El estilógrafo de Fidel Castro que terminó empeñado en Bogotá
Foto: Archivo particular

Juan Darío Lara (i), Jaime Viana, Amparo Pérez y Fernando Barrero 

Anécdotas del encuentro del fallecido líder cubano con una delegación de periodistas hace 40 años.

Por:  JUAN DARÍO LARA | 

Que se empeñe por razones económicas una joya o cualquier otro objeto de valor no es extraño, para eso están destinadas las casas de compraventa que, por una suma que no es la requerida ni la justa, sacan de apuros a cualquier persona.

Sin embargo, entre todos los tipos de artículos que circulan a diario en las vitrinas de estos establecimientos, hubo uno de valor emotivo y romántico que no merecía este triste final. Se trató del estilógrafo bañado en oro con el que el comandante Fidel Castro firmó la Constitución de Cuba.

Un valioso instrumento que estuvo ligado con un personaje que creó actitudes contradictorias en el mundo y que hace 40 años fue empeñado por una deuda en una de esas casas de compraventa o en algún lugar de diversión de la capital del país.

(Le puede interesar: Cuba rinde homenaje a Fidel Castro con mensaje de resistencia a Trump)

En febrero de 1976, el entonces Emabajador Ramiro Andrade, exparlamentario del Movimiento Revolucionario Liberal (MRL), fallecido en junio del año pasado, se reunió con el extinto Comandante para dialogar en tono jocoso y serio con algunos periodistas y empresarios colombianos que para esa fecha visitaban la embajada de La Habana, este último, en un acto de desprendimiento y generosidad, le obsequió el preciado estilógrafo al fallecido periodista Yolian Londoño Passos.

En un momento de la reunión, el emblemático líder cubano quiso prender un gigantesco habano, y en un gesto audaz Londoño le extendió su brazo que sostenía un ‘mechero’ prendido con una llama inmensa que sorprendió a Fidel, no solo por el fogonazo sino porque lo obligó a echar su cabeza hacia atrás para evitar de esta manera que se quemara su espesa barba.

Aterrado preguntó: “¿Qué es eso? ¿Un ‘mechero’ hecho por los ‘gringos’?”, lo que de inmediato causó un estallido de risas entre los asistentes que lo rodeábamos.

Como un acto de reciprocidad con el periodista, Castro sacó del bolsillo izquierdo de su chaqueta verde oliva el famoso estilógrafo de oro y se lo obsequió a Londoño, no sin antes decirle: “Con esta pluma firmé la Constitución de Cuba”.

Los periodistas Alberto Giraldo, Amparo Pérez, Fernando Barrero y Jaime Viana, con quien compartí esta experiencia en Cuba, quedaron al igual que yo, atónitos por el acto que había acabo de realizar el líder cubano. Entre los empresarios de la misión comercial que visitaban la isla en ese momento estaban Fabio Echeverry Correa, presidente de la Asociación Nacional de Empresarios de Colombia (Andi); Emilio Urrea Delgado, presidente de Fenalco; Armando Devia, presidente de la Cámara Fedemetal adscrita a la Andi, y Alberto Galeano, director de Proexport (ahora Procolombia).

(Además: Cuba prohíbe usar el nombre de Fidel Castro en espacios públicos)

Al concluir la reunión con Fidel Castro, varios integrantes de esta comitiva le ofrecieron al periodista comprarle el invaluable objeto por el precio que fuera, sin embargo él prefirió guardarlo para mostrárselo a su familia y amigos una vez aterrizara de nuevo en Colombia.

No obstante, la admiración por el inesperado regalo que recibió de manos del propio Fidel Castro le duró poco a Londoño, quien en un arrebato de sinceridad me confesó que lo había empeñado; no recordaba dónde ni por cuánto dinero a cambio.

En ese diálogo que sostuvo en la embajada de La Habana hace cuatro décadas, el mandatario cubano exhibió a los asistentes los amplios conocimientos que tenía sobre Colombia, en especial sobre su economía, política y otras actividades; incluso en algún momento de la noche hasta llegó a preguntar sobre la producción de hierro del país y las “sabrosas arepas colombianas”.

Ése día además aprovechamos para preguntarle sobre la participación que tuvo en el desarrollo del famoso ‘Bogotazo’, que tuvo lugar el 9 de abril de 1948, tras el asesinato del excandidato presidencial por el partido Liberal Jorge Eliécer Gaitán.

(Lea: Raúl Castro convierte en ley el último deseo de Fidel)

Castro nos aclaró que nunca participó en esa acción. “Me hallaba en los alrededores del Hotel Granada, cuando observé una muchedumbre gritando que se dirigía hacia la avenida Jiménez, traté de ir pero me detuve por precaución. Lo lamenté mucho”.

Respondió también preguntas de los invitados a la embajada sobre la participación de las tropas cubanas en Angola, en lo que se conoció en su momento como ‘Operación Carlota’.

El Comandante argumentó que lo hacían por el abandono en que los tenía el ‘imperialismo yanqui’; potencia a la que despreció a causa del embargo comercial que realizó Estados Unidos a Cuba desde comienzos de los 60.

¡Qué paradoja! Castro no solo alcanzó a ver restablecidas las relaciones entre Cuba y los Estados Unidos en el 2015, además extendió su revolución a Colombia apoyando las guerrillas internas del país y facilitó su territorio por más de cuatro años para que se desarrollaran de manera efectiva los diálogos de paz entre las Farc y el Gobierno Nacional.
Fidel Castro murió el viernes 25 de noviembre del año pasado a las 9:30 de la noche (hora de Cuba), según lo comunicó oficialmente su hermano Raúl: “Ha muerto Fidel Castro, el Comandante de la Revolución Cubana”.

Tenía 90 años recién cumplidos y hacía algunos días había dicho ante el Congreso del Partido Comunista Cubano: “A todos nos llega nuestro turno”.

Por Juan Darío Lara, socio del CPB,
Especial para EL TIEMPO

Tomado de:El Tiempo.com