¡Primero los peatones!

Dom, 03/19/2017 – 08:25

Esa debería ser la consigna en la calle: ¡Primero los peatones!

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Cuando los Boy Scouts forman y los más pequeños están entre ellos, hacen un círculo concéntrico donde ubican en la mitad a los lobatos, los miembros de la manada que tienen entre 7 y 11 años de edad. Este bello ritual significa que los más grandes protegen a los más pequeños, a los más vulnerables y hacen un escudo para ellos.

La calle debería ser igual con los peatones, los más vulnerables en la vía. Junto con los ciclistas son quienes practican mejor la movilidad sostenible porque se mueven en modos de transporte no motorizados (a pie y en bicicleta). Su movilidad representa cero emisiones al aire de material particulado como producto de la combustión, es decir no contaminan el aire. Pero también son los que más sufren cuando son atropellados por un vehículo motorizado.

Adicionalmente, en regiones como las que componen Bogotá y los municipios de Bojacá, Cajicá, Chía, Cota, La Calera, Facatativá, Funza, Gachancipá, Madrid, Mosquera, Sibaté, Soacha, Sopó, Tabio, Tenjo, Tocancipá y Zipaquirá, los viajes a pie representan 32% (5,5 millones) del total de viajes diarios (17,2 millones), de acuerdo con la Encuesta de Movilidad 2015 de Bogotá. Los viajes en bicicleta representan, por su parte, 5% (846.727) del total en la región.

En municipios como Fusagasugá, por ejemplo, los viajes a pie representan 50% del total de viajes diarios (122.398), en tanto que los viajes en bicicleta son 1,3% (1.649) del total, de acuerdo con información de la Encuesta de Movilidad municipal 2011.

Contar con mayorías de habitantes que se mueven a pie o en bicicleta debería ser un indicador de ajuste de las infraestructuras y de los planes de seguridad vial en las ciudades y municipios; sin embargo, en Colombia y gran parte de países de América del Sur y Central, las calles están hechas más para los vehículos a motor que para los peatones y ciclistas, teniendo vocaciones pedestres. Y los planes de seguridad vial son, en general, precarios.

En Colombia la Ley 1083 de 2006 da “prelación a la movilización en modos alternativos de transporte, entendiendo por estos el desplazamiento peatonal, en bicicleta o en otros medios no contaminantes, así como los sistemas de transporte público que funcionen con combustibles limpios”, y obliga a los municipios a formular y adoptar planes de movilidad acordes con ello, incluyendo sus planes de ordenamiento territorial.

Para ello, los planes de movilidad deberán identificar los sistemas de circulación peatonal y los sistemas de ciclorrutas, además de los sistemas de transporte público que también son utilizados por los peatones para desplazamientos largos.

La Ley 1083 ordena también “diseñar una red peatonal y de ciclo rutas que complemente el sistema de transporte y articule las zonas de producción, los equipamientos urbanos, las zonas de recreación y las zonas residenciales de la ciudad propuestas en el Plan de Ordenamiento Territorial”.

Indica que también se deberán crear zonas sin tráfico vehicular a las que solo se pueda acceder a pie, en bicicleta o en otros medios no contaminantes.  Y surge una pregunta.

¿Qué de todo esto hay en ciudades y municipios de Colombia?

Es muy importante que las autoridades municipales socialicen, den a conocer e informen sobre los planes de movilidad a la ciudadanía. De esta manera se fortalecerá el vínculo autoridades-ciudadanos para generar solidaridad con dichos planes, validarlos, desarrollarlos y mejorarlos en permanente contacto con las necesidades de movilidad de los habitantes de ciudades y municipios, la industria, el comercio y de sectores como Salud, Educación, Hábitat y Bienestar Social, entre otros.

Crear ciudades para la gente, donde los peatones puedan transitar sin miedo a ser atropellados por un vehículo, donde los niños y las niñas puedan jugar, ir al colegio, caminar y montar en bicicleta sin el riesgo de morir o ver afectada su salud, es una de las principales tareas que tienen los alcaldes y sus oficinas de planeación y de tránsito municipales. Esta responsabilidad es también de los niveles de gobierno departamentales y nacional.

Solo en 2015 murieron en Colombia 507 niños y niñas víctimas de siniestros viales y 1.406 personas de más de 60 años. En cuanto al rol en la vía, 1.829 de las personas fallecidas eran peatones y 321 eran ciclistas. El total de personas fallecidas en Colombia en 2015 por siniestralidad vial fue de 6.884, el más alto de los últimos 10 años.

Pensar y materializar ciudades para los peatones reta la imaginación y la capacidad de ejecución de los gobiernos y de los ciudadanos. Responder a ese reto es lograr que, como los lobatos, los peatones anden, caminen, corran, gocen y disfruten de la movilidad seguros en municipios y ciudades. Es generar escudos, infraestructuras, conciencia ciudadana para protegerlos. También tienen derecho a la vía y a andenes y calzadas acordes con su condición de peatones, incluyendo a las personas con movilidad reducida.

Tomado de:Revista Enfoque.com.co