Crculo de Periodistas de Bogot
México, el país más peligroso para ejercer el periodismo

Foto: Archivo El Espectador


Reporteros Sin Fronteras llamó la atención sobre la situación en México en 2016, un país que no está en guerra pero en el que las actuaciones de los cárteles «hacen reinar el terror».


Nueve periodistas fueron asesinados en México en 2016, lo que convierte a ese país en el más mortífero para la prensa de entre todos los que no están en guerra, según se desprende del informe anual de Reporteros Sin Fronteras (RSF) sobre la mortalidad en la profesión.

En total, 57 profesionales del periodismo fueron asesinados en el mundo a causa de su profesión, 10 menos que en el año anterior, a los que hay que sumar 9 ciudadanos que ejercían el periodismo de forma no profesional y 8 colaboradores de medios de comunicación.

RSF considera que el descenso registrado en el número de periodistas asesinados responde al hecho de que muchos de ellos han abandonado las zonas de conflicto, como Siria, Irak, Libia o Yemen, convertidas como consecuencia de eso en «agujeros negros informativos en los que reina la impunidad».

 

A ello se suma, según el informe, a que la brutalidad ejercida por regímenes dictatoriales contra periodistas les ha llevado a aplicarse una autocensura por miedo a ser asesinados.

Tres cuartas partes de los asesinados habían sido amenazados previamente por sus actividades periodísticas, lo que prueba para RSF «el fracaso de las iniciativas internacionales destinadas a la protección de los periodistas».

Las zonas de conflicto siguen siendo el principal escenario de asesinatos de periodistas, con Siria a la cabeza, con 19 muertos, seguido de Afganistán con 10, Irak con 7 y Yemen con 5.

En total, el 65 % de los asesinatos se produjo en esas regiones, una tendencia diferente a la registrada en 2015, cuando numerosos periodistas fueron asesinados en países en paz, como los del semanario satírico francés «Charlie Hebdo».

Pero la organización llamó la atención sobre la situación en México en 2016, un país que no está en guerra pero en el que las actuaciones de los cárteles criminales, sobre todo de «Los Zetas», «hacen reinar el terror en los estados del noreste del golfo de México».

Su objetivo es, según RSF, «disuadir» a los periodistas de «meterse en sus asuntos», para lo que «multiplican los secuestros y los actos de barbarie».

Pese a esa persecución, «las autoridades policiales y judiciales, muy corrompidas, cierran los ojos», cuando no contribuyen en la labor de represión de los periodistas, puesto que el informe revela que son agentes policiales los principales responsables de las agresiones a reporteros.

A nivel internacional, RSF señaló que solo 4 de los periodista asesinados lo fueron fuera de su país.

La organización denunció el progresivo deterioro de la libertad de prensa en los últimos años en ciertas regiones del mundo.

En los últimos 10 años, 780 periodistas han perdido la vida en el ejercicio de sus funciones, con picos importantes en 2007 y 2012 (87). 

Tomado de: Elespectador.com

Sismos de hasta 5,8 grados de magnitud sacuden la costa de Ecuador

Foto: EE


El temblor más fuerte ocurrió frente a la costa de la localidad turística de Atacames, en la provincia de Esmeraldas, fronteriza con Colombia.


Varios sismos de hasta 5,8 grados de magnitud sacudieron la madrugada de este lunes la costa de Ecuador, dejando sin electricidad algunas zonas de la provincia de Esmeraldas, donde hasta el momento no se reportaron víctimas, informaron las autoridades.

«Cinco sismos sobre 4 grados en Esmeraldas», escribió el presidente Rafael Correa en su cuenta de Twitter.

En el mismo mensaje, el mandatarios indicó: «zonas sin electricidad. Se evalúan daños. Clases suspendidas en la provincia. ¡Ánimo!»

 

El temblor más fuerte ocurrió frente a la costa de la localidad turística deAtacames, en la provincia de Esmeraldas (noroeste y fronteriza con Colombia) a las 02:11 locales, a una profundidad de 10 km.

En principio el Instituto Geofísico señaló que el sismo fue de 5,9 grados de magnitud, pero luego ajustó el reporte a 5,8 grados.

El movimiento, que no generó alerta de tsunami, también fue sentido en las provincias de Guayas, Santo Domingo de los Tsáchilas y Pichincha, según el Instituto Geofísico.

Al sismo de 5,8 grados le siguieron otros de entre 4,2 y 2,9 grados de magnitud, de acuerdo con el más reciente informe del centro.

«Debido a que el evento presenta una magnitud moderada, se podría esperar más réplicas en esta zona con magnitudes menores», señaló el Geofísico.

Tras el temblor «no se reportan daños por sismo en infraestructura estratégica en la provincia de Esmeraldas», donde se encuentra la mayor refinería de petróleo del país, informó el Servicio Integrado de Seguridad ECU-911 de Esmeraldas.

El pasado 16 de abril la costa ecuatoriana fue arrasada por un terremoto de 7,8 grados, que dejó más de 600 muertos y pérdidas por más de 3.000 millones de dólares.

Tomado de: El espectador.com

Amenzan a monseñor Darío de Jesús Monsalve, el arzobispo de Cali

COLPRENSA |       CALI. El Arzobispo de Cali, monseñor Darío de Jesús Monsalve denunció que fue amenazado de muerte las últimas horas cuando se encontraba en la Casa Arzobispal, ubicada en el centro de Cali.

Las intimidaciones fueron hechas al prelado a través de un panfleto en el que se puede leer: “Muerte a las Farc, a Santos y a los clérigos comunistas” y que fue lanzado por debajo de la puerta de la Casa Arzobispal.

Por el mensaje, se presume que dichas amenazas se deben al papel activo que tenido el Arzobispo de Cali en los diálogos de paz entre el Gobierno Nacional y las Farc; además de su labor en los acercamientos con el Eln.

En este último proceso, el prelado fue nombrado como coordinador de la comisión de obispos que acompaña los diálogos. Su designación fue hecha por el presidente de la Conferencia Episcopal de Colombia, monseñor Luis Augusto Castro Quiroga.

A pesar de las amenazas, monseñor Darío de Jesús Monsalve manifestó que se encuentra tranquilo y que pondrá en conocimiento de las autoridades la situación para que se investigue el origen de las intimidaciones.

El general Nelson Ramírez, comandante de la Policía Metropolitana de Cali, manifestó que “ya estamos estableciendo contacto con Monseñor para la denuncia e iniciar una ruta de atención a esa amenaza para iniciar la investigación y establecer de dónde proviene la misma”.

