4 marzo 2020 –
Tomado de: Clasedeperiodismo.com –
En Pinsk, Bielorrusia, entonces parte de Polonia, el escritor y periodista Ryszard Kapuscinski, maestro de este oficio, el mismo que nos dejó muy claro una verdad indiscutible: “Las malas personas no pueden ser buenos periodistas”.
Es considerado uno de los mejores reporteros internacionales. Debutó con 17 años en la revista polaca “Hoy y mañana“. Kapuscinski sobrevivió a 27 revoluciones, informó 12 veces desde el frente y fue condenado a muerte en cuatro ocasiones. Fue maestro de la Fundación Nuevo Periodismo Iberoamericano (FNPI), creada y presidida por Gabriel García Márquez. Colaboró en medios como Time, The New York Times, El País, La Jornada y Frankfurter Allgemeine Zeitung. En 2003 recibió el Premio Príncipe de Asturias de Comunicación y Humanidades por «su preocupación por los sectores más desfavorecidos y por su independencia frente a presiones de todo signo, que han tratado de tergiversar su mensaje».
Falleció el 23 de enero de 2007.
Reflexiones sobre el oficio:
1. “Heródoto era un hombre curioso que se hacía muchas preguntas, y por eso viajó por el mundo de su época en busca de respuestas. Siempre creí que los reporteros éramos los buscadores de contextos, de las causas que explican lo que sucede. Quizá por eso los periódicos son ahora más aburridos y están perdiendo ventas en todo el mundo. Ninguno de los 20 finalistas de la última edición del Lettre-Ulysses del arte del reportaje [premio que se otorga en Berlín], y del que soy miembro del jurado, trabaja en medios de comunicación. Todos tuvieron que dejar sus empleos para dedicarse al gran reportaje. Este género se está trasladando a los libros porque ya no cabe en los periódicos, tan interesados en las pequeñas noticias sin contexto”.
2.El Mundo le preguntó: ¿Cómo debe ser el periodista del siglo XXI?. El maestro respondió: “Se diferencia del siglo XX en el sentido técnico. Antes el periodista cuando se iba a una guerra tenía libertad para moverse. Dependía mucho de su talento, de su validez. Ahora, como tenemos teléfonos móviles o Internet el jefe de redacción sabe mucho más lo que está pasando. El periodista destacado en un lugar sabe lo que ve, mientras que el jefe, que está en Madrid o Roma, tiene la información de varias fuentes. Al final, el periodista, en vez de llevar a cabo sus investigaciones, se dedica a confirmar lo que el jefe le pide desde la redacción. El sentido del trabajo ha cambiado mucho.
3. “Me gustaría que mis libros sirvieran para que los lectores del siglo XXI comprendieran lo que ha sido el nacimiento del Tercer Mundo, la llegada al poder y la, soberanía de sociedades míseras, rurales e iletradas, un fenómeno sin precedentes que va a cambiar la mentalidad y el modo de vivir en todos los países”.
4. “Antes, los periodistas eran un grupo muy reducido, se les valoraba. Ahora el mundo de los medios de comunicación ha cambiado radicalmente. La revolución tecnológica ha creado una nueva clase de periodista. En Estados Unidos les llaman media worker. Los periodistas al estilo clásico son ahora una minoría. La mayoría no sabe ni escribir, en sentido profesional, claro. Este tipo de periodistas no tiene problemas éticos ni profesionales, ya no se hace preguntas. Antes, ser periodista era una manera de vivir, una profesión para toda la vida, una razón para vivir, una identidad. Ahora la mayoría de estos media workers cambian constantemente de trabajo; durante un tiempo hacen de periodistas, luego trabajan en otro oficio, luego en una emisora de radio… No se identifican con su profesión”.
5. “El verdadero periodismo es intencional… Se fija un objetivo e intenta provocar algún tipo de cambio. El deber de un periodista es informar, informar de manera que ayude a la humanidad y no fomentando el odio o la arrogancia. La noticia debe servir para aumentar el conocimiento del otro, el respeto del otro. Las guerras siempre empiezan mucho antes de que se oiga el primer disparo, comienza con un cambio del vocabulario en los medios. En los Balcanes se pudo ver claramente cómo se estaba cocinando el conflicto”.
6. “Esta una profesión muy exigente. Todas lo son, pero la nuestra de manera particular. El motivo es que nosotros convivimos con ella veinticuatro horas al día. No podemos cerrar nuestra oficina a las cuatro de la tarde y ocuparnos de otras actividades. Éste es un trabajo que ocupa toda nuestra vida, no hay otro modo de ejercitarlo.O, al menos, de hacerlo de un modo perfecto”. (En “Los cínicos no sirven para este oficio”)
7. “Hay profesiones para las que, normalmente, se va a launiversidad, se obtiene un diploma y ahí se acaba elestudio. Durante el resto de la vida se debe,simplemente, administrar lo que se ha aprendido. En el periodismo, en cambio, la actualización y el estudio constantes son la conditio sine qua non. Nuestro trabajo consiste en investigar y describir el mundo contemporáneo, que está en un cambio continuo,profundo, dinámico y revolucionario. Día tras día,tenemos que estar pendientes de todo esto y en condiciones de prever el futuro. Por eso es necesario estudiar y aprender constantemente”. (En “Los cínicos no sirven para este oficio”).
8. “Podemos encontrar muchos periodistas jóvenes llenos de frustraciones, porque trabajan mucho por un salario muy bajo, luego pierden su empleo y a lo mejor no consiguen encontrar otro. Todo esto forma parte de nuestra profesión. Por tanto, tened paciencia y trabajad. Nuestros lectores,oyentes, telespectadores son personas muy justas, que reconocen enseguida la calidad de nuestro trabajo y, con la misma rapidez, empiezan a asociarla con nuestro nombre; saben que de ese nombre van a recibir un buen producto. Ése es el momento en que se convierte uno enun periodista estable. No será nuestro director quien lo decida, sino nuestros lectores”. (En “Los cínicos no sirven para este oficio”).
9. “Creo que para ejercer el periodismo, ante todo, hay que ser un buen hombre, o una buena mujer: buenos seres humanos. Las malas personas no pueden ser buenos periodistas. Si se es una buena persona se puede intentar comprender a los demás, sus intenciones, su fe,sus intereses, sus dificultades, sus tragedias. Y convertirse, inmediatamente, desde el primer momento,en parte de su destino. Es una cualidad que en psicologíase denomina «empatía». Mediante la empatía, se puede comprender el carácter del propio interlocutor y compartir de forma natural y sincera el destino y los problemas de los demás”. (En “Los cínicos no sirven para este oficio”).
10. “Una de las cosas que resulta fundamental entender es que, en la mayor parte de los casos, la gente sobre la que vamos a escribir la conocemos durante un brevísimo periodo de su vida y de la nuestra. A veces vemos a alguien durante cinco o diez minutos, estamos viajando a otra parte y a esa persona no volveremos a verla nunca más. Por tanto, el secreto de la cuestión está en la cantidad de cosas que estas personas son capaces de decirnos en un tiempo tan breve. El problema es que las personas, en un primer contacto, son generalmente muy calladas, no tienen ganas de hablar. Es una experiencia que todos compartimos: es necesario cierto tiempo para adaptarse al otro. ¡Pero esos escasos minutos a veces son losúnicos que tenemos para hablar con una persona! Para un periodista, si esos minutos transcurren en silencio o generan una comunicación insatisfactoria, el encuentro es un fracaso. El éxito depende entonces de situaciones que están fuera de nuestro control, casi casi de “accidentes””. (En “Los cínicos no sirven para este oficio”).