26 Julio 2019.
Foto: Paul Hanna / REUTERS.
En el futuro de la transmisión de información hay términos que se hacen esenciales: 5G, wifi 6, narrowband… Bueno, es hora de que le siga la pista a uno que, aunque no precisamente nuevo, apunta a revolucionar el sector.
Tomado de: El Tiempo.
La promesa del lifi, una tecnología de transmisión de datos que utiliza luz en lugar de ondas radioeléctricas, como lo hace el wii, funciona a través de bombillas led, que lucen como las de su oficina o su casa pero están equipadas para transmitir la información y han alcanzado, en pruebas, picos de conexión de hasta 220 Gbps.
Ah, y encima de todo, de manera más segura que el wifi.
¿Cómo funciona? La información viaja en código binario mediante un modulador que enciende y apaga la luz a una velocidad imperceptible para el ojo humano. El científico francés Suat Topsu, quien desde 2005 ha liderado investigaciones sobre esta tecnología, lo compara con un ‘código morse’ de luz.
“Si la lámpara está conectada, puede titilar 10 millones de veces por segundo y eso se traduce en información que será recibida por un módem”, explica el investigador.
En 2016 se propuso la instalación de esta tecnología en las 245 estaciones del metro de París, y aunque todavía sus habitantes no se pueden conectar con lifi mientras van al trabajo, ya se han realizado pruebas para ayudar a guiar a personas con discapacidad visual dentro de las estaciones.
“Si bien está Google Maps, la ubicación en espacios interiores es más difícil porque el sistema GPS falla muchas veces. La luz puede ayudar en esos casos”, explica Topsu.
Uno de los principales aspectos a favor del lifi, según el investigador, es que cuenta con una infraestructura existente, es decir las lámparas, y con ellas, el alumbrado público. Sin embargo, sí se necesitaría cambiar cada bombilla a una led compatible, lo que representa una considerable inversión y el trabajo de personal capacitado.
“Cada luz led puede funcionar, pero la calidad de las luces influirá en la velocidad. Los teléfonos inteligentes de última generación también pueden recibir lifi al utilizar su cámara, pero también se reduciría la velocidad de carga. Si desea una conexión rápida, necesitará un adaptador que se conecte al puerto USB”, indica Topsu.
Agrega que al utilizar bandas de frecuencia óptica gratis y libres –en lugar del espectro radioeléctrico, que viaja por ondas–, hay una mayor seguridad “porque la luz no cruza las paredes”. El alcance es, sin embargo, una de las limitaciones de la tecnología lifi, pero a cambio se reduce la exposición de los usuarios a la radiación electromagnética, la cual está comenzando a ser limitada en Europa.
En el aspecto ambiental, el li-fi ofrece otra ventaja: sistemas como el que desarrolla Phillips logran que sus bombillas ahorren hasta un 50 por ciento de energía en la transmisión de datos al dispositivo móvil, con lo cual esperan que sea en unos años una opción competitiva en entornos controlados. Por ejemplo, en un supermercado Carrefour de Lille (Francia), las luces de los pasillos transmiten información sobre productos y promociones a los celulares de los clientes.
Con todo, Suat Topsu plantea que no es probable que veamos una adopción masiva de la tecnología lifi en los próximos cinco años.
Pero aunque el lifi parece ser una solución para conectar zonas apartadas, para algunos no resulta tan sencilla su implementación. Camilo Herrera, quien lidera Linternet, una ONG colombiana que lleva servicios públicos e internet a comunidades vulnerables, sostiene que “aún es una tecnología muy costosa para el público y que solo funciona con dispositivos con sensores ópticos compatibles, presentes en teléfonos de gama alta”, pero en zonas más alejadas no son comunes.
Según explica Herrera, lo que les ha funcionado es instalar en postes de luz routers inalámbricos que se conectan a redes existentes, para que la misma red de iluminación conecte a la comunidad. “No estamos muy convencidos de que el costo del lifi se nos facilite, por lo que seguimos usando el wifi”, sostiene el emprendedor.
Sin embargo, Gunter Pauli, quien ha trabajado en proyectos de emprendimiento sostenible, plantea que “la única que puede llegar al 90 por ciento de cobertura es la luz pública, la cual es considerada indispensable por todo el mundo y con la que el lifi permitirá romper tanto el aislamiento como la brecha digital”.