“El periodismo de calidad es costoso”
“El periodismo de calidad es costoso”

Nora Sanín estuvo durante los últimos 18 años al frente de Andiarios, el gremio de los periódicos. En este tiempo vio desde la primera fila cómo se transformó el mundo de los medios, y con él, la propia sociedad. Estas son sus reflexiones a las puertas de su retiro.

SEMANA: ¿Cómo cambiaron los periódicos en estos años?

NORA SANÍN: Antes eran empresas fuertes, sólidas e independientes alrededor de un periódico. Hoy cada empresa tiene muchos periódicos: el gratuito, el popular, los de nicho y muchas plataformas. Y el segundo cambio ha sido la llegada del mundo digital. El modelo anterior estaba basado en la publicidad, y algo en la circulación. Eso está cambiando y cometimos un error grave que fue entregar contenidos gratis.

SEMANA: ¿Cuánto se demorarán los periódicos en cobrar por internet?

N. S.: Todo el mundo está buscando modelos, pero nadie tiene la verdad revelada. The New York Times tiene 3 millones de suscriptores digitales sin disminuir los del impreso. Sus ingresos por publicidad antes eran del 70 por ciento y ahora son del 50 por ciento. Tiene menos publicidad, pero más lectores. Todos tenemos el reto de convencer a los lectores que hay que pagar por los contenidos.

SEMANA: ¿Será posible?

N. S.: El secreto está en ofrecer muy buenos contenidos. Historias y análisis que la gente no encontrará en ninguna otra parte.

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SEMANA: ¿Los periódicos siguen siendo tan influyentes como en el pasado?

N. S.: En el mundo digital la gente no sabe dónde lee las cosas, no se acuerda. Las marcas funcionan diferente. Hoy a la gente no le importa si lo que lee es verdad. Casi siempre busca que le confirmen lo que quiere oír, que le reafirmen sus convicciones. Por eso lo más importante es crear una cultura en las audiencias.

SEMANA: A juzgar por la polarización uno diría que la prensa no ha logrado hacer más vigorosa la democracia…

N. S.: Nosotros a veces vemos muy mal nuestra democracia, pero de afuera no nos ven tan mal. La verdad es que en casi todas nuestras regiones hay un periódico fuerte. A veces se presume que ellos entran en el juego de la polarización porque informan sobre algo. En contextos como el actual es muy difícil armar una primera página sin que la gente presuma que se está tomando partido, así no sea cierto.

SEMANA: ¿Hasta qué punto las redes le ponen la agenda al periodismo?

 

N. S.: El periodismo serio tiene que ser más crítico con lo que circula en las redes. No se puede caer en la tiranía del tráfico. Tenemos que trabajar para que nos crean, para que nos respeten. Las redes traen cosas maravillosas, pero a veces convierten mentiras en verdad. Ese es el problema mayor. ¿Cómo luchar contra eso? Tenemos que buscar caminos. El periodismo necesita espacios de reflexión.

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SEMANA: El imperio de la posverdad nace también de la falta de contexto que debe dar la prensa…

N. S.: Alguien me decía que en los periódicos hay que tener dos salas de redacción: una en caliente para las noticias, y otra en frío para el contexto y el análisis. El problema es que todo esto ocurre en medio de una crisis económica coyuntural del país y una estructural de los medios. Yo sueño con que se hagan mejor las cosas.

SEMANA: ¿Cómo ve a los periodistas de esta generación?

N. S.: Hay muchos a los que me les quito el sombrero. Pero en términos generales falta esa vocación y esa pasión de vibrar con la noticia. Los jóvenes son mejores que nosotros, sobre todo son más igualitarios. Pero al mismo tiempo los veo encerrados en su nicho, tratando de oír solo lo que quieren oír.

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SEMANA: Usted es apasionada de la libertad de expresión. ¿Cómo ve al país en esa materia?

N. S.: Siento alegría porque el año pasado no hubo ni un periodista asesinado. Pero hubo más de 200 agresiones. Y me preocupa que haya zonas del país sin periodismo. Regiones donde no hay información que es casi como estar sin agua o sin comida para los niños.

SEMANA: ¿De qué se siente orgullosa en estos años?

N. S.: Cuando secuestraron a Diana Turbay hicimos la revista que ella dirigía en Andiarios. Sacamos dos ediciones con las mejores firmas, hasta Germán Arciniegas escribió, y los periódicos le dieron la publicidad. También recuerdo que durante la Constituyente nos tocó frenar normas horribles que se propusieron. Lo mismo en el Congreso…

SEMANA: ¿Qué sigue para usted en su retiro?

N. S.: Seguir leyendo los periódicos cada mañana, con el placer que lo he hecho toda mi vida. 

Tomado de: semana.com