Familiares de Yuliana reclaman justicia por su asesinato. AFP
Desde el lunes, en Colombia no se habla de otra cosa. Yuliana Andrea.El crimen de una niña indígena de 7 años que fue raptada, torturada y violada ha unido al país bajo el mismo reclamo, el de justicia. Rafael Uribe Noguera, el principal sospechoso, detenido bajpermanece o los delitos de feminicidio agravado, secuestro simple, tortura y acceso carnal violento. Mientras se desarrolla la investigación que determinará su culpabilidad, uno de los principales testigos del caso ha aparecido muerto este viernes. Se trata de Fernando Merchán, el hombre de seguridad del edificio en donde fue hallado el cuerpo de la niña y donde, según la Fiscalía, habría sido asesinada.
La Policía ha confirmado que Merchán dejó una carta y su cuerpo presenta cortes en el cuello y en las muñecas. Hasta ahora, el Instituto de Medicina Legal no ha confirmado la causa de la muerte, aunque las primeras versiones apuntan a un suicidio. El cuerpo sin vida del hombre fue encontrado por su hija en su casa en el sector del Tintal, en el sur de Bogotá.
La muerte del vigilante del edificio entra ahora como una pieza más en la investigación, en la que este viernes fueron citados para rendir interrogatorio dos de los hermanos del acusado que, según la Fiscalía, habrían intervenido en la alteración de la escena del crimen. La juez que lleva este caso ha reiterado que la menor fue untada con aceite y se intentó destruir la mayor cantidad de pruebas posibles. Ha señalado además que por la condición económica de la familia podrían interferir en el proceso, razón por la cual aseguró que Uribe Noguera debe permanecer en prisión hasta que el juicio termine.
“Lamentamos profundamente la muerte de Yuliana. Estoy profundamente confundido por ello», aseguró este viernes Francisco Uribe Noguera, quien habría estado junto con su hermana Catalina y su hermano Rafael con la víctima durante varias horas antes de dar aviso a las autoridades sobre el paradero de la menor.
Aunque ningún abogado quiso asumir la defensa de Uribe Noguera, le fue dispuesto un defensor de oficio que intentó impedir la medida de aseguramiento, al señalar que en sus 38 años de vida, el ahora señalado de asesinar a una niña de siete años, “no se había producido ninguna tacha en su personalidad” y que esta vez era la primera que se enfrentaba a una situación así. Los argumentos, sumados a la negativa de aceptar los cargos por parte del acusado, no fueron suficientes para la juez, que le dio más peso a las pruebas que presentó la Fiscalía.
La familia de Yuliana, que viajó el miércoles al Cauca para sepultar a la niña en el lugar en donde nació y de donde fueron desplazados hace cuatro años, ha reclamado que haya justicia y que la ley no permita que este caso quede en la impunidad debido a la condición económica de la víctima. Una petición que se ha escuchado en todo el país.