Crculo de Periodistas de Bogot
‘El sol de la paz brilla, por fin, en el cielo de Colombia’: Santos

En un emotivo momento del discurso, Santos rindió homenaje a las víctimas del conflicto con Farc.

Por: ELTIEMPO.COM | 11:58 a.m. | 10 de diciembre de 2016

«…Las víctimas también fueron el centro de esta entrega del Premio Nobel. De hecho, el momento más emotivo de la jornada fue cuando el mismo presidente Santos les pidió que se pusieran de pie, y el auditorio estalló en aplausos para un grupo de víctimas que representan los dolores de Colombia: el secuestro, la muerte y el desplazamiento, entre otros. 

«El profesor Ronald Heifetz, fundador del Centro de Liderazgo de la Escuela Kennedy de Gobierno de la Universidad de Harvard, de donde me gradué, me dio un sabio consejo: cuando se sienta desanimado, cansado, pesimista, hable siempre con las víctimas. Son ellas las que le darán ánimo y fuerzas para continuar. Y así ha sido. Siempre que pude, hablé con las víctimas de esta guerra y escuché sus desgarradoras historias. Algunas de ellas están aquí hoy, recordándonos por qué es tan importante que construyamos una paz estable y duradera«, indicó Santos.

Leyner Palacios.

El Jefe de Estado hizo énfasis en el caso de Leyner Palacios, una de las víctimas invitadas a la ceremonia, y quien padeció el flagelo de perder a 32 familiares, incluidos a sus padres y a tres hermanos, en la masacre de Bojayá en mayo de 2002

«Este premio pertenece a los negociadores»

En efecto, el pasado 24 de noviembre el presidente Santos y el jefe máximo de las Farc, Rodrigo Londoño, alias Timochenko, firmaron en el teatro Colón de Bogotá el Nuevo Acuerdo de Paz que contenía una amplia mayoría de las propuestas que sectores del ‘No’ y desde otras diversas orillas políticas fueron enviadas para incorporar en el texto.

Firma del nuevo acuerdo, en el Teatro Colón. Foto:El Pilón.co

El nuevo acuerdo, como se le conoce desde ese momento, ya fue refrendado por el Congreso y desde hace 10 días inició su implementación, aún a la espera de cuál será el modo en el que se realizarán las leyes que lo sustentan.

«Este premio pertenece también a los hombres y mujeres que, con enorme paciencia y fortaleza, negociaron en La Habana durante todos estos años.Ellos lograron un acuerdo que hoy podemos ofrecer como modelo para la solución de los conflictos armados que subsisten en el planeta. Y me refiero tanto a los negociadores del Gobierno como a los de las Farc –mis adversarios–, que demostraron una gran voluntad de paz. Yo quiero exaltar esa voluntad de abrazar, de alcanzar la paz, porque sin ella el proceso hubiera fracasado», expresó.

Santos mencionó a Bob Dylan, también galardonado en esta edición con el Premio Nobel de Literatura, y recordó una de las frases que, según el Presidente, conmovió «a quienes fuimos jóvenes entonces».

“¡Cuántas muertes más serán necesarias hasta que comprendamos que han muerto demasiados! La respuesta, mi amigo, va volando con el viento”.

Versión completa en El Tiempo.com

El fast track en la agenda de Uribe y Santos

Foto tomada twitter Alvaro Uribe

CD PIDE A CORTE NO APROBAR ESE MECANISMO

El Centro Democrático continúa en el propósito de advertir a la comunidad internacional acerca de los efectos que puede tener en caso de que la Corte Constitucional apruebe el Fast Track. Por ello el expresidente y senador Álvaro Uribe viajó a los Estados Unidos a dialogar con los diferentes estamentos y dirigencia política de los norteamericanos.

Aparte de esta gira desarrollada por el exmandatario también le enviaron una misiva a la Corte Constitucional firmada por varios miembros de la bancada del Centro Democrático.

“Se transmiten a la Corte fundamentalmente dos ideas. En primer lugar, que los acuerdos presentados por el Gobierno nacional, producto de una supuesta renegociación, son estructuralmente los mismos, razón por la cual se está ignorando un pronunciamiento popular legítimo tal y como fue el del pasado 2 de octubre; y segundo, que la refrendación de los acuerdos llevada a cabo la semana pasada en el Congreso de la República a través de una proposición, no se adecúan a lo dispuesto en el artículo 5º del Acto Legislativo 01 de 2016 ni a lo dicho por la Corte Constitucional en Sentencia C-379 de 2016”, dicen en la carta.

De la misma manera señala que “como es bien sabido, la Corte Constitucional en Sentencia C-379/16 (sentencia que aprobó el plebiscito por la paz) le otorgó fuerza vinculante a la votación desfavorable del plebiscito del 2 de octubre del presente año. En aquella oportunidad dispuso reglas jurisprudenciales claras sobre los parámetros que debían respetar los nuevos acuerdos, reglas que hoy no pueden ignorarse y/o cambiarse en virtud de un resultado desfavorable inesperado por el ejecutivo”.

Señala que “no basta con reformas inocuas o superfluas, sino que su nueva forma debe responder a las exigencias populares que impidieron la continuidad del proceso. No hacerlo desagravia el poder soberano del pueblo, al sistema democrático y representa una burla a los principios fundamentales que rigen el ordenamiento jurídico colombiano”.

La refrendación

Respecto de la refrendación por parte del Congreso de la República, se puede leer en el documento que “lo pretendido por el Gobierno no es otra cosa que desconocer el principio de democracia participativa y soberanía popular, pues la imposición al Pueblo de un marco normativo que desaprueba no solo deslegitima su actuar y su gobierno, sino que también es una afrenta grave a los cimientos del constitucionalismo colombiano”.

“El constituyente primario es la base de la estructura democrática, política y la fuente originaria de las instituciones jurídicas y gubernamentales de este Estado Social Democrático y de Derecho, por ende no debe desconocerse la real dimensión del daño que ocasionaría esta autoritaria y arbitraria decisión del Ejecutivo, auspiciada por las mayorías en el Congreso, lo cual no es otra cosa que un golpe de estado al reemplazar la estructura vigente por un régimen que desconoce los principios en que se funda la democracia”.

“Como suprema guardiana de la Carta Política, rogamos a la Corte Constitucional valorar los argumentos que expresan las preocupaciones de millones de ciudadanos que, estupefactos, estamos asistiendo al desconocimiento flagrante del mandato popular que dentro de las reglas democráticas invalidó el acuerdo de paz suscrito entre el Gobierno y las Farc, y que la misma Corte Constitucional en Sentencia C-379 de 2016 condicionó la firma y aprobación de un nuevo acuerdo a la refrendación popular por vía directa”, concluye la misiva.