Más acciones del Arzobispo de Cali en pro de la paz

Monseñor Darío de Jesús Monsalve fue uno de los facilitadores del acto de perdón que se cumplió entre los familiares de los diputados del Valle que fueron secuestrados y asesinados por las Farc con varios miembros de dicha guerrilla el 2 y 3 de diciembre pasados.

Además, antes del plebiscito, mostró su apoyo al mecanismo de refrendación de los acuerdos entre el Gobierno Nacional y las Farc y aseguró que “todo ciudadano honesto daría su voto por el Sí a los acuerdos no solo a los que se llegaran con las Farc sino con el Eln”.

Dichas declaraciones estuvieron en el centro de la polémica y muchos manifestaron que el Arzobispo de Cali debía retractarse, no obstante, él se mantuvo en su posición.

Incluso después de los resultados del plebiscito, donde el No se impuso en las urnas, el prelado aseguró que no estuvo de acuerdo con la posición que tuvo la Iglesia católica en el proceso refrendatorio.

(Tomado de:El Colombiano.com)

y de Eje 21

Incertidumbre en Venezuela por medidas monetarias de Maduro

Foto: Carlos Eduardo Ramírez / Reuters

Los venezolanos chocaron con la Guardia Nacional de su país en el intento de cruzar el puente internacional Francisco de Paula Santander.


Culpó a EE. UU. por demora de llegada de nuevos billetes. Hay temor de desabastecimiento.


Primero burla, luego indignación. Los venezolanos, ante el escenario de unas festividades de Navidad y Año Nuevo aún más difíciles que las que les ha tocado vivir en los últimos años, tratan de entender la decisión del presidente Nicolás Maduro de sacar de circulación el billete de 100 bolívares –la más alta dominación– y luego revertir la medida hasta el 2 de enero, y de paso cerrar las fronteras con Colombia y Brasil hasta la misma fecha.

Este domingo, Maduro salió a culpar del caos en las calles al “coletazo de Obama”, en alusión a que su gobierno ha sido incapaz de poner en circulación los nuevos billetes por culpa de un complot internacional dirigido desde Estados Unidos.

 
 

“Es el coletazo de venganza, lamentable, de Barack Hussein Obama contra el pueblo de Venezuela con todas sus redes de infiltrados, de mercenarios, de partidos apátridas de derecha de la MUD (Mesa de la Unidad Democrática)”, insistió en su programa dominical ‘En contacto con Maduro’.

 

Más aún, los venezolanos que viven en la frontera deben estar pensando sobre qué hacer para reunirse con sus familias del otro lado de la línea divisoria, y más aún, de dónde van a sacar los ingredientes para preparar los tradicionales alimentos de la época, ya que los cruces fronterizos estarán cerrados.

Lo de los billetes, Maduro lo justificó como parte de un plan para desmantelar supuestas mafias colombianas –por lo que también ordenó el cierre de la frontera– que comerciaban con el papel moneda venezolano y, según dijo, afectaban su valor.

Pero en tan poco tiempo ¿logró neutralizar tales mafias, restituyó el valor del golpeado bolívar y bajaron los precios en Venezuela? Parece que no.

Los anuncios empeoran las perspectivas de unas Navidades venezolanas marcadas por la escasez y la carestía, pues aunque el anuncio de desmonetizar el billete de 100 logró bajar el precio del ‘dólar paralelo’ –de 4.250 bolívares a 2.800– ello no se tradujo en disminución de precios, al menos de los alimentos.

En los mercados, este fin de semana, la gente se quejaba de lo poco que podrá poner en la mesa para la Nochebuena, especialmente el pernil y las hallacas, cuyo costo de fabricación aumentó por lo menos cinco veces respecto al año pasado.

En pausa quedará también la perspectiva de estrenar ropa y los regalos para los niños, aunque los padres hacen esfuerzos de todo tipo para mantener la ilusión del Niño Jesús.

Tras decenas de manifestaciones de protesta en al menos 10 regiones, en crisis por escasez de efectivo, este domingo el mandatario se deshizo en explicaciones sobre sus extrañas decisiones.

Sobre dejar “sin efecto” al billete de 100, Maduro aseguró que había “derrotado un golpe monetario” en el que las supuestas mafias querían dejar al país sin los billetes. Luego procedió a explicar por qué, a pesar de sus anuncios, no estaba circulando ni un billete ni moneda del nuevo cono monetario.

De nuevo una conspiración internacional estaría, según dijo, detrás de los billetes ausentes: “Una de las variantes principales de esta medida era proceder inmediatamente a la entrega de los nuevos billetes y sustituir los de 100 bolívares. Desde hace 15 días comenzamos a ver extrañamente que aún estando ya fabricados los billetes, era imposible conseguir aviones para traerlos. Conseguimos aviones (de carga) por diversas fuentes en Europa, y los aviones recibieron llamadas del Departamento del Tesoro de EE. UU. para cancelar los vuelos y las contrataciones. Uno de estos aviones iba hacia el destino y en pleno vuelo fue desviado hacia otro país y tenemos las pruebas y otras evidencias más”, explicó.

Pero no mostró un solo nombre o prueba y aseguró que los primeros billetes de 500 del nuevo cono monetario (que llegará hasta billetes de 20.000 bolívares) llegaban este domingo al país.

Poco o nada se refirió al estado Bolívar, donde ocurrieron las protestas más fuertes y saqueos a por lo menos 100 establecimientos comerciales, que dejaron a dos personas fallecidas y oficialmente 135 detenidos.

Por su parte, la dirigente opositora María Corina Machado aseguró que Maduro demostró “incapacidad mental permanente” para seguir al frente del país, por lo que exigió a la Asamblea Nacional actuar en consecuencia.

VALENTINA LARES MARTIZ
Corresponsal de EL TIEMPO
Caracas

Uribe y Santos: Ni el papa hizo el milagro
Uribe y Santos: Ni el papa hizo el milagro Foto: AFP

Francisco logró un encuentro entre el presidente y su antecesor que será recordado para siempre por insólito y por simbólico, pero no por sus resultados políticos.

