Crculo de Periodistas de Bogot
Así llegó Javier Darío Restrepo a la idea de la ética

En la Universidad Central de Ibagué, se dio inicio a la Cátedra de ética periodística Javier Darío Restrepo, con un acto de exaltación al director del Consultorio Ético de la Fundación Nuevo Periodismo Iberoamericano (FNPI), con la conferencia titulada “Cómo llegué a una idea de la ética”, cuyo texto compartimos aquí.

“La ética es una invitación a la excelencia y parte de la certidumbre de que como seres humanos y como profesionales, nacimos para ser excelentes”, afirma Restrepo.

Se espera que la participación de estudiantes, docentes, periodistas, directores de medios y comunidad en general, propicie una reflexión permanente sobre las relaciones entre la ética, la comunicación y el periodismo para el desarrollo de una cultura de paz y una democracia participativa.

Cómo llegué a una idea de la ética

Mi primer contacto en serio con la ética ocurrió cuando hice parte de una comisión del Círculo de Periodistas de Bogotá (CPB) que tenía la misión de preparar un proyecto de código de ética. La disputa entre dos grupos de socios del Círculo: los que defendían la conductas de periodistas que recibían doble salario: de las empresas en que trabajaban y otro de parte de los congresistas con el argumento de que los sueldos eran escasos y no satisfacían el derecho  de sobrevivir dignamente;  y los que censuraban esa dependencia como indigna y dañina para la credibilidad de los periodistas, todo había culminado con la exigencia de un código de ética para la institución que en aquel momento celebraba sus treinta años de existencia.

Digo que ese trabajo de corredactor del código de ética fue mi primer contacto en serio porque hasta entonces mis relaciones con la ética habían sido las de estudiante de filosofía o las de profesor de la materia con muchas referencias librescas y contenidos teóricos pero sin contacto con la realidad. De esos tiempos conservo una conferencia que leí en unas jornadas de actualización celebradas en distintas capitales adonde  se desplazó un grupo de conferencistas de la capital. Al revisar recientemente esa conferencia la rechacé con cierto rubor; eran páginas que entraban en contradicción con la experiencia adquirida a partir de la redacción del código del CPB.

La ética: un modo de vivir

1.- La experiencia que siguió es la que quiero compartir con ustedes. Un día al leer en la introducción de Ética para náufragos, del profesor español José Antonio Marina: “ hay una ética de supervivencia, una ética de felicidad y una ética de la dignidad” caí en la cuenta de que los libros de ética deberían ser manuales de supervivencia, algo completamente distinto de esos libros museos de prohibiciones en que se han convertido los exposiciones sobre ética.

La redacción del código de ética para periodistas argentinos fue una reveladora experiencia. Finalizábamos un taller con un trabajo práctico sugerido por ellos: la redacción de un proyecto de código. Cuando en la sesión final lo leyeron, les propuse una segunda redacción de esos artículos en positivo y eliminar las cláusulas negativas. Cambiaron el tono y la redacción de ese código. Habían entrado en  conflicto dos visiones de lo ético: la que  lo mira como una exposición de deberes y de prohibiciones y la que, por el contrario construye un modelo de vida buena. Al respecto, subrayé la expresión de Marta Nussbaum: “ la idea de vida buena se refiere a un conjunto enumerable de cualidades interna y externas que definen un modelo deseable de personas humanas”.  Esta fue una importante corrección: la ética no es un catálogo de prohibiciones, es el descubrimiento  de un modelo ideal, capaz de entusiasmar y convencer para construir la propia vida.

Pero con esta fórmula no quedó resuelto el problema puesto que podría preguntarse: ¿para qué la construcción de ese modelo?. ¿Acaso para ser éticamente correctos? Y ser correcto es lo mínimo. Escribía Ortega y Gasset “la moral no es una performance suplementaria y lujosa que el hombre añade a su ser para obtener un premio, es el mismo ser del hombre”.

En efecto, no basta ser correcto, la ética es mucho más ambiciosa. Alguna vez hice un ejercicio académico: en vista de las muy variadas respuestas que se dan sobre la etimología de ética y moral, propuse a un grupo de periodistas reunirlas y analizarlas. Y comenzamos por averiguar el significado de la palabra griega Ethos y de Mos, la palabra latina. Al final encontramos que Ethos es lo real y Mos, que da lugar a morada, o lugar donde uno vive, son significados que no parecen tener relación con ética y moral.

La confusión  crecía al encontrar otros usos: suelo firme, raíz de donde brotan los actos humanos; modo de ser, disposiciones del hombre en la vida, formas de vivir que se adquieren, segunda naturaleza que se  adquiere por hábito, talante. Uno repasa todos estos significados que, aunque diferentes, tienen un elemento común, revelador de la naturaleza de lo ético, que es un trabajo personal que uno se impone para obtener una personalidad, un talante, un modo de ser, una segunda piel que se adquiere viviendo.

Después de este ejercicio llegué a la conclusión: 1.-Tenemos una idea de la ética demasiado insignificante. 2.- Ese lugar común nos aleja del verdadero significado de lo que Aristóteles enseña al definir la ética como “ obediencia a la naturaleza”.

Cuando tuve esto claro, concluí que apenas comenzaba mi búsqueda de las riquezas de la ética.

La ética no se enseña, se comparte

2.- Me invitan desde distintas partes a dictar conferencias como esta o talleres sobre ética médica, o periodística, o de las comunicaciones como uno que hice para obispos de Brasil; preparo un texto o un esquema, los entretengo con mi rollo de teorías y ejemplos prácticos, pero yo sé, quizás las audiencias también, que la ética no se enseña como sí ocurre con el inglés, las matemáticas, la alta cocina, la historia, el crochet o el yoga. ¿Por qué la ética no?

Encuentro una clave para responder en Aristóteles en su tratado de ética para Nicómaco  en donde define la ética como un saber práctico. No la ve

como la ciencia de lo correcto y lo incorrecto, que es otra definición en uso, sino como saber práctico que te permite distinguir lo bueno de lo malo, no mediante la aplicación de fórmulas o modelos, sino mediante la activación de la sensibilidad ética.

No estamos, pues, ante una fórmula que, aplicada te da certezas, sino ante una sensibilidad que reacciona ante lo bueno aprobándolo y adoptándolo y contra lo malo, rechazándolo y previniendo para evitarlo.

Busco una realidad equivalente que me permita desplegar un ejemplo que haga comprensibles estas afirmaciones, y me sale al encuentro la experiencia del amor.

No es asunto de química como con ingenuidad o idiotez se explica, como si todo se pudiera reducir a una fórmula; hay mucho más que eso, solo que excede, y en mucho, los razonamientos, como sucede con todo lo que tiene que ver con la vida.

Así es lo ético, no cabe en los esquemas mentales, toda categoría le resulta estrecha porque, como la vida, se reinventa todos los días. En el Consultorio ético de la Fundación Gabriel García Márquez para el nuevo periodismo se ha vuelto frecuente y repetitiva la pregunta: ¿hay una nueva ética para lo digital? Antes se preguntaba sobre la ética para la radio, o la televisión, o la publicidad, como si la ética fuera uno de esos vestidos diseñados según la estación o el acto social.

En cada caso la respuesta ha sido, con distintos matices, la misma: la ética es una actitud, por tanto se lleva por dentro y no está hecha, es un hacerse, no es de poner y quitar, es una segunda naturaleza que cada uno crea con sus respuestas ante la vida, tanto más o menos acertadas si obedece a ese potencial enorme de la naturaleza. Como ven es lo menos cercano a una fórmula preestablecida.

Investigadores del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar se propusieron estudiar los efectos que había producido en un grupo de niños, su paso por la guerrilla, y comprobaron, con adolorido asombro, que de su sensibilidad había desaparecido cualquier clase de reacción ante el bien o el mal. A fuerza de obedecer sin reflexión, pero con un miedo siempre renovado, las órdenes de sus jefes, su sensibilidad ética había desaparecido, reemplazada por una fidelidad canina, esa que vuelve dóciles a los animales después de un entrenamiento de castigos y estímulos combinados, en el que desaparecía cualquier estímulo racional o moral.

Este escandaloso caso provee una pista  para nuestra búsqueda: en los estímulos externos, en el clima espiritual que rodea a las personas, aparecen factores que propician o que desestimulan el crecimiento ético de las personas. Tal es el hecho que permite concluir que la ética crece- deliberadamente omito decir que se aprende- crece en el ambiente propicio del hogar. Los padres, llegan a ser así, los primeros formadores de la ética de sus hijos.

Incurriré una vez más en la repetición de una historia que suelo contar y que le oí a un indio aymara en La Paz. Almorzábamos en un restaurante indio y hablábamos sobre el tema cuando me dijo: mi más temprana experiencia con la ética me la dio mi padre, indio aymara, analfabeta y agricultor, cuando nos enseñó su idea de  la justicia:  justicia es que si somos ocho en la casa, haya 8 panes en la mesa; si hay seis o diez eso no es justo. Nunca he olvidado esa primera lección de ética. Yo tampoco la he olvidado porque ratifica la percepción de que ser ético no es asunto de conocimiento sino de la sabiduría.

Esta es una palabra emparentada con otra: el sabor, esa calidad atribuida a comidas o bebidas, porque la sabiduría como los sabores les da, a la vida, a las actitudes, al talante de las personas, una cierta definición y singularidad que, como la figura, la piel, el color o la apostura, señalan un modo de ser. Lo saben los catadores de vinos, de café o de platos exóticos, el sabor se extiende por todo el alimento o la bebida,  y se percibe a través de los sentidos; la sabiduría, producto de la experiencia, abarca y singulariza todas las manifestaciones de la persona.

Si sucede así con la ética es porque esta es la sabiduría de vivir, que se aquilata con la experiencia; la ética lejos de ser una teoría, una fórmula o discurso, o sermón, es el producto que deja una larga experiencia y se transmite  mediante la comunicación de experiencias, no con palabras.

Expresa o implícitamente los profesores perciben el mensaje de sus estudiantes: ¿eso que dice usted, es posible? ¿Usted lo hace? Y si no, ¿qué valor tiene lo que dice?

El recurso más utilizado en las universidades para hablar de este tema al estudiantado, es el estudio de los códigos de ética del periodismo, o de la medicina, o del derecho etc, según el caso, con el peligro  de reducir la ética a una práctica reglamentada que, como todo lo que se rige por normas, códigos o reglamentos,  acaba en la búsqueda y adopción de lo mínimo de una materia cuyo espíritu es la búsqueda y adopción de los máximos.

Cuando uno se rige, por ejemplo, por un código de tránsito, se limita a cumplir con la letra que pide lo mínimo y hace caso omiso de la norma si no hay agente o cámara de vigilancia a la vista. La norma es una orden que te imponen desde fuera y coactivamente, pero que no cuenta con tu consentimiento libre. Pero la ética es otra cosa: no se puede imponer desde afuera, porque uno es ético por decisión propia y no para unas situaciones, sino para todo el conjunto de la vida y porque le da la gana. En expresión precisa Kant dice que la ética nos convierte en legisladores de nosotros mismos, no en súbditos de los autores de códigos, o de los maestros de ética.

Un ideal

3.- Más de una vez en el curso de conferencias o talleres los colegas me han calificado de idealista. “Muy bonito lo que dices, pero imposible” me han dicho.  Y debo admitirlo, soy un irreductible optimista e idealista. Estoy convencido de que la ética nunca propone cosas fáciles, generalmente va más allá de los  límites corrientes y entra en el campo de lo posible pero aún inexistente. El humano es un ser rodeado de posibles que se convierten en reales merced a la acción humana. Antes de que una atleta rusa rompiera con su salto en garrocha la marca de los 5 metros, llegar a los 5.10 era un ideal que no había sido alcanzado. Cuando ella lo logró, el mundo aplaudió porque había hecho real lo que solo era posible pero irreal. La ética mantiene como un ideal lo que es posible pero aún no logrado: “híbridos  de realidad y de posibilidad” escribe el filósofo Marina. Y en una bella expresión agrega: “la realidad entera queda  en suspenso a la espera de que el ser humano acabe de darla a la luz, porque las cosas no son lo que son: son lo que son y lo que pueden ser”.