Más advertencia

Horas antes de enviar esta misiva, Uribe Vélez en una rueda de prensa manifestó que “argumentan que necesitan el Fast Track para aprobar la Justicia Especial; no es cierto, por vía ordinaria se han aprobado leyes transicionales como la de Justicia, Paz y Reparación, y también Normas Constitucionales. Lo que quieren es no debatir, no modificar y anular posibilidades de acciones futuras de inexequibilidad”.

Solamente el pueblo o la Constituyente que él mismo elija, puede cambiar el procedimiento de reforma de la Constitución. Por eso la aplicación del Fast Track quedó condicionada a que el plebiscito tuviera mayoría. No puede entenderse que el Congreso modifique la Constitución a través del procedimiento abreviado del Fast Track, que él mismo estableció, pero con la condición no cumplida del plebiscito aprobatorio”.

Agregó que “muchos congresistas expresaron que cuando votaron positivamente la proposición de refrendación de los acuerdos lo hicieron con conciencia del alcance político exclusivo, nunca con la pretensión de sustituir la aprobación popular necesaria para el Fast Track. Las leyes o Normas Constitucionales que se aprueben por Fast Track, tendrán control único Constitucional, esto es, se recorta la garantía ciudadana de demandar, una o varias veces, la inexequibilidad de estos textos jurídicos. Las acciones contra los decretos presidenciales tendrán escasos dos meses para presentarlas. Sin embargo, todo proyecto de decreto, ley o Norma Constitucional, deberá contar con el visto bueno previo de una comisión paritaria con Farc”.

Y recalcó, “Mientras egos y temores del Gobierno, con burla de la decisión popular, gestionan Fast Track, voceros de Farc amenazan con expropiación a la industria azucarera, campeona mundial de productividad, y anuncian que su Tribunal de impunidad encarcelará a quienes fueron sus extorsionados y secuestrados, y a quienes evitaron el triunfo de su narco terrorismo”.

Desde el Gobierno

El presidente de Colombia y Premio Nobel de Paz, Juan Manuel Santos, expresó desde Oslo su confianza en que el lunes próximo la Corte Constitucional dé su visto bueno al procedimiento legislativo rápido, Fast Track, para desarrollar en el menor tiempo posible el acuerdo suscrito con las Farc.

“Se ha firmado la paz, ha sido refrendado por el Congreso con una amplísima mayoría y en este momento procederemos con su implementación”, explicó el Mandatario en su declaración previa a la rueda de prensa efectuada en el Instituto Nobel.

En ese orden de ideas el Jefe del Estado dijo: “Yo espero que el próximo lunes la Corte Constitucional de Colombia le dé su bendición al procedimiento de vía rápida, el ‘Fast Track’, con el fin de implementar el acuerdo lo más rápido posible”.

Así mismo, el Presidente indicó que “una cosa que parecía un sueño imposible para los colombianos, todos los americanos y todos los ciudadanos del mundo, es ahora una realidad porque las Farc ya se están desplazando hacia las zonas donde se concentrarán y entregarán sus armas”.

Solicitud de la Procuraduría

La Procuraduría le pidió a la Corte Constitucional que se declare inhibida para emitir un pronunciamiento sobre el artículo quinto del Acto Legislativo para la Paz, que está relacionado con la refrendación popular para activar la entrada en vigencia del ‘Fast Track’ y de las facultades especiales otorgadas al Presidente de la República.

La procuradora encargada, Marta Castañeda, expresó que «hay falta de certeza» en los argumentos presentados por parlamentarios del Centro Democrático para tumbar el artículo quinto.

Sin embargo, advierten que la refrendación popular, con efectos políticos y no normativos, puede hacerse a través de mecanismos «democráticos participativos» como un plebiscito, o «democráticos representativos» como el Congreso, las Asambleas departamentales o los concejos municipales o distritales, como instancias legítimas representativas de los ciudadanos».

Tomado de:El Nuevo Siglo.com

“La paz parecía un sueño imposible”: Santos al recibir el Nobel
Foto:archivo de El Espectador

«Dedico, igualmente, este premio a los héroes de las Fuerzas Armadas de Colombia. Ellos nunca han dejado de proteger al pueblo colombiano»: Santos en el ayuntamiento de Oslo. 

El presidente aceptó en nombre de las víctimas el premio que ayudó a rescatar el acuerdo con las FARC. Exaltó el proceso colombiano como una culminación de anteriores esfuerzos de paz en el mundo.

“He sido líder en tiempos de guerra y he sido líder para hacer la paz”, proclamó este sábado al recibir el premio Nobel de Paz el presidente Juan Manuel Santos, quien como ministro de Defensa de Álvaro Uribe golpeó sin cuartel a las FARC y como gobernante firmó la paz con esa guerrilla.

“Es insensato pensar que el fin de los conflictos sea el exterminio de la contraparte”, dijo Santos al recordar que su experiencia le ha enseñado que es mucho más difícil hacer la paz que hacer la guerra. “La victoria final por las armas –cuando existen alternativas no violentas– no es otra cosa que la derrota del espíritu humano”.

Le puede interesar: Colombia recibe un Nobel eclipsado por las tragedias

En sus palabras, Santos exaltó la negociación colombiana como una suerte de culminación, de síntesis, de los esfuerzos de paz anteriores en el mundo, posible gracias a la participación y la experiencia de muchos ganadores del Nobel en ediciones anteriores.

“Los esfuerzos de paz en el Medio Oriente, en Centroamérica, en Sudáfrica, en Irlanda del Norte, cuyos artífices han recibido este galardón, nos mostraron el camino para avanzar en un proceso a la medida de Colombia”, subrayó.

Mencionó el legado de Jody Williams para prohibir las minas antipersonal, así como el respaldo de la Unión Europea y el presidente estadounidense Barack Obama, laureados en ediciones recientes. También mencionó a Malala para enfatizar la importancia de la educación, y al exvicepresidente de Estados Unidos Al Gore para referirse a los esfuerzos por proteger el planeta y los dividendos ambientales que traerá la paz en Colombia.

Le recomendamos: El largo camino hacia la paz

“Hay que estar dispuestos a tomar decisiones difíciles, audaces, muchas veces impopulares, para lograr el objetivo final de la paz”, dijo el mandatario.

“El acuerdo de paz en Colombia es un rayo de esperanza en un mundo afectado por muchos conflictos y demasiada intolerancia”, sentenció.

También sorprendió al aprovechar la ocasión para urgir ante una audiencia global a «replantear la guerra mundial contra las drogas», un punto que ya ha defendido en diversos foros internacionales, ante la evidencia de que «no se ha ganado ni se está ganando».

