26 marzo 2020 –
Foto: Pixabay.
Tomado de: RSF.
El miércoles 25 de marzo, las autoridades australianas instaron a China a que anulara la condena por «espiar» impuesta al famoso escritor y bloguero Yang Hengjun, argumentando que su precario estado de salud es incompatible con la detención. RSF apoya esta solicitud y pide a Pekín que extienda su indulgencia a todos los periodistas, comentaristas políticos, blogueros y editores que están encarcelados, además de solicitar que los libere de inmediato.
«Aunque China afirma que la epidemia está bajo control, nadie puede estar seguro de que esto sea realmente así y de que el virus no afectará a las cárceles, que son notoriamente insalubres y que están atestadas», apunta Cédric Alviani, jefe de la oficina de Reporteros Sin Fronteras (RSF) en Asia Oriental. «Con su estado de salud ya debilitado por las condiciones de detención, los malos tratos e incluso la falta de tratamiento, los periodistas presos no tendrían la menor posibilidad de sobrevivir si se contagiaran».
China es la mayor prisión del mundo para los periodistas, con al menos 108 detenidos, según el recuento realizado por RSF. Algunos siguen entre rejas a pesar de padecer serios problemas de salud, lo que los pone en peligro de muerte a menos que sean inmediatamente excarcelados. Entre ellos se cuentan el periodista de investigación y dos veces ganador del premio RSF Huang Qi, el editor sueco de origen chino Gui Minhai , y los periodistas uigures Ilham Tohti y Gulmira Imin.