Desde hace 45 años en Colombia no se cambiaba el Código de Policía y a la luz del Nuevo Código de Policía (NCP) lo único que podemos ratificar, es que la educación colombiana, ha sido un fracaso. Y es que en pleno siglo XXI que un gobierno deba escribir un código prohibiendole a sus ciudadanos que se orinen en la calle o que no le peguen a un policía es algo absolutamente insólito, el NCP trata de estos y otros asuntos que cualquier ciudadano debería tener más que claro desde la Educación Inicial, es decir, desde el jardín.
El sistema educativo concentrado en atiborrar a los estudiantes de información, redundar en la teoría y un fusilamiento de tareas monótonas en el aula y el hogar, han hecho de la pedagogía un fracaso, la metodología de obligar a “investigar” a los alumnos sobre un tema determinado se volvió la salida más mediocre para profesores y estudiantes para conseguir sus logros curriculares, en una clase de ética o sociales le ponen se encarga la tarea de definir “Cultura Ciudadana” a lo cual el estudiante teclea en google: “Cultura Ciudadana” y al primer resultado copia, lo imprime y presenta lo presenta. Cumple el estudiante, cumple el profesor, los docentes están enseñando a los alumnos a ganar exámenes, es decir que no les están enseñando nada. La praxis en la educación es un sofisma y la correlación entre el intercambio de saberes y su aplicabilidad en la cotidianidad es utópica. Hemos avanzado tan poco en civismo y valores, que nos acostumbramos a justificar todos nuestros malos actos ciudadanos.
La educación no está formando personas para una convivencia armónica, sino depredadores sociales llenos de hostilidad con su entorno, en el que el fin justifica los medios. Basuras en la calle, excrementos mascotas, ocupar indebidamente el espacio público, etc. Se convirtieron en actos tan cotidianos que resulta sorprendente que ahora puedan ser sancionadas, la educación formal jamás nos hizo la gravedad de estos actos para la convivencia en comunidad, doce años de educación formal, se quedaron cortos para entender estas simples reglas de convivencia y es tan repetitivo, común y frecuente que estas conductas se presenten que de manera asombrosa el NCP debió declararlas una infracción sancionable. El sistema educativo cada vez demuestra ser un inmenso fracaso, no solo por el pésimo desempeño académico de los estudiantes en pruebas como las PISA sino por la misma forma como los ciudadanos interactúan con el entorno y la opción es ampliar las jornadas escolares a todo un día para que los estudiantes vivan en un ambiente controlado y artificial, para aislarlos cada día más de la realidad. Mientras en países como Finlandia, que es el país con la mejor educación del mundo y donde un código de policía como el nuestro sería absurdo; utilizan métodos que propenden por menos intensidad horaria y cero tareas para la casa, en Colombia no la jugamos por ocho horas diarias en el colegio y atiborrar de tareas inútiles a nuestros estudiantes.