Sucede así con el deseo humano de felicidad; todos queremos serlo, pero ¿cómo? Hay un proyecto ético para lograrlo; decía Séneca: “Todos quieren serlo, lo difícil es saber lo que hace feliz la vida”. Es una posibilidad que la ética revela como real y como uno de sus resultados. Y así como puede hacerse real ese posible, ocurre con el ideal de la perfección. Los persas antiguos  estaban seguros de que el buen guerrero debía saber disparar flechas y no mentir. Era su ideal de perfección. Los grandes campeones, los científicos deslumbrantes, los escritores de genio un día creyeron que ese ideal era posible; no fue algo impuesto por nadie; se lo imponían a sí mismos y en uso de su libertad asumieron ese compromiso consigo mismos.

El citado filósofo Marina reúne tres reveladores ejemplos que ilustran esta idea del humano que, al hacer real lo posible, se superan a sí mismos. Porque de eso se trata: de ir más allá de nuestros propios límites.

Decía Nietzche por la voz de Zaratustra: “Ahora me veo a mí mismo por debajo de mí”  tal era su visión del hombre capaz de superarse a sí mismo; Séneca, a su vez elogia a los esforzados hombres que en sí propios hallaron el ímpetu para subirse en sus propios hombros;  idea que tomaría san Buenaventura: “cualquiera fracasa si no se encarama sobre sí mismo”.

La persona ética no se transa por menos. Lejos de una mediocridad resignada, la vida ética es superación constante porque se encuentra inmersa en el mundo de lo posible. El hombre, en efecto, es una estructura inconclusa, advierte Aranguren (Etica) quien agrega lapidariamente: por eso es libre. Y este fue otro hallazgo que enriqueció mi conocimiento sobre la ética.

Libertad y ética

4.- No podría precisar si fue en Argentina o en México; lo que recuerdo es que fue durante un taller en que me había propuesto orientar nuestras tareas hacia el fortalecimiento de la identidad profesional. Me decía que el resultado tendría que ser muy claro sobre el orgullo de ser periodista, muy distante de la vanidosa apostura de quien sabe tener entre sus manos un enorme poder del que hace uso caprichoso; muy distinto del que llega a ver que maneja la materia prima de la libertad. Nosotros  no le damos libertad a la gente, pero sí ponemos en sus manos la materia prima de la libertad: la información.

Es la información indispensable para quienes toman decisiones, que es el caso, por ejemplo del elector, que solo hará una elección libre si está bien informado sobre candidatos y programas. Al darle esa información aportamos la materia prima para su libertad de decidir. Otra es la idea que se tiene de la profesión cuando se entiende que ese es el  papel de la información periodística: habilitar para decidir en libertad.

Cuando esta idea se incorpora a la conciencia de la identidad profesional, esta se hace más fuerte y arroja una claridad al sentido de la dignidad personal y profesional del periodista.

Esta relación de la libertad y del ser periodista complementa y fortalece la conciencia de seres libres que ya había marcado nuestra relación con lo ético. Esta es una relación que tiene que formarse como actitud fundamental.

En efecto, la actitud ante la ética es una cuando se la entiende como una actitud heterónoma, o sea ajena a la persona, procedente de una autoridad externa; otra es  la que se adopta cuando, según el criterio kantiano se la descubre como un ejercicio autónomo que nos convierte en legisladores de nosotros mismos.

Es distinto, en efecto, recibir órdenes de alguien, o darse órdenes a sí mismo. La ética que se fórmula como el cumplimiento de un código ético que alguien ha redactado sin consultarnos tiene una débil consistencia; la misma de un código de tránsito o un reglamento de trabajo, que se cumplen por presión y con vigilancia externa y se incumplen sin escrúpulos cuando no hay la presión ni la vigilancia. En cambio, “darse órdenes y observarlas es el fundamento de la libertad”

Piaget fundamente su planteamiento educativo cuando comprueba la existencia de dos tipos de relación social: la sumisión a una autoridad externa y la cooperación entre iguales que supone la adopción de unos principios y normas  como decisiones propias. En vez de la conducta del sometido se genera el talante de la prensa libre y del razonamiento moral. Cuando esto sucede y es la  libertad el motor de acción, uno es ético no por imposición sino por decisión. En términos familiares, esto es ser ético porque a uno le da la gana. Esta doble relación entre ética y libertad es otro de los hallazgos que quería compartir con ustedes.

Los códigos

5.- Como les relaté  al principio mi acercamiento serio a lo ético ocurrió con la comisión redactora del proyecto de código del CPB. Pero ideas como  las que he expuesto concluyeron en un replanteamiento sobre el papel de estos códigos en la conciencia ética de los periodistas. Mi trabajo semanal en el Consultorio ético  que aparece en la página web de lFundación Gabriel García Márquez para el Nuevo Periodismo me ha dado la oportunidad de escuchar y estudiar las dudas éticas de periodistas de todo el continente. La mayoría de esas consultas tiene un mensaje implícito: qué dicen los códigos sobre  este caso. Existe una generalizada persuasión de que los códigos son la ética y que ser ético es someterse a los códigos. A  fuerza de estudiar y deliberar sobre  casos y conductas en el Consultorio y en los talleres, he llegado a la convicción de que son útiles como herramientas nemotécnicas que hacen recordar valores, principios y actitudes lo mismo que errores y falseados principios; con esa convicción he llegado a otra: los códigos reducen las dimensiones de lo ético, impiden el acceso a la verdadera naturaleza de lo ético y ocultan sus más ambiciosos objetivos.

Isaac Asimov, bien conocido por los lectores de sus obras de ciencia ficción, me sorprendió en alguna de sus publicaciones con un código ético para robots: el robot no puede hacer daño a los humanos; debe obedecer las órdenes;  debe proteger su propia existencia. Leyendo esos tres incisos debí reflexionar sobre el modo de sintetizarlos del autor y sobre la reveladora semejanza con los manuales de instrucciones para armar un mecano o cualquier aparato. Son órdenes que anulan o restringen la libertad, o sea lo contrario del espíritu de la ética cuyo componente esencial es la libertad, como hace un rato lo dije: uno es ético porque le da la gana. Descubrir  las implicaciones éticas de una acción supone la existencia y el impulso de esa gana: ser ético es estar activando la libertad en todo momento y actuar por propia iniciativa.

La ética, concluyo, va más allá de los códigos y reducir la ética a normas y artículos de un código es una forma de empobrecerla y de reducir el espíritu de lo ético .

El bien común, como clave

6.- El estudio de los casos propuestos por los colegas, que son fragmentos de su vida real, deja ver las claves éticas con las que se va haciendo la construcción de una segunda naturaleza, que viene a ser lo ético: un talante, un modo de ser, un estilo de vivir.

Sería interesante cuantificar los casos en que la práctica periodística tropieza con las exigencias y deberes del bien común.

Sin necesidad de esa cuantificación puedo asegurar que el ser ético del periodista incluye como uno de sus valores básicos el del respeto y servicio al bien común. A manera de ejemplo, ¿por qué darle prioridad a una crisis de servicios de salud sobre una impactante victoria en futbol? ¿Qué debe destacar el periodista: la corona de una reina de belleza o los daños ambientales que está produciendo la minería?

Entre dos informaciones: el escándalo de corrupción de un alto funcionario, o un acuerdo de paz, ¿usted qué escoge como información principal? ¿Qué es su periódico o noticiero: un negocio particular o un servicio público? Son consultas que se resuelven con la referencia al bien público y que mantienen latente la idea de que el periodista es, antes que cualquiera otra cosa,  un servidor público y que lo suyo es la defensa y promoción del bien público.

Es una clave, pero no solo eso. De esta referencia al bien común emerge un elemento esencial de la profesión y la naturaleza del papel del periodista y del periodismo en la sociedad; ese elemento permite configurar el ideal ético de la profesión, al tiempo que destaca lo que no debe ser el periodismo. Cuando se desactiva la práctica de un periodismo de servicio y se activa el potencial publicitario, o de relaciones públicas, aparece la deformación y degradación profesional.

La explicación de este fenómeno la encuentro en Aranguren: “La ética está subordinada a la política. La moralidad pertenece a la polis, las virtudes del individuo reproducen las de la política”. (31)

Habla este autor dela política como un servicio del bien común, por eso explica que lo ético se realiza en tres momentos: la familia, la sociedad y el Estado, afirmación que le permite concluir que ”el Estado aparece como la concreción final de la vida moral” (37) En efecto la ética social es una parte constitutiva: “por ser ética de la persona, la ética general le da alcance necesariamente a la ética social”. (38)

Teniendo  a la vista esta relación entre la ética y lo público creo haber descubierto otra clave de lo ético en la práctica periodística y un elemento fundamental para trazar el perfil de lo ético. En efecto, la ética aparece cuando en el horizonte personal emerge el otro.  La relación entre la ética y el otro me hizo avanzar en la comprensión de la ética. ¿Qué tienen que ver la ética y el otro?

El Otro

7.- Encontré en Ética para Amador de Fernando Savater una cautivante reflexión enredada en alguna de las jornadas de Robinson Crusoe, cuando ya habían pasado 20 años después de su naufragio y llegada a la isla.

La huellas de un humano, que encontró en la playa le provocaron un inmenso sobresalto. Recordó al instante la escena que había encontrado a través de la lente de su catalejo. En una playa lejana desembarcaban unos hombres que arrastraban consigo a dos prisioneros. Los arrojaron al suelo, encendieron una hoguera, les dieron muerte a cuchilladas y procedieron a sacar tajadas de carne de sus cuerpos. Aún chorreaban sangre cuando las pusieron a asar en el fogón.

¿Lo había soñado? ¿Era la realidad atroz que parecían comprobar estas huellas?  ¿Estarían a punto de llegar a su rancho estos caníbales?

Se detuvo entonces a pensar lo que correspondería hacer: ¿ir por su arma, seguir las huellas con todos sus sentidos alerta y con toda su experiencia de cazador como guía y eliminar la amenaza? ¿Y si eran varios? Dudó. Pero había otra posibilidad: se le apareció otra escena: seguir las huellas, no con un arma en la mano sino con una canasta llena de flores y frutas, encontrar al hombre y ofrecerle su canasta en señal de amistad. Ganaría tranquilidad y compañía.

Savater interrumpe el relato para reflexionar: en 20 años y por primera vez en su vida de náufrago Robinson enfrentaba un dilema ético: matar o amar. La ética había aparecido con la presencia del otro. La ética lo había sacado de su ensimismamiento, le había abierto los ojos para la contemplación  de la existencia, de los intereses, de las posibilidades del otro; le había planteado alternativas distintas de las que solo tenían el tamaño minúsculo de las que solo consultaban sus intereses. Había abandonado los confines de su yo y entrado en el amplísimo universo del nosotros.

Me he extendido en este relato porque me reveló el papel que el otro asume en la ética. Hice el ejercicio de leer algún código de ética y encontré que el objetivo y razón de ser de esas normas era el otro: el respeto a su intimidad,, el de su buen nombre, el deber de informarle y de dignificarle con la información; su derecho a la verdad, el cuidado por las consecuencias de la información, siempre el otro como presencia ubicua en la reflexión ética. Hablar, pues, de ética es hablar de mis deberes para con el otro y esto hasta el punto de que la sensibilidad ética equivale a la sensibilidad hacia el otro.

