Duque toma el control de su Supervigilancia (contra el querer uribista)

24 Mayo 2019.

El presidente Iván Duque le quitó a su Ministra de Trabajo, Alicia Arango, la potestad de nombrar a un nuevo Superintendente de Vigilancia, y se la pasó a su Ministra del Interior, Nancy Patricia Gutiérrez.

Tomado de: La Silla Vacia.

Así quedó plasmado en un decreto que Duque firmó ayer, en el que nombró a Gutiérrez como Ministra de defensa ad hoc para ese nombramiento, en reemplazo de Arango (el Ministro de Defensa, Guillermo Botero, desde el año pasado se declaró impedido para hacerlo porque tiene relación con empresas de seguridad).

El Presidente tomó esa decisión luego de que Arango anunció que no iba a nombrar en la Súper a la liberal Olga Lucía Velásquez, a pesar de que todo estaba tan listo para nombrarla que Presidencia publicó su hoja de vida para ello el 9 de abril.

Velásquez es amiga a Duque desde que se coincidieron en el Congreso, e hizo el proceso de selección después de que el Presidente le ofreció el cargo en marzo, como contamos esta semana en La Silla Cachaca.

En el cambio de Arango por Gutiérrez, según conoció La Silla Cachaca por una fuente liberal que dijo saberlo de primera mano, habría influído el expresidente César Gaviria en la reunión que sostuvo el lunes con Duque.

Ese día La Silla Cachaca publicó la historia contando que Arango no sólo se negaba a nombrar a Velásquez porque no la consideraba idónea para el cargo, como lo había dicho hacía un par de semanas, sino porque, según nos dijo, su hoja de vida le llegó recomendada por el exalcalde de Bogotá condenado por corrupto Samuel Moreno (de quien Velásquez fue Secretaria de Gobierno), a través de un tercero.

Arango reiteró esa versión en La W el mismo lunes, pero ni a La Silla Cachaca ni a esa emisora les explicó por qué la hoja de vida siguió el trámite hasta la publicación, un paso posterior a que Velásquez hubiera presentado papeles y le hayan hecho visita domiciliaria.

Según la fuente liberal, Gaviria le reclamó a Duque por qué la Ministra de Trabajo estaba diciendo que el nombramiento de Velásquez era recomendación de Samuel, a sabiendas que el propio Presidente de la República era el que lo había impulsado.

No supimos qué respondió Duque en ese momento, pero dos días después de la reunión firmó el decreto que reemplaza a Arango por Nancy Patricia Gutiérrez como Ministra de Defensa ad hoc para el nombramiento, una decisión con la que el Presidente puede retomar el control del nombramiento ante la talanquera que le estaba poniendo Arango.

Arango es una uribista purasangre muy cercana al expresidente y senador Álvaro Uribe, de quien fue secretaria privada en Presidencia. También fue una de las principales impulsoras de la aspiración presidencial de Duque dentro del uribismo

Gutiérrez, en contraste, no viene del corazón del uribismo: aunque es de derecha, inició su carrera política como liberal, luego fue vargasllerista y solo en 2015, como candidata a la Gobernación de Cundinamarca, se lanzó como uribista y con aval del Centro Democrático.

Hasta ahora no ha dado muestras de rebeldía frente a Duque y por eso su designación como Ministra de Defensa ad hoc para nombrar nuevo Superintendente le da más margen de maniobra a Duque frente al uribismo puro que se opone.

Por ejemplo, la senadora María Fernanda Cabal cuestionó desde un comienzo el posible nombramiento de Velásquez:

María Fernanda Cabal

@MariaFdaCabal

Y el Presidente, si sigue pensando nombrar a Velásquez, lo necesita: como explicamos, ella tiene un perfil distante del uribista promedio debido a que es pro acuerdo de paz y se la jugó por la reelección de Juan Manuel Santos en 2014

La excongresista llegó al Partido Liberal en 2014 como fórmula del senador Andrés Cristo, ficha de su hermano Juan Fernando (quien cedió su curul a su hermano para ser Ministro de Interior de Santos, clave para impulsar política y legislativamente el Acuerdo y quien lo respalda hasta el punto de que se fue del partido el año pasado por el respaldo de los rojos a Duque en segunda vuelta).

También fue una de las cabezas en Bogotá de la reelección de Juan Manuel Santos en 2014, y el año pasado fue vocera de la campaña de Humberto de la Calle, exjefe negociador de La Habana.

A pesar de la movida del Presidente, no es obvio que la nombren porque queda la duda sobre su posible inhabilidad para entrar al Gobierno, ya que, como también contamos, el Estatuto de Oposición restringe el nombramiento de políticos que militen en partidos que, como el Liberal, se han declarado independientes al Gobierno.

Hay otra interpretación de Velásquez y que también han hecho en Palacio que dice que no está inhabilitada, porque no era directiva nacional sino local.

Falta ver si con Gutiérrez, el Gobierno se da el lapo de nombrarla con esa duda, la oposición de Arango y la potencial crítica de que Duque sí empezó a dar mermelada, con un cargo de alto nivel a una excongresista de un partido que se declaró independiente y cuyos votos pueden darle las mayorías a Duque en el Congreso.

Tampoco es obvio que la nombren a ella porque antes de que apareciera su nombre como candidata a la Superintendencia de Vigilancia, el Gobierno le había ofrecido ese cargo a la bancada de liberales de la Cámara de Representantes, y a comienzos de este año un grupo de ellos envió tres hojas de vida que el Gobierno descartó.

En su momento el Gobierno (a través de la Ministra del Interior, nos dijo un representante liberal fuera de micrófono) les dijo a los representantes interesados en ese cargo que si la aceptaban a ella como cuota del partido, y se negaron, no sólo porque ellos no la habían recomendado, sino porque varios insisten en que está inhabilitada.

Lo que está por verse ahora es si con la designación de Nancy Patricia Gutiérrez, cuyo trabajo es tratar directamente con el Congreso, el Gobierno vuelve a negociar el cargo con los liberales, sea para que acepten a Olga Lucía Velásquez o para que propongan otro nombre.

Será algo que definirá Duque sin la talanquera que le estaba poniendo su Ministra de Trabajo.