Blanco y Negro.
Columna de Gabriel Ortiz
La Reforma in-estructural que aprobó a marchas forzadas el Congreso, ordenó a todos los colombianos ¨robar poquito¨ al Estado, porque si exageran, pueden ir a la cárcel.
Es ¨lícito saquear¨ las arcas -desde un peso hasta 4.999.999.999.99- y salir tranquilo, es decir: sin tener que acudir a un juzgado, sin necesidad de visitar la ¨Modelo¨ o ¨La Picota¨. Se legalizaron las maromas y las trampas. Se permite usufructuar esas jugosas sumas para visitar los ¨paraísos fiscales¨, o pasearse por el mundo comprando y disfrutando del dinero que los honrados entregan a la Dian. Se ha dado patente de corso a la corrupción por esta vena rota. La otra corrupción -Reficar y etc.- continuara a través de los contratos y demás entregas que, tradicionalmente se hace a los políticos deshonestos.
Así quedó plasmado en la reforma que durante unas pocas horas pasó a marchas forzadas por el Congreso.
La reforma seguirá siendo un castigo para los colombianos, por su incoherencia, por castigar tan duramente a todos los consumidores, por disminuir la tradicional higiene y el aseo, por bajarnos la cantidad de nutrientes que necesitamos, pero dejándonos las ¨engordantes¨ gaseosas. En este último caso ganó el ¨loby¨. ¨El que tiene plata marranea¨, dice el refrán.
Las ventas también tienen su castigo, porque habrá necesidad de cambiar los códigos de todos los artículos que se expenden y eso no se hace de la noche a la mañana.
Es decir que esta colcha de retazos impositivos, tiene toda suerte de fallas, porque ni los ¨sabios¨ que se consiguió el gobierno, ni la gente de la cartera de Hacienda, tuvieron en cuenta a la gente de este país, ni su capacidad económica. Se fueron a los libros que MIT y Harvard publican como normas para países ricos y nos las aplicaron. Muchos esperaban que el tal CD actuara, pero todo se le fue en críticas, más no en actuaciones, ni en la vehemencia con la que combatieron el SÍ.
Así las cosas, empezaremos el nuevo año, transitando por los caminos de la escasez, no en los anaqueles, como ocurre en Venezuela, sino en los bolsillos de una población que cada vez gana menos y de unos pensionados a los que año tras año, lanzan a la indigencia. Los onerosos aportes del 12% para salud quedaron en firme. Son otros 3 billones para la corrupción.
Se pensó solamente en sacarnos plata para que se enriquezcan los de siempre y para mantener la voracidad de los políticos corruptos. Eso es todo. ¡FELIZ AÑO!
BLANCO: La calidad y cantidad de los trabajos presentados al Premio Nacional de Periodismo CPB.
NEGRO: Vivanco encarnó en el destituido procurador Ordóñez.