13 junio 2020 –
Por: Arturo Guerrero, Socio del CPB – El Colombiano –
La libertad no es hacer lo que a uno le provoque. La libertad es poder hacer lo que a uno le provoque. Hay una grieta ancha entre hacer y poder hacer. Hacer significa llevar a hechos lo que a uno le dé la honrada gana. Pero es claro que ni la vida ni las fuerzas aguantarían para que cada persona haga de todo.
Eso no importa. Lo decisivo es que esas personas sientan que las múltiples posibilidades están a su alcance. Esto es poder hacer, tener abierta la opción de realizar todas las cosas. Por eso millones de asiáticos, latinoamericanos y africanos se iban a Estados Unidos.
Se hacían la película de que ese país es paraíso de oportunidades. Allá saldrían adelante, así tuvieran que restregar inodoros por años. El horizonte millonario, si no para ellos para sus hijos, era la combustión de su esclavitud prolongada, trocada en sueño de libertad.
He aquí lo que no han entendido nuestros gobiernos cuando aparecen en los medios a decretar encerramientos virales. Su intento de atajar los ríos amazónicos que constituyen el empuje interno de cada colombiano, es un fracaso multiplicado por innumerables canales líquidos que entonces inundarán tierras.
La justificación de que aquellos “protocolos” son un cariño para cuidarse uno y cuidar a los demás del contagio, quedó hecha trizas por el caricaturista argentino Tute. En una viñeta de mayo titulada “Marcha anticuarentena”, aparece un mar de cabezas apeñuscadas, gente que protesta, y a lo ancho ondea esta única pancarta: “Estamos en contra de nosotros”.
No gracias, no se molesten, sus señorías. No nos obliguen a sus trajes hospitalarios antifluidos, a sus caretas plásticas de soldador. No nos amputen los parques donde entre el sol y los árboles quedaríamos blindados. Ante todo, no nos alejen de la animación de la tertulia donde somos capaces de desbaratar y armar este mundo.
En una palabra, no se metan con nuestra libertad. No dictaminen lo que no podemos hacer, porque más rápido lo hacemos. Más bien expándannos, suministren datos fidedignos sobre la pandemia y sus contras, exciten nuestras habilidades imaginativas y creativas, póngannos de su lado como aliados.
Porque si continúan sumando imposiciones para salvarnos de la muerte, ya tenemos la respuesta: “Estamos en contra de nosotros”.