Quienes se oponen a sustituir el asbesto tienen dos recursos

Foto: Guillermo Ossa /  EL TIEMPO.

En un fallo de más de 650 páginas, el juez 39 administrativo de Bogotá, Leonardo Galeano Guevara, les dio un plazo improrrogable de cinco años al Gobierno y a las empresas que utilizan el asbesto en actividades como la construcción, para que encuentren un sustituto con materias menos nocivas o dañinas para la salud.

Tras un proceso que duró 13 años, el juzgado falló a favor de una acción popular que interpuso en el 2006 el ciudadano Juan José Lalinde Suárez, en la que pedía que se prohibiera el asbesto que se usa en tejas, baldosas, azulejos, productos de cementos, frenos, entre otros.

Aunque la decisión del juez no fue prohibirlo de forma inmediata (considerando que esa competencia solo la tendría el Congreso), sí le ordenó al Gobierno –principalmente a los ministerios de Salud y de Trabajo–“diseñar y estructurar un plan de acción de sustitución del asbesto para culminar su ejecución en el término perentorio e improrrogable de cinco años”, dice el fallo.

Esta decisión enfrenta a quienes, desde hace décadas, han pedido la prohibición o sustitución del asbesto –por ser considerado cancerígeno– y la industria que lo sigue utilizando, y que sustentó en el proceso que se puede mantener el mineral bajo condiciones de seguridad.

El tema siempre ha sido polémico y en el Congreso ha habido por lo menos siete intentos fallidos para prohibirlo. El año pasado, la Contraloría le pidió al Legislativo avanzar en un proyecto de ley que saque definitivamente el asbesto de la industria, bajo el argumento de que es el causante de 540 casos de cáncer de pulmón cada año.
Las cifras que reposan en el expediente sobre el que falló el juez 39 son menores, pues el Ministerio de Salud le informó de 787 muertes entre el 2005 y el 2014 por el asbesto.

Considerando sus riesgos, los municipios de Mesitas del Colegio y Chivatá han decidido de forma autónoma prohibir el mineral en sus regiones.

No obstante la importancia del fallo, las empresas que usan ese elemento aún tienen dos recursos: podrían apelarlo, decisión que tendría que resolver el Tribunal Administrativo de Cundinamarca y, si esa decisión tampoco les es favorable, podrían interponer otro recurso para que el caso lo revise el Consejo de Estado.

Los argumentos del juez

Tras practicar más de 205 pruebas, tomar muestras, hacer entrevistas y peritajes, el juez Leonardo Galeano encontró que actualmente “no hay un uso seguro para el asbesto” y advierte que desde el 2006 la Organización Mundial de Salud (OMS), el Instituto Nacional de Cancerología y la misma Organización Internacional del Trabajo (OIT) establecieron que no hay un umbral de emisiones con el que se pueda usar ese material.

Tras hacer un estudio en el que tomaron más de 900 muestras, el juzgado encontró que si se tiene como hipótesis el caso de un trabajador que lleva 45 años de exposición al asbesto, con una medida de 0.077 f/cm3, “el riesgo relativo para morir por asbestosis sería del 14,76 por ciento”.

El juez revisó la acción popular contra empresas como Reco S.A., Cristalería Peldar S.A., Eternit Colombia S.A., Fretec Frenos Técnicos Ltda., Toptec S.A., Incolbests S.A., Manufacturas F.G.V. Ltda. y la mina las Brisas. En su estudio, el funcionario judicial asegura que el asbesto “no solo está poniendo en riesgo a los trabajadores que lo usan en sus obras, sino a la comunidad en general”.

El expediente documentó que en el caso colombiano se diseñó un plan entre el 2010 y el 2030 para prevenir la silicosis, neumoconiosis y asbestosis, en el que se identificó a 354 empresas que utilizan el asbesto con un total de 9.874 trabajadores, de los cuales los que están directamente expuestos a ese elemento son 3.042.

Al ordenar la sustitución, el juzgado recuerda que hay 36 países que han prohibido el asbesto, por lo que a nivel internacional se ha trabajado en buscarles un sustituto a los más de 3.000 productos que se fabrican con ese mineral.

