El periodista y consultor español Ismael Nafría, autor del libro La reinvención de The New York Times, visitó la redacción de El Cronista para hablar sobre los cambios en el modelo de negocio que deben hacer los medios para sobrevivir. Ante la caída de publicidad, dice que el «todo gratis es insostenible» y que los lectores deben pagar por información confiable.
En tiempos en que la cultura digital avanza con la fuerza de un tornado, la pregunta que se impone con frecuencia en la industria informativa es cuál será el futuro del periodismo y del negocio. Información gratis en la web y redes sociales, con fake news incluidas, caída de ventas del papel y una baja en la publicidad, pusieron de cabeza al sector que fue cambiando como pudo según los postulados del momento. A fuerza de ensayo y error en los últimos 20 años, de a poco el futuro parece estar más claro. Ismael Nafría, periodista especializado en medios digitales y consultor español, asegura que se viene imponiendo en varios mercados una tendencia que vuelve a poner en valor al trabajo periodístico de calidad. «Un periodismo en el que se puede confiar y tenga sentido pagar porque ofrece un diferencial», afirma.
El experto, nacido en Barcelona en 1968, sabe de lo que habla. Estudió la adaptación de The New York Times a la era digital y su modelo de negocio de los últimos 20 años y lo ha volcado en el libro La reinvención de The New York Times (Knight Center), con el objetivo de obtener lecciones útiles para otros medios. Desde entonces, no para de dictar conferencias sobre medios digitales y viajar por el mundo.
«Este es mi séptimo viaje a América latina en un año», le dice a El Cronista, en un charla realizada en la redacción con editores y periodistas. Nafrías viajó a Buenos Aires invitado especialmente por Google Argentina, quien gentilmente compartió una de las charlas con el staff del diario para hablar de la transformación que aún vive The New York Times.
«Es uno de los procesos de reinvención más importantes ocurridos en la historia de la industria periodística. Ha cambiado el producto periodístico, el modelo de negocio, la relación con los lectores y anunciantes, la manera de trabajar, la configuración del equipo», afirma.
Cuenta que su interés por la reconversión del diario estadounidense surgió cuando trabajaba en el grupo Godó, editor del centenario diario La Vanguardia, en Barcelona, donde durante ocho años ocupó varios cargos destinados a avanzar con la estrategia de digitalización. «Quienes hemos trabajado en medios de comunicación digitales, el New York Times ha sido siempre la referencia. Me propuse hacer el libro en el 2013, en el momento clave de la historia reciente del diario con la apuesta por el pago por los contenidos, y me dediqué a escribirlo un año entero. Y desde entonces se ha generado un debate en muchos países de habla hispana que es impresionante», relata.
Según explica, se trata de un modelo que sigue apostando por el periodismo de calidad, pero con las formas y con el modelo de negocio digital, en el que se le pide a los usuarios, y no tanto a los anunciantes, que sean los que sostengan económicamente esta apuesta informativa.
Nafrías contó algunos de los tips que analizó en su libro desde 1994 hasta la actualidad, sobre cómo fue transformándose el negocio, la forma de trabajar de la redacción, la manera de relacionarse con los usuarios y con los anunciantes. A continuación, los datos más significativos:
– «No existe fórmula mágica para una transformación digital exitosa. Hay que probar, y si no funciona, cambiarlo. Pero debo decir que sólo funcionan modelos en dónde hay una claridad enorme del editor a la hora de plantear la necesidad de cambio y, al mismo tiempo, mantener el periodismo de calidad».
– «El New York Times no sólo mantuvo su redacción sino que la amplió. Nunca redujo su equipo, incluso en los años más duros de caída de publicidad. Hoy la redacción está formada por 1450 profesionales que ganaron tres Pulitzers recientemente».
– «El diario estadounidense apostó en 2011 por las suscripciones digitales como su nueva vía de ingresos. Hoy son casi 2,8 millones de personas las que pagan por su información y sus servicios digitales».
– «Actualmente, el 63% de sus ingresos proceden ya de sus lectores, mientras que los anunciantes aportan únicamente el 30,4%. Es un cambio histórico. Hay una tercera vía de ingresos (6,6%), donde entran la realización de eventos, la venta de contenidos a terceros e, incluso, una agencia de viajes en la que el turista es acompañado por un experto del New York Times. El viaje tiene así un valor distinto».
– «El debate sobre el todo gratis, que se impuso hace años en la mayoría de los medios como el requisito imprescindible para triunfar, se sigue dando en todas partes. En especial, en España, donde en la mayoría de los medios se sigue diciendo que nadie va a querer pagar por la información. Eso pasa en todos lados al comienzo. Pero luego, una gran parte del público acaba entendiendo que la información no puede ser toda, siempre y de gran calidad gratuita, porque eso es irreal. Además, la publicidad digital no es al final la alternativa de ingresos que prometía. Si bien no paró de crecer, los grandes beneficiarios fueron las grandes plataformas digitales, como Google o Facebook».
– «En toda la Europa occidental, gran parte de los medios tienen una fórmula de pago. Y en algunos países empieza a ser muy relevante esa vía de ingresos. En algunos diarios franceses, británicos y alemanes es muy importante. Y en todos los diarios escandinavos es fundamental. En España, sólo se da esto con un diario catalán que se llama Ara. Nació en 2010 y desde el principio fue pago. En un país donde nadie paga por la información, este diario regional tiene 45.000 suscriptores, la mitad en papel y la mitad digital. Es un buen paso. Sea cual sea la fórmula, el usuario tiene que formar parte de la solución del modelo de negocio de los medios».
Nota tomada de El Cronista.