Depresión en Colombia es más alta que el promedio en el mundo

Foto: Archivo particular

Unas 788.000 personas se quitan la vida al año por la depresión, según la OMS.


Informe de la Organización Mundial de la Salud dice que el 4,7 % de los colombianos sufren este mal.


Un nuevo informe de la Organización Mundial de la Salud (OMS) sobre la depresión, un mal que afecta al 4,4 por ciento de la población del planeta, ubica a Colombia por encima del promedio mundial, lo que genera preocupación entre las autoridades en este tema.

Según la OMS, este trastorno mental afecta al 4,7 por ciento de los colombianos, un porcentaje que, según algunos estudios desarrollados en el país, podría llegar hasta los 19 puntos.

 
 

Aunque la investigación no profundiza en los resultados puntuales sobre el país –se trata de un informe global basado en cifras del 2015–, sí permite contrastar cómo estamos respecto al resto del mundo, donde unas 322 millones de personas viven con depresión, entre quienes las mujeres, los jóvenes y los ancianos son los más propensos.

 

En el contexto regional, a Colombia no le fue tan mal en el informe de la OMS. En América Latina, Brasil es el país con mayor prevalencia de depresión, con 5,8 por ciento, seguido de Cuba (5,5) y Paraguay (5,2). Chile y Uruguay tienen el 5 por ciento; Perú, 4,8, mientras que Argentina, Costa Rica y República Dominicana muestran, igual que Colombia, un 4,7 por ciento.

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La depresión, conocida también como trastorno depresivo mayor o depresión unipolar, es una enfermedad mental capaz de causar numerosos síntomas psicológicos y físicos. Su síntoma más conocido es una tristeza profunda y prolongada.

El documento de la OMS, revelado en Ginebra (Suiza), también estableció que la depresión es 1,5 veces más común entre las mujeres que en los hombres. Y tres grupos de edad son particularmente vulnerables: jóvenes, mujeres embarazadas y en estado de posparto –a un 15 por ciento se le diagnosticaría depresión en el futuro– y los ancianos, especialmente los jubilados.

De hecho, el Estudio Nacional de Salud, Bienestar y Envejecimiento (Sabe 2015), revelado por el Ministerio de Salud el año pasado, confirmó que cuatro de cada 10 personas mayores de 60 años habían tenido algún síntoma depresivo, fundamentalmente por falta de recursos económicos.

El documento de la OMS evidenció también que la depresión no deja de expandirse. En la última década, del 2005 al 2015 aumentó en 18,4 por ciento su alcance, y, según Dinesh Bhugra, presidente de la Asociación Mundial de Psiquiatría –que representa a más de 200.000 profesionales de esta disciplina–, para el 2020 esta enfermedad será la más frecuente en el mundo, por encima de las cardiovasculares y el cáncer.

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Al año, apunta el informe, la depresión cobra la vida de 788.000 personas, sobre todo por suicidio. Y si bien la propia OMS recalca que hay tratamientos eficaces para combatirla, reconoce que más de la mitad de los afectados en el mundo (y más del 90 por ciento en muchos países) no los reciben.

El documento de la OMS también resaltó los obstáculos para acceder a los tratamientos. Entre otros, la falta de recursos y de personal médico capacitado, la estigmatización que tienen los trastornos mentales y una evaluación clínica inexacta o errónea.

La estadística en Colombia respalda la afirmación de la OMS. La Asociación Colombiana de Psiquiatría indica que solo uno de cada 10 colombianos con depresión recibe tratamiento adecuado, y la más reciente Encuesta Nacional de Salud Mental (2015) señala que solo el 38,5 por ciento de los adultos entre 18 y 44 años que solicitaron algún tipo de atención en salud mental la recibieron.

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Las pérdidas no son solo en vidas. Económicamente, por motivos como la caída en la productividad, la apatía o la falta de energía, cuesta mundialmente más de 1 billón de dólares, calculó la OMS. “La depresión es lo que contribuye en mayor parte a años vividos con discapacidad. Por lo que es una causa principal de discapacidad en el mundo actualmente”, dijo el médico Dan Chisholm, del Departamento de Salud Mental y Abuso de Sustancias de la OMS.

