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La drogadicción se ha disparado en jóvenes entre los 14 y 17 años, según las autoridades.
El consumo de sustancias sicoactivas en menores de edad se está yendo en Cúcuta por caminos insospechados, advirtieron autoridades médicas y de policía.
Gabriel Rincón, jefe del departamento de toxicología del Hospital Universitario Erasmo Meoz, activó las alarmas sobre el rumbo que está tomando esta problemática en la ciudad, en el sentido que ahora no solo el consumo se está centrando en marihuana y basuco, sino en sustancias sintéticas que causan mucho más adicción y daños al organismo humano.
El consumo está disparado al ciento por ciento en jóvenes en edades entre los 14 y 17, “por lo que se hace urgente que las autoridades y los mismos papás tomen conciencia del enorme daño que se están haciendo nuestros jóvenes”, dijo Rincón.
Incluso, en pruebas hechas en pediatría se ha encontrado que niños, de manera accidental, se vieron comprometidos con sustancias sicotrópicas, todo por el descuido de sus papás adictos.
Rincón dijo que con alumnos de la facultad de medicina de la universidad de Pamplona emprendió un estudio de incidencia y prevalencia, solo en adicciones. Para ello, en los laboratorios de toxicología del hospital se están levantado registros para determinar cuántos pacientes presentan trazas de sustancias como cannabis, cocaína y barbitúricos en su sangre.
Hay un fenómeno que se está dando en Cúcuta con los niños y es que los jíbaros los vuelven adictos, primero regalándoles la sustancia y luego vendiéndosela, dijo Rincón.
Consumo de licor
Aunque no se dieron a conocer cifras, el caso de Cúcuta es mucho más grave que en ciudades como Bucaramanga, sobre todo en el consumo de heroína, que está desbordado y causa pavor en la ciudad, dijo el director de toxicología del hospital. “El problema es que la que están consumiendo los jóvenes no es de buena calidad y ello perjudica mucho más su salud”, explicó.
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