Blanco y negro:agridulce navidad.

 

Por Gabriel Ortiz.

Cuando el país avizoraba un panorama en paz, alegre, tranquilo, claro y promisorio alimentado por la entrega del Premio Nobel de la Paz al Presidente Santos, la refrendación del acuerdo con las Farc y la esperanza de unas normas que a través de la ¨vía rápida¨, alias fast track permitieran blindar este proceso de una vez por todas, nos caen graves nubarrones que amargan la dulzura decembrina.

Un monstruo, de los millares que asechan a nuestros niños a lo largo y ancho de país, miembro de influyente familia, viola, atropella y asesina cruelmente a la niña Yuliana Samboní, hija de una familia que llegó a Bogotá, desplazada de una lejana región.

El desadaptado Rafael Uribe Noguera, subrepticiamente husmeaba a los niños de esa barriada, pero especialmente a Yuliana. A mansalva, la introdujo a su lujosa camioneta en la cual empezó su acoso, que luego terminó en un lujoso apartamento de Chapinero. Tras cometer toda suerte de depravaciones, la violó, la torturó y la asfixió. Con toda la frialdad, se amparó en la droga y el alcohol para justificar el execrable crimen. Contó con el macabro apoyo de familiares para esconder el crimen. Estos manipularon el cuerpecito inerte de Yuliana, lo empaparon de aceite para borrar huellas, desaparecieron sus ropas y cualquier huella que pudiera involucrar a su pariente. El asesino, entre tanto, embutido de droga salió recién bañado y perfumado rumbo a clínicas para esconderse y eludir la justicia. La policía extrañamente le puso ojo turbio durante varias horas al hecho, pero como nada hay oculto bajo el sol, todo quedó al descubierto.

El ¨monstruo de Chapinero¨, está preso, pero no ha aceptado cargos, mientras seguramente se amparará en reciente norma de la Corte Constitucional que reduce significativamente las penas a los violadores y acosadores de niños. Por ello todos los días desaparecen infantes y aumenta la violencia intrafamiliar por parte de padrastros y parientes.

Hay otros nubarrones: una reforma tributaria que quitará a los colombianos 6.2 billones de pesos, mientras el Contralor Edgardo Maya denuncia el saqueo de Reficar por 8 billones y permanecen impunes otras corrupciones como las de Dragacol, túnel de la línea, Invercolsa y tantas más. Y qué decir de los magistrados de la Altas Cortes que viven viajando e impiden definir fallos trascendentales.

Estamos pues con ese sabor amargo que opacan las luces de esta navidad y las cosas buenas que tenemos y recibimos.

BLANCO: ¡Cuidado con lo que dice! Es el nuevo libro en el que Yamid Amat consigna grandes enseñanzas.

NEGRO: La inseguridad vial durante fin de año.