Llamó la atención sobre los siete asesinatos de comunicadores ocurridos en el último semestre.
Tuvo lugar el fin de semana pasado, en Cartagena, la asamblea semestral de la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP). De entrada, vale destacar la muy buena organización, bajo la presidencia de la colombiana María Elvira Domínguez, con una gran presencia de RCN y los demás medios de la Organización Ardila Lülle, que encabezaron el comité anfitrión.
Se evaluó allí un panorama en el que sobresale la estrategia oficial de persecución inclemente al periodismo independiente que desarrollan, casi de manera calcada y paralela, los regímenes de Daniel Ortega, en Nicaragua, y de Nicolás Maduro, en Venezuela. Robo y vandalismo contra las sedes de medios, retención de insumos fundamentales para su funcionamiento y detenciones arbitrarias están a la orden del día.
La SIP también llamó la atención sobre los siete asesinatos de comunicadores –seis en México y uno en Honduras– ocurridos en el último semestre, y advirtió acerca de la obligación que recae sobre estos países para que rápidamente se haga justicia y se adelanten las acciones que sean necesarias para que hechos así no vuelvan a ocurrir.
Hubo también espacio para expresar la preocupación que generan proyectos de ley regulatorios del oficio periodístico en varios países, entre ellos el nuestro, y por la manera como algunos líderes siguen estigmatizando a los comunicadores que los incomodan.
Pero no todas fueron de cal. Hay que resaltar el que el presidente Iván Duque haya firmado la Declaración de Chapultepec, en un gesto que resalta su deber de proteger la libertad de prensa y el libre flujo de ideas. También, el acto en el que el Estado colombiano pidió perdón por el crimen de Nelson Carvajal –ocurrido en Pitalito, Huila, en 1998– ante sus familiares.
Es claro que la prensa en la región ha conocido tiempos mejores, pero también es verdad que hay una consciencia y unas acciones claras y certeras para salvaguardar, por el bien de todos, los derechos fundamentales ligados al ejercicio del periodismo que hacen posible vivir en democracia.