23 julio 2020 –
Por: Juan Álvaro Castellanos, Socio del CPB – El Nuevo Siglo –
Como se esperaba, la cuarentena -aislamiento preventivo obligatorio – debido al Covid-19, se amplía en Colombia del 15 de julio hasta el 1º de agosto. En Bogotá D.C., por solicitud de la alcaldesa Claudia López, se llevará a cabo por localidades, de manera estricta, desde el día 13 de julio al 23 de agosto. Están exentas 5 de las 20 localidades.
Esta panicopandemia, como la han denominado algunos médicos epidemiólogos, cogió a todo el mundo fuera de base, por consiguiente, su manejo inicial en cuanto a protocolos indicados no se realizó en forma correcta: encerraron el virus de manera indiscriminada tanto en hospitales, como en hogares, en vez de aislarlo (una persona con síntomas, llevado a un hospital, contagió a 20, incluido el personal, igual ocurrió en hogares, uno contagió a toda la familia).
El doctor Darío Chaparro Casas, médico epidemiólogo con Máster en Salud Pública nos lo explicó de manera clara y muy acertada, diría yo. Es lógico y elemental que una persona que padece una enfermedad, contagiosa y mortal, como lo es el Covid-19, debe ser aislada de inmediato en lugar destinado únicamente para esto y suministrarle, así mismo, el tratamiento indicado. El error, aun se podía reparar pero, no se tuvo la asesoría indicada o faltó voluntad.
En mi labor de investigación pude escuchar a personas del común, quienes con justa preocupación, aseguran que nuestros gobernantes y algunos miembros de diferentes partidos han aprovechado esta grave situación de salud que atraviesa nuestro país y el planeta, para sacar a relucir su ego político, en lugar de actuar como verdaderos servidores, dejar a un lado sus diferencias y trabajar de manera mancomunada, por la solución que nos permita vencer, como ya los han hecho algunos países, esta terrible pandemia.
Ahora bien, durante la cuarentena, debemos seguir al pie de la letra las recomendaciones de seguridad como el uso del tapabocas, gafas protectoras, conservar la distancia social, mantener estricta disciplina con el propósito de proteger a los demás y a nosotros mismos. Con preocupación, encontramos que algunos ciudadanos no han entendido en qué consisten los protocolos de bioseguridad; es posible que algunos lo tomen como “autoritarismo” y no como una recomendación que les reporta un gran beneficio.
Inquietud final: ¿Para la estricta cuarentena en Bogotá se tuvo en cuenta, en las localidades con alta densidad poblacional, que muchos viven del día a día para subsistir, como zapateros, costureras, peluqueros, entre otros y, permitirles trabajar siquiera 4 o 5 horas al día?
¿Seguiremos importando tapabocas chinos, de mala calidad o respaldamos la industria nacional?