedades, entre ellas, el sobrepeso.
Por eso, esta semana, la National Sleep Foundation de Estados Unidos publicó los resultados de un estudio mundial en el que actualiza el rango de sueño que necesita realmente una persona en cada etapa de su vida. Dieciocho investigadores revisaron más de 300 publicaciones científicas y votaron sobre cuánto sueño era el apropiado en cada periodo.
Aunque la investigación no puede determinar la cantidad exacta de sueño que necesita una persona, pues varía según su estilo de vida, de acuerdo a la fundación, la tabla presenta los rangos mínimos y máximos para la salud, así como las ventanas «recomendadas».
Recién nacidos (0-3 meses): 14-17 horas cada día (anteriormente era de 12-18)
Bebés (4-11 meses): 12-15 horas al día (anteriormente era de 14-15)
Niños pequeños (1-2 años): 11-14 horas al día (anteriormente era 12-14)
Niños en edad preescolar (3-5): 10-13 horas (anteriormente era 11-13)
Niños en edad escolar (6-13): 9-11 horas (anteriormente era 10-11)
Adolescentes (14-17): 8-10 horas (anteriormente era 8.5-9.5)
Adultos más jóvenes (18-25): 7-9 horas. Es una nueva categoría.
Adultos: el rango de sueño no cambió y permanece de 7 a 9 horas.
Adultos mayores (65+): el rango de sueño es de 7-8 horas (nueva categoría de edad)
Epidemia mundial
De acuerdo a la Asociación Mundial de Medicina del Sueño (WASM, por sus siglas en inglés), los problemas de sueño constituyen una epidemia global que amenaza la salud y la calidad de vida de más del 45 por ciento de la población mundial.
Estas son algunas recomendaciones simples de la National Sleep Foundationpara promover un sueño saludable:
Seguir un horario de sueño, incluso los fines de semana.
Practicar un ritual relajante antes de acostarse.
Ejercitarse diariamente.
Evaluar su habitación para garantizar la temperatura, el sonido y la luz ideales.
Dormir en un colchón y almohadas cómodos.
Tener cuidado con los «ladrones de sueño ocultos», como el alcohol y la cafeína.
Apagar los dispositivos electrónicos antes de acostarse.
CARACAS — En Venezuela se libran distintas batallas, pero una crucial es por los derechos a la libertad de prensa y expresión. Como periodista y como directora de un medio independiente venezolano he vivido el progresivo deterioro de las condiciones para el trabajo de la prensa en mi país.
En dos décadas, el chavismo ha desmantelado la industria de los medios privados. Esta política se ha intensificado con la llegada de Nicolás Maduro al poder: hace cinco años circulaban aproximadamente noventa medios impresos en todo el país, pero a finales del año pasado solo se imprimían menos de treinta periódicos. A esta campaña estatal por limitar la diversidad de medios, se suman los ataques violentos, las intimidaciones y hasta bloqueos a las páginas de internet de los periódicos digitales, un campo que ha florecido ante las limitaciones y llamados de censura de las redacciones tradicionales.
La historia del periodismo venezolano en tiempos del chavismo ha sido una de golpes y hostigamiento. El ejemplo más reciente es el del periodista Luis Carlos Díaz, quien fue detenido arbitrariamente por el Servicio Bolivariano de Inteligencia el lunes 11 de marzo. El gobierno intentó vincularlo con una presunta conspiración en torno al apagón que sumió a Venezuela en más de cien horas de oscuridad. En un nuevo ataque sin precedentes al periodismo, Díaz fue presentado en un tribunal e imputado por el presunto delito de instigación a delinquir. Lo dejan en libertad condicional con varias prohibiciones, entre ellas hablar de su caso, salir del país y participar en manifestaciones.
Pero también es una historia de lucha de los propios periodistas por mantener la ecuanimidad para contar lo que sucede en el país.
Si las noticias son, como se ha dicho, el primer borrador de la historia, el periodismo en Venezuela, uno de los pocos bastiones que quedan de la vida democrática del país, ha sido fundamental para escribir la primera historia del chavismo. El trabajo periodístico venezolano ha revelado la corrupción de funcionarios del gobierno, ha investigado violaciones a los derechos humanos y reporteado la escasez de alimentos y la negación de servicios médicos. También ha cubierto las historias de los millones de venezolanos que han tenido que salir del país.
