Sabían que las obras para los campamentos guerrilleros estaban en cero, y que tendrían que trabajar durante 15 o 20 días bajo las altas temperas de la zona, ubicada en el Nordeste antioqueño, para tener un lugar en el cual iniciar su tránsito a la vida civil.
“Estamos aquí para cumplir”, manifestó Luis, un insurgente que lleva 25 años en las Farc. “Nosotros venimos conscientes de que no hay nada y que nos toca arrancar de cero, como siempre lo hemos hecho en la montaña; en 30 minutos tendremos donde dormir y así podremos iniciar la construcción de los albergues donde viviremos por 180 días”, agregó el guerrillero.
En fotos: Farc marchan hacia zonas de concentración en Antioquia
A la explanada llegaron mujeres embarazadas y con bebés en brazos, a quienes quieren heredarles un territorio en paz. La mayoría de los guerrilleros fueron niños que crecieron en la zona y en algún momento se fueron a combatir en las montañas de Antioquia, del Sur de Bolívar y Sucre, por lo que varios familiares estuvieron esperándolos por horas y días.
Los habitantes de Carrizal aseguran que el Gobierno es el que está incumpliendo, ya que los escasos materiales que se encuentran en este territorio llegaron tarde y las adecuaciones dependen de los mismos guerrilleros.
A construir futuro
Wilson Vega es un habitante de Carrizal, miembro de la Asociación Campesina del Valle del Río Cimitarra, ACVC. Asegura que pocas cosas han cambiado desde que hace siete meses se declaró este espacio como una zona veredal.
“Hay agua, pero para el mecanismo y para los guerrilleros; va a haber energía a través de cuatro plantas, todo para ellos. Nosotros seguimos en las mismas condiciones”, advirtió Vega. Lo único que reconoce que ha mejorado es la carretera.
Carrizal es una vereda en todo el límite entre Segovia y Remedios, en la que los campesinos se han convertido en mineros informales, motivo por el cual los nacimientos de agua están contaminados con mercurio y la deforestación, producto de explotación de madera, está acabando con las pocas fuentes de agua pura que quedan.
Lo que sí ha cambiado es el ambiente. “Ahora, a pesar del miedo, estamos optimistas”, dijo el líder campesino.
Juntos, tres de los comandantes guerrilleros: Alberto Cancharina, Mario Morales y Balmore Ortiz, dijeron a EL COLOMBIANO que están convencidos de cumplir los acuerdos, pero que esperan que el Gobierno sí cumpla.
“Si una de las dos partes no cumple sería muy grave, no se avanzaría en las garantías de no repetición y se repetiría la historia, así nosotros no alcemos las armas lo harán otros”, sentenció Cancharina, comandante del Bloque Magdalena Medio.
Ante los inconvenientes propios del desplazamiento de los guerrilleros a las zonas veredales, el alto Comisionado para la Paz, Sergio Jaramillo, precisó que ayer entraron a estas áreas 4.329 integrantes de las Farc, y se espera que en las próximas horas lleguen otros 2.000, para un total de 6.300 guerrilleros concentrados.
Además, indicó que el plazo de los 180 días como tiempo máximo para la desmovilización se mantiene, de acuerdo a lo pactado en La Habana.