La foto del presidente Juan Manuel Santos y su antecesor, Álvaro Uribe, en presencia del papa Francisco, es histórica, simbólica y audaz. El pontífice es una instancia superior, no solamente por ser el jefe de la poderosa Iglesia católica, sino por sus características personales: carismático, bondadoso, y más político que sus antecesores. Argentino cercano al peronismo y el único latinoamericano en todos los siglos, que en su papado de casi cuatro años ha intervenido en forma activa en los asuntos de la región.

La noticia tuvo elementos casi surrealistas. Se sabía que la extensa agenda de Santos en Europa empezaba con la recepción del Nobel y finalizaba con el encuentro en Roma, del que saldría la fecha de la visita de Francisco a Colombia en 2017. Un cierre de oro para un periplo controvertido –por la abundancia de reconocimientos personales a Santos–, pero exitoso por la gran acogida europea al Nobel de la Paz.

Pero nadie se podía imaginar que la cumbre en la basílica de San Pedro se convertiría en un nuevo escenario para un encuentro entre Santos y Uribe. El expresidente dio la noticia con su conocido estilo, en el propio Senado donde asistía a sesión plenaria. Pidió permiso para ausentarse, con alusiones a que no podía faltar a una convocatoria del papa y a que “trataría de llegar a tiempo” porque apenas alcanzaba a tomar un avión para cumplir la cita. Eso fue posible gracias a que el banquero Luis Carlos Sarmiento le prestó su avión. Durante el vuelo se supo que el futuro procurador general de la Nación, Fernando Carrillo, había hecho las gestiones para que Uribe se sumara a la reunión, prevista de tiempo atrás, entre Francisco y el presidente.

El Vaticano optó por encuentros separados del papa con Santos y con Uribe, que terminaron con una reunión de los tres. Apenas unos minutos después, las primeras declaraciones de Uribe dejaron en claro que el ambiente había sido cordial, pero que no se había modificado el desacuerdo profundo frente al proceso de paz.

No se podía esperar mucho en materia de resultados concretos. La sola presencia de Francisco no podía garantizar que desaparecieran la desconfianza mutua entre Santos y Uribe, ni mucho menos sus profundas diferencias sobre el proceso de paz con las Farc. El expresidente, con el show de su salida del Senado “a ver si alcanzaba a llegar a la cita”, dejó en claro que no hubo trabajo previo, ni negociaciones de las que suelen hacerse antes de una cumbre. Pretender que en reuniones de media hora se saldaran discrepancias tan difíciles de reconciliar era casi una ingenuidad.

El proceso con las Farc entró en modo fast track desde la semana pasada. La pretensión de Uribe –según sus declaraciones antes de partir–, en el sentido de buscar cambios en los acuerdos o hacer consultas populares sobre puntos claves, tropieza con que ya hay hechos cumplidos: la segunda firma en el Teatro Colón, la ratificación en el Congreso y el fallo de la Corte Constitucional. Echar para atrás, en estos momentos, es casi imposible.

Según el presidente Santos, cabría un acercamiento entre su gobierno y la oposición sobre la implementación de los acuerdos. El Centro Democrático tiene una bancada en el Congreso, minoritaria pero significativa, y en todo caso participará en los debates sobre los proyectos de ley y de reforma constitucional que convertirán en normas los acuerdos alcanzados en La Habana. En estas discusiones se podrían incorporar opiniones del Centro Democrático. Sin embargo, para el uribismo esta opción es insuficiente, porque se basa en aceptar el acuerdo del Teatro Colón –sobre el cual tiene reparos de fondo en puntos como la elegibilidad política y el castigo con cárcel por delitos graves– y porque el gobierno tiene todas las de ganar con sus mayorías parlamentarias, con los mecanismos de fast track y con las facultades especiales del presidente.

 

Santos o Uribe podían haber utilizado el encuentro papal para justificar un cambio de posición ante la opinión pública, pero todo indica que no tenían intenciones. Ante la evidencia de que los encuentros vaticanos poco podían hacer para acabar o aliviar la polarización, la pregunta es por qué el papa Francisco se embarcó en la causa. Al fin y al cabo, la diplomacia vaticana es una de las más sofisticadas y experimentadas del mundo. La respuesta tiene que ver con la posición de la Iglesia frente al proceso de paz, que ha pasado por tres etapas diferentes. En la primera hubo un apoyo entusiasta a los diálogos de La Habana, que recogió una tradición de compromiso de la jerarquía católica con anteriores esfuerzos de paz. La presencia del papa Francisco en la firma del acuerdo final, en Cartagena, entre el presidente Santos y Timoleón Jiménez, estuvo a punto de concretarse.

Sin embargo, en la campaña para el plebiscito el entusiasmo de la Iglesia se debilitó, para darle paso a una etapa de decepción. La causa tuvo que ver con el debate que promovieron las congregaciones evangélicas sobre identidad de género, que encontró convergencias con el exprocurador Alejandro Ordóñez y con la jerarquía eclesiástica nacional, en torno a la defensa del concepto tradicional de matrimonio. La comunidad católica se dividió y hubo voces en favor del Sí y del No entre los obispos, pero el resultado fue que pasaron de agache en la campaña.

Y finalmente, luego de la victoria del No y el diálogo nacional impulsado por el gobierno, incluso con la Iglesia, este diferenció entre la ideología versus el enfoque de género, lo que volvió a facilitar la comunicación entre las dos partes. Gobierno e Iglesia llegaron a una etapa de recomposición del diálogo sobre el proceso de paz, que culminó en el intento de mediación del papa entre Santos y Uribe.

Francisco ha ejercido un papado que ha roto moldes tradicionales. Entre ellos, se ha jugado abiertamente por causas políticas. Hay una diferencia enorme entre la forma casi secreta como Juan Pablo II se alió con Ronald Reagan para impulsar el fin del comunismo en los años ochenta, y el protagonismo sin disfraces de Francisco. Cuando Barack Obama y Raúl Castro anunciaron la normalización de las relaciones entre Estados Unidos y Cuba, ambos agradecieron los buenos oficios del papa. Y más recientemente, en Venezuela, el pontífice hizo posible un diálogo entre el gobierno de Nicolás Maduro y la oposición, que nadie más había logrado. Más allá de los precarios resultados, la gestión papal condujo a que se sentaran a una mesa.

Entre Santos y Uribe ya se habían intentado otras mediaciones. En un principio, recién comenzaba el primer cuatrienio del actual mandatario, entre amigos comunes del campo político y empresarial. En la medida en que la distancia se fue ampliando, intervinieron actores internacionales como el ex secretario general de Naciones Unidas, Kofi Annan, y el gobierno de Estados Unidos. El embajador en Colombia, Kevin Whitaker, y el enviado especial de Obama a los diálogos de Cuba, Bernard Aronson, llegaron a juntar al equipo negociador que encabezaba Humberto de la Calle con el expresidente Uribe y sus principales colaboradores en el tema.

