Un borrador de decreto busca ajustar los subsidios en Transmilenio de los mayores de 62 años, discapacitados y beneficiarios del Sisbén, de cara a garantizar la sostenibilidad del Sistema de Transporte.
El multimillonario hueco financiero que tiene el Sistema Integrado de Transporte y que el año pasado alcanzó los $660.000 millones tiene a la administración buscando recursos de cualquier lado, pero sin tocar los contratos con los operadores. Ya subió la tarifa por segundo año, llevando el pasaje de Transmilenio de $1.800 a $2.200 en menos 15 meses. Ahora, su nueva estrategia es disminuir los subsidios a poblaciones como los mayores de 62 años, los discapacitados y los beneficiarios del Sisbén.
Al menos es lo que proyecta el borrador de decreto “por el cual se establecen medidas tendientes a garantizar la progresividad y la sostenibilidad del SITP” y que, de ser aprobado, firmarán en conjunto el alcalde Enrique Peñalosa y su secretario de Movilidad, Juan Pablo Bocarejo. El documento cita las normas que le otorgan al alcalde Enrique Peñalosa el poder para fijar tarifas y subsidios y las que lo obligan a implementar un sistema de transporte que, además de beneficiar al usuario, debe ser organizado, eficiente, pero en especial, sostenible y con equilibrio económico.
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Subsidios para transporte ¿Cuánto disminuirán?
La semana pasada, cuando se anunció el aumento de las tarifas del SITP ($2.000) y Transmilenio ($2.200), el Distrito dijo que lo hacía para mejorar el servicio. De paso informó que ajustaría las tarifas diferenciales para favorecer a quienes “realmente las necesitan, garantizando la cobertura de sus viajes y haciendo uso eficiente de los recursos públicos”. Aseguró que los mayores beneficiados serían los mayores de 62 años, la población en condición de discapacidad y beneficiarios del Sisbén.
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El borrador del decreto muestra los datos concretos. En el caso de los mayores de 62 años (cuyo beneficio es por ley), el cambio radicará en que ahora tendrán restricción en la cantidad de viajes, cuando antes no lo tenían. El Distrito justificó la medida señalando que, según la encuesta de Movilidad 2015, esta población realiza en promedio 15 viajes al mes, y por esto “la tarifa diferenciada ofrecerá 30 viajes al mes y un descuento del 10 %”.
En cuanto a las personas en condición de discapacidad, que hoy tienen un descuento del 40 % en 50 viajes al mes, la Alcaldía busca reducir esta cantidad, apoyada en la misma encuesta de 2015, que señala que esta población realiza en promedio 12 viajes, “por lo que el beneficio incluirá hasta 25 viajes” .
Finalmente, los subsidios del Sisbén (beneficio creado en 2013 como estrategia para “garantizar la suficiencia financiera del sistema de transporte”), serán los del mayor recorte. Actualmente, esta población recibe un descuento del 50 % en 40 viajes mensuales. El Distrito señaló que como esta población realiza en promedio 21 viajes al mes, “la focalización incluirá a personas mayores de 16 años, que tendrán un ahorro del 25 % en la tarifa hasta por 30 viajes”. Con un cambio adicional: sólo accederán aquellos con una calificación de Sisbén máxima de 30,5 puntos y no de 40 puntos, como está actualmente.
De acuerdo con datos de Transmilenio, el año pasado se beneficiaron con el subsidio 358.080 adultos mayores, lo que representó un costo anual de $8.422 millones; 67.190 personas en condición de discapacidad, con un costo anual de $21.507 millones, y personas del Sisbén con 527 millones de viajes, con un costo anual para el sistema de $123.357 millones.
Según cuentas del Distrito, el impacto de subsidiar a estas poblaciones en el déficit que hoy arrastra el Sistema de Transporte se ha incrementado exponencialmente, al pasar del 1 % en 2014 a 23 % el año pasado. “Esto, a pesar del aumento de $200 en la tarifa en febrero de 2016, que redujo el déficit proyectado en $240.000 millones”, explicó la entidad.
Aunque no es fácil determinar cuánto se ahorrará la administración con las modificaciones a los subsidios para adultos mayores y personas con discapacidad, sí se tiene claro que en el caso de los beneficiarios del Sisbén podría alcanzar casi $61.000 millones anuales.
Las razones
Las modificaciones, según el borrador de decreto, cumplen lo proyectado en el Plan de Desarrollo, en el que se estableció que el Distrito reglamentaría estas ayudas teniendo en cuenta las limitaciones de los recursos presupuestales.
La administración señala que el decreto 309 de 2009 consagra como principio básico la sostenibilidad para definir la tarifa del SITP. En ese sentido, aunque establece la posibilidad de fijar tarifas diferenciales para poblaciones específicas, asegura que se puede hacer sólo si hay una “fuente presupuestal independiente de los ingresos corrientes del SITP y no se perjudique a los usuarios y la sostenibilidad del sistema”.
Y, de acuerdo con las justificaciones del documento, plata para eso no hay. Así lo ratifican los estudios técnicos de Transmilenio, que fueron validados por un concepto de la Secretaría Distrital de Hacienda, que indica que la forma como están hoy fijados los subsidios genera un impacto fiscal negativo en la sostenibilidad de la deuda del Sistema de Transporte, “ya que no hay recursos para su financiación”. Por eso, explica, la actualización de la tarifa y un nuevo esquema de beneficios son las únicas estrategias compatibles con las metas de garantizar un punto de equilibrio del sistema.
Crisis del SITP: ¿Otras alternativas?
Aunque aún es un borrador, el decreto ya tiene las primeras críticas. Una de ellas la expuso el representante a la Cámara por Bogotá Carlos Eduardo Guevara (MIRA), quien señaló que, de ser aprobado, el único objetivo es financiar a los operadores del SITP a costa de los menos favorecidos. “Limitar a 30 la cantidad de viajes mensuales en el SITP para los adultos mayores representa que si ese beneficiario hacía dos viajes diarios (60 al mes), sus costos de transporte se podrían incrementar hasta en un 23 % mensual. En el caso de la población beneficiaria del Sisbén, su incremento en los costos de transporte será casi 90 %”.
Guevara señala que con una simple renegociación de los contratos con los operadores de la fase 1 y 2 de Transmilenio, en el que se les pague por kilómetro recorrido como a los operadores de la fase 3, sería posible ahorrar al menos $120.000 millones, salvando los beneficios de las poblaciones vulnerables.
Lo mismo piensa el concejal Manuel Sarmiento (Polo Democrático), quien denuncia que “a cinco de los siete operadores de las fases I y II de TM, los pasajeros les siguen pagando los buses que ya están pagos, una gabela con la que los negociantes de TM tienen una exagerada rentabilidad sobre el patrimonio del 15 %”.
Por su parte, Fernando Rey, experto en movilidad y exgerente de Transmilenio, explica que por años la tarifa del sistema troncal dio un porcentaje al pago de los buses adquiridos por los operadores y, a raíz de la creciente demanda, los vehículos se pagaron en dos años, “pero ese cobro se hizo por más de 10 años”. Y agregó: “Aquí el problema es que se le está cobrando al usuario algo que debería asumir el operador”.
En medio de la polémica que pueda generar el borrador del decreto, el Distrito asegura que el objetivo principal es reducir el déficit financiero —que en 2015 alcanzó los $880.000 millones— y mejorar el servicio. Según el secretario de Movilidad, Juan Pablo Bocarejo, aunque en 2016 se logró disminuir el déficit 25 %, es decir, a $661.000 millones, las estrategias no son suficientes.
Tomado de:El Espectador.com