Agréguenle a las anteriores, la consideración sobre el lugar que ocupa el otro en la vida del periodista, que es un islote rodeado de otros por todas partes: el otro es a la vez el objetivo de nuestra información: investigamos, editamos y difundimos para él; el otro es nuestra fuente y es el tema de nuestras informaciones: las investigamos, les damos forma y las publicamos porque es nuestra manera de servirles. Con ellos y desde ellos evaluamos lo que hacemos, nada en nuestra actividad ocurre sin el otro.

El cuidado

8.- Esa relación con el otro tiene un comienzo. Su primera manifestación es el cuidado. Preparaba una conferencia sobre ética médica cuando  me salió al encuentro en un texto la información de que el primer paso hacia la ética es el cuidado.

Leonardo Boff, el teólogo y filósofo brasileño ve el cuidado como “una actitud de relación amorosa, suave, amigable, protectora de la realidad personal, social y ambiental”.

Si alguno está pensando que mi idea del periodista es la de  una versión de la madre Teresa, quiero decirle que no está del todo equivocado. Tenemos en común con ella que no miramos a los demás para aprovecharnos de ellos, sino para servirles. Esto difiere escandalosamente del periodista a quien una catástrofe, o un crimen  le interesan como chiva y nada más.  Cuando se hace ese periodismo necesariamente será de mala calidad porque es incompleto y, por tanto, deshumanizado.

“ Cuidar es una forma de vivir, de ser, de expresarse, es una práctica ética y estética ante el mundo”,  escribía Regina Waldow. Es una forma de vivir más allá de lo natural y se convierte en una segunda naturaleza añadida a lo natural. Es un cuidado natural que dice: cuido de ti porque quiero hacerlo.

Todo esto me lleva  a preguntarme sobre lo que cambiaría, en la práctica diaria del periodismo si este fuera el enfoque y la motivación; la respuesta a esa pregunta es reveladora.

Si una de las formas del cuidado es que uno se pone en el lugar del otro para comprenderlo, ¿qué pasaría al entrevistar? En el otro vería incertidumbre, miedo, inseguridad, soledad o indefinición. Ver esto le dará a mis preguntas un tono, una intencionalidad, un aire distinto. Ponerse en el lugar del otro, si ese otro es la persona de quien se informa, o cuando ese otro es la persona a la que se informa, le daría a la información otro tono, otro contenido, otro enfoque porque es una información que protege, que ayuda, que sirve. Estará hecha desde el otro y con las formas que aconseja el cuidado.

Cuando entendí que el primer paso de la ética es el cuidado mi idea del periodismo cambió. Recordé lo que había oído de alguien, que toda obra  del hombre es humana si cuida de lo humano en el hombre. Y esa es la tarea que cumple uno como periodista cuando se pone en el lugar de otro, que es la calidad del que cuida. Es un primer paso que le da el tono a la ética.

En ética nadie es juez de nadie

9.- Me enseño mucho la cordial discusión que sostuve con colegas de Bolivia en La Paz. Estaban satisfechos y orgullosos del tribunal de ética que habían instalado y esperaban ideas y experiencias sobre  esos tribunales.

Los desconcerté al  manifestarles mi convicción de que un tribunal de ética es una contradicción en los términos. Puesto que la ética no puede ser impuesta por nadie porque es un ejercicio de la libertad, y por tanto decisión personal y autónoma, no cabe esa forma de presión externa que es un tribunal, les expliqué. Estos tribunales toman prestado el lenguaje de lo legal. En los tribunales se acusa, se condena, se absuelve, se sustancia, se obtienen pruebas y con los tribunales de ética se pretende que se sigan procesos paralelos, con lo que se desnaturaliza el proceso ético.

Mencioné antes la expresión de Kant cuando llama a la persona ética legisladora de sí misma y retomo esa frase para subrayar la autonomía de lo ético que nace de unas decisiones autónomas y personales.

No se trata de una opinión caprichosa y sujetiva, sino que nace de la lectura que cada uno hace  del mandato de su naturaleza.  La adopción de los códigos de ética crea el equívoco de que al cumplirlos se acata alguna autoridad institucional, ideológica, religiosa, política, cuando en realidad la ética es una obediencia a sí mismo, sea que ese sí mismo se entienda como la propia conciencia, el yo o la apropiación de una cultura.

Por tanto si lo ético es el resultado de una decisión personal y no de instancia externa alguna, soy yo quien legisla, soy quien adopta un compromiso y quien juzga sobre su cumplimiento. En ética no solo somos legisladores de nosotros mismos, también somos nuestros jueces.

Este es el fundamento de una frase que como mantra suelo repetir: en ética nadie es juez de nadie, salvo de sí mismo. Se ha convertido en sofisma de distracción la discusión sobre presuntas o reales violaciones de la ética por parte de los colegas periodistas. Son discusiones en las que generalmente se echa de menos la pregunta principal, ¿en los zapatos del colega acusado, qué hubiera hecho yo? ¿Habría adoptado la conducta de él? ¿Por qué? Cuando este es el enfoque de la discusión esta se vuelve aprendizaje y oportunidad de ver los propios errores y de aprender de ellos. Pero, sobre todo,  por la ética uno se vuelve en el conductor de su propia vida con los riesgos implicados en esa condición y deberes como el de la autocrítica llegan a ser parte del quehacer diario.

La utopía de ser excelente

10.- Dí otros pasos cuando, invitado por los colegas del foro de periodistas argentinos (FOPEA) para la presentación del código de ética que ellos habían redactado en los tres años que siguieron a un taller de ética, redacté el texto de una conferencia que sirviera de introducción a aquel código. Entonces abordé el tema de la ética como una utopía, que me condujo a la cima de estas reflexiones, en la que pude concluir que la ética es la respuesta a la vocación con que todos nacemos, de ser excelentes. Iré por partes puesto que estamos en la recta final de este camino.

¿Se llega alguna vez a la cima de lo ético? ¿Alguien podría decir en esta sala, yo soy ético?

Se plantearía el mismo problema si ustedes o yo dijéremos soy libre, o soy justo.

Ni la ética, ni la libertad, ni la justicia son realidades que están ahí, hechas y acabadas. Son dinamismos del espíritu que tienen mayor o menor actividad pero que nunca alcanzan una total plenitud.

Es más exacto afirmar que el ser humano está en proceso de ser ético, o libre o justo, cuando es ese el propósito de la vida. Por esa razón, porque impone en la vida una actividad que no admite pausas, porque su mandato en la conciencia es a la vez inalcanzable e irrenunciable, la ética es una utopía que no deja espacio para el descanso.

La ética cumple las funciones de las utopías, todas las que en el mundo han sido fuerzas de transformación.

La utopía nace de la insatisfacción ante lo real, se alimenta de la convicción de que todas las realidades pueden y deben ser cambiadas, es la fuerza movilizadora de los cambios.

Manheim habla de la utopía como un estado mental que trasciende la realidad y que va más allá de lo real. La utopía no es una isla, que fue el sentido que le dio Tomás Moro cuando unió las dos palabras griegas u, negación, y topos, lugar, o sea, lugar que no existe, porque tiene que ser creado.

Prescindan del lugar físico, y quédense con el estado mental y el resultado es que utopía es esa voluntad permanente de cambio, de mejoría, que alienta en los humanos a quienes moviliza la convicción de que nada es perfecto, de que la realidad, toda realidad, debe ser cambiada porque así lo imponen, primero la vocación humana a la excelencia y, segundo, su irrenunciable examen crítico de las realidades.

A esa insatisfacción de todas las horas se agrega la propuesta de lo que debería existir, que sobreviene cuando de lo real insatisfactorio se pasa a lo real posible, esa parte de la realidad que se mantiene invisible hasta que la acción humana la hace emerger.

Esta descripción de la utopía  proporciona el marco en que nace la ética. En su proceso todo comienza con la crítica de lo existente. No se puede ser ético y conformista. La persona ética es inconforme consigo misma y con lo que hace. Sometida a constante autocrítica, la persona ética encuentra que siempre hay fallas que enmendar, errores que reparar o rectificar, metas nuevas que alcanzar. Entiende, asimismo que la vida no es descanso, ni satisfacción por lo hecho. Esto explica la importancia de la autocrítica y del diálogo ético en que se comparan el ser y el deber ser de personas, profesiones o instituciones y se aceptan fallos y errores y se reemprende la tarea o búsqueda de la utopía.

La ética es, pues, una utopía, es decir un dinamismo de insatisfacción y de búsqueda, de lo posible que espera el momento de ver la luz de lo real.

Leer un código de ética es internarse en el terreno de lo posible, es recibir la notificación de lo mucho que uno puede hacer y el llamado a realizarlo, a sabiendas de que nunca lo lograremos totalmente y de que la utopía se mantendrá como certeza de que los humanos siempre somos seres posibles.

Por último, amigos, la ética es una invitación a la excelencia y parte de la certidumbre de que como seres humanos y como profesionales, nacimos para ser excelentes.

La ética nos sitúa en niveles más altos que lo real, como expresión, no de otra realidad, sino de  la misma realidad pero llevada a esa alta potencialidad que es la excelencia personal o profesional.

Allí se señalan todas las posibilidades que le caben al ser humano; es la utopía del ser humano perfecto que han soñado los filósofos, o la del hombre nuevo, que es la cima de los sueños revolucionarios, se creyó verla en los santos y la iglesia celebra el hallazgo de su utopía en cada canonización; entre los griegos fue el héroe que cantó Homero., para los romanos la excelencia estuvo encarnada en el guerrero que regresaba vencedor, en el siglo de las luces fue el científico, para muchos lo fue el astronauta y en las olimpíadas mundiales ese ideal de excelencia se ve encarnado en los campeones aplaudidos en lo alto de los podios como representación de la pasión por la excelencia que mueve a todos los humanos.

En cada caso ha habido ese trabajo de corrección, pulimiento, consolidación y conquista de sí mismo que convierte a cada hombre en escultor de sí mismo, empeñado en hacer de sí una obra perfecta.

Como inspiración y motor de ese proceso opera la ética, esa inconformidad con lo mediocre y lo torpe, esa vocación para llegar al deber ser.

Por fin termino, admirando su paciencia. Si tanto Camus como García Márquez coincidieron en llamar al periodismo la más bella profesión del mundo es porque lograron reunir en una frase todo lo que con dificultad acabo de decirles como primera lección de su cátedra de ética del periodismo.

Documentación

José Antonio Marina: Etica para náufragos. Anagrama. Barcelona, séptima edición. 2006.

José Luis Aranguren: Etica, Altaya, Barcelona, 1994.

Fernando Savater: Etica para Amador, Ariel, décima reimporesión, Bogotá 1995

Victoria Camps: La imaginación ética:  Ariel, 1991,  Barcelona

Leonardo Boff: El cuidado necesario. Trotta, Madrid 2012.

Juliana Gonzalez: El ethos, destino del hombre, Fondo de Cultura Económica, México 1997.

Salvador Alsius: Etica i periodismo, Romanya/Vals Barcelona 1998.

Jack Fuller, Valores periodísticos: Sociedad interamericana de prensa. Miami, 1996.

Nota tomada de http://eticasegura.fnpi.org

Periodistas internacionales opinan sobre su experiencia en la India

Por: Martha Lucia Díaz

CPB, desde la India

Después de finalizar este recorrido por la India, organizado por el Ministerio de Relaciones Exteriores de ese país, algunos periodistas quisieron compartir sus opiniones con el Círculo de Periodistas de Bogotá. “Fue una experiencia fascinante viajar con este grupo y conocer una cultura nueva que hoy abre sus puertas a todos los países”.

