Foto: AFP
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, callando a un periodista de CNN durante una rueda de prensa.
Entrevista con Paul Fahri
Fahri dijo que aunque ha habido otros presidentes que no han tenido buena relación con los medios, lo de Donald Trump es algo “sin precedentes”.
Por: Juan Sebastián Jiménez Herrera
En Twitter: @JSJH_EE
La imagen del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, callando a un periodista de CNN ejemplifica lo que van a ser las relaciones entre Trump y los medios durante estos cuatro años. El Espectador entrevistó al curtido periodista del Washington Post Paul Fahri, para quien esa imagen va a ser “algo común” con Trump.
¿Cómo serán las relaciones entre los medios de comunicación y el presidente Donald Trump?
Es difícil saber lo que va a pasar en el futuro. Pero lo que hemos visto es mucha hostilidad de su parte. Durante la campaña se dedicó a criticar a los medios. Así que no espero una buena relación. Pero debo decir que no todos los presidentes de Estados Unidos han tenido buenas relaciones con los medios. Obama también tuvo problemas con ellos. Aunque creo que Trump no tiene precedentes.
¿Hay algún riesgo para la libertad de expresión?
Él está autorizado para criticar a la prensa. No es ilegal ser un crítico de los medios. Hay gente que sienten que, finalmente, Trump puede convertirse en una amenaza para la primera enmienda (que avala la libertad de expresión). Hay prácticas que, aunque no son ilegales, son inconvenientes. Pero hay una gran zona gris entre lo uno y lo otro. Y él está en esa zona gris.
Estaba pensando en algo como lo que está ocurriendo en Turquía con Erdogan…
Trump ciertamente ha promovido el odio hacia nosotros. Nunca había visto tanta hostilidad hacia los periodistas como durante la campaña. Escucho todo el tiempo cuán mentirosos somos, cuán deshonestos somos, cuán malos somos. E, incluso, se ha vuelto algo personal. Hay gente diciéndome que no soy un buen periodista. Pero no quiero ir tan lejos como para decir que esto es una dictadura. Con Erdogan está ocurriendo algo muy distinto a lo que pasa en Estados Unidos.
Durante una rueda de prensa hace poco vimos un fuerte enfrentamiento entre Trump y el corresponsal de CNN. ¿Va a ser esto algo común durante su período?
Sí, sí creo, porque lo que usted vio durante esa rueda de prensa no es algo inusual para él. Durante la campaña, protagonizó ruedas de prensa bastante hostiles: Con él criticando a los periodistas y retándolos. Es algo sin precedentes. Nunca habíamos visto tanta agresividad hacia nosotros. Es algo nuevo y diferente. Distinto a cualquier otro político.
Estamos en un momento que algunos han llamado una era de la “posfactual”…
Eso he oído. Pero como periodista puedo decir que hay unos hechos y a veces es inconveniente, para algunos políticos, que éstos se sepan. Y eso no se puede negar. El problema, en tal caso, no es de los periodistas, sino de los no periodistas, gente en Facebook publicando noticias falsas, gente que no tiene ningún respeto por lo que hacemos, que no son profesionales y que no son honestos. Y luego está Trump, que creó algo así como su propia realidad, que reprodujo una cantidad de noticias que no eran verdad. Trump lo que ha hecho es generar mucho escepticismo sobre lo que es verdad y lo que no. Y la gente que lo sigue cree que nosotros no estamos diciendo la verdad.
¿Qué va a pasar con medios como “Breitbart”?
Durante mucho tiempo ha habido medios conservadores que se presentan como opuestos a los medios tradicionales. Y eso está bien. Es bueno que haya quien revise lo que hacemos y lo que escribimos. Pero existe el riesgo de que se creen realidades alternativas al difundir hechos que no son comprobables. Y eso es peligroso porque cuando la gente ya no cuente con las herramientas para diferenciar la verdad de lo que no lo es, esa es una receta para el caos. Es algo a lo que tenemos que estar atentos.
Lo que está ocurriendo, finalmente, es que la gente está leyendo aquellos medios que refuerzan sus creencias. Sea una persona liberal o una conservadora, va a leer aquellos medios que refuercen sus creencias y no van a intentar buscar medios neutrales que no tengan una agenda o una agenda menos marcada que aquellos medios con una motivación política.
Durante la campaña se dijeron dos cosas: que los medios se olvidaron de quienes votaron por Trump y que, por ello, su victoria fue una derrota para los medios tradicionales…
Nosotros cubrimos la campaña de Trump -y a sus votantes- muy bien. No sólo nosotros, sino varios medios. Uno no puede cubrir un evento sin preguntarles a sus asistentes sobre lo que piensan. Pero lo que Trump hizo fue convertir a los medios en su oponente. No estaba luchando sólo contra los demócratas, sino contra todo el establecimiento, incluyendo al Congreso, a los republicanos. Pero los medios fueron un tema recurrente en sus eventos. Se la pasaba diciéndoles a sus seguidores que nosotros mentíamos.
No significa que los medios de comunicación no tengamos errores o que seamos intocables. Pero, al final, se convirtió en una cuestión en la que si seguías a Trump, tenías que estar en contra de los medios y no creer en nada de lo que los medios dijeran. Algo ridículo.
¿Qué deben hacer los medios para sobrevivir estos cuatro años?
Esa pregunta es algo exagerada. Creo que al Washington Post o al New York Times les va a ir bien estos cuatro años. Quiero decir algo: Trump, finalmente, fue bueno para nosotros. Nos dio mayor tráfico, mayor rating. Fue bueno en el sentido en el que estimuló a muchos a leer nuestros artículos. Muchas de nuestras historias sobre él tuvieron un gran tráfico. Eso no quita la ansiedad que tengo por su llegada a la Casa Blanca. Pero hay que reconocerlo.