Los medios que aún sobrevivimos hemos hecho esfuerzos para ofrecer algo básico, pero realmente revolucionario en una oscurana de censura y propaganda: información, investigación, análisis, contraste. En el gran apagón, y frente al silencio del gobierno, los medios y periodistas independientes mantuvieron informada a la población, documentaron los hechos y enviaron mensajes para preservar la calma.
Para los periodistas en Venezuela ha sido un desafío enorme no caer en la trampa de la polarización y cubrir los hechos sin adjetivos, sustentar nuestro trabajo en investigaciones rigurosas. Además de sortear la violencia, las intimidaciones, los llamados directos a la censura y la falta de transparencia gubernamental, cubrir de la manera más honesta la realidad venezolana es nuestro mayor reto y nuestra mayor obligación.
No tengo reparos en reconocer que, en estos veinte años, los medios y algunos periodistas hemos cometido errores. Algunos medios asumieron un rol más político que periodístico y optaron por difundir contenidos no verificados que señalaban al gobierno. Otros medios, para sobrevivir, se sometieron a la línea dictada desde el Palacio de Miraflores. En estos años he entendido que el chavismo instauró una lógica difícil de eludir como periodista: un sectarismo social en el que no se toleran las disidencias y menos cuando el reporteo no corresponde con el relato edulcorado del poder o las tesis partisanas de algunos sectores de la oposición. Cada vez se hace más difícil estar conscientes de los sesgos y ser imparciales. Pero no debemos renunciar a estos principios fundamentales del trabajo periodístico, que no podemos confundir con neutralidad.
Y es que también han sido más los aciertos de la prensa. Fue el trabajo de un grupo de periodistas de la extinta Cadena Capriles el que desmontó la versión oficial sobre el asesinato de un joven manifestante, Bassil Da Costa, el 12 de febrero de 2014. Ese equipo quedó desmantelado poco tiempo después. El portal web Armando.Info ha revelado casos de corrupción bolivariana con alcances internacionales, como la del negocio de la importación de alimentos desde México. Cuatro de sus miembros están en el exilio por esas investigaciones. En 2018, Efecto Cocuyo y la unidad de datos del diario El Tiempo de Colombia realizamos una investigación de las historias del éxodo sin precedentes de los venezolanos, otro tema que el gobierno de Maduro se ha empeñado en negar.
Para los periodistas, luchar contra una estructura de poder que ha ido limitando cada vez más salvajemente la libertad de expresión y nuestra seguridad es una tarea demandante y agotadora, que sigue exigiendo rigurosidad en medio del caos. Se trata, sin embargo, de una labor indispensable: el periodismo serio ha sido uno de los contrapesos históricos al poder en Venezuela. Y en esa cruzada necesitamos más que nunca del apoyo internacional.
Es hora de que la lucha por la libertad de expresión en Venezuela no sea solo un asunto de comunicados enérgicos. Aunque la visibilización en el extranjero de los casos de ataques a periodistas venezolanos y la denuncia ante organismos de protección han sido importantes para que los periodistas sigamos haciendo nuestro trabajo, a medida que aumenta la opresión contra la prensa y las libertades más básicas también deben escalar las acciones de presión al régimen de Nicolás Maduro para evitar que siga cruzando rayas contra el periodismo.
Hay periodistas como Nelson Bocaranda a quienes el gobierno les ha quitado su pasaporte venezolano, con lo que no pueden salir del país. En estos casos, los países de América Latina que se mantienen neutrales podrían ser naciones santuario: ofrecer garantías a quienes sean víctimas de estos ataques para recibirlos aunque no tengan un documento de identidad nacional.
Pero también sería de gran utilidad la creación de un organismo que se dedique a brindarnos asesoramiento legal: un grupo de abogados y defensores de la libertad de expresión podrían investigar qué leyes en el derecho internacional podrían ejercer presión real a un régimen hostil al oficio de contar la verdad. Los periodistas en Venezuela podríamos tener un fuero especial para hacer nuestro trabajo y podríamos tener una garantía para el respeto de nuestras labores, que en caso de ser violada permita acciones legales de carácter civil.