La depresión, un grave problema de salud pública

Aunque el informe de la Organización Mundial de la Salud (OMS) ubica a Colombia con unas cifras por encima de los promedios mundiales, lo cierto es que de acuerdo con autoridades locales expertas en el tema, la depresión en el país podría ser sensiblemente superior a los datos de la agencia internacional, aunque hay que decir que no hay claridad en las cifras de Colombia.

Rodrigo Córdoba, presidente de la Asociación Psiquiátrica de América Latina (Apal), advierte que Colombia cuenta con cuatro estudios oficiales de salud mental (1993, 1999, 2004 y 2013), los cuales muestran que las cifras de este trastorno se ubican en todos los grupos de edad entre el 12 y el 19 por ciento.

Sin embargo, la Encuesta Nacional de Salud Mental hecha en el 2015 ubica la depresión mayor en general en un 4,3 por ciento en toda la población, siendo 5,4 por ciento en mujeres y 3,2 por ciento en hombres.

Más allá de las cifras, Marcela Alzate, presidenta de la Asociación Colombiana de Psiquiatría, asegura que estos porcentajes son más elevados en los adolescentes, y significativamente más altos en la tercera edad, con una afectación en mujeres en una relación de 2 a 1 con respecto a los hombres.

Córdoba considera que la mayoría de los casos pasan sin tratamiento porque casi todos los pacientes normalizan la enfermedad, es decir, piensan que es parte normal de la vida. Además, el psiquiatra asegura que algunas personas somatizan el trastorno y lo relacionan con problemas físicos como consecuencia de dolores y otras enfermedades por las cuales consultan sin encontrar diagnóstico.

Pero también porque socialmente se ‘psicologiza’ este mal a partir de explicaciones relacionadas con reacciones normales frente a situaciones de la vida cotidiana y no piensan que es una enfermedad.

No obstante, los dos especialistas insisten en que quizás una de las principales dificultades para categorizar este problema en su verdadera dimensión radica en que la sociedad estigmatiza las enfermedades mentales, al punto de que quienes las padecen se consideran vergonzantes. Aquí, dice Alzate, “el equilibrio emocional también se rompe”.

‘Tenemos política de salud mental’: Gobierno

Nubia Bautista, coordinadora del grupo de gestión integrada para la salud mental del Ministerio de Salud, asegura que desde hace casi 20 años el país cuenta con una política de salud mental.

¿El país tiene una política de salud mental?

Sí. Desde 1998, Colombia cuenta con una política de salud mental que se ha venido ajustando, según lo establecido en la Política de Atención Integral en Salud (Pais) y los resultados de la Encuesta Nacional de Salud Mental de 2015.

En este momento se está preparando un documento Conpes sobre el particular, que tiene cuatro ejes: promoción de la salud mental y la convivencia social; prevención y atención integral de los problemas y trastornos mentales; prevención y atención integral de los trastornos asociados al consumo de sustancias psicoactivas, y atención psicosocial a poblaciones vulnerables.

Y frente al posconflicto…

Tenemos un nuevo enfoque enmarcado en las necesidades del posconflicto, es decir, hace énfasis en la convivencia, la construcción de paz y la atención a víctimas de la violencia y poblaciones vulnerables.

¿Cuáles son las dificultades de atención de los pacientes?

La principal dificultad se deriva del hecho de que la salud mental apenas ingresó al Plan de Beneficios en Salud en 2011. Aunque la consulta externa ha aumentado un 65 por ciento desde entonces, aún hay insuficiente formación al respecto en los niveles primarios de atención. Eso dificulta el diagnóstico y la atención oportuna.

¿Cómo afrontan esta situación?

Cada día hay mayor conciencia de que los problemas de violencia son del ámbito de la salud mental y requieren atención. Por otra parte, el posconflicto ha generado mayor sensibilidad sobre la necesidad de afrontar problemáticas complejas relacionadas con la salud mental, la convivencia pacífica, la inclusión social, los riesgos de reactivación de nuevas formas de violencia y la construcción de una paz duradera desde los contextos locales.

SALUD

Tomado de: Eltiempo.com