Santos recibió el Nobel en nombre de más de 8 millones de víctimas y desplazados por el conflicto armado en Colombia, y en la ceremonia lo acompañó un grupo en su representación.

El presidente destacó a Leyner Palacios, víctima de la masacre en la iglesia de Bojayá, donde murieron cerca de 80 personas y Leyner perdió a 32 familiares. “Las FARC han pedido perdón por este hecho atroz, y Leyner, que ahora es un líder comunitario, los ha perdonado”, señaló Santos.

También puede ver: “Un vuelo pacífico sobre el Atlántico”

También exaltó la voluntad de paz tanto de los negociadores del Gobierno como de las FARC, y dedicó el premio a las Fuerzas Armadas, que “entendieron muy bien que la verdadera victoria del soldado y del policía es la paz”.

Asimismo, agradeció a la comunidad internacional, al pueblo noruego y a todos los países que apoyaron el dilatado proceso de paz, entre ellos los garantes (Noruega y Cuba), los acompañantes (Chile y Venezuela), Estados Unidos y la Unión Europea, que nombraron enviados especiales.

“La paz parecía un sueño imposible”, remarcó Santos al inicio de su discurso, “pues muy pocos –casi nadie– recordaban cómo era vivir en un país en paz”. Pero luego de seis años de intensas negociaciones “el pueblo de Colombia está haciendo posible lo imposible”. La guerra ha terminado, declaró con solemnidad.

Hace apenas dos meses llegó el estrecho triunfo del No en el plebiscito que debería haber refrendado el acuerdo original entre el Gobierno y las FARC, recordó el mandatario, un resultado que nadie imaginaba.

Foto: AFP, en Semana.com

Santos recurrió a una de las citas más célebres de Gabriel García Márquez, el único colombiano que había recibido un Nobel hasta este sábado, para explicar el limbo en que cayó el país: “Era como si Dios hubiera resuelto poner a prueba toda capacidad de asombro, y mantuviera a los habitantes de Macondo en un permanente vaivén entre el alborozo y el desencanto, la duda y la revelación, hasta el extremo de que ya nadie podía saber a ciencia cierta dónde estaban los límites de la realidad”.

El Gobierno echó a andar un proceso de diálogo nacional con los del No, los del Sí y los que no votaron, repasó Santos. Apenas cuatro días después del plebiscito se produjo el igualmente sorpresivo anuncio del premio Nobel de Paz, y “llegó como un regalo del cielo”, dijo.

“En un momento en que nuestro barco parecía ir a la deriva, el Premio Nobel fue el viento de popa que nos impulsó para llegar a nuestro destino: ¡el puerto de la paz!”. El nuevo acuerdo refrendado hace pocos días en el Congreso permite afirmar que termina el conflicto armado más antiguo del hemisferio, aseguró. América, desde Alaska hasta la Patagonia, es una zona de paz.

“El sol de la paz brilla, por fin, en el cielo de Colombia”, concluyó. “¡Que su luz ilumine al mundo entero!”.

Tomado de: Semana.com

Juan Manuel Santos, tras recibir el Nobel de la Paz: “Hay una guerra menos en el mundo y es la de Colombia»

Juan Manuel Santos recibe el premio Nobel de la Paz. 

H. K. (EFE) REUTERS-QUALITY

El presidente dedica el galardón a las víctimas del conflicto con las FARC, aunque al acto de Oslo no fue invitada la guerillla

JAVIER LAFUENTE

No habían pasado siquiera cinco días del rechazo de los colombianos al acuerdo de paz entre el Gobierno y las Farc en el plebiscito, el 2 de octubre, cuando el país, sumido en la incertidumbre, amaneció con la noticia de que su presidente, Juan Manuel Santos, era galardonado con el Nobel de la Paz. Un punto de inflexión para el proceso de paz y de respaldo al mandatario, como recordó este sábado tras recibir el premio en Oslo: “En un momento en que nuestro barco parecía ir a la deriva, el premio fue el viento de popa que nos impulsó para llegar a nuestro destino: ¡el puerto de la paz!”.

En la capital noruega, la misma ciudad donde hace poco más de cuatro años se iniciaron formalmente las negociaciones entre el Gobierno y la guerrilla de las FARC, Santos volvió a constatar el apoyo de la comunidad internacional hacia el proceso de paz en Colombia. El respaldo exterior contrasta, sin embargo, con el desgaste con el que el país transita hacia la paz. En los dos meses que han pasado entre la concesión del premio y la entrega, el Ejecutivo y las FARC lograron un nuevo acuerdo. No obstante, el texto tampoco satisfizo a los partidarios del ‘no’, agudizó la fractura entre las élites políticas y acrecentó la desafección hacia el proceso entre los colombianos. Además, en este tiempo se han producido otras noticias que han opacado la entrega del galardón: el país ha visto cómo los asesinatos de líderes sociales han aumentado; la implementación del acuerdo era, efectivamente, tan difícil como se aventuraba; un avión se estrellaba dejando 71 muertos y una niña indígena de siete años era raptada, violada y asesinada por un arquitecto de 38 años, un crimen que ha primado sobre cualquier otra noticia la última semana.

En un discurso cargado de referencia al Macondo de Gabriel García Márquez –el otro Nobel colombiano-, Bob Dylan, Alfred Nobel o Malala, Santos hizo hincapié en que, más allá de su figura, el galardón era un reconocimiento a las más de ocho millones de víctimas que ha dejado la guerra de Colombia durante 52 años, a quienes agradeció su apoyo en estos años. “Las víctimas quieren la justicia, pero más que nada quieren la verdad. Mientras muchos que no han sufrido en carne propia el conflicto se resisten a la paz, son las víctimas las más dispuestas a perdonar, a reconciliarse, y a enfrentar el futuro con un corazón libre de odio”, aseguró el presidente, ante la mirada de algunas víctimas a las que invitó al acto, como la exsenadora y excandidata presidencial Íngrid Betancourt, secuestrada durante más de seis años por las FARC; la congresista Clara Rojas o el escritor Héctor Abad Faciolince, a cuyo padre asesinaron los paramilitares. La mención que Santos hizo del caso de Leyner Palacios, también presente, víctima de la masacre de Bojayá, donde murieron en 2002 casi 80 personas por un atentado de las FARC, fue uno de los momentos más emotivos del acto.