Estas protecciones no necesariamente detendrán los ataques del régimen contra los periodistas, pero sí podrían aumentar el costo político a quienes hoy se saben impunes en sus ataques a la libertad de expresión. El caso de Luis Carlos Díaz es solo la prueba más reciente de la necesidad de establecer estos mecanismos de carácter internacional y validez dentro del país. Solo así podemos proteger el valioso esfuerzo que hacen los periodistas todos los días en Venezuela.
Corrección: Una versión anterior de este artículo señalaba que Luis Carlos Díaz fue acusado de instigación a delinquir, pero el periodista fue imputado, no acusado.
UNO.ar es un medio digital pensado y producido por jóvenes que surgió en 2016 como un proyecto del Grupo América (América TV, A24.com y Radio La Red, entre otros) para captar la audiencia millennial y centennial.
Con un equipo que incluye periodistas, editores de vídeo, un diseñador, un ilustrador y una editora para el contenido que publican en redes y el Newsletter, Florencia Aza, Social Media de UNO, explica cómo trabajan para alcanzar a los usuarios más esquivos del mercado; los jóvenes.
(P) ¿En qué red social publican más y por qué?
(R) El trabajo de redes es en todas las plataformas, pero vamos probando de acuerdo a cómo se mueve la audiencia. Hoy el foco es Instagram porque es donde podemos hablar mejor con la gente joven. En Twitter hacemos otro contenido, más sintético. Cada red social tiene una lógica propia y vamos probando y cambiando lo que haga falta. Trabajamos de manera flexible.
(P) ¿Modifican el contenido de acuerdo al feedback de la audiencia?
(R) Algunas cosas sí y otras no porque tenemos una línea editorial. Pero sí estamos atentos a la participación, que suele darse más a través de las Stories. Queremos que la gente se involucre y sea parte de la dinámica de la publicación. También intentamos responder todos los mensajes porque, por otra parte, nos llegan muchos temas que luego cubrimos. Si nos parecen que van para UNO, incluso lo informamos: “Fulano nos propuso este tema y nos parece interesante”.
(P) Esa es otra tendencia en medios con audiencias más jóvenes, la co creación de contenidos.
(R) Es así. Históricamente eran los medios primero, la gente después. Creo que esto nos hizo mucho daño como comunicadores, como periodistas y como industria. Hoy es al revés, hoy la gente tiene el poder de decidir qué ve y qué no ve. Como medio tenemos una responsabilidad y mucha información para dar, pero no tenemos la palabra absoluta ni final. Tenemos que escuchar y hablar con esa audiencia para saber y entender qué quiere. Nuestro lema es “Todos podemos aprender de todos”.
(P) El newsletter llega todos los días al correo y también tienen envíos por Whatsapp. ¿Cuál fue el criterio que adoptaron para la frecuencia de envío?
(R) El newsletter sale de de lunes a viernes y, cada tanto, los sábados. Por Whatsapp llega una vez por semana. La premisa para el Whatsapp es que lo compartimos primero para nuestros seguidores más fieles y después lo publicamos en Twitter, Instagram y demás redes.
UNO comparte primero en Whatsapp infografías que luego suben a sus redes sociales.
(P) ¿Cuál es la agenda de temas con los que trabajan?
(R) Sabemos qué temas que le interesan al target al que nos dirigimos, los jóvenes. No trabajamos con breaking news porque creemos que los medios tradicionales lo hacen muy bien y nosotros no podemos competir con ese minuto a minuto. También usamos herramientas que te permiten ver de qué está hablando la gente en las redes, como Google Trends o Spike, que es paga.
(P) En los medios para jóvenes las coberturas sobre Género están muy presentes. En UNO también.
(R) Sí, los temas que abordamos, en líneas generales, son Género, Medioambiente y Derechos. Y si hay temas de coyuntura, vamos a darle una vuelta en función de los intereses de la audiencia. Por ejemplo, si tenemos que informar sobre la subida del dólar o la inestabilidad financiera, vamos a hablar de lo que va a pasar con los alquileres: cómo repercute eso en el costo de tu alquiler.
Florencia Aza explica que en UNO el trabajo en equipo es fundamental: todos proponen temas, debaten el tratamiento que tendrán y cómo lo van a publicar en cada red social.
Para Instagram tienen un Host, Lautaro Torres, que graba las Stories y, de acuerdo a la profundidad del tema o la información contextual que necesite, las publica en el momento o realiza una posproducción en la redacción.