Para la mayoría de periodistas,  la India es un país de contrastes. Sus gentes tienen mucho que aportar en convivencia, humildad y tolerancia. Sus obras arquitectónicas, majestuosas, han sido elogiadas por la Unesco. Su cultura, fortalezas y avances en tecnología y salud, ya han dado la vuelta al mundo. Hoy agradecemos a las Embajadas de la India en cada país, que brindó esta oportunidad de conocer la India, un lugar lleno de virtudes y valores espirituales.

Esto dicen algunos de los periodistas que participaron de esta experiencia:

Yanilette  Angarita, Diario El universal de Venezuela

“Los venezolanos no conocemos mucho la cultura de la India, encuentro que es un país de contrastes en lo social, en lo cultural y lo urbano. Desde su riqueza hasta su pobreza, la India tiene mucho que ofrecer para los latinoamericanos. Una cultura diferente, pero abre sus brazos al mundo”

Fernando Capotondo del Diario Tiempo de Argentina

La India es un país que tiene muchas cosas que pueden ser  incomprensibles, pero es que es otra cultura. Muchas de las cosas que ocurren no las entendemos. Pero debemos hacer un esfuerzo intelectual para vivir así. Hay pobreza, pero tiene 1200 millones de habitantes. Todo parece magnífico, como grandioso. Este país no es mejor ni peor, es diferente. Su cultura tiene una riqueza y una espiritualidad que nosotros no la tenemos”.

Luciana Martins Coelho Silva, Editora Internacional de San Pablo, Brasil.

“Creo que la desigualdad es inmensa. A pesar de la pobreza, las gentes viven contentas y es una cuestión filosófica y espiritual. Me gustó la ternura de las personas. En Brasil sabemos de yoga y del hinduismo, pero no de la vida cotidiana de las personas”.

Mariuxi Mosquera Zambrano, Presentadora, Canal Institucional, Ecuador

“Me quedan enseñanzas como la paciencia de los indios y lo serviciales que son. Hay cosas buenas y positivas que nos podemos llevar en el corazón. Ellos saben atender al turista, como uno de sus principales objetivos. Observé Ironías, contrates y edificios suntuosos al lado de miseria impactante. Una población que supera 1200 millones de ciudadanos. Tienen las empresas más grandes y poderosas que existen en el mundo. Mucha espiritualidad .Me dejo muchas enseñanzas El empuje los ha llevado al éxito”.

Aurelio Tomás de Chile, Editor Político Diario Perfíl

“India un país sorpresa y  de muchísimos contrastes. Es un lugar donde hay oportunidades. Tiene su forma de ser y su idiosincrasia muy particular y que esas cosas tienen que ser consideradas para cualquiera que venga a este país. Son costumbres diferentes a las nuestras. La distancia no es solo geográfica, pero cultural muy grande. Es un país distinto, con una historia distinta”.

Karen Retana Barbosa
Revista Inversión Inmobilidaria y Periódico La Republica de Costa Rica

“La India, un país de muchos contrastes, Pobreza extrema, choque cultural para todos y por otro lado mucha opulencia. La clase social muy marcada. Mucha riqueza. La india tiene muchos desafíos y debe trabajar para mejorar condiciones de su población para que tengan acceso a servicios básicos”.

Julio Acanda, Cuba Presentador

“Muchas sensaciones, picantes, mucha gente en las calles. Las impresiones de un país que quiere levantarse en medio de una pobreza central. La experiencia es inolvidable porque a pesar de todo el exotismo que rodea a la india, hemos encontrado personas comprensivas a nuestras características. Me ha parecido el saldo muy provechoso para la vida profesional y personal”.

Carlos Grosso, Canal Capital – Colombia

“Luego de visitar dos de las grandes ciudades de la India quedé encantado de su cultura. Nueva Delhi por su parte me enamoró por su tranquilidad al menos en la zona donde estuve, y Mumbai, tiene esa magia de zona costera, alegre de gente amable, comercio, variedad y planes para desarrollar en cualquier época del año.

Algo  que me llamo mucho la atención es la cantidad de oportunidades que hay para aplicar experiencias de otras culturas en la India. Este  país por su lado, ofrece oportunidades en todas  las áreas y hay que tenerlo en el radar de posibilidades.

India, también ofrece experiencias dos de ellas las tecnologías de la información, y el sector farmacéutico,  acá también hay retos pues al abrir las puertas de los negocios en Colombia a este sector, el consumidor final tendrá productos de primera mano.

India es un nuevo sueño por donde lo miremos y creo que llego la hora de verlo con ojos diferentes”.

Iván Ventura Cancio, Periódico Excelsior de México

“Fíjate que estoy muy agradecido. Creo que han sido muchas impresiones de este viaje. Muchos teníamos una idea equivocada por los contrastes. Me hubiera gustado conocer la ciudad antigua de Nueva Delhi. Como reporteros nos falto platicar más como la gente, pero no es correcto salirnos del programa.”

Semana de Gobierno Digital en Bogotá
Imagen tomada del Ministerio Tic 

El próximo 25, 26 y 27 de octubre se llevará a cabo en Corferias la Semana de Gobierno Digital, organizado por el Ministerio de Tecnologías de la Información y las Comunicaciones (MinTIC), que busca ser un espacio de interacción, en el que especialistas tanto nacionales como internacionales de la academia e industria TIC junto con emprendedores y ciudadanos, discutirán las tendencias mundiales y experiencias relacionadas con Gobierno Virtual.

En esta tercera edición del evento, se tiene planeado aportar a la construcción sostenible del país, utilizando las diferentes tecnologías de la información y la comunicación (Tics), por tal motivo, el pabellón seis de Corferias, se llenara de espacios de networking, charlas, formación y reconocimiento de propuestas y casos de éxito, alrededor de siete temáticas fundamentales, las cuales serán, transformación digital, valor público, economía colaborativa, innovación digital, colaboración e inclusión digital, data 360 y el valor de la información, y ciudades inteligentes y entornos sostenibles.

La entrada será totalmente gratuita, y las conferencias, conversatorios y seminarios ofrecidos, contará con la presencia de personajes reconocidos a nivel mundial en el sector digital como Ashish Gadnis, CEO y fundador de BanQu, Tom Goodwin, Jefe de Innovación de Zentih Media y Cristian Palazzi, Director de Innovación Social de PlayGround, entre otros.

Programación semana de Gobierno Digital

El ministro Tic, David luna aseguro que: “La digitalización está tocando todos los sectores y el Gobierno está llevando la delantera. Estamos trabajando para acercarnos al ciudadano a través de las TIC, aprovechando diversos recursos como los datos abiertos y las nuevas tecnologías para hacerles la vida más fácil. Por eso, en esta Semana de Gobierno Digital, conoceremos, aprenderemos y reconoceremos las innovaciones en el tema, tanto a nivel nacional como regional”

El único requisito para poder asistir llenar el formulario en la página oficial de la Semana de Gobierno Digital, y con esto ya se quedará totalmente inscrito y con el derecho de entrar a los debates sobre la nueva gobernanza digital; las oportunidades y desafíos del blockchain, la analítica de datos y la inteligencia artificial para la solución de problemáticas públicas; a los talleres sobre aprovechamiento de los datos, y un reconocimiento a las ‘escuderías’ de Máxima Velocidad que han trabajado durante todo el año en beneficio de la gestión de sus entidades, entre otros.

En el siguiente enlace podrá realizar el proceso de inscripción www.sdg.gov.co

Redacción Pedro Beltran Harker, pasante CPB

Bogotá, la ciudad de las zonas inalámbricas
Foto Tomada de El Tiempo.

El Ministerio de las Tecnologías de la Información y la Comunicaciones (MINTIC) inauguró en el barrio Milenta, de la localidad de Puente Aranda, una nueva zona de conexión gratuita de WiFi, la cual se convirtió en la número 1.000 del país.   

Con la presencia del Presidente de la República Juan Manuel Santos en la ceremonia, se cumplió con la meta inicial del plan de desarrollo de la cartera Tic, un año antes de lo previsto, ya que se planeaba que para finales de 2018 fuese cuando se llegará al cuarto dígito en cuando a zonas de WiFi instaladas en Colombia.

“Estamos haciendo cosas que parecían imposibles y ahora son una realidad. Hemos logrado conectar 1.079 municipios con fibra óptica y banda ancha. En total, Colombia registra 29 millones de conexiones a internet”, afirmo Santos en este lanzamiento de inauguración, celebrado el pasado viernes 30 de septiembre.

El proyecto lanzado en abril del 2016, busca darle la posibilidad de tener una conexión a internet a todos los espacios del país, para que las zonas de mayor concurrencia cuenten con banda ancha de forma gratuita.

Los puntos, que serán identificados con un ‘tótem’ morado que dice ‘internet gratis aquí’ se convertirán en oportunidades para los bogotanos, tal como afirma David Luna, el ministro Tic. “Estos espacios nos permitieron eliminar las barreras de la comunicación y hacer de Colombia un país más conectado (…). Hemos recorrido todo el país entregando estos escenarios que abren el camino hacia la economía digital”

Cada uno de los puntos tiene la capacidad de mantener cerca de 200 conexiones al mismo tiempo, cuenta con un servicio 24/7 y están implementadas con terminales de carga para los dispositivos móviles. La señal abarca un área de 7.800 metros cuadrados y tiene un canal de Internet de 20 Mbps.

Con esta zona puesta en Milenta, Bogotá alcanzó 56 puntos de WiFi gratis, lo que deja a la ciudad en el quinto lugar de las regiones con más zonas instaladas en el país, tabla que lidera el departamento de Risaralda que cuenta con de 157.

Tabla de relación entre el departamento y el número de Zonas WiFi Gratis para la Gente.

El cierre de la ceremonia concluyó con la firma de un Memorando de entendimiento entre el Ministerio de las TIC y la Alcaldía Mayor de Bogotá, en el que se acuerda la implementación e instalación de zonas Wifi gratuitas en el sistema de transporte masivo Transmilenio. Fijándose que alrededor de 137 estaciones y 10 portales del sistema, posean banda ancha y de esta forma promover el uso y masificación de las TIC en la ciudad.

Redacción Pedro Beltran Harker, pasante CPB

Plantas invasoras amenazan biodiversidad colombiana

Colombia ha registrado 597 especies de plantas introducidas o trasplantadas, de las cuales 42 representan alto riesgo para la biodiversidad del país, Palma africana, retamo espinoso acacia y eucalipto encabezan esta lista.

BOGOTÁ.- Especies medicinales, forrajeras u ornamentales han sido introducidas al país con fines productivos, pese a que las invasiones biológicas son consideradas como la segunda causa de pérdida de la biodiversidad en los ecosistemas terrestres, marinos y de agua dulce, y la primera en los territorios insulares.

  Aunque es innegable la importancia económica de estas plantas, aún falta información específica acerca de los efectos de la introducción en el país, advierten expertos del Instituto de investigación Alexander von Humboldt.

Esta institución, desde su programa Ciencias de la Biodiversidad y la línea de Evaluación de Riesgo de Vida Silvestre, acaba de presentar la publicación «Plantas exóticas con alto potencial de invasión en Colombia», desarrollada en colaboración con el Instituto Amazónico de Investigaciones Científicas (Sinchi).

El trabajo de investigación incluye 35 fichas de especies exóticas, identificadas por su potencial invasor, con información referente a su biología, ecología, impactos potenciales, distribución nacional y global.

De esta manera, ofrece una herramienta que orienta la toma de decisiones relacionadas con la identificación de especies exóticas, al tiempo que fija la mirada en temas relevantes sobre la investigación y el manejo de las invasiones biológicas desde su diversidad funcional y el análisis de vías de introducción y dispersión en el país.

