4 Junio 2019.
Foto: Fernando Ariza.
Mientras algunos gremios de la producción están en modo alerta debido a los niveles que ha alcanzado el dólar en los últimos días y el efecto que esto tendrá en las distintas industrias –el viernes pasado rozó los 3.400 pesos–, analistas del mercado creen que la actual tasa de cambio no será permanente y su impacto en la inflación no hará que esta se desborde.
Tomado de: El Tiempo. Sin embargo, el mayor temor entre los analistas es que no haya un pronto cierre en la desenfrenada guerra comercial de Estados Unidos contra China y otros países del mundo, a la que se le achaca buena parte del alza del dólar, que el viernes pasado estuvo a escasos 2 pesos de los 3.400, aunque la tasa de cambio oficial se mantiene por debajo de ese nivel (3.377,16 pesos para este martes).
El temor de los empresarios radica en que un dólar en esos niveles tendrá efectos negativos en renglones como el turismo, ahora que se inician las vacaciones de mitad de año; en los precios de los vehículos, el comercio, vía bienes importados, y en la industria en general, lo que a largo plazo le pegará a la inflación, hoy en niveles de 3,25 por ciento.
Para Ernesto Ortiz, presidente de General Motors Sudamérica Oeste, “es inminente el alza en los precios del sector automotor colombiano… Es una medida inevitable que nos veremos obligados a tomar en la industria en el cortísimo plazo”.
Explica que las compras de los vehículos, así como de componentes, se hacen en el exterior y en dólares, lo que encarece el proceso.
“El 80 por ciento de los costos del sector se registran en dólares y el ciento por ciento de los ingresos, en pesos colombianos, por lo cual hay una pérdida económica muy grande para las marcas”, dijo.
“En el corto plazo, una devaluación puede afectar la demanda de vehículos más por el deterioro del índice de confianza del consumidor que por variación del precio. Esto porque hay una alta relación entre tasa de cambio real e índices de consumidor. A su vez, el índice de confianza del consumidor afecta la disposición a la compra de vehículos”, señala por su parte Oliverio García, presidente de la Asociación Nacional de Movilidad Sostenible (Andemos).
Los empresarios del sector turismo también creen que esta situación los afectará.
Paula Cortés Calle, presidenta de Anato, gremio de las agencias de viajes, dijo que el alza del dólar y su inestabilidad les generan preocupación por el impacto en el turismo, por lo que desde ya están trabajando en fortalecer la oferta de productos turísticos en el país.
Desde la Asociación Nacional de Empresarios Colombianos (Andi), su presidente, Bruce Mac Master, advierte que la volatilidad de la tasa de cambio es la mayor preocupación de sus agremiados.
“Esperamos que el mercado se estabilice y así poder cumplir con los presupuestos, ejecutar mejores planes de inversiones y compras de materias primas importadas, que sin duda se ven afectados por la alta volatilidad de la tasa de cambio”, precisó.
Por su parte, Camilo Herrera, presidente de la firma Raddar, señala que esta devaluación les pegará a productos como Netflix más que a otros importados, como los de tecnología, que cuentan con inventarios y viven de promociones.
“No creo que llegue (la devaluación) a afectar la inflación más de 0,3 por ciento”, dice. Y agrega que la devaluación de este año no es tan grande como la de 2014, que fue del 67 por ciento, mientras que la de este año apenas va en un 15 por ciento.
Por su parte, desde el sector constructor los empresarios advierten que productos como pisos, cocinas, accesorios de diseño y acabados, entre otros, son algunos de los insumos que demandan y muchos de ellos son importados. Por eso, el impacto del dólar alto es evidente.
Esta industria mueve cerca de 30 subsectores, que, de una u otra forma, tienen proveedores de insumos y servicios de otros países. Es el caso de las construcciones de vivienda de estrato alto o de otros usos como oficinas, hoteles y centros comerciales, que por sus características y nicho de mercado, están pasando por un momento complicado.
