La Gobernación de Antioquia ha visitado, en compañía a la comisión tripartita, algunas zonas de preagrupamiento de las Farc.
El gobernador de Antioquia, Luis Pérez, aseguró que zonas de preagrupamiento han sido improvisadas.
Por: POLÍTICA |
El gobernador de Antioquia, Luis Pérez, alertó sobre supuestos manejos irregulares de los sitios de preagrupamiento de las Farc, en su departamento.
Pérez le dijo a EL TIEMPO que en esos lugares no hay vigilancia ni de la Policía ni del Ejército y que la ciudadanía tiene “más preguntas que respuestas”.
Usted estuvo en las zonas de preagrupamiento de las Farc, ¿por qué?
La operatividad del acuerdo de paz es un tema misterioso para los ciudadanos y tienen más preguntas que respuestas. La ciudadanía pide al gobernante que les dé confianza en el proceso y la mejor respuesta es mostrar que tiene control de lo que pasa en su territorio. La gente quiere saber con exactitud qué está ocurriendo en los lugares donde se ubican los guerrilleros, para estar tranquila.
¿Era necesario ir, no montó usted un ‘show’ mediático?
Es un asunto de responsabilidad. No es serio salirles a los ciudadanos con que en Antioquia, que tiene 11 puntos de preagrupamiento, ni la comisión de verificación, ni la Policía ni el Ejército saben qué está pasando por allá.
Soy la primera autoridad del departamento y tengo la obligación de estar verificando lo que allí ocurre.
(Además: Gobernador de Antioquia iniciará visitas a zonas de preagrupamiento)
¿Es grave lo que se ha registrado?
Uno: 11 zonas de preagrupamiento sin verificación ni vigilancia de la Policía ni del Ejército. Y dos: me han llegado pruebas de que algunos miembros de las Farc salen a las zonas urbanas armados a tomar licor, que otros, también armados e ingiriendo licor, acosaban a una niña en una zona urbana, lo cual fue corroborado por la comisión tripartita.
Pero, ¿los miembros de las Farc no pueden tomar licor?
Es lícito que las Farc ingieran licor, pero en este momento, sin desmovilización y armados, deben conservar una ética de paz que no es compatible con la indisciplina. Hasta el baile de los verificadores de la ONU con miembros de las Farc fue descalificado por la misma Naciones Unidas.
Estos actos son esperables, pero la experiencia mundial es que si la indisciplina no se supera, un proceso de paz tiende a convertirse en una guachafita.
En algunos sectores, lo pintan a usted como un enemigo de la paz. ¿Es así?
Nada más alejado de la realidad. Yo soy un defensor incondicional de la paz, pero un proceso de paz debe hacerse con orden y disciplina. ¿Para qué? Para lograr una paz estable y duradera.
¿Considera que el proceso ha sido improvisado?
No hay manuales para procesos de paz. Cada día hay que ajustar el proceso de acuerdo con la imprevisible realidad. Hay cosas que no se han hecho con rigor. Los puntos de preagrupamiento han sido muy improvisados al igual que las zonas de concentración veredales, que aún hoy están casi en cero.
¿En qué, por ejemplo?
Cuando se iniciaron los puntos de preagrupamiento, a los municipios llegaban 100 o 200 guerrilleros sin avisar ni al alcalde ni al gobernador ni a la ciudadanía; sin los campamentos adecuados y sin ninguna verificación por parte del Ejército, de la Policía. Eso generaba pánico por el recuerdo del pasado.
¿Qué responde al hecho de que varias denuncias suyas fueran desmentidas por los propios alcaldes?
¿Cuáles? Todas mis denuncias son ciertas. A veces se propagan dudas porque algunos alcaldes se sienten amenazados psicológicamente y callan o tapan por temor. Y es un miedo razonable, en un escenario donde hay 20 policías y 200 guerrilleros. No hay territorio vedado para un gobernante elegido por el pueblo. Y así seguiré.
La mejor forma de apoyar el proceso de paz es la verdad.
¿Es el caso de la ida a las zonas guerrilleras de prostitutas?
Nunca dije eso. Lo que sí dije era que estaban circulando mujeres y menores de edad de la zona urbana a los puntos de preagrupamiento. Está en los acuerdos: los niños deben estar por fuera de las Farc. Me enteré solo hasta esta semana de que el Gobierno dio permiso a las familias de los miembros de las Farc para que hagan visitas en los campamentos.
Usa usted bastante las palabras seriedad, disciplina, orden. ¿Por qué?
Porque la implementación y la dejación de las armas debe ser muy rigurosa, muy seria. El desorden le hace daño al proceso. Hay que mirar las experiencias en Colombia y en el mundo; todo posconflicto es muy complejo y nada se puede dejar al azar.
¿Cree que es un problema de fondo o de forma?
De ambos. En los procesos de paz de El Salvador, por ejemplo, hubo muy mal posconflicto y como consecuencia miembros de la guerrilla que nunca pudieron alcanzar el comportamiento en democracia se dedicaron a crear bandas. En este momento hay que apoyar a las Farc para que no haya desertores.
Todo desertor es candidato a vincularse a actividades ilegales.
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