Entre las plantas identificadas con alto potencial de invasión, según la publicación, están la palma africana; la acacia; el retamo espinoso y el liso; el eucalipto; el jengibre; el pino Caribe; la caña brava; el bambú; la grama; el ojo de poeta; el algodón de seda; la lenteja y la lechuga de agua; el helecho crespo, el de agua y el marranero; la higuerilla; la leucaena; la peste de agua; el buchón; la grama de gallina; la estrella africana; la braquiaria, el pasto elefante, el dulce, el poa, el guinea, el henea, el braquiaria y el puntero; la paca blanca; el yaraguá y la salvinia gigante.

Entre las plantas introducidas a Colombia, por su alto interés económico, están la palma africana, la caña brava, el bambú, el kikuyo, la grama, el pasto estrella, la falsa poa, el pasto yaragua y guinea, el yaraguá, la caminadora, la braquiaria, la acacia, el higuerillo y la acacia glauca.

Las plantas invasoras con presencia registrada en los 32 departamentos de Colombia son el pasto guinea y la grama de gallina; en 30 zonas del país hay registros del pasto puntero y en 29 de la lechuga de agua.

Dónde están

Cundinamarca es el departamento con más registros (30 especies), seguido del Meta y Valle del Cauca (26 respectivamente), y Huila y Tolima (25). Las zonas del país con menos presencia de plantas con potencial de invasión son Guainía (5), San Andrés, Providencia y Santa Catalina (7), Atlántico y Sucre (8) y Guaviare (9).

En lo local, en los humedales se registra su presencia, asimismo municipios como Albán, Anolaima, Bojacá, Chocontá, Facatativá, Fómeque, Fusagasugá, Granada, Guaduas, Chía, Cogua, La Calera, La Mesa, Madrid, Mosquera, Nilo, Tabio, Tenjo, El Rosal, Cachipay, Chía, Pasca, San Bernardo, Sesquilé, Sibaté, Silvania, Soacha, Sopó, Suesca, Subachoque, Tena, Tocancipá, Villeta, Zipaquirá, Carmen de Carupa y Fúquene en Cundinamarca.

En los municipios boyacenses de Chivor, Guateque, Garagoa, Santamaría (vereda Calichana), Tenza, Ventaquemada, Villa de Leyva, Ramiquirí, Ciénaga, Duitama, Guicán, Sáchica, Samacá, Socha, Tota, Monguí y Paipa hay registros; también en Pasto, Puerres, Tangua y El Cumbal, en Nariño; Puerto Asís, Mocoa y Sibundoy, en Putumayo; Amagá, Medellín, Urrao, Rionegro, La Unión, Santa Rosa de Osos, Yolombó y Yarumal, en Antioquia; Barranquilla en Atlántico; Manizales, Chinchiná, la Violeta, La Siria, La Manuela, Palestina, Trinidad, Salamina, Pensilvania y Villa María, en Caldas; Popayán en Cauca; Montería, Cereté y Momil, en Córdoba; y San José del Guaviare en Guaviare.

Finalmente en Campoalegre, Hobo, Rivera, Algeciras, La Plata y Palermo, en el Huila; Cucutilla y Pamplona, en Norte de Santander; Armenia, Calarcá, Circasia, Finlandia y Salento, en Quindío; Pereira y Dosquebradas, en Risaralda; Cundinamarca, Gámbita, Tona y California, en Santander; Ortega en Tolima; Cali, Palmira, Restrepo, Tuluá y Roncésvalle, en el Valle del Cauca; Puerto Carreño y Cumaribo, en Vichada; Villavicencio, Puerto López, Puerto Gaitán y San Martín, en Meta; y San Vicente del Caguán, La Montañita y Belén de los Andaquíes, en el Caquetá.

Este trabajo colaborativo entre los institutos de investigación evidencia la priorización de la temática sobre la cual han contribuido desde 2008 con la generación de conocimiento en la toma de decisiones a escala local, regional y global, señala un comunicado del von Humboldt.

La entidad considera también que este estudio representa un aporte a la implementación de acciones como el Plan nacional para la prevención, control y manejo de las especies introducidas, trasplantadas e invasoras, y responde a los compromisos internacionales suscritos por el país, entre el Convenio sobre la Diversidad Biológica (CDB) que establece la identificación y priorización de las especies exóticas invasoras y sus vías de introducción hacia 2020.

Tomada: REVISTA ECOGUIA 

Esta opinión es responsabilidad única del autor, y no compromete al Círculo de Periodistas de Bogotá.

Listo el dinero para la primera línea del metro de Bogotá
Foto tomada de la Alcaldía de Bogotá.  

El pasado lunes 25 de septiembre, el Consejo Nacional de Política Económica y Social (CONPES), aprobó el desembolso de más 9 billones de pesos por parte de la nación, para la financiación del metro capitalino.

Según los estudios realizados, se calcula que la construcción de la primera línea del metro tenga un valor de 12.4 billones de pesos, por tal motivo es necesario que el Distrito, en compañía de la Alcaldía de Bogotá, consigan los más de 3.5 billones restantes.

Una señal de que el Distrito acató y cumplió con todos y cada uno de los requisitos que dispuso la “Ley de Infraestructura Nacional”, es que el CONPES firmó el documento que autoriza la primera línea del metro.

Se estipula que tenga una extensión de casi 24 kilómetros y pasará por quince estaciones de las cuales, cinco serían propias de este medio de transporte, y las diez restantes estarían vinculadas con Transmilenio. Se calcula que este sistema tendría la capacidad de movilizar a 72.000 pasajeros hora/sentido.

Este primer tramo cubriría un trayecto desde el patio-taller en la localidad de Bosa, hasta la calle 72, viaje que en su totalidad será elevado.

Según Luis Fernando Mejía, director del Departamento Nacional de Planeación (DNP), el metro es un proyecto que va a aumentar la competitividad de la ciudad, lo cual se verá reflejado en los indicadores económicos.

“Este proyecto que se aprueba tiene un impacto económico muy importante y una rentabilidad social bastante generosa con relación a proyectos que se plantearon en años anteriores en el país”, dijo el funcionario.  

Si todo sigue marchando como hasta ahora, se espera que a finales del 2018 el Distrito pueda abrir la licitación de este proyecto. Por tal motivo, y en el ángulo más optimista posible, se estipula que la culminación de la construcción de este primer tramo del metro, esté listo para 2024.

Redacción por Pedro Beltran Harker, pasante CPB
Fuerte terremoto de magnitud 7,1 que ha vuelto a sacudir México
Imagen tomada de LaVanguardia

Un fuerte terremoto de magnitud 7,1 sacudió este martes la capital mexicana y causó al menos dos muertos, según la cifra provisional que dio el Gobierno de México, un saldo que podría aumentar, ya que hay personas atrapadas bajo los edificios derruidos. Se produjeron muchas escenas de pánico justo cuando se cumplen 32 años del poderoso terremoto que dejó miles de muertes en la Ciudad de México.

El Servicio Sismológico Nacional (SSN) detalló que, según el reporte preliminar, se trató de un solo evento sísmico en los límites de Morelos y Puebla. El movimiento telúrico fue de magnitud 7,1 y su epicentro, registrado a las 13.14 hora local (18.14 GMT), se localizó a 12 kilómetros al sureste de Axochiapan, en el central estado de Morelos, a una profundidad de 57 kilómetros.

El sismo de magnitud 7,1 en la escala de Richter derrumbó hoy al menos una decena de edificios en distintas zonas de la Ciudad de México, como las colonias Condesa, Del Valle, Narvarte, Centro, Coyoacán y Xochimilco, entre otras. El movimiento, que sacudió esta tarde fuertemente la capital mexicana, también causó numerosos cortes en el servicio eléctrico, fugas de gas e interrumpió el servicio de telefonía, así como el del Metro, pero no se ha informado de víctimas.

 

 En el sur de la ciudad, en Coyoacán, la Iglesia de San Juan Bautista sufrió daños en una de sus torres y en Xochimilco se cayó la parroquia de San Bernardino. En esta zona un videoaficionado registró el fuerte movimiento del agua de los canales. Un ola gigante cruzó de lado a lado y removió las trajineras (embarcaciones tradicionales).

En todas las zonas afectadas hubo daños en edificios, algunos de los cuales se desplomaron, así como muros y fachadas de departamentos y edificios públicos en una capital donde aún se respira miedo.

Al poco de producirse el terremoto la ciudadanía que había salido a la calle para resguardarse del temblor se organizó para trabajar en las tareas de limpieza de escombros, cuya rapidez es vital a la hora de encontrar con vida a las personas atrapadas por la runa. En este sentido, las horas posteriores al sismo son esenciales para los servicios de rescate.

El temblor generó numerosas escenas de pánico en la capital de México, solo dos horas después de que la ciudadanía saliera a las calles de todo el país en un simulacro conmemorativo del terremoto de 1985. De magnitud 8,1, fue el terremoto que asoló la Ciudad de México el 19 de septiembre de hace 21 años y dejó 10.000 muertos, según fuentes oficiales, cifra que la Coordinadora Única de Damnificados elevó a 45.000.

https://twitter.com/todonoticias/status/910210310165762048

 El presidente mexicano, Enrique Peña Nieto, vuela de regreso a la capital tras el sismo de magnitud 7,1 que sacudió hoy el centro del país y convocó al Comité Nacional de Emergencias para evaluar la situación y coordinar acciones. ”El PlanMX ha sido activado”, señaló el mandatario a través de la red social Twitter, en la que también explicó que regresaba “de inmediato a la Ciudad de México para atender la situación por sismo”.

México sufrió el pasado 7 de septiembre el mayor seísmo registrado en el Golfo en el último siglo, de magnitud 8, 2. Chiapas y Oaxaca, las zonas más afectadas, todavía se están recuperando del terrible temblor que cegó la vida de 98 personas y dejó más 250 heridos. En las diez horas posteriores hubo un total de 266 réplicas.

 El mayor terremoto registrado en Latinoamérica, y también en el mundo, se produjo el 22 de mayo de 1960 en la localidad chilena de Valdivia, con una magnitud de 9,5 y produjo un “tsunami” que cruzó el Océano Pacífico y llegó hasta Hawai (EEUU) y Japón. Produjo más  de 5.000 muertos.

https://twitter.com/TelemundoNews/status/910210018972184577

https://twitter.com/paolucci40/status/910218072174338048

Nota tomada de LaVanguardia

¿Cómo y dónde se forma un huracán?
Foto tomada de spaceplace.nasa.gov

Responde en Caracol Radio Juan Carlos Ortiz, investigador colombiano de Física y Geociencias de la Universidad del Norte y doctor en Oceanografía Física.

La temporada de huracanes de 2017 ha sido particular. En menos de un mes se han formado dos huracanes que llegaron a categoría 5, Irma y María, algo que es inusual, según afirmó este martes el investigador colombiano Juan Carlos Ortiz.

En entrevista con 6AM Hoy por Hoy, de Caracol Radio, el experto colombiano habló sobre las razones para la formación de estos fenómenos, su diferencia con los tornados, las condiciones atmosféricas que se necesitan para que suba o baje de intensidad y la influencia de la rotación de la tierra sobre la ruta que siguen, entre otros detalles.

Según el científico, 2005 fue el de mayor número de huracanes con una formación de 25 tormentas tropicales y lo especial es el aumento de la temperatura del planeta.

Por ello, estimó que cada huracán es un fenómeno y un proceso muy particular que se fortalecen cuando encuentran aguas cálidas a su paso de rotación.

Comentó que como la tierra mantiene una rotación, los huracanes tienden a seguir esa rotación y de ahí que hay zonas del continente que resultan más impactadas por la intensidad de estos fenómenos.