Casi todos estos encuentros tuvieron características semejantes a las del viernes pasado en el Vaticano. Formas cordiales, gestos amables, y pocos resultados. El futuro procurador Fernando Carrillo –uno de los facilitadores de la reunión en Roma– considera, sin embargo, que el viernes pasado se dio un primer paso que puede tener próximos desarrollos.

Al final, tanto Santos como Uribe sacaron provecho del encuentro para decir que hicieron hasta el último esfuerzo para llegar a un consenso. Uribe se pudo dar un pantallazo que le quitó algo de protagonismo a la reunión del presidente con su santidad y a la entrega de la Lámpara de la Paz, considerada el Nobel católico. Uribe, además, logró entrar en el escenario de Santos en su mejor momento.

De todas maneras, como suele decirse, por encima del papa solo está Dios. Y es muy probable que, en vísperas del arranque de un año de precampaña electoral, ya no queden más instancias, ni tiempo, para buscar la paz entre Santos y Uribe. Si Francisco no hizo el milagro, lo más probable es que haya que esperar a lo que digan los electores en 2018.

Tomado de:Semana.com

Podéis ir en paz
Daniel Coronell. Foto: John Caslon

Ante la Asamblea General de Naciones Unidas, en 2003, el entonces presidente de Colombia Álvaro Uribe dijo una frase elocuente: la paz definitiva es la mejor justicia para una nación en la cual varias generaciones no han conocido un día sin actos de terror.

Por Daniel Coronell

Lo que pretendía ser un milagro político del Papa quedó convertido en una pequeña lagartada. Un trámite subalterno para lograr una foto que no tiene propósito, ni significado. Una anécdota más que sólo vale para confirmar lo que ya todos saben: El ex presidente Álvaro Uribe no va a hacer nada que favorezca la consolidación del proceso de paz porque eso no le sirve a su propósito de volver al poder en 2018. Cualquier cosa que le ayude a la “paz de Santos” lo perjudica a él.

Si el proceso de paz con las FARC funciona, Colombia no necesita más a Uribe. Tan fácil como eso.

Por eso la apuesta cotidiana del uribismo ha sido el desprestigio del proceso, el menosprecio de sus logros, la divulgación de mentiras sobre sus alcances y la explotación machacona del miedo según el cual Colombia se dirige hacia el infierno castrochavista por atreverse a acabar con un conflicto de 52 años.

El propio gerente de la campaña del No, Juan Carlos Vélez Uribe, lo reconoció en una entrevista con la periodista Juliana Ramírez de La República. “Estábamos buscando que la gente saliera a votar verraca”, dijo el doctor Vélez Uribe en esa entrevista. (Ver Larepublica1.jpg)

En la era de la postverdad, la campaña del No entendió pronto que la viralidad estaba por encima de la realidad. “Descubrimos el poder viral de las redes sociales”, señaló el gerente de campaña con orgullo. “Individualizamos el mensaje de que nos íbamos a convertir en Venezuela”. (Ver Larepublica2.jpg)

Dentro de esa lógica, lo de menos era el verdadero alcance del trato con las FARC “Unos estrategas de Panamá y Brasil nos dijeron que la estrategia  era dejar de explicar los acuerdos para centrar el mensaje en la indignación. En emisoras de estratos medios y altos nos basamos en la no impunidad, la elegibilidad y la reforma tributaria, mientras en las emisoras de estratos bajos nos enfocamos en subsidios”. (Ver Larepublica3.jpg)

La prédica sobre la elegibilidad y la impunidad de hoy, contradice lo dicho por el mismo Uribe y por miembros de su equipo cuando en 2003 abogaban por la no imposición de penas a miembros de grupos armados promoviendo una ley de alternatividad penal para iniciar el proceso de paz con los paramilitares.

Ante la Asamblea General de Naciones Unidas, el 30 de septiembre de 2003, el entonces presidente de Colombia Álvaro Uribe pronunció una frase elocuente “la paz definitiva es la mejor justicia para una nación en la cual varias generaciones no han conocido un día sin actos de terror” (Ver video ONU)

 

Unos días después, el 3 de octubre de 2003, el Alto Consejero de Paz Luis Carlos Restrepo le dijo a la periodista Pilar Lozano, corresponsal de El País de España, que era fundamental buscar que quienes se sometieran a un proceso de paz no fueran a la cárcel.

– ¿No acepta que al menos paguen parte de la condena?- preguntó la periodista.

-No –respondió contundentemente el doctor Restrepo- nuestra idea es que haya una alternativa a la pena de cárcel. (Ver ElPais1. Jpg)

El Alto Comisionado Restrepo explicó “Sin esto no puede haber una negociación efectiva y sólo queda la opción militar. El mundo nos pide que exploremos la salida negociada. Estos señores no van a negociar para ir a la cárcel” (VerElPais2.jpg)

El proyecto de ley que defendían en ese momento tanto el entonces Presidente como los miembros de su gobierno, quedó radicado en el Senado como “Proyecto de ley estautaria 85 de 2003”. La presentó Fernando Londoño Hoyos, Ministro del Interior y Justicia de ese momento. Está en semana.com para quien quiera leerlo completo.

La norma establecía que no habría un solo día en la cárcel para los miembros de los grupos armados que se sometieran a un proceso de paz.

El ministro Londoño señalaba en la exposición de motivos: “para que haya plena justicia tendríamos que profundizar la guerra hasta límites inconcebibles para derrotar a todos los enemigos de la democracia y llevarlos a las cárceles, o explorar fórmulas audaces que no contrapongan la paz a la justicia. Fórmulas que permitan superar un concepto estrecho de justicia que se centra en el castigo al culpable para acceder a un nuevo concepto de justicia que nos permita superar de manera efectiva el desangre y la barbarie a fin de reinstaurar plenas condiciones de convivencia”. (Ver Exposiciondemotivos.jpg)

Ahora el ex presidente Uribe argumenta que algunos paramilitares fueron a las cárceles y otros fueron extraditados. Lo que omite decir, convenientemente, es que el proyecto de ley que presentó su gobierno consagraba que no pasarían ni un día en prisión.