Santos agradeció el esfuerzo de los negociadores del Gobierno, presentes la mayoría de ellos en la ceremonia de Oslo, y a los miembros de las FARC, “que demostraron una gran voluntad de paz. Quiero exaltar esa voluntad de abrazar, de alcanzar la paz, porque sin ella el proceso hubiera fracasado”. Pese a ser la contraparte de la negociación, ningún guerrillero fue invitado al acto de Oslo. Sí lo fueron personas cercanas a las FARC, como el exministro conservador Álvaro Leyva, el senador Iván Cepeda y el abogado de la guerrilla, el español Enrique Santiago. Solo Leyva acudió a la capital noruega. Entre los invitados se encontraban también el expresidente colombiano Ernesto Samper y el exmandatario español Felipe González.

Santos, que fue ministro de Defensa de su antecesor y hoy principal oponente, Álvaro Uribe, que asestó los más duros golpes a las FARC incluso en medio de las negociaciones, admitió que “es insensato pensar que el fin de los conflictos sea el exterminio de la contraparte”. “La victoria final por las armas no es otra cosa que la derrota del espíritu humano. El primer paso, uno crucial, fue dejar de ver a los guerrilleros como enemigos, para considerarlos simplemente como adversarios. Hay que estar dispuestos a tomar decisiones difíciles, audaces, muchas veces impopulares, para lograr el objetivo final de la paz. Esto significó, en mi caso, acercarme a gobiernos de países vecinos con quienes tenía, y aún tengo, profundas diferencias ideológicas”, aseguró Santos, en clara referencia a Venezuela, país acompañante de las negociaciones, donde las FARC tuvieron su santuario y se resguardaron durante años. Una reunión entre el presidente colombiano y el fallecido Hugo Chávez, al poco de asumir el primero su mandato, fue determinante para el desarrollo de las conversaciones.

El presidente aprovechó su discurso para exigir, como ha hecho en otras ocasiones, la necesidad de replantear la guerra contra las drogas. “Tenemos autoridad moral para afirmar que, luego de décadas de lucha contra el narcotráfico, el mundo no ha logrado controlar este flagelo que alimenta la violencia y la corrupción en toda nuestra comunidad global”, aseguró Santos, antes de concluir: “La forma como se está adelantando la guerra contra las drogas es igual o incluso más dañina que todas las guerras juntas que hoy se libran en el mundo. Es hora de cambiar nuestra estrategia”.Juan Manuel Santos recibe el Nobel de la Paz, en imágenes

El Nobel y la envidia

La verdad es que no salgo de mi asombro al ver cómo para mucha gente, en Colombia, el premio Nobel de la Paz que este sábado recibe el presidente Santos es algo sin valor o a lo sumo de mediana valía, como si fuera un hecho banal que sucede con frecuencia y ante el cual el mundo permanece indiferente, cuando es justamente lo contrario: una de las pocas cosas que la entera comunidad de naciones reconoce, un valor universal que, además, supone para el país una segunda estrella (después del Nobel de Literatura) en ese palmarés planetario.
Por: Santiago Gamboa

Pero es normal si vemos que detrás de ese intento de desprestigiar al Nobel están los mismos que han estado saboteando cada uno de los peldaños del proceso de paz, y que hoy podemos definir como los del Nunca. Como es su costumbre, hicieron una intensa campaña de desinformación —parecida a la del plebiscito— basada sobre todo en la ignorancia y la falta de cultura y educación, pero esta vez motivada por uno de los sentimientos más perturbadores y negativos que pueden invadir el espíritu humano, el que mayor bilis negra requiere y que, según se dice, en Colombia abunda, que es la envidia. No me consta que aquí se sienta más envidia que en otras partes, pues descreo de esas teorías que intentan establecer “caracteres nacionales” (que somos los más felices o los más astutos o los más tontos), pero no me cabe duda de que en las filas de la oposición de ultraderecha, es decir el Centro Democrático y en concreto el senador Álvaro Uribe, este sábado se tragará mercurio cromo de la envidia, y esto corroerá sus intestinos y les hará sentir un sabor agrio en la boca cuando se abalancen sobre los asados o almuerzos sabatinos o se tomen esos primeros traguitos previos a la celebración de la Novena. Supongo que la mayoría permanecerá por prescripción médica lejos de los televisores, pero tendrán a su gente estudiando cada palabra de lo que se diga y del discurso de Santos para, luego, después de un buen canelazo y cuando hayan terminado de cantar el “Ven a nuestras almas, Jesús, ven, ven”, empezar la cotidiana labor de menoscabar, rebajar, denostar, injuriar y envilecer este premio, que en términos de algunos fue comprado por el comunismo mundial para Santos, demostrando en cada una de sus disparatadas objeciones no sólo su grosería y necedad, sino sobre todo su ignorancia.

Ya he escrito en esta columna que Aristóteles definió la envidia como el “dolor ante el bien ajeno”, y por eso, ante un Nobel que fue conferido al presidente, pero que es un claro reconocimiento a Colombia y a sus víctimas, a su capacidad de reaccionar ante la insensatez, el hecho de que algunos políticos se dejen carcomer por la multiforme envidia y lo rechacen con argumentos necios es, aparte de una actitud infantil, una bofetada al propio país que está siendo reconocido universalmente y al que ellos, por absurdo, anhelan con avidez volver a representar. ¡Cuánto no daría el supuesto Gran Colombiano por estar ahí, de frac, recibiendo la medalla! ¡Con cuánta energía intentaron sabotear, combinando todas las formas de lucha, para que ese premio no recayera en Colombia y no le fuera conferido a Santos! Sólo les deseo que en sus botiquines finqueros haya Mylanta, eficaz contra la acidez de estómago.

Tomado de:El Espectador.com

Un crimen atroz

La noticia nos llenó de indignación y le dio la vuelta al mundo: un joven de la alta sociedad bogotana violó y asesinó a una niña indígena de siete años.

Por: Hernando Gómez Buendía

La actuación del presunto criminal resulta incomprensible, y las reacciones de la gente y de los dirigentes nos remiten a cuestiones muy profundas acerca de qué es un ser humano… y acerca del país donde vivimos.

El único aspecto comprensible de este suceso atroz fue la indignación que todos sentimos. La violación-asesinato de Yuliana fue una bofetada a casi todos los valores primitivos y esenciales de la especie humana —los tabúes, el sexo, la niñez, el honor, la familia, el poder, la indefensión…—. Este crimen es una afrenta personal a cada uno de nosotros y el sentir rabia es el modo natural, diría que automático, de reafirmarnos como seres humanos.

