26 junio 2020 –
Por: Juan Álvaro Castellanos, Socio del CPB – El Nuevo Siglo –
La ciudadanía se mantiene expectante con relación a los recursos dispuestos por el Gobierno Nacional para superar el coronavirus y pandemia, con sus incidencias en economía, comercio y trabajo, una vez se reduzca la emergencia.
El propósito oficial comprometió recursos por $14 billones para frentes sociales; tiene el Gobierno que reflejar el reponer servicios en salud, personal médico, liquidez para redes hospitalarias, medicamentos y suministro eficiente de acueductos y demás.
En parte se ha cumplido, junto con Minsalud, Mininterior y Gobernaciones, El punto de arranque desde comienzos de junio, dispuso créditos, aranceles aliviados, tributación flexible a futuro y apoyo a pagos parafiscales, de empresas particulares en transporte aéreo, y salud, así como adquisición de tecnología médica.
Esta decisión exige responsabilidad con manejo efectivo de Gobierno, sector privado crediticio y usuarios favorecidos con la ayuda ofrecida, de la que se aguarda, resultado ejemplar.
Sería lamentable que la justicia, se vea obligada a destapar un prontuario alrededor de un manejo doloso de lo financiero; Eso se teme, porque la corrupción con dineros despierta apetitos al oler miles de millones.
Ojalá ante la recesión laboral y, la amplía ayuda asignada por el Gobierno Duque, mantenga su tesón de trabajo con ideal para cumplir y prevenir como denomina su espacio en T.V.
El compromiso debe ser compartido con la sociedad civil. Está en manos de banca y financieras privadas, junto con Consejo Gremial, obligados a mantener paso firme y equilibrio decisorio.
Se debe evaluar lo advertido por el Banco Mundial; invita al país a reaccionar sobre mercados monetarios, porque percibe que tasas de interés altas: “Están frenando liquidez, crecimiento industrial y comercial” Al mirar por dentro finanzas de Colombia.
El otro carril activo deja sus aguas en las fuerzas laborales, merecidas de ser bien escuchadas, pero a su vez, con expresión sincera sin filtración de recesos y paros a futuro, porque son sabotajes y destrucción de lo público y particular.
Los elementos aquí citados, sin duda, enfocan los albores del 2021, que no son otro camino que el seguir la ruta constructiva para todos, tras la experiencia que ha vivido el país, sin espectáculos de palabra o de forcejeo en el Congreso de la República.
Aparte de buenas intenciones del Gobierno Nacional, lo deplorable actual es el descuido con Chocó, quizá con el hospital, más abandonado con cara de tugurio, y visible falta de equipos para salud.
Y se desconoce qué tan limpias son las manos que, manejan recursos nacionales para Barranquilla y Santa Marta, donde predominan fiestas privadas en plena pandemia. Es hora de cumplir la palabra, con salud y hechos.