Vladdo
Hace años el gran líder del No proponía un proceso de paz basado en todo lo que él y sus seguidores rechazan ahora del acuerdo con las Farc.
Los ‘noístas’ insisten en aplazar, postergar, retrasar, demorar, ralentizar, enredar, dilatar, retardar, diferir, demorar, prorrogar, posponer el cierre y la consiguiente implementación del nuevo acuerdo de paz; así el país siga sumido en la incertidumbre.
Es increíble que Álvaro Uribe y los demás ‘digNOtarios’ –encabezados por Marta Lucía Ramírez, Alejandro Ordóñez y Pacho Santos– quieran hoy hacer gala de tesón, altruismo, abnegación y otros preceptos que nunca exhibieron en oscuros episodios de nuestra historia reciente y que protagonizaba ¡qué casualidad! ese mismo expresidente que mutó en senador.
Estos dignotarios olvidan que hace diez años este gran líder político –o espiritual, vaya uno a saber– planteaba un proceso de paz basado en todo lo que ellos rechazan ahora del acuerdo entre Juan Manuel Santos y las Farc. ¿Dónde estaban estos ilustres personajes pataleando, protestando, organizando marchas, haciendo denuncias internacionales para que el mundo conociera las arbitrarias propuestas de Uribe?
Yo no recuerdo que los dignotarios modelo 2016 se hubieran indignado en 2006 por la falta de pedagogía del gobierno de la seguridad democrática, que nunca dio a conocer los términos de lo que se negociaba con los grupos paramilitares en Santa Fe de Ralito; esa zona de distensión en la cual no había ni dios ni ley. O, bueno, ley sí: la de ‘don Berna’, sin cuyo consentimiento no se movía una hoja en aquel territorio.
Tampoco nos consultaron a ver si teníamos alguna objeción –y cuando digo “nos” me refiero a esa sociedad civil cuya vocería los noístas han usurpado– acerca del desarrollo de las negociaciones con las Auc.
Antes de firmar unos acuerdos de paz tan trascendentales el hoy líder de los noístas no se tomó la molestia de convocar a nadie: ni a los militares retirados, ni a los jerarcas de las iglesias, ni a las comunidades LGBTI, ni mucho menos a las víctimas. Y ni hablar de los líderes de la oposición, de los periodistas independientes o de los magistrados de las altas cortes; nada de eso. Todo lo contrario: a estos, en vez de consultarlos, les interceptaba las comunicaciones o les hacía seguimientos ilegales. Y mientras tanto, ¿en qué andaban nuestros flamantes dignotarios?
A pesar de que el acuerdo con los ‘paras’ se firmó de manera casi clandestina –sin darle a nadie la oportunidad de modificar, revisar ni siquiera leer una sola línea del documento–, en ese caso los noístas no se atrevieron a tildar de castrochavistas a Luis Carlos Restrepo ni a Sabas Pretelt; ni de dictador a Álvaro Uribe. Lejos de ellos semejante herejía.
Para completar, si la memoria no me falla, esos honorables dignotarios jamás exigieron una refrendación de los acuerdos con los ‘paras’… ¿Dónde dejaron entonces el celo, la pulcritud y la vehemencia con que reclaman un nuevo plebiscito? ¿No dizque la voz del pueblo es la voz de Dios? ¿O es que en aquella ocasión con la voz de Uribe era suficiente?
En cambio, ahora los dignotarios se niegan a que este trámite se haga en el Congreso, aduciendo que esta institución es impopular y carece de legitimidad; a pesar de los 14 millones de votos que hubo en las legislativas de 2014. ¡Háganme el favor!
Eso sí, en otra época aplaudían a rabiar cuando su gran mentor, o mentidor, acudía a aquel Congreso de mayoría uribista a cambiar un articulito de la Constitución o a pedirles a los parlamentarios amigos de las Auc que le aprobaran sus proyecticos, antes de que los metieran a la cárcel…
No nos crean tan pendejos.
Colofón. Hay que ser muy morbosos y ruines para tratar de convertir en noticia las preferencias sexuales de la hija de un cantante, por muy famoso que sea. ¡Vaya horrible forma de maltrato!
@VLADDO
Tomado de:El Tiempo.com
* * * *