«A los niños los trataríamos bien, mientras nos ocupamos de sus padres», dijo John Kelly este lunes.
John Kelly, secretario de Seguridad Interior, defendió esa posibilidad para desalentar inmigración.
El secretario de Seguridad Interior de Estados Unidos, John Kelly, declaró el lunes que planea separar a los inmigrantes clandestinos de sus hijos, con el fin de desalentar al máximo a los extranjeros que pretendan ingresar ilegalmente a su país.
Kelly defendió una polémica medida que, según se conoció desde la semana pasada, ya es considerada por las autoridades a cargo de la seguridad nacional estadounidense.
«Haría casi cualquier cosa para disuadir a la gente de América Central a lanzarse en manos de esas redes tan peligrosas que los llevan a través de México hacia Estados Unidos», dijo Kelly durante una entrevista con CNN.
México también está decidido a destruir esas redes, en las cuales las mujeres son sometidas a violencias sexuales, aseguró. «Tenemos mucha experiencia en lo que tiene que ver con los menores no acompañados», colocándolos en hogares especializados o en familias receptoras, subrayó Kelly.
«Y sí, me planteo, con el fin de disuadir que se organicen estos movimientos a través de esas terribles redes» de traficantes de personas, separar a los hijos de inmigrantes clandestinos de sus padres. «A los niños los trataríamos bien, mientras nos ocupamos de sus padres», dijo.
Kelly, un general retirado, está encargado de controlar la inmigración y de la construcción de un muro en la frontera entre Estados Unidos y México. Encabeza la tercera secretaría en importancia en el gobierno estadounidense (después de las de Defensa y Veteranos de Guerra), para la cual trabajan unos 240.000 funcionarios repartidos entre 22 agencias federales cuya misión es «proteger al país de las numerosas amenazas que debe enfrentar».
Kelly es uno de los más fervientes partidarios de los decretos antiinmigración dictados a fines de enero por el presidente Donald Trump y criticó a la justicia por bloquearlos.
Los jueces estadounidenses viven «en una burbuja» que les impide ver la verdadera amenaza que se cierne sobre el país, aseguró también.
Actualmente, las familias que tratan de evitar la deportación o piden asilo en general son liberados con rapidez y se les permite quedarse en Estados Unidos hasta que sus casos son resueltos. Una decisión de una corte de apelaciones federal impide una detención prolongada en el caso de los menores.
John Kelly ordenó en las últimas semanas a los agentes de inmigración que deporten o acusen con cargos criminales a los padres que faciliten el tráfico ilegal de sus hijos. Muchos padres que llegan a la frontera entre Estados Unidos y México con sus hijos le pagan a los llamados «coyotes» para que los guíen a través de la peligrosa zona.
Este lunes, Trump dictó un nuevo decreto para remplazar al primero, que fue revocado. El nuevo texto prohíbe el ingreso a Estados Unidos, por 90 días, de personas originarias de seis país de mayoría musulmana.
AFP
Tomado de: EL TIEMPO