Una realidad que está a la vista del Papa, del mundo y de casi todos los colombianos.

Tomado de:Semana.com

Periodistas colombianos debemos crear un clima de paz: Javier Darío Restrepo
Javier Darío Restrepo. Foto: Ana Cristina Vallejo / FNPI

Luego del triunfo del No en el plebiscito donde los colombianos manifestaron su posición respecto a lo acordado entre el Gobierno y la guerrilla de las FARC durante el proceso de paz de La Habana, muchos tratan de entender todavía qué fue lo que sucedió.

A fin de analizar el papel de la prensa colombiana antes y después del plebiscito, la Red Ética Segura contactó al maestro Javier Darío Restrepo para conocer su opinión sobre cuál debería ser la labor del periodismo en este momento de incertidumbre que vive el país.

“Un medio de comunicación o periodista que esté vinculado a un partido político, debe dejar eso a un lado, y pensar que el único partido legítimo ahora es toda la sociedad, y que la única preocupación del periodista en esta coyuntura debe ser la creación de un clima de paz”, afirma el director del Consultorio Ético de la FNPI en entrevista telefónica concedida a Hernán Restrepo, gestor de contenidos de la Red Ética Segura.

En la entrevista, el maestro Javier Darío ofrece su visión sobre el papel de los medios tras el triunfo del No, la crisis de credibilidad en la que quedaron las firmas encuestadoras, y la manera en que reaccionaron los principales líderes políticos del país tras conocerse el resultado de las votaciones.

Red Ética Segura (RE): ¿Cuál es su opinión respecto al resultado del plebiscito?

Javier Darío Restrepo (JDR): A mí me parece que el resultado abrió los ojos a gran parte del país respecto a esta realidad: los políticos resultan siempre inferiores frente la causa de la paz. Cada uno tenía una visión del problema de acuerdo a su puja por el Sí o por el No. Pero una vez se vio con toda claridad la realidad de una votación, y por consiguiente la voluntad del pueblo colombiano, los políticos comprendieron que tanto el Sí como el No resultaban como algo muy frágil, si se miraba desde el punto de vista netamente partidista.

Aquí ya se comenzó a ver que hay algo mucho más grande que los partidos políticos: la voluntad de tener paz. Por lo tanto, es muy emotivo que las reacciones del presidente Santos, el expresidente Uribe y la guerrilla tuvieron un elemento en común: hay que defender la paz. Habría que ajustar algunos aspectos, pero coincidieron en lo fundamental, que es la defensa de la paz. Ninguno de ellos tomó una posición que se pudiera considerar en defensa de su punto de vista, pase lo que pase. Incluso la guerrilla manifestó su voluntad de paz, afirmando que la única arma que utilizarán será la palabra.

El presidente Santos habló acerca de la necesidad de reunir a todos los partidos políticos para buscar un camino. Lo mismo vino a decir el expresidente Uribe. Eso no se había visto antes. Es consecuencia del resultado electoral. En ese sentido, yo creo que el país quedó ganando. Ganó su voluntad de tener la paz, por encima de los intereses partidistas.

RE: Los medios de Colombia y el mundo han dicho que el resultado refleja que el país está dividido. ¿Le parece que es acertado decir esto?

JDR: Es un hecho. El país está dividido, casi que en 50 y 50 por ciento. Si miramos el mapa electoral, vas a encontrar una cosa muy interesante: el centro está muy del lado del No, mientras que la periferia está a favor del Sí. Hay una comprobación allí, y es que en los lugares donde más ardió la violencia, la gente hastiada por la violencia votó por el Sí. En cambio la gente que menos ha sufrido, que es la del centro, es la que se da el lujo de analizar, de condenar, de proponer otras alternativas.

Lo curioso es que Colombia se dividió en torno a un tema que debería unirla, la paz. Pero la paz significa algo muy distinto para el campesino que ha estado hostigado por la violencia, que para la persona que la ha mirado a la distancia y que no tiene mucho que reclamarle a la paz.

Lo que esto le plantea a los periodistas es que nosotros tenemos que mirar como una unidad a Colombia. Esa unidad tiene que hacerse alrededor de la paz y de los elementos que la construyen. Entre esos elementos están la reconciliación, comprensión y respeto del otro, que es algo que históricamente no hemos tenido nosotros. Casi desde el momento de la Independencia, los colombianos comenzamos a combatir unos con otros.

RE: ¿Le parece que fallaron en algo los medios en la etapa previa al plebiscito?

JDR: Nosotros como periodistas tenemos que cambiar nuestro ADN, pues los medios de comunicación colombianos tienden siempre a apoyarse en una adhesión. En este caso nuestro ahora, esa adhesión fue evidente. Fue evidente que gran parte de los medios estaban del lado del Sí, y era una mínima parte la que estaba apoyando el No. Tanto así que las mismas encuestadoras llegaron a pronosticar con grandes cifras el triunfo del Sí. La sorpresa que el país se llevó se debió a que tanto medios de comunicación como encuestadoras resultaron sorprendidos con un resultado que nunca se habían imaginado.

Esto hace que el periodismo nuestro llegue a ser más parte del problema que de la solución. El gran reto que se plantea ahora es hacer parte de la solución, a partir de una información que sea menos extraída desde el sentimiento y más apegada tanto a la verdad como a la voluntad de servir. Y servir no a una parte de la población, sino a toda ella. Ahí es donde estaría el gran desafío ético para los periodistas de nuestro país.

RE: Menciona usted el tema de las encuestadoras. Ninguna acertó con sus pronósticos. ¿Debería cambiar algo en la relación entre los medios de comunicación y estas encuestadoras, y la credibilidad que solemos depositar en ellas?

JDR: Sí, yo creo que tiene que cambiar esa relación. Primero porque está muy quebrantada la credibilidad de esas firmas. Segundo, porque los periodistas no hemos cumplido con las normas que hay para el manejo de las encuestas. Una de esas normas es tener en cuenta que esos porcentajes que dan las encuestadoras son apenas un indicio de la realidad. Por lo tanto, es sobredimensionarlas el estarlas utilizando para hacer titulares y ponerlas en el centro de las noticias que publicamos. Los resultados de las encuestas no se pueden tomar como hechos, son solamente indicios.

Me parece que este fracaso que han tenido las encuestadoras es una buena oportunidad para revisar la forma en que se están utilizando estas encuestas. Uno tiene la impresión de que se están utilizando más como propaganda que como información, con todos los vicios que esto implica.