No descartó la posibilidad de que el cambio climático este generando una mayor presencia de ciclones de mayor intensidad y destrucción en su paso por las islas que tocan.

La explicación sobre los detalles de los huracanes o tifones y de los tornados y por qué no golpean con tanta rudeza nuestras costas, la puede escuchar en el archivo de audio anexo.

Nota tomada de Caracol.com

Los combates de la prensa contra la corrupción – Javier Darío Restrepo
Fotografía: Ricardo Trotti en Twitter | Javier Darío Restrepo ante la SIP

Discurso de Javier Darío Restrepo en la Asamblea de la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP). Antigua, Guatemala. Abril 2 de 2017. 

Entre los datos que aparecen en nuestros periódicos llama la atención la evolución de los índices de percepción de la corrupción, donde la calificación 1 corresponde a los más limpios y 100 a los más altos niveles de corrupción.

Observo los niveles correspondientes a mi país (Colombia) que van desde 70 puntos de 2008 hasta llegar a los 90 de 2016, o sea una línea ascendente de corrupción en estos últimos 8 años.

Comentaba algún calificado columnista nuestro: “se seguirá consolidando la percepción de que Colombia está perdiendo el combate contra la corrupción”. (Armando Montenegro. El Espectador).

Al mismo tiempo el de la corrupción ha sido uno de los temas preferidos por los medios y casi el tema exclusivo de las unidades de investigación de la prensa, lo cual me permite plantearles varios interrogantes.

Preguntas incómodas

• Sobre la influencia que están ejerciendo los medios alrededor de este tema. ¿Es acaso una influencia capaz de cambiar algo en materia de corrupción? A juzgar por el crecimiento de los niveles de corrupción en nuestros países, la información periodística sobre este fenómeno social ha sido inocua.

• ¿Es esto lo que se espera de la prensa: información para entretener y reportar, pero no para influir?

• Si se quiere que influya, ¿qué es lo que tendría que cambiar?

Pienso que tendría que cambiar mucho de lo que hay. Y esto es lo que hay:

•  Una prensa, con excepciones, desde luego, instrumentalizada por los políticos y gobernantes que ven en la corrupción ajena un argumento de ataque a los contrarios quienes, a su vez, se defienden con la misma arma de modo que las audiencias, eso que llamamos opinión pública, han de concluir que unos y otros son corruptos y que nada hay que hacer. Mientras tanto la prensa en vez de asumir un papel crítico creíble, se alindera para amplificar las voces acusadoras de unos o de otros.

• Cuando estalla uno de los frecuentes escándalos de corrupción la prensa se moviliza en busca de nuevos datos, de nuevas denuncias, de nuevos acusados, edición tras edición, emisión tras emisión, hasta darle al tema un asfixiante aire de saturación y al receptor una sensación de hartazgo que apaga su interés y le da al tema el tono de lo trillado y repetido.

• Como consecuencia el hecho de la corrupción se banaliza y adquiere ese color amarillento de lo que o se olvida o se archiva. O lo que es peor, se asimila, como sucede con los alimentos que, digeridos, entran a hacer parte del organismo.

• Este proceso de asimilación de la corrupción se intensifica con la información digital, que ha llegado a ser la menos costosa de las fuentes, la de más rápida y amplia difusión y la que da la apariencia de ser el resultado de la mayor actividad investigativa. Son informaciones condensadas bajo titulares que en pocas palabras pretenden resumir un hecho sin análisis, sin pluralidad ni diversidad de fuentes y sin mayores esfuerzos para analizar ni para usar una mirada crítica.

• Los hechos de corrupción y el fenómeno mismo se pueden ver bajo la luz del sol cansado y ambiguo de la postverdad que a veces presenta la corrupción como un hecho más, como sucede también con la guerra, las inundaciones o las epidemias: que aparecen como otros hechos que rompen la monotonía de la historia diaria, que pasan por el frente y que se ven como otra calamidad, como parte de la regularidad cíclica de los males inevitables de la humanidad.

• De ese enorme aparato digestivo capaz de asimilar y convertir en rutina cualquier hecho de corrupción, hace parte el sentimiento de estar desbordados e impotentes ante el crecimiento y el ímpetu al parecer irresistible de las aguas de la corrupción. De modo que la prensa, aparentemente resignada, se limita a registrar hechos y a renunciar a cualquier tentativa de cambiar la historia que sucede.

En ese papel de testigo pasivo la prensa abandona su deber ser de agente activo de la conciencia de una sociedad que no se resigna, que no se puede resignar y que en cada evento catastrófico no solo reacciona para salvar lo que puede salvar, sino para prever futuros eventos con la consigna del “Nunca más”. Ante la corrupción no parece haberse oído esa consigna, o porque no se cree en ella o porque se da por hecho e inmodificable que la humanidad es así y que nada ni nadie podrán modificar esa condición.

Atacar la raíz del problema

Sin embargo no toda la prensa está adoptando esa lacrimosa postura de derrota. El seguimiento hecho a los más sobresalientes protagonistas notifica y revela a los lectores que el delito no paga y estimula la denuncia y el rechazo  de los actos de corrupción, lo mismo que la investigación independiente sobre esos hechos.

Algunos columnistas han compartido sus reflexiones sobre el origen de la actual ola de corrupción y han dejado al descubierto sus envenenadas raíces en las prácticas de los políticos y en la ambigüedad de los reglamentos electorales en lo que corresponde a la financiación de las campañas.

Se echa de menos en cambio la consideración y exposición pública de la existencia de los honestos y de sus razones para mantenerse honestos como si algún misterioso mandato ordenara mantenerlos a la sombra o fuera de la categoría de lo noticioso. No parece bueno que del panorama que se despliega a diario ante los receptores de  información, se descarte sistemáticamente a esta parte luminosa de la sociedad.

Las audiencias, convocadas un día y otro también a conocer el rostro y las actividades de los corruptos, sufren un doble impacto: el de la ubicua presencia de los corruptos en la actividad pública, y el impacto de la conclusión de que la corrupción lo domina todo, con la natural notificación de que se debe abandonar toda esperanza.

Un enfoque distinto

Informar sobre los honestos, promover la admiración a estos personajes, generalmente silenciosos y desconocidos, crea un efecto contrario al anterior: demuestra que ser honesto es algo posible y plausible y exponerlos como el ejemplo de una inspiradora posibilidad.

Se puede sumar a esta propuesta la de considerar  la forma de presentar la información sobre corrupción de modo, que despojada de todo sensacionalismo y revestida de sobriedad y acompañada con datos contextuales, de antecedentes y proyecciones hacia el futuro por el estilo de ¿qué le pasaría a usted y a su país si la corrupción  se convirtiera en ley  informal? O sea hacer evidente y  tangible el profundo impacto negativo de la corrupción en la vida personal y en la de la sociedad.

Se trata, además, de poner en evidencia esa forma de corrupción que es el acostumbramiento. La corrupción no puede llegar a ser  una costumbre, debe ser una consigna de los equipos periodísticos. La indiferencia, y su hermano el acostumbramiento, pueden ser desterrados mediante  una campaña  informativa de invitación  al rechazo público y de invitación a la sanción moral a los corruptos.

No se debe olvidar, por otra parte, que la prensa es la conciencia moral de la sociedad, título que podría sonar pretensioso si no se tuviera en cuenta que lo nuestro no es un negocio sino un servicio público de promoción y defensa del bien de todos al que cada acto de corrupción amenaza y ofende.

Esa vieja definición del periodismo como servicio público es la que, aplicada garantiza a la vez la dignidad de esta profesión y su papel en la sociedad de defensor del bien de todos.

Nota Tomada de Eticasegura.fnpi
El quinto poder
Por: Ignacio Ramonet
Nota tomada de Le Monde diplomatique edición española 

Ignacio Ramonet es un periodista nacido en Galicia, España, pero residente en Francia, allí inicio su carrera como periodista y crítico cinematográfico.

Es doctor en Semiología e Historia de la Cultura por la École des Hautes Études en Sciences Sociales (EHESS) de París y catedrático de Teoría de la Comunicación en la Universidad Denis-Diderot (París-VII). Es director de Le Monde diplomatique en español, especialista en geopolítica y estrategia internacional y consultor de la ONU, actualmente imparte clases en la Sorbona de París.

En el siguiente artículo, Ignacio Ramonet habla acerca del poder que posee la sociedad.

El quinto poder

La prensa y los medios de comunicación han sido, durante largos decenios, en el marco democrático, un recurso de los ciudadanos contra el abuso de los poderes. En efecto, los tres poderes tradicionales -legislativo, ejecutivo y judicial- pueden fallar, confundirse y cometer errores. Mucho más frecuentemente, por supuesto, en los Estados autoritarios y dictatoriales, donde el poder político es el principal responsable de todas las violaciones a los derechos humanos y de todas las censuras contra las libertades.

Pero en los países democráticos también pueden cometerse graves abusos, aunque las leyes sean votadas democráticamente, los gobiernos surjan del sufragio universal y la justicia -en teoría- sea independiente del ejecutivo. Puede ocurrir, por ejemplo, que ésta condene a un inocente (¡cómo olvidar el caso Dreyfus en Francia!); que el Parlamento vote leyes discriminatorias para ciertos sectores de la población (como ha sucedido en Estados Unidos, durante más de un siglo, respecto de los afro-estadounidenses, y sucede actualmente respecto de los oriundos de países musulmanes, en virtud de la “Patriot Act”); que los gobiernos implementen políticas cuyas consecuencias resultarán funestas para todo un sector de la sociedad (como sucede, en la actualidad, en numerosos países europeos, respecto de los inmigrantes “indocumentados”).

En un contexto democrático semejante, los periodistas y los medios de comunicación a menudo han considerado un deber prioritario denunciar dichas violaciones a los derechos. A veces, lo han pagado muy caro: atentados, “desapariciones”, asesinatos, como aún ocurre en Colombia, Guatemala, Turquía, Pakistán, Filipinas, y en otros lugares. Por esta razón durante mucho tiempo se ha hablado del “cuarto poder”. Ese “cuarto poder” era, en definitiva, gracias al sentido cívico de los medios de comunicación y al coraje de valientes periodistas, aquel del que disponían los ciudadanos para criticar, rechazar, enfrentar, democráticamente, decisiones ilegales que pudieran ser inicuas, injustas, e incluso criminales contra personas inocentes. Era, como se ha dicho a menudo, la voz de los sin-voz.

Desde hace una quincena de años, a medida que se aceleraba la mundialización liberal, este “cuarto poder” fue vaciándose de sentido, perdiendo poco a poco su función esencial de contrapoder. Esta evidencia se impone al estudiar de cerca el funcionamiento de la globalización, al observar cómo llegó a su auge un nuevo tipo de capitalismo, ya no simplemente industrial sino predominantemente financiero, en suma, un capitalismo de la especulación. En esta etapa de la mundialización, asistimos a un brutal enfrentamiento entre el mercado y el Estado, el sector privado y los servicios públicos, el individuo y la sociedad, lo íntimo y lo colectivo, el egoísmo y la solidaridad.

El verdadero poder es actualmente detentado por un conjunto de grupos económicos planetarios y de empresas globales cuyo peso en los negocios del mundo resulta a veces más importante que el de los gobiernos y los Estados. Ellos son los “nuevos amos del mundo” que se reúnen cada año en Davos, en el marco del Foro Económico Mundial, e inspiran las políticas de la gran Trinidad globalizadora: Fondo Monetario Internacional, Banco Mundial y Organización Mundial del Comercio.

Es en este marco geoeconómico donde se ha producido una metamorfosis decisiva en el campo de los medios de comunicación masiva, en el corazón mismo de su textura industrial.