Fernando Luna, presidente de la compañía Vitelsa, que importa y transforma vidrios dicen que “en menos de tres meses el dólar ha aumentado un promedio de 10 por ciento y eso nos afecta, además, porque cerca del 90 por ciento de lo que manejamos proviene del exterior”.
Según el empresario, el sector constructor demanda gran parte del producto de Vitelsa y, en ese escenario de la tasa de cambio, la inversión cayó de forma importante. “Hemos tenido que sacrificar las utilidades para no subirle el precio al cliente final, y, aunque no estamos trabajando a pérdida, tampoco generamos las ganancias de antes”, enfatizó.
Inflación, resguardada
Pese a esto, en el escenario del largo plazo no se ve que esa alza del dólar pueda golpear con fuerza el comportamiento de la inflación, incluso si la tasa de cambio se mantiene por varios meses o tienda a subir un poco más.
En Bancolombia, por ejemplo, dicen que el golpe esperado de la depreciación del peso en los precios podría acelerar la inflación en 20 puntos básicos, llevándola a cerrar el año en 3,6 por ciento, y que, incluso, en un escenario estresado de devaluación anual de 15 por ciento y tasa de cambio promedio de 3.630 pesos para el resto del 2019, no llevaría a la inflación a superar el 4 por ciento, que es el techo del rango meta fijado por el Banco de la República. De cualquier forma, esa transmisión tardará al menos un año en darse.
“El riesgo sobre los precios que enfrentamos en la actualidad es de una magnitud moderada y, por lo tanto, no generaría una respuesta de política monetaria tan contundente como la que se adoptó en 2015-2016”, agrega.
Entre algunos analistas hay consenso en que no solo el alza del dólar será temporal y que su impacto en los precios de la canasta no será sustancial, claro está, bajo un escenario de acuerdo que ponga fin a la guerra comercial entre Estados Unidos y China.
“Los niveles que vemos del tipo de cambio en Colombia no son permanentes. No nos vamos a quedar en 3.350 o 3.400 pesos por siempre. Si ese fuera el caso, más o menos a los ocho meses se sentirá el impacto más importante en la inflación después de que se ha sufrido un choque de tipo de cambio, pero los cálculos siempre nos dan un bajo nivel de transmisión en Colombia”, advierte Munir Jalil, economista jefe para Colombia y Perú de BTG Pactual.
Según explica, por cada uno por ciento de depreciación del peso se generará una presión inflacionaria a los ocho meses, más o menos, de 6 puntos básicos, con lo cual no hay riesgo de desbordamiento de la inflación.
Y agrega que, cuando analizan no todo el IPC, sino por componentes, como los bienes importados (transables), más atados a las fluctuaciones del dólar, se observa que también a los ocho meses se presenta un impacto de hasta 13 puntos básicos por cada 1 por ciento de depreciación del peso; una transmisión mucho más fuerte que con ese tipo de cambio (3.400 pesos) sería de medio punto porcentual o un poco más de inflación que se generaría.
Los riesgos de la desaceleración mundial
El economista Daniel Niño cree que la situación no está tan fácil, e incluso ve un escenario con desaceleración global que podrá en apuros a Colombia. “La parte más delicada es lo que uno piensa de para dónde se moverá el crecimiento mundial, y creo que nosotros vamos a tener unos tres meses adicionales en los que las cifras económicas globales apuntan a ese riesgo de recesión, y, por ende, no es tan fácil plantear que la tasa de cambio se devuelva porque lo primero que necesitamos es que cambie un tema que no se sabe si variará, y es la política exterior de Estados Unidos con este tema comercial”, dice.
En su opinión, aparentemente volvieron los halcones a la política exterior de Estados Unidos, y estos no miran los efectos de esa política en la economía, sino que lo que les interesa es ese juego geopolítico duro y rudo, “y, si estoy en lo cierto, lo más probable es que continúe el deterioro económico mundial y que la tasa de cambio, que muchos dicen que no puede continuar subiendo, en ese escenario sí lo hará”.