Foto de:Primicia Diario
Por Jorge Tovar.
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Hace relativamente poco Waze, la popular aplicación de tráfico y navegación, publicó el índice de satisfacción del tráfico del 2016. La noticia, por supuesto, fue recogida por todos los medios de comunicación. Bogotá, decían las noticias, era la segunda peor ciudad del mundo para conducir.
No vi ninguna comunicación oficial sobre el reporte por parte de las autoridades de Bogotá. En cualquier caso el comentario seguramente habría estado centrado en que en Bogotá hay demasiados carros. Después presentarían un mapa como este que recientemente difundió el Alcalde Peñalosa diciendo que “Volveremos a ser un referente de movilidad a nivel mundial. 84% de los bogotanos estarán a menos de 1 km de líneas de transporte masivo”. Lo de volveremos, cabe aclarar, no es chiste. Cita textual. La gráfica es la triste muestra de que en Bogotá no hay planeado un sistema de metro, un verdadero sistema de transporte masivo. El dinero que iba destinado al metro, como en la pasada administración e Peñalosa, se enterrará en un Transmilenio. Recientemente, encontré está página que muestra las ciudades con sistema masivo, metro, que llaman. Son 140 ciudades, Medellín entre ellas. Sólo 140 porque se enfoca en sistemas de “pesados de riel de alta capacidad con vías exclusivas separadas”. Es decir, lo que necesitaría Bogotá, pero lo que no tendrá Bogotá.
Mientras nos muestran gráficas, vídeos y se hacen más “estudios” para un metro invisible, el tráfico de Bogotá es caótico, el desorden es rutina, los buses, como antaño, paran en todos lados menos en los paraderos, y el diagnóstico sigue siendo que hay muchos carros; no como debería ser, que hay pocas vías.
Dado lo anterior, vale la pena ver un poco más de cerca los datos de Waze. El índice global de tráfico de Waze se compone de seis subíndices: tráfico, calidad de la vías, seguridad de las vías, servicios al conductor, socio-económico y wazeyness. Waze normaliza el índice entre 1 y 10. Condiciones miserables es 1, satisfactorio es 10.
El índice de tráfico mide lo esperado (trancón, velocidad en hora pico, entro otras variables). El indicador de seguridad en las vías considera accidentes, peligro y condiciones climáticas. La calidad de las vías contiene reportes de problemas en las vías y longitud de las autopistas. Los servicios al conductor incluye parqueadero, estaciones de gasolina y talleres. El nivel socio-económico se refiere al precio de la gasolina por litro y el número total de carros.
La gráfica muestra el indicador de tráfico para las ciudades de Estados Unidos (sin incluir Atlanta y Los Ángeles), Atlanta y Los Ángeles, Colombia (incluye a Barranquilla, Bucaramanga, Cali, Cartagena y Pereira) y Bogotá. Lo comparo con EE.UU. porque suelen apuntarlo como el ejemplo de lo que no queremos ser. Al menos eso nos dicen los expertos. Y dentro de Estados Unidos hay dos ejemplos que nos dan continuamente Atlanta y Los Ángeles.
Cuando uno lee la explicación de Waze del indicador, literalmente dice es un “valor numérico simple, desde satisfactorio (10) a miserable (1)”. El índice de tráfico de Bogotá es 0,83. La media del mundo (235 observaciones) es de 5,60. La desviación estándar 2,34. Estamos en la cola que esencialmente se puede ignorar. ¡Somos miserables!
Por debajo de Bogotá está Manila (Filipinas), Jakarta (Indonesia), Cebú (Filipinas), San José (Costa Rica) y estamos empatados con Lima. Claro que los peruanos ya tienen una línea de metro, están haciendo la segundo, está en diseño la tercera, y avanzan en el sistema de trenes de cercanías. En otras palabras, se está trabajando en montar un sistema de transporte masivo que contribuya a solucionar el problema.
Los “demonios” de Los Ángeles y Atlanta tienen indicadores muy superiores al de Bogotá, e incluso que Colombia. El resto de Estados Unidos se sitúa aún más lejos. Y cabe recordar que allá no hay pico y placa. Aquí, tras de miserables, carros, taxis y buses tienen restricciones legales para circular cuando lo deseen.
Hice varías gráficas adicionales con los datos de Waze. La siguiente me llamó la atención. No hay una correlación evidente entre calidad de vías y tráfico. Sin embargo, la calidad de las vías en Bogotá es peor que la de sus pares colombianos y que la mayoría de ciudades de América Latina. Medellín, vale la pena anotar, es la ciudad de Colombia con mejor calidad de vías según Waze.
¿Qué tomar de los datos de Waze? Todos (salvo aparentemente quienes nos dirigen) saben del caótico tráfico de Bogotá. La información de Waze pone ese caos en perspectiva. No es normal, ni debería ser admisible. No es diciendo que “volveremos a ser” grandes que la ciudad tendrá un tráfico normal. Bonito, loable y bueno que se hagan ciclorrutas. Pero no es montando en bicicleta que se va a acabar el trancón. Tampoco normalizaremos el tráfico vendiendo un sistema de transporte contaminante que Bogotá ha demostrado que no sirve para una ciudad de 8 millones de habitantes. Bogotá necesita construir vías porque como el propio Peñalosa (con 15 años de retraso reconoció) ya admitió, no se han hecho vías en 30 años. Y Bogotá necesita un sistema de transporte masivo que realmente sirva para 100 años. El futuro, el presente, exige además que no se contamine. El metro es una alternativa ideal. Hace poco estuvo en la Universidad de Los Andes el Ministro de Transporte de Perú durante el gobierno de Ollanta Humala, José Gallardo. Nos explicó que el metro cuesta plata, sí, pero que con ingenio financiero, la red de seis líneas de Lima es viable. Trenes de 6 y 8 vagones. Subterráneos. ¿Por qué el resto del mundo puede y Bogotá no?
Tomado de:La silla vacía.