Evan VucciA
Washington
La muerte de Fidel Castro pudiera ofrecer al presidente electo Donald Trump una oportunidad para retractarse de la promesa que hizo a los electores del sur de la Florida de echar atrás el acercamiento estadounidense a Cuba.
Aunque el sábado condenó a Castro, calificándolo de “dictador brutal”, Trump también habló de un nuevo comienzo para el pueblo cubano hacia “la prosperidad y la libertad”.
“Aunque Cuba sigue siendo una isla totalitaria, mi esperanza es que hoy comience a alejarse de los horrores que ha tenido que soportar durante demasiado tiempo, y hacia un futuro en que el maravilloso pueblo cubano finalmente viva en la libertad que tanto merece”, dijo Trump.
Y a pesar de que su hermano Raúl sigue al mando del gobierno en la isla, el impacto sicológico de la muerte de Fidel no puede pasarse por alto, dijeron expertos que han pasado años estudiando la dinámica de las relaciones entre Cuba y Estados Unidos. Su muerte puede restar fuerza a los críticos más fuertes del acercamiento estadounidense a Cuba, a la vez que elimina a quien algunos analistas creen que fue el principal opositor a las reformas implementadas por Raúl Castro.
Expertos en temas cubanos como William LeoGrande, de la American University, dicen que el fallecimiento de Fidel Castro puede ofrecer a Trump una oportunidad para una postura anterior, cuando apoyaba las relaciones con la isla.
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