Los medios masivos de comunicación (emisoras de radio, prensa escrita, canales de televisión, internet) tienden cada vez más a agruparse en el seno de inmensas estructuras para conformar grupos mediáticos con vocación mundial. Empresas gigantes como News Corps, Viacom, AOL Time Warner, General Electric, Microsoft, Bertelsmann, United Global Com, Disney, Telefónica, RTL Group, France Telecom, etc., tienen ahora nuevas posibilidades de expansión debido a los cambios tecnológicos. La “revolución digital” ha derribado las fronteras que antes separaban las tres formas tradicionales de la comunicación: sonido, escritura, imagen. Permitió el surgimiento y el auge de internet, que representa una cuarta manera de comunicar, una nueva forma de expresarse, de informarse, de distraerse.

Desde entonces, las empresas mediáticas se ven tentadas de conformar “grupos” para reunir en su seno a todos los medios de comunicación tradicionales (prensa, radio, televisión), pero además a todas las actividades de lo que podríamos denominar los sectores de la cultura de masas, de la comunicación y la información. Estas tres esferas antes eran autónomas: por un lado, la cultura de masas con su lógica comercial, sus creaciones populares, sus objetivos esencialmente mercantiles; por el otro, la comunicación, en el sentido publicitario, el marketing, la propaganda, la retórica de la persuasión; y finalmente, la información con sus agencias de noticias, los boletines de radio o televisión, la prensa, los canales de información continua, en suma, el universo de todos los periodismos.

Estas tres esferas, antes tan diferentes, se imbricaron poco a poco para constituir una sola y única esfera ciclópea en cuyo seno resulta cada vez más difícil distinguir las actividades concernientes a la cultura de masas, la comunicación o la información (1). Por añadidura, estas empresas mediáticas gigantes, estos productores en cadena de símbolos multiplican la difusión de mensajes de todo tipo, donde se entremezclan televisión, dibujos animados, cine, videojuegos, CD musicales, DVD, edición, ciudades temáticas estilo Disneylandia, espectáculos deportivos, etc.

En otras palabras, los grupos mediáticos poseen de ahora en adelante dos nuevas características: primeramente, se ocupan de todo lo concerniente a la escritura, de todo lo concerniente a la imagen, de todo lo concerniente al sonido, y difunden esto mediante los canales más diversos (prensa escrita, radio, televisión hertziana, por cable o satelital, vía internet y a través de todo tipo de redes digitales). Segunda característica: estos grupos son mundiales, planetarios, globales, y no solamente nacionales o locales.

En 1940, en una célebre película, Orson Welles arremetía contra el “superpoder” de Citizen Kane (en realidad, el magnate de la prensa de comienzos del siglo XX, William Randolph Hearst). Sin embargo, comparado con el de los grandes grupos mundiales de hoy, el poder de Kane era insignificante. Propietario de algunos periódicos en un solo país, Kane disponía de un poder ínfimo (sin por ello carecer de eficacia a nivel local o nacional (2)) en comparación con los archipoderes de los megagrupos mediáticos de nuestro tiempo.

Estas megaempresas contemporáneas, mediante mecanismos de concentración, se apoderan de los sectores mediáticos más diversos en numerosos países, en todos los continentes, y se convierten de esta manera, por su peso económico y su importancia ideológica, en los principales actores de la mundialización liberal. Al haberse convertido la comunicación (extendida a la informática, la electrónica y la telefonía) en la industria pesada de nuestro tiempo, estos grandes grupos pretenden ampliar su dimensión a través de incesantes adquisiciones y presionan a los gobiernos para que anulen las leyes que limitan las concentraciones o impiden la constitución de monopolios o duopolios (3).

La mundialización es también la mundialización de los medios de comunicación masiva, de la comunicación y de la información. Preocupados sobre todo por la preservación de su gigantismo, que los obliga a cortejar a los otros poderes, estos grandes grupos ya no se proponen, como objetivo cívico, ser un “cuarto poder” ni denunciar los abusos contra el derecho, ni corregir las disfunciones de la democracia para pulir y perfeccionar el sistema político. Tampoco desean ya erigirse en “cuarto poder” y, menos aún, actuar como un contrapoder.

Si, llegado el caso, constituyeran un “cuarto poder”, éste se sumaría a los demás poderes existentes -político y económico- para aplastar a su turno, como poder suplementario, como poder mediático, a los ciudadanos.

La cuestión cívica que se nos plantea de ahora en adelante es la siguiente: ¿cómo reaccionar? ¿Cómo defenderse? ¿Cómo resistir a la ofensiva de este nuevo poder que, de alguna manera, ha traicionado a los ciudadanos y se ha pasado con todos sus bártulos al enemigo?

Es necesario, simplemente, crear un “quinto poder”. Un “quinto poder” que nos permita oponer una fuerza cívica ciudadana a la nueva coalición dominante. Un “quinto poder” cuya función sería denunciar el superpoder de los medios de comunicación, de los grandes grupos mediáticos, cómplices y difusores de la globalización liberal. Esos medios de comunicación que, en determinadas circunstancias, no sólo dejan de defender a los ciudadanos, sino que a veces actúan en contra del pueblo en su conjunto. Tal como lo comprobamos en Venezuela.

En este país latinoamericano donde la oposición política fue derrotada en 1998 en elecciones libres, plurales y democráticas, los principales grupos de prensa, radio y televisión han desatado una verdadera guerra mediática contra la legitimidad del presidente Hugo Chávez (4). Mientras que éste y su gobierno se mantienen respetuosos al marco democrático, los medios de comunicación, en manos de un puñado de privilegiados, continúan utilizando toda la artillería de las manipulaciones, las mentiras y el lavado de cerebro para tratar de intoxicar la mente de la gente (5). En esta guerra ideológica, han abandonado por completo la función de “cuarto poder”; pretenden desesperadamente defender los privilegios de una casta y se oponen a toda reforma social y a toda distribución un poco más justa de la inmensa riqueza nacional (ver artículo de Maurice Lemoine, páginas 16-17).

El caso venezolano es paradigmático de la nueva situación internacional en la cual grupos mediáticos enfurecidos asumen abiertamente su nueva función de perros guardianes del orden económico establecido, y su nuevo estatuto de poder antipopular y anticiudadano. Estos grandes grupos no sólo se asumen como poder mediático, constituyen sobre todo el brazo ideológico de la mundialización, y su función es contener las reivindicaciones populares que tratan de adueñarse del poder político (como logró hacerlo, democráticamente, en Italia, Silvio Berlusconi, dueño del principal grupo de comunicación trasalpino).

La “guerra sucia mediática” librada en Venezuela contra el presidente Hugo Chávez es la réplica exacta de lo que hizo, de 1970 a 1973, el periódico El Mercurio (6) en Chile contra el gobierno democrático del presidente Salvador Allende, hasta empujar a los militares al golpe de Estado. Campañas semejantes, donde los medios de comunicación pretenden destruir la democracia, podrían reproducirse mañana en Ecuador, Brasil o Argentina contra toda reforma legal que intente modificar la jerarquía social y la desigualdad de la riqueza. Al poder de la oligarquía tradicional y al de los típicos reaccionarios, se suman actualmente los poderes mediáticos. Juntos -¡y en nombre de la libertad de expresión!- atacan los programas que defienden los intereses de la mayoría de la población. Tal es la fachada mediática de la globalización. Revela de la forma más clara, más evidente y más caricaturesca la ideología de la mundialización liberal.

Medios de comunicación masiva y mundialización liberal están íntimamente ligados. Por eso, es urgente desarrollar una reflexión sobre la manera en que los ciudadanos pueden exigir a los grandes medios de comunicación mayor ética, verdad, respeto a una deontología que permita a los periodistas actuar en función de su conciencia y no en función de los intereses de los grupos, las empresas y los patrones que los emplean.

En la nueva guerra ideológica que impone la mundialización, los medios de comunicación son utilizados como un arma de combate. La información, debido a su explosión, su multiplicación, su sobreabundancia, se encuentra literalmente contaminada, envenenada por todo tipo de mentiras, por los rumores, las deformaciones, las distorsiones, las manipulaciones.

Se produce en este campo lo ocurrido con la alimentación. Durante mucho tiempo, el alimento fue escaso y aún lo es en numerosos lugares del mundo. Pero cuando gracias a las revoluciones agrícolas los campos comenzaron a producir en sobreabundancia, particularmente en los países de Europa occidental o de América del Norte, se observó que numerosos alimentos estaban contaminados, envenenados por pesticidas, que provocaban enfermedades, causaban infecciones, generaban cánceres y todo tipo de problemas de salud, llegando incluso a producir pánico en las masas como el mal de la “vaca loca”. En suma, antes uno podía morirse de hambre, ahora uno puede morirse por haber comido alimentos contaminados…

Con la información, sucede lo mismo. Históricamente, ha sido muy escasa. Incluso actualmente, en los países dictatoriales, no existe información fiable, completa, de calidad. En cambio, en los Estados democráticos, desborda por todas partes. Nos asfixia. Empédocles decía que el mundo estaba constituido por la combinación de cuatro elementos: aire, agua, tierra, fuego. La información se ha vuelto tan abundante que constituye, de alguna manera, el quinto elemento de nuestro mundo globalizado.

Pero al mismo tiempo, uno comprueba que, al igual que el alimento, la información está contaminada. Nos envenena la mente, nos contamina el cerebro, nos manipula, nos intoxica, intenta instilar en nuestro inconsciente ideas que no son las nuestras. Por eso, es necesario elaborar lo que podría denominarse una “ecología de la información”. Con el fin de limpiar, separar la información de la “marea negra” de las mentiras, cuya magnitud ha podido medirse, una vez más, durante la reciente invasión a Irak (7). Es necesario descontaminar la información. Así como han podido obtenerse alimentos “bio”, a priori menos contaminados que los demás, debería obtenerse una suerte de información “bio”. Los ciudadanos deben movilizarse para exigir que los medios de comunicación pertenecientes a los grandes grupos globales respeten la verdad, porque sólo la búsqueda de la verdad constituye en definitiva la legitimidad de la información.

Por eso, hemos propuesto la creación del Observatorio Internacional de Medios de Comunicación (en inglés: Media Watch Global). Para disponer finalmente de un arma cívica, pacífica, que los ciudadanos podrán utilizar con el fin de oponerse al nuevo superpoder de los grandes medios de comunicación masiva. Este observatorio es una expresión del movimiento social planetario reunido en Porto Alegre (Brasil). En plena ofensiva de la globalización liberal, expresa la preocupación de todos los ciudadanos ante la nueva arrogancia de las industrias gigantes de la comunicación.

Los grandes medios de comunicación privilegian sus intereses particulares en detrimento del interés general y confunden su propia libertad con la libertad de empresa, considerada la primera de las libertades. Pero la libertad de empresa no puede, en ningún caso, prevalecer sobre el derecho de los ciudadanos a una información rigurosa y verificada ni servir de pretexto a la difusión consciente de informaciones falsas o difamaciones.

La libertad de los medios de comunicación es sólo la extensión de la libertad colectiva de expresión, fundamento de la democracia. Como tal, no puede ser confiscada por un grupo de poderosos. Implica, por añadidura, una “responsabilidad social” y, en consecuencia, su ejercicio debe estar, en última instancia, bajo el control responsable de la sociedad. Es esta convicción la que nos ha llevado a proponer la creación del Observatorio Internacional de Medios de Comunicación, Media Watch Global. Porque los medios de comunicación son actualmente el único poder sin contrapoder, y se genera así un desequilibrio perjudicial para la democracia.

La fuerza de esta asociación es ante todo moral: reprende basándose en la ética y sanciona las faltas de honestidad mediática a través de informes y estudios que elabora, publica y difunde.

