El Pilot se utiliza como un discreto auricular que incluye un micrófono que escucha al interlocutor; el software de traducción convierte las frases a otro idioma sin apenas retrasos. WAVERLY LABS (EDICIÓN: EPV)
El Kit de Traducción Pilot de Waverly Labs es algo así como el sueño de la ciencia ficción hecho realidad: un traductor automático que simplemente se coloca en la oreja de los interlocutores y traduce en tiempo real (o casi) las conversaciones cotidianas. En el universo de Star Trek era el pin comunicador el que traducía los idiomas alienígenas; en La guía del autoestopista galáctico de Douglas Adams lo hacía el llamado pez Babel, un simbionte que había que insertar por el oído (¡ay!); en otras series y películas quedaba a cargo de la magia del cine a falta de una explicación mejor. Con el Pilot todo esto es mucho más fácil, al estilo siglo XXI.
Lo más interesante de este proyecto, que se puso en marcha antes del verano de 2016, es que casi todos sus componentes ya existían de una forma u otra: conversores de voz a texto que entienden el habla de las personas (como Siri), traductores entre diversos idiomas (como el de Google o las diversas apps que existen al efecto) y síntesis de voz agradable para reproducir las frases traducidas, como la voz de los TomTom.
El secreto: la combinación de tecnologías
Pero entre medias de todas estas piezas tecnológicas hay un montón de trucos técnicos: la miniaturización de los componentes, micrófonos con cancelación de ruido para filtrar la voz del ruido ambiente, conexiones de alta velocidad a la nube de Internet (el aparato requiere un móvil inteligente y una conexión de datos para funcionar), autocorrector, el aprendizaje automático de la inteligencia artificial… Piezas de un puzle meticulosamente encajadas para que el resultado sea fácil de usar y cualquiera pueda hacerlo.
En la práctica los usuarios deben colocarse un auricular cada uno; van dotados de micrófonos para recoger la voz. Gracias a esta escucha direccional y al filtrado de ruido no se traduce todo lo que se oye en el ambiente, tan solo lo importante. El sonido llega digitalizado al móvil y de allí (ya traducido) al auricular del interlocutor. En las pruebas han estimado que el retardo típico será de unos dos segundos, pero podría mejorar en el futuro con actualizaciones de software – incluso se plantea una versión offline que no requiera conexión de datos.
Ninguna traducción es perfecta, y lo mismo sucede con las de Pilot. Para entrenar el sistema y a modo de demostración quienes estén interesados pueden descargar la app de demostración, que se actualizó a principios de 2017: Pilot Speech Translator (de momento para Android; en breve también para iOS). En las pruebas puede verse que tanto la conversión de voz a texto como la traducción tienen muy buen nivel, aunque habrá que ver cómo se comporta con diversos dialectos y acentos.
Un proyecto sencillo con un crecimiento explosivo
El proyecto Pilot surgió como una necesidad personal: «hablar con una amiga en Francés que conocí en un viaje», dice uno de sus creadores. Tras planificar un prototipo llevó la idea a Indiegogo, la plataforma de financiación colectiva (crowdfunding) buscando apoyos para convertirlo en producto. Allí ha recaudado ya más de 4 millones de dólares, a pesar de que inicialmente sólo se plantearon conseguir unos 75.000 dólares con los que producir unas pocas unidades.
El precio definitivo del Pilot cuando se ponga a la venta el próximo mes de mayo será de unos 280 euros (300 dólares). La primera versión ofrecerá traducciones en cinco idiomas: inglés, francés, español, italiano y portugués. Lo primero que tendrá que hacer la joven compañía es servir los casi 8.000 pedidos ya comprometidos, para después seguir explorando hasta dónde puede dar de sí este nuevo tipo de «comunicación sin barreras», como gustan en denominarla.