El hombre del montaje… y su venganza
Cecilia Orozco periodista / Foto: Alchetron.com
Por : Cecilia Orozco 

Uno no es periodista para que lo quieran. Quienes ejercemos esta profesión en defensa del interés general, tan atropellado por los propios funcionarios del Estado en todas sus ramas, hemos aceptado que la ecuación de entornos favorables a nuestra labor resultará a la inversa: a mayor independencia, menor tolerancia y expansión geométrica de enemigos dispuestos a cortarnos las alas. Uno no es periodista para que lo alaben aquellos que son sujetos del control social que han tenido que asumir los medios, a falta de autoridades judiciales eficientes y fuertes. Pero espera el mínimo respeto que exigen las democracias para la prensa libre. Aun así y pese a las apariencias con que tratan de cubrirse quienes prefieren las autocracias, no hubo sorpresas en la andanada del Senado contra Noticias Uno el jueves pasado, cuando el subsecretario de esa corporación, Saúl Cruz, tuvo la privilegiada opción de dirigirse a su plenaria con el fin de quejarse, dramáticamente, de la supuesta agresión de un reportero gráfico del noticiero. Tampoco me asombró que diez congresistas, de derecha a izquierda, se “solidarizaran” de inmediato con él ni que, sin hacer siquiera una pregunta aclaratoria, condenaran “a cárcel” al sencillo camarógrafo que cumplía con la tarea que se le había asignado (tal vez por suponer que no tendría defensa frente al poderoso Saúl) o que pidieran “expulsión para siempre” de Noticias Uno.

Sí me aterró, en cambio, que ese día de represalias explícitas, no se levantara una sola voz en defensa, no de un medio, sino de la libertad de crítica garantizada en la Constitución.

Cruz, el subsecretario “denunciante”, y su jefe, el secretario general Gregorio Eljach —quien ha logrado pasar de agache en el escándalo que se generó después de que las víctimas de su montaje pudiéramos demostrar que su subalterno mentía—, son los verdaderos dueños del Legislativo coligados, cómo no, con los senadores que necesitan de sus favores en asignación de cargos internos, vehículos, escoltas, secretarias, asistentes, pasajes, viáticos, certificaciones que significan $, etc., etc. Parecen segundos, pero son primeros. Esto explica que los parlamentarios corran como perritos falderos tras ellos cuando requieren un favor de esos que pueden demorarse meses o resolverse en horas. Lo hemos demostrado, con hechos, en Noticias Uno, en donde seguimos a los abusadores visibles e invisibles del poder.

La farsa de Cruz Bonilla no es espontánea. Fue “provocada” porque acababa de perder su candidato a la Corte Constitucional Álvaro Motta —candidato también de su líder político-religioso Alejandro Ordóñez—, pese a su descarado cabildeo. Pero, ante todo, fue producto de una venganza personal contra el medio que había expuesto su torcida conducta así como la de su superior Eljach y la del antecesor de este, Emilio Otero, desde hace años. Publicaciones de Noticias Uno poco gratas para los secretarios senatoriales: 21 de julio, 2013: “Intercambio de favores entre Procuraduría (Ordóñez) y Congreso”; resumen: “el subsecretario del Senado, Saúl Cruz, tiene a un hermano suyo en un alto cargo en la Procuraduría y a cuatro recomendados más en otros puestos en esa entidad” (ver). 13 de marzo, 2016: “Escolta denuncia maltrato laboral de la viceprocuradora Castañeda”; resumen: “Escolta al servicio del hermano del subsecretario descubre cruce de favores entre la Procuraduría y el Senado por cuenta de Saúl Cruz” (ver). 17 de septiembre, 2016: “El Congreso les compró carro nuevo a Gregorio Eljach y a Saúl Cruz”; resumen: “a pesar de los anuncios de austeridad, el Congreso acaba de pagar $420 millones para que su secretario general y su subsecretario estrenen blindados de alta gama (cada uno por $210 millones)” (ver). 27 de marzo, 2016: “Estudiante de periodismo retenida por el secretario general del Congreso” (ver). 22 de noviembre, 2015: “Secretario del Senado Gregorio Eljach fotografiado en compañía del magistrado Pretelt” (ver). Los senadores que multiplicaron, gustosos, el ataque al informativo, tomaron la oportunidad al vuelo. Así ejecutaban, cada uno, sus propias retaliaciones. ¿A quién le cabe duda de que el “fallo” de Obdulio Gaviria no haya sido dictado sino por su odio a Noticias Uno, a uno de sus socios y a esta columnista por las investigaciones que hemos publicado sobre sus antecedentes como funcionario de Presidencia? ¿Quién puede creer en la imparcialidad de las diatribas de Thania Vega, Ernesto Macías o Sofía Gaviria —por mencionar solo unos—, congresistas sin un solo voto que no sea prestado, pero con mucha ira en la cabeza por la misma razón, informaciones del noticiero y por las opiniones del socio de NTC, el vilipendiado presidente de Noticias de Univisión Daniel Coronell, y también por los comentarios de quien firma este espacio? La venganza quedó al descubierto. Al parecer, la protección constitucional de Colombia no nos alcanza. Por tanto, dirigiré una solicitud cautelar a la Relatoría para la Libertad de Expresión de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos. Enfrentarse al Senado del país en que uno vive, no es cualquier cosa.

Tomado de: El espectador 

http://www.elespectador.com/opinion/pretelt-perder-es-ganar-mucho-columna-696172