Estados Unidos evaluaría el apoyo a la paz de Colombia
Rex Tillerson, nominado a secretario de Estado en EE. UU. es cercano a Vladimir Putin y viene del sector petrolero. FOTO AFP
POR MARIANA ESCOBAR ROLDÁN | PUBLICADO HACE 10 HORAS

La confianza del Gobierno Nacional en que el proyecto Paz Colombia, que el año pasado aprobó 450 millones de dólares para los procesos que avanzan en el país, no cambiarán con Donald Trump al mando , se torna frágil.

Hace apenas una semana, Sergio Jaramillo, Alto Comisionado para la Paz, decía que “hay una relación muy sólida y estable que aguanta estos cambios de administración”, mientras el embajador de Colombia en EE. UU., Juan Carlos Pinzón, mencionó ayer en entrevista con Colprensa que las manifestaciones públicas favorables y cartas de miembros del Congreso le daban certeza de que Trump mantendrá el apoyo.

No obstante, el nominado secretario de Estado de ese país, Rex Tillerson, a su vez expresidente de la petrolera Exxon Mobile, cercano a Rusia y carente de experiencia en política internacional, habría dado nuevas pistas que indican recelo al respecto.

Tillerson no solo no se refirió a Colombia la semana pasada durante su comparencia ante el Senado de EE. UU., que deberá confirmar su elección, sino que, según filtró el centro de análisis estadounidense Latin America goes Global, en sus respuestas por escrito que dio al Senado, dijo que revisará los detalles del reciente acuerdo de paz para “determinar hasta qué punto EE. UU. debería seguir apoyando”.

No hay que confiarse

Para Jorge Restrepo, director del Centro de Recursos para el Análisis de Conflictos (Cerac), las palabras de Tillerson son muestra de que el país no puede seguir desconociendo el impacto del gobierno de Trump en materia de paz y conflicto. “No podemos seguir engañados. Es probable que el impacto sea negativo, y podría afectarse sobre todo la lucha contra el narcotráfico”.

Entretanto, Jorge Giraldo, decano de Humanidades de la Universidad Eafit, señala que la reina por ahora es la incertidumbre, porque si bien hay algunas ideas sobre lo que pretende el mandatario, no está muy claro el margen de maniobra que tendrá ni sus prioridades.

Ahora bien, basándose en el discurso inaugural del magnate, es claro que habrá disminución de ayuda externa, y Colombia, el principal receptor de cooperación norteamericana en los últimos 20 años en el continente, “debería asumir el mensaje desde lo político”, detalla Giraldo.

Lo otro es que, es probable que la atención en Colombia se matenga, sobre todo porque esa ha sido la tendencia de los líderes republicanos en los últimos años, pero también que haya variaciones, como mayor presión sobre la política antinarcóticos, menos complacencia sobre el tratamiento a los guerrilleros desmovilizados y a los que están por desmovilizarse e incluso, advierte el decano, puede perjudicarse el proceso de paz con el Eln.

“Es demasiado optimista pensar como el Alto Comisionado, que nada va a cambiar. Las tradiciones se acaban y Trump es un revulsivo que va a introducir cambios o al menos a generar ruido en la manera como se han mirado las cosas”, concluye Giraldo.

Aunque el futuro pinta gris, en sus respuestas, Tillerson afirmó que “el Plan Colombia ha hecho una diferencia dramática y puede considerarse un éxito de política exterior tanto para Estados Unidos como para Colombia”, y añadió que el país es “uno de nuestros aliados más cercanos en el hemisferio, y un importante socio comercial”.

De otro lado, sostuvo, de confirmarse el ingreso de Colombia a la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), haría todo lo posible para continuar la “estrecha cooperación con el gobierno colombiano, manteniéndolos en sus compromisos de frenar la producción y el tráfico de drogas”.

 Tomado de:El Colombiano.com