EE. UU. advierte que habría recorte en ayuda antinarcóticos
Por:  JUSTICIA

Retorno a fumigación aérea con glifosato ya no está en la agenda bilateral con Colombia.

En diálogo con medios colombianos el martes en Bogotá, el subsecretario para Asuntos Internacionales de Narcóticos de los Estados Unidos, William Brownfield, y el embajador en Bogotá, Kevin Whitaker, reiteraron el compromiso con Colombia en la lucha contra el narcotráfico, pero advirtieron que es casi un hecho que la nueva realidad política de su país llevará a recortes en la ayuda antinarcóticos

¿El reciente informe del Departamento de Estado que evidenció un incremento en los cultivos de coca podría llevar a revisar el respaldo al proceso de paz?

 
 

William Brownfield: Nuestro informe anual sobre la estrategia global en contra de la droga ilícita contenía una historia bastante positiva sobre Colombia, como lo ha sido en los últimos años. Es posible que durante los años que vienen vayamos a ver cambios en el presupuesto, todo es posible. La primera presentación de la Casa Blanca para el presupuesto del 2018 representa un corte bastante severo en términos de los recursos disponibles para programas de apoyo internacional, hasta del 37 por ciento para el Departamento de Estado. Aún se puede cambiar esa cifra por solicitud del secretario de Estado directamente al presidente, y cuando el Congreso de los Estados Unidos tome su decisión sobre el presupuesto. Pero el impacto de este presupuesto ni siquiera aparecerá en los próximos dos años. Es un poquito preocupante, sí; pero una crisis, no. Ni siquiera un daño. Este momento es más de conversación y menos de amenaza.

 

¿Evidencian una relación entre el aumento de la coca y el proceso de paz?

Kevin Whitaker: El aumento tiene muchas raíces: una, la terminación de la aspersión aérea. Otra, que no habíamos usado la aspersión en los dos últimos años en la misma proporción de años anteriores. Tercera, el hecho de que se emitió el capítulo cuatro del acuerdo de paz en octubre del 2014, antes de que se firmara (el acuerdo final), creó un incentivo perverso al cultivo de coca, porque se mostró claramente que las comunidades iban a recibir beneficios. Otro aspecto es lo que pasó en agosto de 2013, cuando la protesta social llevó al fin de la erradicación en el Catatumbo. Eso demostró lo efectivo de esa táctica de la protesta social para bloquear la erradicación. Esos son los elementos claves para el incremento de los cultivos.

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¿EE. UU. insistirá en que vuelva la fumigación aérea?

W.B.: Aceptamos la decisión del Gobierno de Colombia y expresamos nuestros puntos de vista en el momento en el que se tomó esa decisión en cumplimiento de sus leyes y su Constitución. En este momento ese tema ni siquiera es elemento de un diálogo bilateral entre Estados Unidos y Colombia. Sin duda tendremos un diálogo positivo sobre erradicación y sobre la necesidad de aumentar la erradicación para controlar el crecimiento de los cultivos de coca, pero la aspersión (aérea), desde nuestro punto de vista, no es parte de este diálogo.

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¿Cómo ven la nueva estrategia de erradicación?

K.W.: Somos socios en esto y hemos venido hablando. Estados Unidos dice sí a la posibilidad de erradicación forzosa hecha por el Ministerio de Defensa y sí a la posibilidad de una erradicación voluntaria arreglada con las comunidades a cambio de colaboración y asistencia para llevar una vida lícita y digna en el campo. A lo mejor se pueden integrar esos dos escenarios, y de eso se trata la conversación que estamos sosteniendo con Colombia. En la medida en que podamos ayudar al Gobierno lo vamos a hacer; pueden contar con nosotros.

W.B.: Históricamente hay dos mecanismos de erradicación: persuasivo y disuasivo. Creo que es un tema legítimo y válido para conversación entre los gobiernos. La decisión es del Gobierno colombiano, y el diálogo es para ver cómo podemos colaborar y apoyar. La historia sugiere que para tener éxito hay que tener algún tipo de equilibrio entre erradicación persuasiva y la disuasiva.

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El ministro de Defensa pidió que se reconozca el esfuerzo de Colombia y que exista corresponsabilidad en temas de consumo… 

W.B.: En Estados Unidos tenemos una crisis de consumo, pero de heroína y productos relacionados con el opio. Hay un aumento, pero bastante limitado, del consumo de cocaína en este momento. No digo que el consumo de cocaína en Estados Unidos sea irrelevante: históricamente hay una relación simbiótica entre el consumo en Estados Unidos y la producción de cocaína en Colombia. No digo que eso se ha roto, pero sí que el aumento del consumo de cocaína es bastante lento en Estados Unidos. Se ve un aumento mucho mayor en otras partes del mundo, como Europa y el sur de América, en países como Brasil y Argentina, y en Asia oriental.

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K.W.: Permítame decir que con Colombia hemos trabajado para enfrentar el narcotráfico los últimos 20 años. Somos socios, somos amigos y aliados. Todo este tiempo hemos trabajado muy bien juntos y diría que no hay mejor relación en ese sentido en todo el mundo. No solo en el hemisferio, sino en todo el mundo. Entonces, reconocemos nuestra responsabilidad y reconocemos en Colombia un socio sin par.

¿Cómo va la financiación de Paz Colombia?

W.B.: Esto es una obra en proceso. Estamos en conversación en este momento. El Gobierno está dando los primeros pasos del pos- acuerdo de paz, y nosotros estamos en los primeros pasos de un nuevo gobierno: se están tomando decisiones y definiendo las políticas y estrategias de la nueva administración. Hay que estar atentos unos pocos meses más para ver a dónde aterrizamos en esta doble transición.

¿Wahington insistirá en la extradición de guerrilleros?

K.W.: El acuerdo (de paz) es muy claro en que antes del 1.º de diciembre del 2016, las actividades relacionadas con el narcotráfico no son extraditables si se trata de una actividad vinculada al proceso revolucionario de las Farc. Pero si se trata de una violación para un beneficio personal, es distinto: esa decisión es del Gobierno de Colombia en su derecho soberano. Nosotros vamos a seguir pidiendo en extradición, y Colombia, conforme con su ley, su Constitución y el acuerdo de paz, tomará sus decisiones. Reitero que hay una relación excelente entre los dos países, y eso va a continuar.

¿Las Farc seguirán en las listas de terroristas?

K.W.: Las Farc están designadas bajo la ley de los Estados Unidos como una de las organizaciones de narcotráfico más grande del mundo y un organismo de terrorismo internacional. Eso no ha cambiado. Eso es una designación basada en los hechos percibidos por el Gobierno de los Estados Unidos bajo la ley. En la medida en que existan razones para reconsiderar o tomar en cuenta otra evidencia, vamos a hacerlo de manera seria, rigurosa y a tiempo. Pero en este momento siguen con esa designación.

La orden del presidente Trump es recortar los gastos de asistencia exterior

Desde su llegada a la Casa Blanca, el presidente Donald Trump ha planteado el recorte gradual de la ayuda financiera que brindan Estados Unidos a otros países. Según los anuncios, habrá un recorte en el presupuesto del Departamento de Estado y en la ayuda internacional -que cada año representa unos 50.000 millones de dólares – para redireccionar esos recursos a necesidades internas o a otras prioridades.

Entre los planes del presidente Trump está aumentar en 54.000 millones de dólares el gasto militar. Según Mick Mulvaney, director de Administración y Presupuesto de la Casa Blanca, el recorte a ayuda extranjera sería del 37 %.

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Tomado de: eltiempo.com