El Observatorio Internacional de Medios de Comunicación constituye un contrapeso indispensable para el exceso de poder de los grandes grupos mediáticos que imponen, en materia de información, una sola lógica -la del mercado- y una única ideología, el pensamiento neoliberal. Esta asociación internacional desea ejercer una responsabilidad colectiva, en nombre del interés superior de la sociedad y del derecho de los ciudadanos a estar bien informados. Al respecto, considera de una importancia primordial los desafíos de la próxima Cumbre Mundial sobre la Información que tendrá lugar en diciembre próximo, en Ginebra (8). Propone además prevenir a la sociedad contra las manipulaciones mediáticas que, como epidemias, se han multiplicado estos últimos años.

El Observatorio reúne tres tipos de miembros, que disponen de idénticos derechos: 1) periodistas profesionales u ocasionales, en actividad o jubilados, de todos los medios de comunicación, centrales o alternativos; 2) universitarios e investigadores de todas las disciplinas, y particularmente especialistas en medios de comunicación, porque la Universidad, en el contexto actual, es uno de los pocos lugares parcialmente protegidos contra las ambiciones totalitarias del mercado; 3) usuarios de los medios de comunicación, ciudadanos comunes y personalidades reconocidas por su estatura moral…

Los sistemas actuales de regulación de los medios de comunicación son en todas partes insatisfactorios. Al ser la información un bien común, su calidad no podría estar garantizada por organizaciones integradas exclusivamente por periodistas, a menudo vinculados a intereses corporativos. Los códigos deontológicos de cada empresa mediática -cuando existen- se revelan a menudo poco aptos para sancionar y corregir los desvíos, los ocultamientos y las censuras. Es indispensable que la deontología y la ética de la información sean definidas y defendidas por una instancia imparcial, creíble, independiente y objetiva, en cuyo seno los universitarios tengan un papel decisivo.

La función de los “ombudsmen” o mediadores, que fue útil en los años 1980 y 1990, está actualmente mercantilizada, desvalorizada y degradada. Es a menudo un instrumento de las empresas, responde a imperativos de imagen y constituye una coartada barata para reforzar artificialmente la credibilidad de los medios.

Uno de los derechos más preciados del ser humano es el de comunicar libremente su pensamiento y sus opiniones. Ninguna ley debe restringir arbitrariamente la libertad de expresión o de prensa. Pero las empresas mediáticas no pueden ejercerla sino bajo la condición de no infringir otros derechos tan sagrados como el de que todo ciudadano pueda acceder a una información no contaminada. Al abrigo de la libertad de expresión, las empresas mediáticas no deben poder difundir informaciones falsas, ni realizar campañas de propaganda ideológica, u otras manipulaciones.

El Observatorio Internacional de Medios de Comunicación considera que la libertad absoluta de los medios de comunicación, reclamada a viva voz por los dueños de los grandes grupos de comunicación mundiales, no podría ejercerse a costa de la libertad de todos los ciudadanos. Estos grandes grupos deben saber de ahora en adelante que acaba de nacer un contrapoder, con la vocación de reunir a todos aquellos que se reconocen en el movimiento social planetario y que luchan contra la confiscación del derecho de expresión. Periodistas, universitarios, militantes de asociaciones, lectores de diarios, oyentes de radios, telespectadores, usuarios de internet, todos se unen para forjar un arma colectiva de debate y de acción democrática. Los globalizadores habían declarado que el siglo XXI sería el de las empresas globales; la asociación Media Watch Global afirma que será el siglo en el que la comunicación y la información pertenecerán finalmente a todos los ciudadanos.

NOTAS:

(1) Ignacio Ramonet, La tiranía de la comunicación, Madrid, Temas de Debate, 1998; y Propagandas silenciosas, Instituto Cubano del Libro, La Habana, 2001.
(2) Véase, por ejemplo, en Italia, la superpotencia mediática del grupo Fininvest de Silvio Berlusconi, o en Francia, la de los grupos Lagardère o Dassault.
(3) Presionada por los grandes grupos mediáticos estadounidenses, la Federal Communications Commission (FCC) de Estados Unidos autorizó, el 4 de junio de 2003, la flexibilización de los límites a la concentración: una empresa podría controlar hasta el 45% de la audiencia nacional (contra el 35%, en la actualidad). La decisión debía entrar en vigor el 4 de septiembre último, pero debido a que algunos ven en ella “una grave amenaza para la democracia”, fue suspendida por la Corte Suprema.
(4) Ignacio Ramonet,“El crimen perfecto”, Le Monde diplomatique, edición española, junio de 2002.
(5) Maurice Lemoine, “Laboratorios de la mentira en Venezuela”, Le Monde diplomatique, edición española, agosto de 2002.
(6) Y muchos otros medios de comunicación, como La Tercera, Ultimas Noticias, La Segunda, Canal 13, etc. Véase Patricio Tupper, Allende, la cible des médias chiliens et de la CIA (1970-1973), Editions de l’Amandier, París, 2003.
(7) Ignacio Ramonet, “Mentiras de Estado”, Le Monde diplomatique, edición española, julio de 2003.
(8) Armand Mattelart, «La clave del nuevo orden internacional”, Le Monde diplomatique, edición española, agosto de 2003.

¿VAMOS BIEN O MAL?

BLANCO Y NEGRO

El alborozo, optimismo y regocijo que llegan con la paz, no han logrado ser opacados por las temerarias, oscuras y sucias falsedades que pregonan los enemigos de este proceso que esperábamos desde hace más de medio siglo. 

Las baterías de unos pocos están orientadas al desprestigio. Para ellos, los “bandidos”, siguen delinquiendo, usufructúan beneficios incalculables e inmerecidos y van tras el poder; serán los ricos del mañana y podrían descubrir y denunciar atropellos y violaciones de la ley en épocas pasadas.

Ese miedo que sembraron se les está devolviendo, como lo observa, esta nación que se recupera y este mundo que no entiende por qué se nos impide entrar en recuperación.

Causa hilaridad, cómo el expresidente Uribe, que maltrata a su país local e internacionalmente, alienta y auspicia la onda expansionista e inversionista, de sus emprendedores y enriquecidos hijos, en este país que no tiene futuro, que es inviable, corrupto y fallido.

Como ocurre con muchas naciones que buscan las metas del desarrollo, aquí se aplican políticas de choque que dejan muchos interrogantes y ponen a pensar a los expertos. Nadie entiende aún, cómo se dejó devaluar el dólar en más de un 50%, cuando existían mecanismos ortodoxos y no ortodoxos que garantizaban una estabilidad económica firme y productiva, sin necesidad de acudir a envilecer su moneda.

Tampoco se logrará explicar, dentro de las normas racionales de la economía, cómo se ha acudido a la temeridad de echar mano al IVA, para marchitar un crecimiento y mejoramiento del estatus económico de un país que, hasta entonces, empezaba a saborear el halagüeño panorama de paz con plata.

Al reconocido y ejemplar empresario Arturo Calle, le cayeron encima, lo cuestionan y lo enjuician, porque su visión económica, lo obligó a ajustarse a elementales normas que le permitieran sostener la prosperidad de su organización.

Sus ventas, como las de todos los comerciantes colombianos, se han resentido, como producto de una fatal Reforma Tributaria, que solo puede caber en la “unidad sellada”, del ministro Cárdenas. Ya es poco el mercado que se compra, y nada digamos del rsto de bines y servicios.

Calle, tuvo que recortar la contratación de los llamados “finsemaneros”, que reforzaban el personal que viernes, sábados y domingos, atendían la clientela, porque esta se ha reducido. La industria de la confección también ha caído.

Se han unido, la pésima imagen que Uribe y su CD reparten como culebreros por el mundo, con el puntillazo de una Reforma Tributaria, para darle el más duro golpe a nuestra economía y a la prosperidad, de un pueblo que quería usufructuar paz con bienestar.

Duro el encargo que el presidente Santos encomienda a la nueva ministra Lorena Gutierrez. Puede ser que el turismo, permita eludir los errores cometidos y los por cometer, si seguimos de alcabaleros. “Aquí lo que tenemos es trabajo”.

BLANCO: La fiscal venezolana tiene el candado para Diosdado.

NEGRO: Pastrana se aplica el oro y la escoria al conservatismo. ¡Lo que hay que ver!

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Tomada: El Nuevo Siglo.

Esta opinión es responsabilidad única del autor, y no compromete al Círculo de Periodistas de Bogotá.

Licencia para chuzar

BLANCO Y NEGRO 

Casi todos quieren violar las leyes, normas, legislaciones, preceptos y principios, para lucrarse política, social o económicamente. Esta la razón por la cual cada vez la corrupción se pavonea en todos nuestros países. Parece ser que no hay disposición, por fuerte que parezca, impermeable a la corrupción.

Hay enjambres de expertos en ¨deshonestidad¨, que deambulan por regiones, países, continentes y villorrios, a la caza de negociados. Aparecen las coimas, puertas giratorias, sobornos, dádivas, óbolos, presentes y halagos que deslumbran a funcionarios, legisladores y directivos con poder y decisión.

Esta no es una novedad en nuestro medio, pero existe y avanza aceleradamente.

Estas prácticas hacen cada vez más exorbitantes los impuestos, los costos de los servicios, licencias y normatividades. Los ingresos fiscales no alcanzan, las obras demoran eternidades en ejecutarse y su calidad da vergüenza.

Son las secuelas de la corrupción, práctica generalizada que parece no tener remedio y antes por el contrario crece aceleradamente. Reficar, Invercolsa, Isagén, etc. etc. son muestras que a diario refrescan nuestras memorias. Odebrecht, está de moda, y lo más grave es que sus orejas, aparecieron en plena Casa de Nariño por los años 2009 y 2010, y se han proyectado a los países vecinos.

Los ¨papeles de Panamᨠy negociados a granel se ventilaron durante el gobierno de Ricardo Martinelli.

Por ello es inconcebible la carta del ex presidente Uribe al Juez de La Florida, para defender a Martinelli, preso por corrupto en Estados Unidos. Inaudito que el ex mandatario se ampare en pasaporte diplomático colombiano, para aplicarle mayor poder a su defensa. Entendible sí, que lo haga aparecer como el gran defensor de la democracia y aproveche para ello el desprestigio de Hugo Chávez, a que consideró de terrorista y narcotraficante.

Uribe, sin sonrojarse dijo que Martinelli -chuzador empedernido de los panameños- es un perseguido político por haber enfrentado la amenaza socialista, ¨paraguas del chavismo¨. Nuestro ex mandatario, tiene mucho que agradecerse al panameño, porque asiló a Pilar Hurtado, quien también fue la temible chuzadora del DAS en Colombia, al parecer por órdenes directas de su jefe. Esa se la debe Uribe a Martinelli, al igual que otras ¨corru-cositas¨.

Y al parecer, es urgente y necesaria la absolución de Martinelli, porque son muchas las investigaciones en las Cortes Nacionales e Internacionales que ponen nerviosos a muchos prohombres que han actuado sin recato y sin moral, violando los Derechos Humanos, mientras exhiben una aureola de probidad.

Martinelli delinquió durante su presidencia en Panamá. Por ello lo tiene bajo su lupa la justicia norteamericana. Con el cuento de que fue demócrata y enfrentó a Chávez, no se puede esconder su acción depredadora, como tampoco se podrá borrar la ocurrid en otros lares. Que el juez Edwin Torres devuelva esa carta, o se estará institucionalizando internacionalmente la ¨licencia para chuzar¨ y delinquir, aprovechando el poder.

BLANCO: De la Calle, Vargas y Fajardo, excelente tripleta presidencial.   

NEGRO: El brutal recorte al presupuesto para el deporte, especialmente ahora, cundo brillan nuestras figuras.

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Tomada: El Nuevo Siglo.

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