Pero por eso mismo la indignación es parte del suceso, y como tal no necesariamente ayuda a comprenderlo… ni a remediar el daño. Así es que quedan solo las cuestiones profundas que han debido salir a la luz en este caso:

—La cuestión insoluble de la responsabilidad penal. ¿Será que el criminal actuó de modo deliberado y libre como exige la ley, o será que la misma atrocidad de su conducta indica que en efecto ese acto no fue “libre”? Pues cada vez que se condena —o que se absuelve— a alguien por cualquier delito, el Estado en nombre de nosotros está haciendo un juicio que nadie más que un dios podría formular.

—La cuestión complicada de la prevención. Apellidos distinguidos, educación de elite, inexistencia de antecedentes penales, secuestro a la luz del día, captura-entrega sin mucha planeación…Este crimen no se le puede achacar a la pobreza, ni a la mala educación, ni al descuido de la víctima o de las autoridades. No cabe en los modelos de prevención “social” o “situacional” del delito.

Lo cual remite a una doble y difícil tarea para cualquier sociedad. La de admitir su impotencia: hay crímenes que no se pueden prevenir. Y la de aprender a razonar desde la lógica estadística: las políticas públicas deben basarse en probabilidades, no en hechos particulares, por llamativos o escandalosos que sean.

—La cuestión asociada —y acuciante— de para qué es la política. Como muestra el debate sobre parejas gay, aquí y en todo el mundo la política no se limita a resolver problemas sino a expresar valores o emociones y a reafirmar la superioridad moral de unos sobre otros. Pues este crimen atroz fue un motivo perfecto para ejercer en Colombia esta forma de política simbólica.

—La cuestión indecorosa del político. Discursos del presidente y del alcalde, amenazas del fiscal, llamado a la reforma constitucional, proyectos de ley, pena de muerte, cadena perpetua, castración química… Explosión previsible de la política simbólica, pero también del populismo punitivo que todo lo confunde y no resuelve nada.

—La cuestión lamentable de los periodistas que simplemente actuaron como buitres.

—Y la cuestión moral de un país indignado que reclama el castigo implacable para este crimen repulsivo al mismo tiempo que encubre, o que ignora o que perdona las violaciones y los asesinatos de otras muchas Yulianas en esta noche triste que es la historia de Colombia.

*Director de la revista digital Razón Pública.

Tomado de: El Espectador.com

Voy a violarte, baby

Las circunstancias del asesinato de Yuliana Samboní han estremecido un país en el que no escasea la ignominia. El estrato del asesino, su sadismo y la edad de la víctima le dan al caso un perfil muy atractivo para los medios e inédito para los anales del crimen.

Por: Julio César Londoño

Cuesta creer que un ser humano sea capaz de cometer un hecho tan atroz. Podemos tranquilizar la conciencia social pensando que se trata de un (1) individuo defectuoso, sí, pero ¿cómo explicar que haya recibido la colaboración de muchas personas perfectamente normales?

Por ejemplo la hermana del asesino, que lavó el cuerpo de la niña con agua y luego lo ungió con aceite para camuflar los fluidos del asesino y confundir al legista. Por ejemplo el hermano abogado, que sugirió el uso del aceite y le aconsejó a Rafael que se metiera cuatro pases de cocaína para provocar una taquicardia y ser internado en una clínica.

A propósito, el “atenuante” de que el sujeto estaba drogado es ridículo. En el mundo hay miles de millones de sujetos que usamos estimulantes y no violamos ni asesinamos niñas ni mujeres. El que es caballero sigue siéndolo aunque se tome diez copas. El guache es guache aunque solo tome agüita de valeriana.

Una duda: ¿los Uribe Noguera son una familia o un colectivo que opera en concierto para delinquir? Parecen un equipo perfectamente sincronizado, con roles bien asignados: hay un señor violento que viola, golpea y asfixia; hay una señora fría que manipula la escena del crimen, y un intelectual que los asesora y se encarga de la coartada, los detalles técnicos y las sustancias adecuadas.

Cómo entender que en una clínica, donde la atención es lenta para cualquier paciente que no esté clasificado como triage uno o dos, vuelen a internar al asesino en la UCI y le practiquen un proceso delicado, un cateterismo expres, sin necesitarlo. ¿Cuántos días y trámites debe cumplir un enfermo real para recibir estos cuidados? ¿Cuántos han muerto sin recibirlos porque les faltó un sello o unos pesos? La clínica incurrió en una práctica criminal de complicidad por encubrimiento al proporcionale al asesino excusas conducentes a impedir su captura y coartadas para atenuar su responsabilidad.

Cómo entender que algunos medios hayan tratado de ocultar la noticia y que luego insistan en que el asesino es un “prestante arquitecto” y la víctima una “indígena desplazada”.

Todavía falta la cereza del pastel: la colaboración de la sociedad, la aprobación popular de canciones que cosifican la mujer como objeto puramente sexual, en el mejor de los casos, o como saco de boxeo, en el peor, o ambas cosas, el combo completo: “A ella le gusta que le den duro y se la coman” (Jiggy Drama).

“Si sigues con esa actitud voy a violarte, así que no te pongas alzadita” (Jiggy Drama).

“Ella se vuelve loca cuando le meto agresivo, cuando la cojo por el pelo, la pego a la pared y le digo que la voya a mandar pa’ intensivos”. (Alex y Fido).

Este tipo de joyas líricas pululan en el reguetón. Las niñas se las saben de memoria y las cantan como loritas. Sus padres les pagan la boleta para los conciertos de Maluma, el ídolo reguetonero, y los más ricos lo contratan para celebrar los 15 de la niña.

En nuestras narices, estos ídolos “sado” están avalando socialmente el maltrato a la mujer. Ellos venden mierda explosiva y nosotros la compramos sin chistar.

Si estas son las partituras de la educación sentimental de los niños, y la sociedad quiere madurarlos biches con reinados infantiles y moda precoz, y los adultos son una suerte de coreografía zombie que ni oye, ni ve, ni entiende, lo raro es que no haya millares de Yulianas en los cementerios. O quizá las hay y nadie, ni los atareados medios, ni sus zombies padres, se han enterado.

Tomado de:El Espectador.com

Último adiós a Yuliana Samboní, en El Tambo (Cauca)

En la vereda El Tambo velaron a Yuliana desde la noche del jueves. Hoy será su entierro. / Cortesía

El sepelio, que estaba previsto para la 1:00 de la tarde de ayer, comenzó a las 5:00 de la tarde, minutos antes de que llegara la madre de la pequeña, que se encontraba hospitalizada en Popayán.

Por: Alexánder Marín Correa
En Twitter: @alexmarin55

El féretro de Yuliana Samboní lo despidieron con honores en el corregimiento Los Milagros (Cauca). Pasadas las 3:00 de la tarde de este jueves, luego de que una ambulancia partiera con la madre de la pequeña rumbo a un hospital en Popayán, la caravana fúnebre siguió su camino. Estaba lloviendo, y aunque las carreteras se vuelven lodazales, el invierno no detuvo el viaje de regreso.