RE: ¿Cómo podemos los periodistas evitar que con nuestra forma de informar terminemos polarizando más al país?

JDR: Yo creo que podemos trabajar sobre varios valores que son indispensables para hacer un periodismo de calidad. Inicialmente recomendaría centrar todo el esfuerzo informativo en el apoyo y fortalecimiento del bien común. En este momento el bien común es la paz. Esto implicaría varias cosas concretas. Primero, trabajar por encima de los partidos. Un medio de comunicación o periodista que esté vinculado a un partido político, debe dejar eso a un lado, y pensar que el único partido legítimo ahora es toda la sociedad, y que la única preocupación del periodista en esta coyuntura debe ser la creación de un clima de paz. Como resultado de esto, debe haber un gran compromiso con la verdad, con el rigor informativo para toda clase de noticias que se vayan a dar. Esto reemplazaría al afán por la ‘chiva’ que suele ser el motor de nuestro periodismo. Nos importa ser los primeros en informar, sin importar si la noticia fue bien investigada, si está completa, o si es oportuna. Eso nos ha hecho mucho daño como sociedad.

En segundo lugar, tenemos que trabajar para ayudar a construir un país distinto. Esto parece una fórmula ya muy repetida, pero lo cierto es que dadas las nuevas circunstancias en donde un grupo violento ha manifestado su deseo de dejar las armas, nos enfrentamos al proyecto de un nuevo país. Es un país donde tendrá que imponerse primero la tolerancia, es decir, ese clima donde crece la verdad del otro y la actitud de respeto hacia el otro. Y luego, tendremos que persistir en algo que los medios de comunicación colombianos ya están haciendo muy bien, promover el tema de la reconciliación.

Así las cosas, tendremos que comenzar a hacer un periodismo muy distinto, atento al uso de su poder para llegar a la conciencia de la gente todos los días. Será necesario dejar a un lado la editorialización y los sermones, para permitir que los hechos se desplieguen en todo su potencial. Que se puedan leer los hechos. Lo que los lectores buscan en los medios es cómo poder interpretar lo que nos acaba de suceder. Nuestra labor será ayudarlos a ver las cosas en clave de reconciliación. Como ves, todo se resume en una simple frase: tenemos que hacer un periodismo distinto, y ese periodismo distinto debe ser de una alta calidad, en razón del servicio que tiene que prestarle a la sociedad.

Tomado de la Fundación  Gabriel  García Márquez para el nuevo periodismo iberoamericano,fnpi.

CIDH y Oficinas de Derechos Humanos de la ONU se comprometen a desarrollar mecanismo conjunto para personas defensoras de derechos humanos y periodistas

13 de diciembre de 2016

   Washinton, D.C. – La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) y los Representantes del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos en América Central, América del Sur, Colombia, Guatemala, Honduras y México acordaron acciones conjuntas durante una reunión de trabajo celebrada en el marco del 159º periodo de sesiones de la CIDH en Panamá.

Reafirmando la importancia de fortalecer la coordinación y cooperación entre ambos órganos en un contexto de graves riesgos para el ejercicio de la defensa de los derechos humanos en la región. La CIDH y la OACNUDH asumieron el compromiso de desarrollar un mecanismo conjunto para la promoción y protección de personas defensoras de derechos humanos y periodistas, junto con las relatorías temáticas del sistema regional y universal.

Con el fin de avanzar acciones estratégicas en el marco de la declaración conjunta de colaboración entre ambas entidades, firmada en 2014, y en el proceso de construcción del Plan Estratégico 2017-2020 de la CIDH, los órganos internacionales decidieron aumentar el intercambio de información y fortalecer el seguimiento de recomendaciones de ambos órganos, entre otras acciones.

Guillermo Cano
Foto de Verbien magazine

Macrolingotes

Por: Óscar Alarcón 

Como buen periodista, Guillermo Cano era adicto a los noticieros radiales. Por la sala de redacción de su periódico siempre estaba con el transistor oyendo “extras” y cuando ésta se producía buscaba al reportero correspondiente para alertarlo sobre el hecho. Por eso no me cabe duda que hace 30 años, cuando las balas del narcotráfico atentaron contra su vida, el radio de su carro quedó encendido dando las noticias de las siete de la noche y minutos después de la tragedia esas mismas ondas debieron emitir el “extra” que conmocionó al país. Lo habían matado frente al edificio de El Espectador. 
Era la noche del 17 de diciembre de 1996. La guerra contra los carteles de la droga estaba en su punto más alto porque cuatro días antes la Corte Suprema de Justicia —que entonces era la guardiana de la integridad de la Constitución— había tumbado el tratado de extradición que Barco, como embajador en Washington, había suscrito con el gobierno norteamericano. Entonces el mismo Barco, como presidente, expidió unos decretos para revivir la extradición por vía administrativa. Esa noche los colombianos, tratando de buscar una escapatoria a la guerra que el narcotráfico había declarado, acudían prestos a sus casas para las novenas navideñas con la esperanza de que esa oración sirviera para combatir la delincuencia. Al director de El Espectador también lo esperaba su esposa, sus hijos, sus primeros nietos y otros miembros de la familia, con alegría y con panderetas, para cantar los villancicos frente al pesebre y el árbol. No pudo llegar. Las balas asesinas pusieron fin a ese hombre bueno, impoluto, periodista vertical que frente a esa guerra luchaba con su pluma.
Quienes fuimos sus discípulos y los muchos lectores que lo seguían en El Espectador no dejamos de lamentar su ausencia en este país que 30 años después no ha podido llegar a la paz con la que soñaba. A ese inolvidable director lo queremos mucho. Es que a su periódico llegamos muy jóvenes y ya estamos Canos.
Lo que viene para Rafael Uribe Noguera, el asesino de Yuliana Samboní
A Rafael Uribe Noguera le espera una condena de hasta 60 años de prisión. / Colprensa

Rafael Uribe Noguera estaría obligado a pagar una alta condena de hasta 60 años de prisión y a reparar a la familia de la niña con una suma que, según cálculos preliminares, superaría los $1.000 millones. Fiscalía radicó ayer el escrito de acusación.

Por: Alexánder Marín Correa / Diana Durán Núñez
En Twitter: @alexmarin55

No hay prisión ni dinero que repare la muerte de un hijo. Y menos cuando se lo arrebatan de una forma tan cruel y violenta como a la familia de Yuliana Samboní Muñoz. Rafael Uribe Noguera,según la Fiscalía, secuestró, torturó, violó y mató a la pequeña de siete años. Ya lo aceptó ante los investigadores. Falta que lo ratifique ante un juez.

