15 Agosto 2019.
Por: Colprensa
María Paz Mora juega fútbol desde los tres años, ha participado en 17 torneos de los cuales ha salido victoriosa en seis y, al menos en cuatro, quedó como subcampeona.
A la niña siempre le ha apasionado moverse en el cancha, se desempeña como arquera, y a sus cortos 10 años fue admitida para hacer parte del equipo Dinhos y competir en la Liga Pony Fútbol junto con sus 17 compañeros que son varones.
Pese a que inicialmente no hubo problema en su inscripción e incluso llegaron a jugar tres partidos juntos, el sueño de ganar esta competencia se vio truncada porque a ella la sacaron del equipo.
La decisión fue de parte de las directivas, la razón: en el grupo había una niña y esto era una “actuación irregular”.
“El equipo Dinhos fue entonces eliminado del torneo en razón de que María Paz Mora Silva había formado parte del equipo en los encuentros disputados hasta ese momento, porque se presentó queja contra uno de los partidos con el argumento de que, supuestamente, se trataba de un torneo netamente masculino”.
Así fue como el sueño de llegar al final de la competencia no solo se apagó para María Paz sino para sus 17 compañeros de cancha, quienes fueron excluidos por no tener un integrante en su equipo, ese que era la niña que le atajaba el balón a sus contrincantes.
Tras la negativa, don Álvaro padre de la menor, por medio de una acción de tutela solicitó que se le ordenará a la Dimayor, a la Difútbol y a la Liga de Fútbol de Bogotá, que dejen sin efectos la decisión de eliminar al equipo Dinhos del torneo.
Del mismo modo, que se permitiera a la menor María Paz y al club Dinhos continuar en la competencia hasta que sus puntajes se lo posibiliten, y que se ordene a las accionadas que, cumplido el reintegro, no vuelvan a realizar actos que impliquen una discriminación.
Pese a que los afectados por tal decisión, los niños y su padres, expresaron que excluir a María Paz del equipo causó tristeza, decepción, abatimiento, frustración y desconcierto dado que desde hace cinco años era su compañera y fue elegida gracias a su gran desempeño como arquera, los requerimientos de don Álvaro no fueron escuchados como se debía por las entidades.
En ese caso, las empresas de fútbol alegaron que en el torneo no estaba permitida la conformación de equipos mixtos, pues la FIFA lo prohíbe. Además, manifestaron que el club deportivo incluyó a la niña en su nómina de jugadores bajo una interpretación errada del reglamento, el cual, según afirman, al mencionar a “niñas y niños”, se refiere a las categorías femenina y masculina por separado.
Así las cosas, la aspiración de don Álvaro y la respuesta de los entutelados llegaron a los estrados judiciales, el Juzgado Noveno Civil Municipal de Bogotá acogió los argumentos y negó la tutela. En una primera lectura perdieron la batalla.
Sin embargo, al llegar a la Corte Constitucional, el alto tribunal constató que no era cierto que las reglas del torneo prohibieran la conformación de equipos mixtos, como tampoco que la FIFA, en tanto autoridad rectora del fútbol mundial, lo desaprobara. Por el contrario, se encontró que este organismo internacional estima positiva la integración y promueve la práctica del deporte del fútbol de manera conjunta entre niñas y niños.
Bajo ese entendido, la Corte le metió un gol a la discriminación de género en el mundo de fútbol pues consideró que, “al catalogar como una actuación irregular la participación de la menor María Paz Mora Silva como arquera titular en un equipo mayoritariamente integrado por niños, las entidades organizadoras del campeonato revelaron una postura sexista y discriminatoria frente a la práctica del deporte”.
La postura de la Corte se basa en que este tipo de actos reproduce estereotipos culturales que presuponen la segregación fundada en el sexo y que resulta contraria a la dignidad humana y al derecho a la igualdad entre mujeres y hombres que predica la Constitución.