Fue un recorrido corto. Era el último tramo. Veinte minutos. “Mucha gente nos acompañó hasta la salida del caserío y mucha gente nos recibió en la vereda”, relató Álex Benavides, amigo de Juvencio, el padre de la niña. A las 4:00 p.m. llegaron directo a la escuela rural de El Tambo, donde la esperaba un homenaje más, con banderas, globos y carteles rechazando su crimen. No sólo estuvieron los 500 vecinos de la vereda, sino de corregimientos cercanos.

Yuliana estudió allí porque el año pasado su padre la dejó al cuidado de una tía. “Por su trabajo, por no dejarla mucho tiempo sola en su casa en Bogotá, Juvencio la dejó acá en la vereda. Era por protegerla. Este año se la volvió a llevar, pero mire lo que ocurrió. Es una tragedia”, agregó.

En la escuela estuvieron hasta las 5:00 de la tarde. De allí, con el féretro al hombro, caminaron hasta la humilde casa de los Samboní para velarla toda la noche. En uno de los corredores, sobre una mesa, ubicaron el ataúd, que estaba cubierto con una bandera de Colombia y una corona de flores. Alrededor, carteles con mensajes. “Todos somos Yuliana. Que tu muerte no quede impune”. “Hoy en el cielo Dios abre sus puertas en par para ti. Tu marcha nos une, no sólo a los que te conocieron, sino a toda Colombia. Nos unimos al dolor de la familia Samboní Muñoz”.

La familia nunca estuvo sola. “Esa es la evidencia de que la comunidad está consternada y adolorida. Una cosa de estas jamás nos había pasado. Hay mucho dolor”, dijo Benavides.

Las exequias estaban previstas para ayer al mediodía y todo estaba dispuesto en la capilla de la vereda para la misa y, luego, salir al camposanto. Sin embargo, el padre de Yuliana pidió que aplazaran todo. Nelly Muñoz, madre de la niña y quien el jueves fue remitida desde el corregimiento Los Milagros a un hospital en Popayán, insistió en regresar para el entierro de su hija.

A pesar de sus cinco meses de embarazo y su delicado estado de salud, ninguna recomendación médica la hizo desistir de acompañarla. Pasadas las 5:00 de la tarde llegó a la vereda, justo cuando empezaba la última eucaristía . Finalmente, Yuliana descansó en paz en la tierra que la vio nacer.

Tomado de:El Espectador.com

Hallan muerto al vigilante del edificio en donde fue encontrado el cadáver de la niña de siete años asesinada en Bogotá

Familiares de Yuliana reclaman justicia por su asesinato. AFP

Desde el lunes, en Colombia no se habla de otra cosa. Yuliana Andrea.El crimen de una niña indígena de 7 años que fue raptada, torturada y violada ha unido al país bajo el mismo reclamo, el de justicia. Rafael Uribe Noguera, el principal sospechoso, detenido bajpermanece o los delitos de feminicidio agravado, secuestro simple, tortura y acceso carnal violento. Mientras se desarrolla la investigación que determinará su culpabilidad, uno de los principales testigos del caso ha aparecido muerto este viernes. Se trata de Fernando Merchán, el hombre de seguridad del edificio en donde fue hallado el cuerpo de la niña y donde, según la Fiscalía, habría sido asesinada.

La Policía ha confirmado que Merchán dejó una carta y su cuerpo presenta cortes en el cuello y en las muñecas. Hasta ahora, el Instituto de Medicina Legal no ha confirmado la causa de la muerte, aunque las primeras versiones apuntan a un suicidio. El cuerpo sin vida del hombre fue encontrado por su hija en su casa en el sector del Tintal, en el sur de Bogotá.

La muerte del vigilante del edificio entra ahora como una pieza más en la investigación, en la que este viernes fueron citados para rendir interrogatorio dos de los hermanos del acusado que, según la Fiscalía, habrían intervenido en la alteración de la escena del crimen. La juez que lleva este caso ha reiterado que la menor fue untada con aceite y se intentó destruir la mayor cantidad de pruebas posibles. Ha señalado además que por la condición económica de la familia podrían interferir en el proceso, razón por la cual aseguró que Uribe Noguera debe permanecer en prisión hasta que el juicio termine.

“Lamentamos profundamente la muerte de Yuliana. Estoy profundamente confundido por ello», aseguró este viernes Francisco Uribe Noguera, quien habría estado junto con su hermana Catalina y su hermano Rafael con la víctima durante varias horas antes de dar aviso a las autoridades sobre el paradero de la menor.

Aunque ningún abogado quiso asumir la defensa de Uribe Noguera, le fue dispuesto un defensor de oficio que intentó impedir la medida de aseguramiento, al señalar que en sus 38 años de vida, el ahora señalado de asesinar a una niña de siete años, “no se había producido ninguna tacha en su personalidad” y que esta vez era la primera que se enfrentaba a una situación así. Los argumentos, sumados a la negativa de aceptar los cargos por parte del acusado, no fueron suficientes para la juez, que le dio más peso a las pruebas que presentó la Fiscalía.

La familia de Yuliana, que viajó el miércoles al Cauca para sepultar a la niña en el lugar en donde nació y de donde fueron desplazados hace cuatro años, ha reclamado que haya justicia y que la ley no permita que este caso quede en la impunidad debido a la condición económica de la víctima. Una petición que se ha escuchado en todo el país.

Tomado de:El País,de España.

“En Colombia hay gran desprecio por las mujeres y los niños”

Isabel Jaramillo, directora del doctorado de la Universidad de los Andes. Foto: Carlos Julio Martínez / Archivo particular.

Isabel Jaramillo, directora del doctorado de la Universidad de los Andes, asegura que el caso de Rafael Uribe Noguera es excepcional en medio de miles de registros en donde el agresor es de la familia. Asegura que la violencia sexual en el país es alarmante.

Cada detalle que se revela del crimen de Yuliana Samboní estremece al país. Expertos aseguran que este hecho debe trascender para examinar una sociedad en la que la tercera causa para que una persona vaya a la cárcel es el abuso contra menores de 14 años.

Isabel Cristina Jaramillo Sierra, doctora de Harvard en historia del derecho de familia, y experta en derecho y género de la Universidad de Los Andes, asegura que es un error pensar que el derecho penal puede resolverlo todo. Cuestiona ideas cristianas que creen que hay que salvaguardar la familia por encima del bienestar de las mujeres.