En el expediente se documentó que empresas como Fretec, Toptec, Peldar y Skinco, y parcialmente Incolbest, han sustituido el asbesto, lo que “demuestra que en los procesos fabriles de la industria nacional sí es posible sustituir el asbesto por otras sustancias”.

Aunque ciertos actores señalaron en el proceso que en algunos países se ha usado un sistema híbrido de fibras de acrílico y cristal, el juez dice que el material de sustitución depende de la política pública que aplique el Gobierno. “Esta judicatura no promueve el beneficio del uso de un determinado producto, además porque para llegar a esa sustitución se requiere de un plazo para ello”, señala el funcionario judicial.

Al cierre de la edición, Ascolfibras, el gremio de empresas que usan el asbesto, no se había pronunciado sobre el fallo.

Dos municipios han prohibido la utilización

Aunque en al menos siete ocasiones se ha hundido en el Congreso de la República la prohibición del uso y la distribución del asbesto en el país, los municipios de Mesitas del Colegio, en Cundinamarca, y Chivatá, en Boyacá, decidieron, por su cuenta, restringir la utilización de productos hechos con este mineral en obras públicas.
Según los proyectos de acuerdo aprobados, con la decisión se busca evitar la afectación de la salud de las personas.

En Mesitas, el alcalde Óscar Mauricio Núñez y el concejal José Galindo fueron los autores de la iniciativa, y pretenden que “no se vuelvan a realizar obras en el municipio con este material”, según le dijo a este diario un funcionario de la localidad.

El alcalde Núñez ha defendido la restricción señalando los beneficios para la salud de las personas, en especial reducir los casos de cáncer por manipulación del material.
De acuerdo con el mandatario local, la prohibición regirá desde mayo próximo para contratos de obra o de suministros de productos que realice la alcaldía o alguna de las dependencias municipales. Propone que el asbesto se remplace con otros elementos como el cemento o el fibrocemento.

Núñez dijo este lunes que el proyecto de acuerdo fue promovido luego de que se conocieron varios casos de enfermos en Sibaté que han estado relacionados con una empresa fabricante de elementos con asbesto.

Por su parte, la alcaldía de Chivatá, Boyacá, acordó como política pública la prohibición total del asbesto en su territorio desde el 6 de febrero. Esta iniciativa, liderada por el personero Diego Rivera, fue presentada al Concejo en diciembre del 2018 y se aprobó. David Montero cruz, alcalde del municipio, explicó que por el momento se está realizando una campaña educativa con el fin de explicar el peligro que representa el asbesto para la salud. Por lo tanto, no existe hoy una sanción específica para quienes construyan con este material.

“La alcaldía está comprometida con la erradicación del asbesto. Hasta ahora se ha propuesto revisar la ficha técnica de todas las construcciones con el fin de evitar el uso del material”, explicó Montero.

OMS dice que causa 110.000 muertes al año

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), más de 110.000 personas mueren cada año por alguna enfermedad respiratoria producida por el asbesto. La misma organización estima que unos 125 millones de personas en el mundo están expuestas a este material en el lugar de trabajo. Y, de acuerdo con Global Union, asociación sindical suiza que agrupa a más de 20 millones de trabajadores, en Colombia mueren cerca de 320 personas al año a causa de algún mal relacionado.

El asbesto es el nombre que se les da a seis minerales que existen en la naturaleza. Se utiliza en el aislamiento de los edificios, como componente de diversos productos (tejas, tuberías de agua, mantas ignífugas y envases médicos), como aditivo de los plásticos y en la industria automovilística (revestimiento de embragues y frenos, juntas y amortiguadores).

El asbesto puede afectar la salud cuando se respira aire en el cual se encuentran suspendidas las fibras que lo conforman, como resultado de las actividades en las que se liberan. Cuando son inhaladas, las fibras de menor tamaño alcanzan las vías respiratorias menores, irritan las células pulmonares o la pleura, lo cual incrementa el riesgo de causar cáncer pulmonar o mesotelioma.