De acuerdo con Jorge Morales, secretario ejecutivo de la Comisión estatal de protección a periodistas en Veracruz, Ríos fue asesinado junto a otras dos personas pese a que se encontraba dentro de un programa gubernamental de protección a comunicadores y defensores de derechos humanos.
El reportero, que cubría la fuente policial en el Diario de Acayucan, fue atacado a tiros junto a un ex jefe de la policía y a otra persona no identificada, cuando estaban afuera de una tienda en el pueblo de Covarrubias, unos 200 kilómetros al sureste del puerto de Veracruz.
Ríos, conocido entre sus colegas como «Pavuche», falleció mientras era trasladado al hospital debido a las heridas de bala de alto calibre que recibió, según explicaron fuentes conocedoras del caso.
El periodista era conocido por su larga trayectoria cubriendo nota roja y por haber tenido conflictos con algunos exalcaldes de la región debido a su labor periodística. En lo que va del año han sido asesinados otros ocho periodistas mexicanos, así como un camarógrafo hondureño que buscaba refugio en México tras el homicidio en su país de un colega.
Reportero del diario regional en México que estaba bajo protección gubernamental seria el décimo periodista asesinado en lo que va de año, una trágica cifra que ratifica al país como uno de los más peligrosos del mundo para ejercer el periodismo..
México es uno de los países más peligrosos del mundo para ejercer el periodismo con más de 100 reporteros asesinados desde 2000, según organizaciones en defensa de la libertad de expresión que denuncian que más del 90% de estos crímenes siguen impunes.
Esta tendencia creció tras la ofensiva militar que lanzó el gobierno en 2006 contra el narcotráfico y que atizó la violencia en varias regiones del país. En 2016 se alcanzó un pico de homicidios con 11 casos.
Los nueve periodistas asesinados son: Cecilio Pineda, Ricardo Monlui, Miroslava Breach, Maximino Rodríguez, Javier Valdez, Salvador Adame, Jonathan Rodríguez, Luciano Rivera y el hondureño Edwin Rivera. A la violencia creciente, se suma el agravante de que un 90% de estos crímenes siguen impunes.
Esta tendencia se incrementó tras la ofensiva militar que lanzó el gobierno mexicano en 2006 contra el narcotráfico y que atizó la violencia en varias regiones del país.
Tomado: AFP