Semana.com: ¿Cómo entender lo que pasa en Colombia con casos tan aberrantes como este?

Isabel Jaramillo: El desprecio hacia las mujeres y contra los niños es muy alto y eso hace que sean víctimas de muchas agresiones. Con lo que sabemos podemos decir que es excepcional que un extraño le cause daño tan severo a un niño. Habitualmente ocurre que son sus propios padres los que los matan y los abusan sexualmente. ¿Por qué pasa esto en sociedades contemporáneas? Algunos estudios revelan que tiene que ver con que no se aprecia suficientemente el valor de vida de los niños y niñas. Ideas antiguas soportan esa idea: durante mucho la iglesia católica consideró que las personas solo eran personas hasta 15 o 20 días después de nacer, que el alma llegaba después de eso. Hay otras culturas en que se cree que los niños solo merecen una verdadera atención hasta los 12 o 14 años. Entonces todo ese lastre histórico de desprecio, hace que la violencia se normalice y no se haga lo suficiente para cambiar.

Semana.com: ¿Es suficiente con aplicar la sanciones penales que hoy existen para castigar casos como este?

I.J.: Es un error pensar que el sistema penal puede resolver este problema. En Colombia más o menos el 15 por ciento de las mujeres son abusadas sexualmente, y esto es solamente lo que llega al sistema. Entonces imagínese el 15 por ciento de los hombres en la cárcel por este delito. Y eso sin contar que ese número podría llegar al 30 y al 40 % fácilmente si se denunciara más. Entonces, pensar que la manera que lo vamos a resolver es diciendo que nos vamos todos a la cárcel es un error. En este momento, el tercer delito por el que más personas van a prisión es el abuso sexual en menor de 14 años. Y eso no está realmente resolviendo mucho el asunto de fondo. El Sistema Penal tiene una serie de sanciones, y la Fiscalía está muy juiciosa en entrenar y capacitar a los funcionarios en la forma en que se recaudan las pruebas. Las organizaciones de mujeres han estado muy juiciosas en desarrollar toda la dogmática penal para que haya más efectividad en la sanción de este crimen. El problema es que el derecho penal no puede ser ni la única ni la más importante sanción.

Semana.com: ¿Cómo abordar entonces la problemática?

I.J.: En ese punto tengo una gran divergencia con lo que hacen los movimientos de mujeres y feministas, yo sí creo que la alternativa penal es un error. Esas medidas que se están adoptando no tienen la potencialidad de reducir el fenómeno. Pueden tener importancia pero no el impacto que se esperaría en el mundo. Lo que está probado que bajan los índices son dos cosas: mayor equidad para las mujeres, es decir, igual salario, oportunidades de empleo, no acoso sexual y educación sexual desde edades tempranas y para toda la vida. Estos son los proyectos más importantes y los que han estado más desatendidos. Entre otras cosas, de toda esta movilización cristiana conservadora en Colombia los resultados se traducen en más violencia contra la mujer. Es un mundo donde los cristianos creen que hay que salvaguardar la familia por encima del bienestar de las mujeres. Soy muy pesimista porque las acciones que deberíamos estar emprendiendo son acciones que se están viendo obstaculizadas y la gente cree que se pueden negociar, el problema es que no se resuelve con sanciones penales altas en donde a todos los hombres los metan a la cárcel.

Le recomendamos: «En Colombia hay 480.000 pedofilos»: Siquiatra

Semana.com: Mucho se cuestiona el papel de la familia en el caso de Uribe, ¿cómo analiza usted este aspecto?

I.J.: Que uno proteja a la familia es una reacción tan normal que por esto mismo el derecho penal excluye y uno no está obligado a declarar contra uno o contra la propia familia. Y no se puede hablar de encubrimiento si un familiar se abstiene de declarar cuando ha conocido los hechos. Ahora, cosa distinta es que haya encubrimiento activo, como una alteración de la escena del crimen para intentar obstruir la acción penal. Ahí sí digamos que hay sanciones porque sobrepasa la protección que se les da a los miembros de la familia. Ese tipo de actuaciones ya las habíamos visto en el caso de Colmenares, y es una idea como que las personas pueden estar por encima de la ley. Personas que pertenecen a una élite social, económica, piensan que la acción de la ley es para otros, que no es para ellos, ese es un rasgo cultural que ha sido estudiado pero toca estudiarlo más porque es un problema para la base de la sociedad.

Está bien que la familia sea importante pero no que la familia esté por encima de la legalidad.

Semana.com: Por qué logran ser llevados a un hospital en vez de una cárcel ¿no debe esto cuestionar nuestro sistema penitenciario?

I.J.: Lo que parece que quieren alegar en este caso es una demencia transitoria y eso se hace como una estrategia de las élites, eso no se usa en los más pobres, en este país los pobres no se pueden enloquecer. Se utiliza para librar esta sanción, pero la dogmática penal está concebida de tal manera que esa excusa puede llevar a una exoneración completa del castigo. Sin embargo, en este caso muchas personas han dado información suficiente en otra dirección. Lo otro que ocurre es que alegan un trastorno inducido, una crisis por el uso de drogas, una sobredosis, sea verdad o mentira, pero esto no exonera porque es una situación inducida mental por el mismo sujeto.

Semana.com: ¿Qué reflexión debe hacer la sociedad ante este hecho?

I.J.: Es un caso impactante y triste. Y se vuelve en un escándalo, pero en realidad hay muchas preguntas. Quiero llamar la atención en que todo esto probablemente pudo ocurrir no solo porque era una persona con trastorno mental, sino porque había una serie de personas que no hicieron nada para impedirlo. El señor llega a un barrio, se lleva a una niña, no sabemos por qué no se hizo nada. Puede ser que nadie pudo hacer nada, pero necesitamos entender mejor por qué no protegemos a los niños. Después llega a un edificio, entra, el celador lo deja entrar con una niña de 7 años y siendo que no es su familia. Hay una cantidad de preguntas de por qué ningún tercero avisó.

Tomado de:Semana.com

Encuentran muerto al vigilante del edificio donde fue hallado el cuerpo de Yuliana Samboni

Un grupo de criminalistica del CTI y de la Policía se trasladaron hasta el lugar de los hechos para llevar a cabo la inspección y el levantamiento del cadáver.

Las autoridades de policía judicial encontraron muerto al vigilante del edificio donde fue hallado el cuerpo de Yuliana Andrea Samboní, la niña de 7 años que fue raptada, abusada sexualmente, torturada y asesinada, presuntamente por Rafael Uribe Noguera.

Fuentes judiciales confirmaron que el vigilante fue encontrado sin vida en su propia residencia ubicada en el conjunto Jardines de Castilla, en la calle 6 # 81B – 74 casa 140, en el suroccidente de Bogotá.