Por eso, en lo penal, su proceso parece claro: se enfrenta a una pena de hasta 60 años (máxima permitida en el país), pues las leyes castigan con severidad los crímenes contra los niños. No admiten preacuerdos, ni rebajas por aceptación de cargos. Incluso, cuando la víctima tiene menos de 11 años, las penas se deben duplicar. (Lea: “¡Asesino!… ¡Asesino!… ¡Asesino!”)

Sin embargo, hay una arista adicional: la reparación a la familia. La justicia prevé que un criminal no sólo debe pagar con su libertad, sino con su patrimonio, y está claro que la familia Uribe Noguera tiene con qué. Al menos el apartamento donde hallaron a Yuliana está a nombre del asesino y de su madre. (Lea: Crímenes contra niños: muchas denuncias y pocas condenas)

En lo penal

Rafael Uribe Noguera finalmente aceptó ante la Fiscalía lo que pareció evidente para todo el país desde el pasado 4 de diciembre: que él violó y asesinó a Yuliana Samboní. A pesar de que en la audiencia de imputación no aceptó cargos, las evidencias científicas, documentales y testimoniales no dejan duda de su autoría. La prueba clave la reveló Medicina Legal al ratificar que, pese al intento por borrar las huellas del crimen, en el cadáver hallaron material biológico que lo vinculaba con su muerte. (Lea: Uribe Noguera sí mató a Yuliana y el vigilante mintió)

Con su aceptación, han indicado fuentes cercanas al proceso, él busca llegar a un acuerdo con la Fiscalía a cambio de que lo acusen de homicidio y abuso sexual, pero no de tortura y secuestro.Una negociación que, de darse, no tendría mucha incidencia en cuanto a la condena: como su víctima fue una niña, las leyes no le permiten recibir beneficios penales. (Lea: ‘Si los jueces aplican la norma, no se necesita la cadena perpetua’)

Ayer la Fiscalía radicó el escrito de acusación y una vez Rafael Uribe Noguera ratifique su confesión ante un juez, el proceso se abreviará. Enfrenta un destino de hasta 60 años de prisión. Se han sembrado dudas sobre si él, por colaborar con la justicia, podría recibir rebaja de pena. Abogados consultados por este diario son enfáticos: esa puerta está cerrada para él. “Cuando las víctimas son niños no hay ningún tipo de beneficio, ni siquiera en virtud de un preacuerdo”, explica Olga Silva, la abogada que manejó el caso de los tres hermanos de Tame (Arauca), abusados y asesinados por el subteniente del Ejército Raúl Muñoz Linares en 2010.

Carlos Andrés Gómez, decano de derecho de la Universidad Jorge Tadeo Lozano, hace el mismo análisis, y agrega que si Uribe Noguera ofrece información sobre, por ejemplo, una red de explotación de menores, la Fiscalía podría no abrirle una nueva investigación a cambio de información efectiva. Lo mismo sostiene Alcira Granadas, de la organización Save The Children: “Debe ser una colaboración clave que permita acabar con este peligro para otros niños”. (Lea: Explotación sexual de menores en Bogotá: invisibilizada, pero latente)

Otra cosa es la redención de la pena, que se trata de reducir una sentencia en prisión con trabajo o estudio. A eso sí podría tener derecho, indican dos fallos emitidos el año pasado por las cortes Suprema de Justicia y Constitucional. Ambos tribunales concluyeron que, según las normas vigentes, es un derecho y no un privilegio. “No hay un derecho de los niños que colisione con la posibilidad que tienen los reclusos de alcanzar la resocialización mediante el desarrollo de actividades que, además, les generen redención de la pena que purgan”, señaló la Corte Suprema.

La reparación

Este no es momento para pensar en indemnizaciones, sobre todo cuando las heridas están vivas, pero el tema se discutirá a medida que avance el proceso penal. La ley establece que Uribe Noguera, además de perder la libertad, debe reparar a la familia de Yuliana por los gastos y las secuelas que le dejó a cada integrante: la ausencia, la angustia, el arrebatarles la posibilidad de verla crecer… El dolor. (Lea: Yuliana Samboní murió por estrangulamiento y fue abusada sexualmente: Medicina Legal)

El abogado David Peñuela Ortiz, especialista en responsabilidad y daño resarcible de la Universidad Externado, desde la justicia civil explica que el asesino se enfrentará a un pago multimillonario (superaría los $1.000 millones). Y lo hace desde esta jurisdicción, al creer que es más beneficiosa para la familia de Yuliana, pues mientras la justicia penal fija como única reparación un monto máximo de 1.000 salarios mínimos (unos $700 millones), en la civil la reparación es  para cada familiar que demande. (Lea: Crece la tragedia en el caso Yuliana Samboní)

Lo primero por lo que tendría que responder Uribe Noguera son por los daños patrimoniales, como los gastos en los que ha incurrido la familia y en los incurrirá a futuro en tratamientos médicos y psicológicos. También debería pagar los gastos médicos que se surtan, para la estabilización y control del embarazo de la madre de Yuliana, ya que ha tenido que ser sometida a sedación, debido a la magnitud de los eventos.  Así la EPS los cubra, todo se puede reclamar, porque la ley no dice lo contrario. El cálculo de cuánto tendría que pagar lo debe hacer un perito. (Lea: Madre de Yuliana Samboní insiste en acompañarla hasta su última morada) 

Adicionalmente, se podría buscar una eventual reparación por lucro cesante o el dinero que dejará de ingresar al patrimonio familiar por la muerte de la niña. Aunque en casos de menores es un daño discutido, ya que Yuliana no aportaba dinero a su hogar y se podría decir que su muerte no traerá ninguna frustración económica, el Consejo de Estado ha reconocido este tipo de daños a los padres, tasándolos con base en el salario mínimo, proyectándolo desde la mayoría de edad de la niña (cuando legalmente hubiera podido trabajar) y hasta la expectativa de vida de sus padres.

