Ricardo Silva Romero / Foto: Eltiempo.com
Por: Ricardo Silva Romero
Que no pase una columna más sin darle las gracias a Noticias Uno. Que no se nos llegue este fin de semana sin reconocerles a los valerosos periodistas de Noticias Uno aquello de no haberse dejado amedrentar –de estar cumpliendo quince años de no dejarse aniquilar– por tantos políticos inescrupulosos de la era de la bulla.
Palabras que empiezan por ‘sub’: subterráneo, subrepticio, subsecretario. ‘Sub’, el prefijo, indica “por debajo”. Y pienso, como cualquiera que se resista a la infamia, en aquel vergonzoso subsecretario del Senado con vocación de lobista que el miércoles pasado no solo fingió ser golpeado por un camarógrafo de Noticias Uno al que embistió dos veces, ¡dos!, sino que con voz trémula se atrevió a denunciar el hecho ante el Congreso –y sí, su patraña decadente fue probada por el noticiero, y lo que hizo es el fracaso de la política y de la decencia y de la vida adulta–, pero también pienso en esos diez senadores sublevados que aprovecharon la absurda invitación a “discutir los hechos”, que les hizo, olímpico, el presidente de la corporación, para aplastar sin piedad a los periodistas: adiós, democracia, adiós.
«Cómo puede encontrar el Senado de la República de Colombia una versión de los hechos que rescate del despido al subsecretario»
El martes 6 de junio, cuando fue evidente que no era el agredido sino el agresor, el subsecretario Cruz ofreció desde Cancún las peores excusas de la historia de las excusas: “fue un hecho accidental…”. Y el rectificador José Obdulio Gaviria –el que dijo Uribe– se disculpó por haber sido uno de los diez congresistas que calumniaron e injuriaron a los reporteros, pero con las palabras calumniosas e injuriosas “asumí que era un hecho cierto porque me consta que ese noticiero es una escuela de agresiones morales”: en la noche, cuando pocos colombianos se enteran, un puñado de buenos senadores trataron de pedir la renuncia de Cruz como haciéndole un guiño a la democracia, como reconociendo que el periodismo no puede estar en la mira de los políticos, pero fue otra vergüenza porque solo 14 senadores votaron la proposición.
Cómo pueden los colombianos pelear, perder amigos, arruinar comidas familiares, ser violentos por líderes como estos: tiene que ser que pocos se enteran.
Cómo puede encontrar el Senado de la República de Colombia una versión de los hechos que rescate del despido al subsecretario.
Cómo puede el expresidente Uribe –sí, mal ejemplo– decir que basta con que Cruz pida perdón.
El infierno ya no es la gruta polvorienta de los antiguos ni la caldera ejemplar de los católicos, sino la tal posverdad, la tal subverdad: el empeño de los populistas caraduras de negarnos la verdad e imponernos su mentira. Hay quienes osan negar, por ejemplo, la grabación en la que el exgerente del “no” no solo cuenta cómo engañaron a la gente, sino que imita, con sorna, el llanto de las víctimas. “Saulito” Cruz, que así le han dicho los padrastros de la patria en sus 15 años de subsecretario, tiene que irse del Senado: se inventó que un camarógrafo de Noticias Uno lo había agredido –y habrá que repetirlo hasta que suene tan grave como es–, y los hechos, hechos son. Y una vez más es lo fundamental dejar en claro que los enemigos de la libertad de expresión son enemigos de la ley, y son violentos: subsecretarios, subcongresistas, subpresidentes.
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