Según trascendió, junto al cuerpo del vigilante fue hallada una nota, que al parecer él mismo escribió, y una arma blanca.

Tomado de: lafm.com.co 
“Pedimos perdón por mi hermano”: Francisco Uribe

 


El abogado se presentó ante la Fiscalía para contar su versión sobre lo que sucedió el domingo. Su testimonio será clave para determinar qué pasó las horas posteriores al deceso de la niña.


En medio de gran expectativa Francisco Uribe Noguera se presentó en horas de la mañana en los juzgados de Paloquemao para rendir su testimonio sobre los hechos en los que murió la niña Yuliana Samboní. La Fiscalía espera que el abogado pueda esclarecer las dudas que rondan la investigación, en especial sobre la alteración de la escena del delito. 

Uribe llegó antes de las 10 de la mañana a su cita con la fiscal 121 de la Unidad de Vida, quien es la funcionaria asignada para el caso de Yuliana.

Antes de ingresar al complejo judicial, se refirió al crimen que tiene conmocionado a al país. “Lamentamos profundamente la muerte de Yuliana. Yo estoy profundamente compungido por lo que pasó”, dijo.

Y agregó: “Pedimos perdón por mi hermano”. En las horas de la mañana Francisco Uribe atendía la diligencia judicial. Por su parte, su hermana, Catalina Uribe, deberá presentarse ante el mismo despacho a las 2:00 p. m.  

Mientras tanto, un juez ordenó que se le tomen pruebas de ADN a Rafael Uribe Noguera para establecer si los rastros de sangre y semen encontrados en el cuerpo de la menor corresponden a él. Con estas muestras también se busca determinar si hay más personas involucradas en el crimen.

Semana.com reconstruyó con los agentes del Gaula el rol que tuvieron los hermanos Uribe el día de la tragedia en un reciente artículo. Según contaron los agentes, el primer contacto que se dio con la familia Uribe fue el domingo en horas de la mañana. Los investigadores habían encontrado en un video del barrio la imágen de la camioneta y por lo tanto sus placas. Esta estaba registrada a nombre de la esposa de Francisco y por esa razón, a ella es a la primera persona que llaman. 

La joven aseguró que el carro dejó de ser de ella y que por eso le iba a transferir la llamada a su esposo. Francisco dijo desconfiar de que realmente se tratara del Gaula y pidió un tiempo para consultar el asunto. Pasado un rato, un oficial del Gaula nuevamente se comunicó y le pidió que se encontraran en una estación de policía donde Francisco pudiera estar tranquilo. Así fue. La cita se cumplió en el CAI de la calle 72 con séptima.

Allí, hacia las 2 p.m., los investigadores le informaron a Francisco que estaban buscando urgentemente a la menor Yuliana, y le hicieron saber que cada minuto era crucial, por lo que necesitaban de su colaboración para ubicar la camioneta que en papeles figuraba a nombre suyo y de su esposa.

Este explicó que el vehículo no estaba bajo su poder por cuenta de un negocio familiar informal hecho años atrás, y cuando el abogado trató de entrar en detalles del asunto, los agentes le insistieron en que lo urgente era dar con el paradero de la niña. Fue entonces cuando Francisco empezó a hacer llamadas para averiguar entre su familia sobre el carro, sin ofrecer una respuesta clara.

Finalmente, al cabo de varias averiguaciones Francisco les dijo a los agentes quién tenía el carro “Es que es mi hermano”, dijo. Señaló que su nombre era Rafael Uribe Noguera, pero que nadie en la familia sabía en ese momento dónde estaba.

El Gaula inició entonces, en compañía de Francisco, la búsqueda de Rafael. Fueron al edificio donde este vivía y averiguaron entre familiares y amigos. Chequearon en todos los lugares que la familia les indicó. También insistieron al teléfono de Rafael, sin respuesta. A las 3:05 de la tarde un oficial del Gaula le escribió, vía whatsapp: “Señor Rafael, necesitamos hablar urgente con usted”. El celular aparecía como prendido.

En paralelo a la búsqueda con la familia, los agentes se movieron por su lado, y a media tarde recibieron información que les indicaba un punto probable de ubicación de Rafael. Acudieron al lugar urgentemente. Para ello se separaron de Francisco, con quien lograron volver a tener comunicación poco antes de las siete de la noche, cuando este los llamó y les dijo que había aparecido Rafael pero que estaba mal por lo que lo llevaba a la Clínica Monserrat. Los investigadores acudieron de inmediato al lugar.

Al ingreso de esa clínica psiquiátrica se reencontraron con Francisco. Estaba con parte del personal médico. En ese momento, les dijeron que los galenos estaban atendiendo a Rafael por lo que no podrían hablar con este.

Francisco Uribe Noguera estaba allí en compañía de un abogado al que consultó antes de decidirse a hablar con el Gaula. Minutos después, Francisco les dijo a los investigadores que su hermano, camino a la clínica, le había confesado que había estado con la niña que estaban buscando y que esta había muerto accidentalmente.

El Gaula preguntó dónde estaba la niña y fue cuando Francisco dio cuenta de una información que no había mencionado antes: habló de un segundo apartamento en donde habían encontrado a su hermano. Dijo no conocer la dirección pero que sí sabía llegar. Guiados por Francisco, las autoridades partieron a toda velocidad hacia el ese lugar.

Por el camino, pidieron refuerzos a otras unidades y dieron aviso a la Fiscalía, aguardaban la esperanza de encontrar a la niña con signos de vida. En breve llegaron al apartamento 603 del edificio Equus 66. Se trataba de un lujoso espacio de dos niveles deshabitado, sin muebles: apenas vieron unos cigarrillos y una botella de trago. No les tomó mucho tiempo registrar la primera planta sin hallar nada.

Luego subieron a la terraza donde se destacaba un gran jacuzzi empotrado con puertecillas en los costados para acceder a la tubería interna y motores. Los agentes del Gaula abrieron una de estas puertas y proyectaron un chorro de luz con la linterna del celular, fue cuando vieron a la niña tendida allá dentro, en un espacio al que no podían acceder desde la compuerta.

Los agentes del Gaula tuvieron que quitar los listones de madera más cercanos para poder alcanzar a la menor. Al revisar su pulso confirmaron lo peor. Estaba muerta. No había nada qué hacer. Incluso algunas de sus extremidades ya presentaban rigidez cadavérica, prueba de que su deceso se dio varias horas antes. “¡Qué hizo este man, no puede ser!”, dijo Francisco entre sorprendido y consternado.

Tomado de: Semana.com