Daños extrapatrimoniales

Pero más allá de los daños cuantificable hay uno incalculable: el dolor. La justicia lo llama daño moral, que no es más que la lesión a la esfera sentimental y afectiva de cada miembro de la familia, así como el sufrimiento de Yuliana durante el crimen. El máximo rubro que ha reconocido la jurisdicción civil para reparar este daño ha sido de $60 millones por víctima. Es decir, en principio, el padre, la madre y la hermana. Podrían sumarse otros familiares. (Lea: El retorno de Yuliana Samboní a la tierra que la vio nacer)

Como la madre de la niña está en embarazo, un asunto que seguro generará debate, “es el daño moral del futuro bebé, ya que, en estricto sentido, no lo ha experimentado. No obstante, el Consejo de Estado ha reconocido una especie de daño futuro en casos donde el padre muere, pero la madre queda viva y en embarazo. Aunque la situación es diferente, un juez podría aplicarla por analogía”, dice Peñuela.

Otro aspecto a reparar es el daño a la vida de relación o a la actividad social de la familia, ya que después del crimen no será la misma. En estos casos la justicia ha reconocido un monto máximo de $140 millones por cada familiar. (Lea: Último adiós a Yuliana Samboní, en El Tambo (Cauca))

En nombre de Yuliana también podrían reclamar por el daño a bienes personalísimos, pues a Yuliana en vida le violentaron sus derechos a la libertad de locomoción, la libertad sexual y a la vida, entre otros. Hasta la fecha, el máximo valor reconocido por la justicia ha sido $20 millones.

“Tanto en el daño moral como en los demás, legalmente sería aconsejable que la petición económica sea mucho mayor, ya que, por las características del caso, es posible que el juez supere los topes mencionados”, explica Peñuela.

Aunque al sumar montos está claro que Rafael Uribe Noguera se enfrenta al pago de una indemnización multimillonaria, y que en lo penal le esperan largos años en prisión, al final lo único que vale es que este atroz crimen no quede en la impunidad.

@alexmarin55
@dicaduran

Tomado de:El Espectador.com

Amenazan a monseñor Darío de Jesús Monsalve, arzobispo de Cali
FOTO COLPRENSA
COLPRENSA | PUBLICADO HACE 18 MINUTOS

El Arzobispo de Cali, monseñor Darío de Jesús Monsalve denunció que fue amenazado de muerte las últimas horas cuando se encontraba en la Casa Arzobispal, ubicada en el centro de Cali.

Las intimidaciones fueron hechas al prelado a través de un panfleto en el que se puede leer: “Muerte a las Farc, a Santos y a los clérigos comunistas” y que fue lanzado por debajo de la puerta de la Casa Arzobispal.

Por el mensaje, se presume que dichas amenazas se deben al papel activo que tenido el Arzobispo de Cali en los diálogos de paz entre el Gobierno Nacional y las Farc; además de su labor en los acercamientos con el Eln.

En este último proceso, el prelado fue nombrado como coordinador de la comisión de obispos que acompaña los diálogos. Su designación fue hecha por el presidente de la Conferencia Episcopal de Colombia, monseñor Luis Augusto Castro Quiroga.

A pesar de las amenazas, monseñor Darío de Jesús Monsalve manifestó que se encuentra tranquilo y que pondrá en conocimiento de las autoridades la situación para que se investigue el origen de las intimidaciones.

El general Nelson Ramírez, comandante de la Policía Metropolitana de Cali, manifestó que “ya estamos estableciendo contacto con Monseñor para la denuncia e iniciar una ruta de atención a esa amenaza para iniciar la investigación y establecer de dónde proviene la misma”.

Más acciones del Arzobispo de Cali en pro de la paz

Monseñor Darío de Jesús Monsalve fue uno de los facilitadores del acto de perdón que se cumplió entre los familiares de los diputados del Valle que fueron secuestrados y asesinados por las Farc con varios miembros de dicha guerrilla el 2 y 3 de diciembre pasados.

Además, antes del plebiscito, mostró su apoyo al mecanismo de refrendación de los acuerdos entre el Gobierno Nacional y las Farc y aseguró que “todo ciudadano honesto daría su voto por el Sí a los acuerdos no solo a los que se llegaran con las Farc sino con el Eln”.

Dichas declaraciones estuvieron en el centro de la polémica y muchos manifestaron que el Arzobispo de Cali debía retractarse, no obstante, él se mantuvo en su posición.

Incluso después de los resultados del plebiscito, donde el No se impuso en las urnas, el prelado aseguró que no estuvo de acuerdo con la posición que tuvo la Iglesia católica en el proceso refrendatorio.

Tomado de:El Colombiano.com 

La frontera necesita respeto y Santos lo debe exigir

Foto:César Obando

El sábado, seis días después de que las autoridades bolivarianas hubiesen decidido clausurar nuevamente el paso por los puentes internacionales que comunican a Colombia con Venezuela, las autoridades de Norte de Santander alzaron su voz de protesta, por lo que consideran un atropello y una falta de respeto.

Según Maduro, en la capital fronteriza están represados más de $2 billones de bolívares por las mafias.

Las casas de cambio de Cúcuta y el comercio de la región, son, según Maduro, los principales responsables de un ataque a la economía de su país, que incluye el acaparamiento de bolívares y la especulación del precio del dólar paralelo. De acuerdo con sus palabras, en la capital fronteriza están represados más de $2 billones de bolívares por las mafias.

También: Comerciantes de El Escobal no reciben bolívares.

Precisamente, esta fue una de las razones del país vecino para sacar de inmediato los billetes de 100 bolívares del mercado, lo cual generó una nueva crisis en su país y además, afectó a comerciantes colombianos que estaban vendiendo productos a los venezolanos.

La propuesta en este caso para ayudar a los comerciantes es que el Banco de la República de Colombia compre los bolívares que se quedaron en el mercado local producto de las transacciones legales. “De esta manera se evitarían pérdidas a los comerciantes que actuaron de buena fe recibiendo los bolívares y si son pocos nos quitaríamos el cuento de que en Cúcuta se estaban quedando los bolívares que están  desestabilizando a Venezuela (…) Nos hicieron trampa, nos pidieron que les vendiéramos, lo hicimos y ahora que tenemos la plata no la reciben”, precisó el diputado Pedro Mora.

La otra solicitud del comunicado es que Santos y su equipo de trabajo fijen por fin una posición frente a la frontera y Cúcuta. En relación a la frontera, porque aunque es una decisión soberana de un presidente cerrarla o abrirla, ya es hora de que Colombia establezca condiciones para la apertura de la misma y no estar sujetos a lo que se defina al otro lado de la línea limítrofe.

Lea la versión completa en La Opinión.com, de Cúcuta.