Por Patricia Suárez, social del CPB.
No sé si se puede generalizar una conducta y señalar de común a toda una nación que sufre sus males, no sé si la irracionalidad y lo que arrastra permea todos los hogares y todas las personas en un grito de histeria colectiva y viene de la mamo con la historia….
Sentar en el banquillo a las instituciones, cuestiona manejos (micro y macro) transversal de causas y efectos y obliga a las analogías, a la referencia ante la forma y el contenido, y a regresar a los archivos habitados de memoria, sellos, firmas, resoluciones, al aparato instrumental de los diseños, claro oscuro, donde luz y sombras en los umbrales e interiores de toda no trasparencia, anuncia el fracaso de los impulsos e ímpetus, de lo que nace de improviso en el intento de abarcar lo sustantivo…
Lo que sí sé y marca diferencias es la conducta individual de los sujetos, (en un mundo de escombros y razones) legitimar o no manejos, complicidades y la variopinta dolencia de adictivos deseos de poder, donde, lo que se va a ‘recoger’ viene respaldado por el coro entre grupos que superan el rebaño a la categoría potencial de movimiento y demanda vinculante el derecho individual y colectivo, (razón de cambia y cambio) en la feria de las oportunidades…
Editorial
EL INSTANTE
2017
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